Colectivos in Action

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Vintage Bomb, 3 Enero 2011.

  1.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    328
    Título: Melodía
    Colectivo: Demon Summer
    Personajes: Vanessa Lane, Alexander Gray.
    Palabra: Música
    Summary: Una melodía que entonaban todos los veranos desde entonces. una melodía por su antguo amigo
    Palabras: 213

    Melodía

    Vanessa miró durante un momento por la ventana y un suspiro se escapó de sus labios.
    A su espalda, Alex se le acercó, entendiendo sus pensamientos.


    —Es mejor así. —Ella asintió lentamente, pero no podía evitar sentirse así.
    —Sí. Pero todos los años… no puedo evitar acordarme de él cuando empieza el verano.


    Él la entendía. Al fin y al cabo, a él le ocurría lo mismo.
    La hizo girarse y le dio un suave beso en los labios que ella respondió gustosa.
    Como siempre, los besos de Gray solían alejar aquellos pensamientos angustiosos y volver a hacerla sonreír.


    —Para —susurró levemente aguantando la risa. —Nos están esperando y si lo vuelves a hacer no te dejaré salir de la habitación.

    Él se alejó sonriendo y con las manos en alto. Como si no hubiera echo nada malo se sentó en el piano y empezó a tocar una complicada melodía que tocaban todos los veranos desde entonces.
    La castaña lo acompañó con el violín y dejó que la música la envolviera.


    Los demás, cerraron los ojos, disfrutando de la canción.

    Una oda de tristeza, por su antiguo amigo. Por Train que había hecho que todos ellos se conocieran, que les había salvado. Que había creado nuevas relaciones dónde antes existían unas muy diferentes.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  2.  
    Hibari.

    Hibari. Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    569
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1461
    Nombre de la Historia: Hasber in Wonderland
    Categoria: Desafio [Nº 7]
    Capítulo: Nº 3
    Colectivo: Ciencia Traviesa
    Palabras: 1.329
    ----
    —¿Y en qué iremos al Reino Blanco? —preguntó Hasber.
    —Iremos en Pluto —contestó el sombrerero—¡Pluto!

    Al momento en que Iván pronunció ese nombre, todos pudieron sentir como el suelo comenzaba a temblar. Unos pasos se acercaban, unos muy grandes.
    Un enorme tiranosaurio Rex salió de detrás de la casa. En su boca podía verse un enorme hueso, a Bellamy le pareció que ese era un dinosaurio con genes caninos.
    La bestia que respondia al nombre de “Pluto” se acercó a ellos y bajó su cabeza para que se subieran.

    —Alicia primero —el albino sonrió. El rubio suspiró y se subió a la criatura, seguido de los gemelos y Emily. Iván fue el último en subir, colocándose primero en la fila. Extendió sus brazos e hizo como si estuviese usando un volante.
    —¿La gata no viene? —cuestionó Emily al ver a la de cabello negro sentada en la mesa.
    —No, yo iré por mi lado —contestó Sonriente, comenzando a desvanecerse—Nos estaremos viendo pronto, Alicia —susurró antes de desaparecer por completo, lo último que se pudo ver de ella fue una maliciosa sonrisa que puso los pelos de punta a Nick.
    —¡Vamos! —exclamó Sen. El tiranosaurio se puso en marcha.

    ——


    —Reina, a llegado una invitación —susurró una de las sirvientas que trabajaban allí. La reina estaba mirando a través del gran ventanal. Sin embargo, lo único que se podía ver así era acampanado vestido blanco.
    —¿Qué clase de invitación?
    —Una invitación con forma de corazón —contestó con voz temblorosa—La Reina de Corazones la invita a beber el té bajo los rosales de su reino.
    —Prepara todo, Vivianne —musitó—La hora del té está cerca.


    La mujer de cabellera albina asintió, hizo una reverencia y se retiró del lugar.


    —Te espero, Alicia…


    ——


    Más allá del bosque muerto, los árboles eran de color blanco. Inclusive las hojas, los “animales”, todo. Hasber comenzaba a pensar que todo en el País de las Maravillas hacía honor a sus nombres.
    El viaje en Pluto no era muy cómodo que digamos, y mucho menos si estás usando un vestido. Después de esto, Hasber comenzaría a admirar un poco más a las mujeres.
    La entrada al castillo era bastante grande, y como no, blanca también. Pluto se recostó en el suelo boca abajo para que todos pudiesen bajar.


    Del castillo un grupo de doncellas salió bajando por las escaleras. Parecia que en el medio estaba su Reina, y ellas hacían como una muralla para evitar cualquier daño posible.


    —Soy Alicia —se presentó Hasber. A esas alturas ya se había acostumbrado a que le llamasen y conociesen así. Una risa se escuchó, proveniente del centro de atención.


    Las doncellas se hicieron a un lado, mostrando finalmente a su reina. La misma sostuvo una larga mirada con Alicia, la cual luego acabó estallando en risas que nadie comprendía.


    —Lindo vestidito, Ban —burló Hasber cubriéndose la boca para intentar contenerse un poco—El corsé te va de maravilla.
    —Oh, ¿Y que hay de ti? Ese lindo lasito te hace parecer una muñequita —Esteban rió más al ver el gesto de desagrado por parte de su primo.
    —¿Tienes unos pantalones que me prestes? —preguntó el rubio.
    —Si los tuviese los estaría usando yo ¿No te parece? —Hasber tuvo que darle la razón—Aquí hay puros vestidos blancos.
    —¿Se puede saber que es esto? —preguntó Hasber.
    —Es un sueño aparentemente —contestó, Hasber le miró arqueando una ceja—Antonella.
    —Claro, ella siempre tiene la culpa —bufó el rubio—¿Todo esto es un sueño?
    —Sí, sin embargo está siendo manipulado por Antonella. No podremos salir de aquí o despertar hasta que todo esto acabe.
    —Genial —dijo con sarcasmo—¿Y ahora qué?
    —Ahora iremos a tomar el té.
    —Ban…¿No te estarás haciendo…? —un golpe en la cabeza impidió que completara la frase—Pegas como niñita.
    —Y tu te ves como una —contraatacó. Dicho esto, chasqueó los dedos para que su carruaje jalado por blancos caballos apareciera.
    —Claro, el carruaje de Cenicienta —burló. Esteban lo empujó adentro. Antes de subirse, se despidió del resto con una sonrisa. Apenas se dio cuenta que estaba moviendo su mano de la misma forma que las mujeres Reinas de Belleza se asustó de si mismo y se adentró lo más rápido que pudo —y lo que su enorme vestido le permitia—.


    El viaje para llegar al territorio de la Reina de Corazones fue bastante largo. Debido a que ambos reinos estaban en extremos opuestos.
    En el camino, ambos primos pudieron apreciar a través de las ventanillas el amplio y hermoso jardín que la tirana poseía.
    Todos los árboles tenían la forma de un corazón, por donde fuese que mirases había rosas rojas adornándolo todo. Sin olvidar que había una enorme estatua de Antonella en medio de la fuente.
    El viaje había finalizado. Ambos jóvenes se bajaron de su transporte.
    Antonella ya los estaba esperando, acompañado de su fiel lacayo: Joseph.


    —Parece que en todos lados acabas como su perro faldero —bufó el rubio.
    —Al menos traigo pantalones —contestó burlesco Carter.
    —Te dije, mi idea era buena —la voz de Annie se hizo presente, a los pocos segundos su figura se hizo visible abrazando al castaño.
    —No sé si buena, pero si muy graciosa —contestó Joseph soltándose del agarre de la pelinegra. Quien solamente le sonrió burlona.
    —Déjate de juegos, Antonella —reclamó Grigg—Vamos a tomar el té y charlar sobre esto.


    Ella sólo sonrió suavemente e hizo una seña con su mano para que le siguiera a otra sección del gran jardín.


    —¿Y yo que pinto en toda esta historia? —preguntó Hasber.
    —Nada importante. Esto solamente era para que Anto tuviese lo que quería —contestó Annie balanceando su cola—Pero te incluimos para reírnos un rato —canturreó.
    —¿Y Nicole? ¿Emily? ¿Ellas también están metidas en este juego? —preguntó.
    —Como lo habrás notado, ninguna se parece en personalidad a las que conoces —el rubio lo pensó durante un momento. Joseph tenía razón en eso.
    —Ellas son como personajes de un videojuego, están programadas —comentó Sorciére—Lo mismo con Iván, es otro personaje más.
    —¿Y qué es lo que quiere Anto? —cuestionó. Annie y Joseph le miraron con cara de “No me jodas”. La respuesta era demasiado obvia, y el rubio lo captó al instante—Yo le daría uno con gusto… —dijo sonriendo.
    —Me revuelves el estomago —murmuró “Sonriente” torciendo el gesto.
    —Sigamos con el juego —Joseph sonrió de lado. Annie le miró alzando una ceja, sin entender.
    —Se supone que la historia va de que tengo que detener a la Reina de Corazones, salvar el lugar con la ayuda de la…. —rió un poco—“Reina Blanca”.
    —Y lo harás —el castaño desenvainó su espada y apuntó hacia la quinta Alicia—En un duelo contra mi.
    —¿Eso es algo que diría Joseph? —murmuró Annie —Bueno, no importa —canturreó para luego tomar asiento en una silla que apareció de la nada. Cruzó las piernas, y esperó a que el espectáculo comenzase.


    Pero aquel mundo comenzó a desplomarse. Todo se empezaba a convertir en humo y desaparecía.
    Joseph torció el gesto. Había ocurrido más rápido de lo que se imaginaba.





    Abrió los ojos, cegado nuevamente por una luz. Se levantó de golpe, temiendo estar todavía en el Pais de las Maravillas.
    Suspiró aliviado al ver que volvía a estar en el laboratorio. Vio que traía sus preciados y sexys pantalones, lo que lo hizo sonreír.


    —¿Quién anda ahí? —preguntó, automáticamente su vista fue a parar a la puerta. Algo o alguien acababa de salir. Alcanzó a ver algo que bien podría haber sido unos zapatos blancos.
    Se puso de pie rápidamente y salió con intenciones de perseguirle. Entre dos caminos, tomó el que era de color amarillo.


    Hasber era una Alicia en el fondo, no había duda. Sin embargo, durante la persecución cayó en un agujero negro que salió de la nada.
    Una figura se escondía entre las sombras que daban las hojas de un árbol. Siendo únicamente visible su blanca dentadura, estaba sonriendo.


    Bienvenido seas al País de las Maravillas.
    ---
    ---
    El final no quedó como yo me lo imaginaba. Se me fue todo ahí D:
    Igual, espero que haya sido de su agrado. :3
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  3.  
    Heather

    Heather Fanático

    Sagitario
    Miembro desde:
    25 Marzo 2009
    Mensajes:
    1,052
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    815
    Título: El vestido azul.
    Colectivo: Ciencia Traviesa
    Desafío Nº 5
    Summary: ----
    Personaje(s): Antonella y Ésteban
    Palabras: 566
    Notas: Porque amo ésta canción y a la mejor pareja de colectivos (¿?) Dedicado a todas las fans, LOL. Mi vestido azul — Floricienta (obvio, LOL)

    —Ésteban, como has perdido debes cumplir el reto —dijo Iván, pensando cómo lo tomaría su amigo—. Tendrás que salir con la reina Antonella durante un mes.

    —¿Qué? —exclamó—. Yo no podría jugar con los sentimientos de alguien; además, ella gusta mucho de mí, pero yo no estoy enamorado de ella.

    Ese día era importante para Antonella; pues estaba cumpliendo un mes de noviazgo con Ésteban, su amor platónico desde la primaria. ¡Era feliz! Hasta podía decir que había cambiado su forma de ser, sólo por él. Ya no era tan mala como antes, ahora hacia experimentos para ayudar a sus amigos.

    Y ella lo iba a esperar en el lugar del encuentro, para celebrar aquél día. No se iba a pintar, porque sabía que le gustaba mucho a Ésteban cuando la veía natural. Llegaría puntual para no perder más tiempo y cada segundo que él tardase sería un beso menos. Aunque, a la joven Smith, gustaba besar ésos divinos labios, pero siempre lo hacia moderadamente, ya que odiaba demostrar o verse tan empalagosa frente a los demás.

    Se miró al espejo de cuerpo completo, contemplando el hermoso vestido azul que cargaba puesto. Sabía que le gustaba mucho a Ésteban. Aún recordaba como si fuese ayer la vez que le dijo que se veía hermosa con ése vestido, y desde entonces lo usaba para citas especiales junto a él. Como aquél día. Se soltó el cabello y salió de su casa al encuentro.

    Tomó asiento en una de las mesas del cafetín de la esquina. Miró el reloj del lugar; había llegado veinte minutos antes. Se sintió tonta.

    —¿Desea tomar algo mientras espera a su cita? —le preguntó el mesero, viendo que la joven llevaba veinte minutos sentada en la mesa, sin hacer pedido.

    —No, aún no; esperaré por él, no tardará en venir —una sonrisa falsa se dibujó en su rostro, para demostrar ser amable con aquel humilde muchacho.

    Él no llegaba y ya había pasado más de una hora; se preocupó. Marcó su número al teléfono, pero estaba apagado. Pero él no vino, no llegó y su vestido azul se le arrugó.

    —¿Enserio no desea tomar algo? —preguntó por tercera vez el mesero.

    Antonella negó con la cabeza al mismo tiempo en que se levantaba furiosa, salió de aquella esquina que le había robado Ésteban. Quiso llegar rápido a su casa para quitarse el vestido azul, pero antes, decidió pasar por la casa de Iván, para ver si su “novio” se encontraba allí.
    Efectivamente, allí estaba Ésteban hablando con su mejor amigo, en la sala principal; la joven observaba desde una de las ventanas, escuchando con atención lo que decían.

    —Me siento mal por Antonella, debería llamarla y decirle que no iré a nuestra cita.

    —Hoy se cumplía el mes y recuerda que la apuesta era que debías salir con ella durante un mes; ve el lado positivo, ya no tendrás que soportarla —comentó Iván—. Imagino que te llevaba al cementerio como cita.

    —No te rías, para que veas que estar junto a ella no era tan aburrido. Además —hizo silencio, mirando el techo—, siento que de verdad me he enamorado de ella.

    Había sido una lástima que Antonella no escuchase aquél último comentario del joven. Había salido corriendo cuando escuchó que todo había sido una maldita apuesta. Se sintió totalmente destrozada, usada, estúpida y lo que más odiaba, buena, amable.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  4.  
    Elizabeth

    Elizabeth Usuario popular

    Libra
    Miembro desde:
    11 Enero 2008
    Mensajes:
    748
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    234
    Colectivo: Winderstand der Nox.
    Palabra: Resistencia
    Summary: Los miembros de Winderstand siempre reciben la misma lección nada más entrar...
    Personaje(s): Ninguno.


    Los Jagers cazan truls.

    Esa era una de las enseñanzas básicas en Winderstand; aunque, cualquier que no perteneciera a ella, pensaría que le hablan en chino.

    Los Jagers eran los cazadores, gente con diferentes poderes que le hacían diferente al resto -sin contar con el hecho de que carecían de sombra-. Esto último era una ventaja ya que de esta manera sus sombras no se convertían en truls... ¿Qué que son truls? Sombras malignas, aquello contra lo que luchan los Jagers.

    Cuando estos llegan nuevos a la organización, muchos se pierden entre tantos nombres, más de uno ha llegado de decir “yo soy un trul” Pobres de ellos que son sometidos a interrogatorios para saber si de verdad lo son…
    La razón de tanto nombre era que, de esta manera, cualquier que oyera una conversación entre Jagers pensaría que estaban locos, no que salvaban a la humanidad de truls.

    ¿Qué que es Winderstand? El nombre de la organización que lucha en silencio para proteger a los seres humanos.

    Winderstand es la resistencia a las sombras.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  5.  
    Sango_extermina

    Sango_extermina Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    23 Abril 2005
    Mensajes:
    1,229
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    864
    Desafío No. 9

    Título: Molestia.
    Colectivo: Psychiatric.
    Personaje(s): Heine Vadrick, Vivianne Weigel.
    Sinopsis: Él estaba molesto, y nada de eso cambiaría hasta que todo tomara algo de “lógica”.
    Palabras: 555 + Titulo.
    Nota: Situado en un momento futuro. Es un mal intento~


    Molestía.

    Cada uno de sus pasos emitía un sonoro eco que recorría el psiquiátrico de un extremo a otro. Los pacientes ni siquiera lo notaban, todos dormían plácidamente, por supuesto. Él, una enfermera, y uno de los guardias de seguridad eran los únicos despiertos a esa hora.

    Por supuesto, a ambos trabajadores les extrañaba ver a Vadrick caminar sin rumbo fijo por cada uno de los pasillos, especialmente sabiendo que no estaba de guardia, mientras bebía tranquilamente un vaso de café. Examinaba cada rincón con sumo cuidado. Algo lo había estado molestando desde el día anterior, por lo que esa mañana decidió ir al trabajo antes de que los habitantes del hospital se levantaran y comenzaran a llenar poco a poco el psiquiátrico.

    Su vista estaba fija en una pared donde poco a poco las manchas de la cena, que algún internó terminó estrellando allí, adquirían poco a poco diferentes formas, desde árboles mal dibujados hasta un paisaje montañoso y más tarde las odiosas mariposas de Morena empezaban a tomar consistencia. Apretó los dientes mientras aplastaba el vaso de café, derramando el hirviente líquido sobre su mano. Pero ni siquiera sintió el dolor.

    —¿Heine? —Vivianne le llamó.

    Finalmente parecía que acababa de despertar de su trance, pero no le contestó, se limitó a observar su reloj antes de confrontarla. Había estado dos horas allí parado, haciendo técnicamente nada.

    —¡Viv! ¡Querida! —Vadrick arrojó lo que había quedado del vaso “discretamente” al suelo— ¿se te ofrece algo?

    —Has estado ignorando a todo el mundo desde hace más de media hora.

    El albino sonrió, extrayendo uno de sus típicos dulces de su bata, saboreándolo un instante antes de proseguir.

    —Tú no estás mejor… —Heine susurró, notando los vendajes que la psicóloga llevaba bajo las mangas.

    Probablemente el psiquiatra era el único que se había percatado de todo lo que estaba sucediendo entre las paredes del psiquiátrico, al menos era el único que se había dignado a prestar atención a “ese” detalle. Por eso estaba molesto, para comprobarlo había decidido llegar más de dos horas antes de su entrada normal. Y ahora que veía a Vivianne, su hipótesis parecía estar comprobándose sola.

    Si se lo preguntaba directamente a Weigel, ella sin duda lo negaría: autoflagelación. Y probablemente no era la única que empezaba a padecer todo aquello.

    —¿Qué es lo que estás planeando? —ella lo miró, seriamente.

    En realidad no tenía nada “malo” en mente. Sólo era un poco de investigación exhaustiva para llegar al fondo de todo aquel misterio. Otro dulce apareció en su mano, colocándolo entre los dedos de la psicóloga; él se acerco poco a poco hasta su oído, con esa sonrisa angelical que siempre mostraba.

    —No te incumbe —le susurró, para marcharse después.

    Vivianne sonrió, cubriendo sus labios para evitar que sus risas se escucharan. Heine seguía siendo el mismo, pero algo había cambiado, prueba de ello era que no le preguntara algo sobre las vendas que se lograban ver bajo la ropa. Respiró hondo, mientras empezaba a frotar una de sus manos con las uñas, era como si ella no sintiera el dolor, solo esa molesta comezón que la hacía continuar hasta sangrar.

    Vadrick continuaría su rutina nuevamente, tal y como si nada hubiese pasado. Pero nada cambiaría el hecho de que estaba molesto, y continuaría así hasta que todo adquiriera un poco de “lógica”.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  6.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    690
    Título: Lara se hace mayor
    Colectivo: Winderstand der Nox
    Personajes: Alexander Scarlett Rose, Lara Scarlett Rose.
    Palabra: Experiencia
    Summary: "La experiencia de Alex con mujeres era grande. Pero no estaba preparado para eso.
    Palabras: 520

    Lara se hace mayor

    Al ver aquella gran mancha de sangre se asustó. Y no pudo menos que gritar.

    —¡Lara! ¡¿Te encuentras bien!? ¿¡Paso algo!? —Desde fuera del baño, Alex aporreaba la puerta, asustado. Si no hubiera sido por que le gustaba dejar intimidad a la gente hacía tiempo que habría entrado a ver que se le sucedía a su hermana.

    Durante unos instantes, ella calló. Seguía mirando la gran mancha de sangre en el suelo de la ducha.

    —Sangro —Susurró lentamente, mientras se observaba todo el cuerpo en busca de una posible herida. Pero no le dolía nada y no recordaba haberse cortado tampoco. Además, era mucha sangre.

    Múltiples opciones pasaron por su mente en ese momento.
    Preocupado y procurando pensar en frío, Alex volvió a hablar.


    —¿Tienes… alguna herida?

    —No

    Entonces era eso. El momento que tanto había temido el rubio inglés.
    Cerró los ojos y se apoyó contra la puerta, dejándose caer al suelo, resbalando. Le daba vueltas la cabeza.


    —¿Te duele algo?

    —Debajo del ombligo. Dónde debería estar el útero. —Ahí estaba, ¡Malditas hormonas femeninas! ¡Maldita profesora de biología que le enseñaba la anatomía humana a su hermana pero no le explicaba sobre los cambios de su cuerpo! —¿Qué es hermano?

    La experiencia de Alex con mujeres era grande. Pero no estaba preparado para eso. Y a decir verdad, dudaba que lo estuviera nunca.

    —No te preocupes… es… algo normal en el cuerpo de las mujeres. —Después de asegurarse de que su hermana estuviera bien, entró en el baño y tras tenderle una compresa, comenzó a explicarle lo que debería hacer para poder vestirse y que nadie lo notara.

    Era imprescindible que nadie lo notara, o podría ser bochornoso.

    Era una suerte que hubiera decidido ser precavido… y que una de sus novias le hubiera explicado que era imprescindible que Lara lo entendiera y que él estuviera preparado -al menos materialmente- para el momento.


    Cuando la pequeña de tan solo once años salió vestida y con el pelo húmedo en una toalla, Alexander, con todo el cariño del mundo y un extraño sonrojo en las mejillas que Lara nunca había visto, le cepilló el cabello y comenzó a explicarle sobre su menstruación.


    Según Marianne, sería menos violento si se lo explicaba él, a pesar de que el inglés le había suplicado de rodillas que lo hiciera ella, que eran asuntos de mujeres y que él no entendía de eso.

    Por que Alex con quince años recién cumplidos era bastante maduro, pero en cuestiones femeninas íntimas… era como un niño, a pesar de toda la temprana experiencia que tenía en algunos temas.


    Al terminar de explicárselo, no pudo menos que sonreír. A pesar de todo el bochorno, la vergüenza y que su hermana había notado que él no tenía mucha idea de aquello estaba feliz. Al fin y al cabo, su hermana pequeña ya se comenzaba a hacer una mujer. Y, aunque eso significa que ella podía dejarle en cualquier momento… le quería, y no podía menos que alegrarse… y tener miedo cuando tuviera que darle la charla del sexo.

    A pesar de que en esa sí que tenía cierta autoridad…
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  7.  
    Ephizhonik

    Ephizhonik Usuario común

    Capricornio
    Miembro desde:
    6 Abril 2010
    Mensajes:
    265
    Pluma de
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    407
    Título: Theodor
    Colectivo: Digimon Evolution
    Palabra: Favor
    Summary: La fémina se levantó alegre de su asiento y corrió hasta el chico, tomó a su querido Theodor y lo abrazó...
    Personaje(s): Allen Fellon y Bridget Lorenzetti
    Palabras: 229


    - - -

    Esa extraña cosa se encontraba situada en su escritorio, le parecía increíble que alguien pudiera llevar al instituto un peluche así. Por su mente se había cruzado la idea de quemarlo, no haría nada con él, pero el favor que le había pedido la fémina de cabellera violácea resonaba fuertemente en su cabeza.

    Por favor, encuentra a Theodor.

    Llevó su mano hasta su cabeza; realmente era molesto. Tomó el peluche y salió del salón del consejo, era mejor entregarlo de una vez. Caminó rápidamente por los largos pasillos del instituto, tratando de que nadie le viera con esa cosa. Soltó un suspiro de alivio cuando se vio frente al salón de clases de la muchacha.

    Sólo tienes que entregarlo y todo habrá terminado… —se dijo mentalmente.

    Abrió la puerta del lugar recibiendo miradas de todos los alumnos y, como si fuera poco, del profesor. Sus ojos azules se deslizaron por todo el salón buscando esa cabellera violácea, al verla simplemente levantó el peluche.

    —Vengo a entregar esto a Bridget —informó con un tono ligeramente molesto.

    La fémina se levantó alegre de su asiento y corrió hasta el chico, tomó a su querido Theodor y lo abrazó repitiendo miles de veces <<Gracias>>, Allen se dio la vuelta para salir de ahí, pero no contaba con que la fémina también se lanzaría sobre él.

    Al parecer no todo había terminado ahí.

    - - -
    Negro
    Respirar
    Mensaje
    Apatía
    Pasado
    Lógica
    Nombre
    Silencio
    Desafío
    Cine
    Favor
    Música
    Territorio
    Imaginación
    Experiencia
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  8.  
    Hibari.

    Hibari. Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    569
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    241
    Nombre: ---
    Categoria: Desafio [Nº 3]
    Colectivo: Lernen Miteinander zu Leben.
    Palabras: 192
    Nota: Regalo para Alice Rose~
    Nota 2: Situado en un futuro. Donde Alex ya está en la universidad, en Italia.
    ---
    Después de la fiesta de graduación, quiero pedirte que te dirijas al parque principal. Frente a fuente de agua.
    Te estaré esperando, Alice.


    La castaña miró hacia ambos lados. Se puso de pie y dejó en una mesa el vaso en el que estaba bebiendo momentos antes.
    La duda la estaba carcomiendo. Tomó el primer taxi que vio y se dirigió hacia el lugar citado.
    Las palabras del inglés retumbaban en su cabeza. Se quedó mirando por la ventanilla, ¿sería verdad lo que le dijo en aquel entonces?
    Tenía un poco de esperanza de verlo una vez más, pero ahora el joven estaba en Italia. ¿Era posible que estuviese allí?
    Bajó del taxi luego de pagarlo y caminó hacia la fuente.
    Sonrió por cada paso que daba. Todavía recordaba el día en que sus labios se rozaron por primera vez allí.
    Una figura se puso de pie, sonriéndole.
    Traía un ramo de flores, se los entregó a su amor.

    —Te dije que estaría aquí, sólo por ti —Alexander sonrió y besó los labios de la francesa.

    A pesar de la distancia y el tiempo, el sentimiento no había cambiado.
    Y tampoco cambiaría.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  9.  
    Sango_extermina

    Sango_extermina Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    23 Abril 2005
    Mensajes:
    1,229
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1739
    Desafío No. 10

    Título: Cuarentena.
    Colectivo: Katekyo Hitman Reborn! Diebstahl Ringe.
    Personaje(s): Todos.
    Sinopsis: Un paquete ha llegado a manos de Vongola, una pequeña caja de Pandora que al ser abierta traerá consigo más que el desastre.
    Palabras: 1245+ Titulo.
    Notas: Yo sé que esto da para más~ pero sinceramente mi cerebro no quiere imaginarlo. Así que mis disculpas si los decepciono con este poquito.

    Cuarentena.

    Parecía un día común en la base Vongola de Nanimori.

    Desde que derrotaron a los “falsos Vongola” y estos se unieron a ellos, los Corallo les habían dado una pequeña tregua. No se sabía que tanto duraría, pero mientras no existieran señales de posibles ataques contra ellos lo único que harían sería descansar y continuar entrenando.

    —¡Ha llegado un paquete! —anunció Itami viendo como un despistado cartero dejaba en el bosque el objeto.

    Pobre, seguramente pensaría que estaba siendo intermediario en algún negocio ilícito al llevar un paquete a algún lugar raro en medio del bosque a las afueras de la ciudad. De cierto modo no estaba tan equivocado. Al momento la guardiana salió corriendo hasta la entrada más cercana, asegurándose de que el cartero no estuviera en los alrededores; si él pensaba que en verdad estaba haciendo algo ilegal, seguro se habría marchado sin chistar.

    Una vez estuvieron dentro, volvió a cerrar la entrada para llevar el paquete a la sala de reuniones. Indauri había hecho la llamada para reunirse allí tras que Itami se lo pidiera. Así, nada más entró, su querida Jefa le arrebato la caja para abrirla.

    —No deberías abrirlo —bostezó Alex, recostándose sobre la mesa, Hazel sonrió.

    —Es de ese tal Marko Cavallone —bufó Vasiliey.

    Cawley no pudo evitar aplaudir, nunca esperó que recordara al Capo de su más grande familia aliada. Al instante Vanessa le dio un buen tirón de orejas, últimamente el italiano se la pasaba demasiado infantil, estar encerrado tanto tiempo lo estaba afectando mucho.

    El cielo encogió los hombros, rompiendo la envoltura en cuestión de segundos. Dentro, un gran frasco “vacio” descansaba entre bolitas de algodón y papel. Reid lo sacó sin permiso para observarlo, esperando encontrar algo interesante mientras que Relaie era el único que se dignaba a leer la nota junto con Lane.

    —Déjame verlo~ —la niebla se le acercó, pero el americano apartó el objeto, dejándolo en la orilla de la mesa.

    Justo en ese instante el gato de Gray se había propuesto subir, provocando que el famoso frasco terminara en el suelo. Vanessa y Relaie abrieron los ojos al escuchar la ruptura del vidrio y como un extraño gas verde que olía a manzana comenzaba a nublar la vista de todo aquel que estuviera a más treinta centímetros del suelo.

    Nadie recordaba que había sucedido exactamente, cada quién fue a dormir directamente después.

    La mañana siguiente sería para recordar.

    Reid entraba a la cocina, con un ligero bostezo, saludando a alguien que se encontraba allí.

    —Buen día, Reid querido~ —le contestaron, entonces volteó a ver a aquella mujer.

    Vanessa Lane se encontraba sentada, con una pequeña falta y lindas zapatillas, además de estar usando una blusa que resaltaba su cuerpo. Tranquilamente terminaba de pintarse las uñas cuando alguien más entro. Indauri caminó hasta el refrigerador sin siquiera hacerles caso, tomó algo de cereal y leche y se sentó a desayunar.

    Heathcliff tuvó que cubrise los ojos al ver a la italiana con tal atuendo. Mencionó algo de que debería ponerse más ropa y salió corriendo de allí. Él sintió que ahora que la había visto así no conseguiría una buena esposa.

    —¿Qué le pasa? —la pelirroja no contesto, Lane suspiró antes de soltar una pequeña lagrima— me he roto una uña.

    —¡Buenos días a todos! —Hazel había hecho acto de aparición, ella por lo menos lucia normal— ¿qué ocurre Vane?

    —Me rompí una uña.

    Ellis se hubiese reído ante aquello, pero no lo hizo, al contrarió, en ese momento fue por el botiquín de la cocina para arreglar el problema. Una vez estuvo resuelto la rusa tomó un delantal de encajes y se propuso a cocinar. Todos llegarían pronto y como la jefa su obligación era cuidar de ellos.

    Alex entró, observo a todos los presentes y luego al cielo. Y en un acto insólito se colocó otro delantal.

    —¿Te ayudo?

    Sin duda Lane estaría dando saltitos de alegría al ver a Gray dignándose a hacer algo pero en ese preciso momento parecía que nada, además de arreglarle el cabello que se le desordeno, era mucho más importante. Williams se levantó de la mesa, saliendo de inmediato pero fue detenida por la entrada de Cawley.

    —Buen día —saludó con una ligera sonrisa, antes de tomar asiento— ¿Treceava, le tocaba preparar el desayuno?

    —¡No, no! —negó de inmediato— ¡Es una de mis obligaciones como su líder!

    La pelirroja rodo los ojos mientras murmuraba un “¡que idiotas!” antes de dirigirse a su cuarto. Necesitaba alejarse de toda aquella escena en ese instante pero parecía que siempre alguien la obligaba a retroceder unos metros. En esta ocasión fue Shizuo.

    —B-Buenos… días —susurró bajito, un poco apenado.

    Indauri ya estaba harta, le gruñó antes de empujarlo y salir finalmente de la odiosa cocina. Ezakiya cayó al suelo y, por más increíble que pareciera las lagrimas comenzaron a caer desde sus mejillas. Al instante Cawley se levantó para ir a calmarlo, dándole palmaditas en la cabeza y diciéndolo que algo como que “los chicos no deberían llorar”.

    Casi cualquiera, especialmente el D’Argento del día anterior, se abría abalanzado para ir abrazarlo al ver tal expresión. Ellis aguantó las ganas, Alex se limitó a continuar su trabajo, no quería desconcentrarse de su labor pero Vanessa sí que se fue a estrujarlo.

    Itami en esos momentos jugaba videojuegos, ella se había colado antes que Lane a la cocina para tomar una porción de frutas e ir al instante a jugar en la sala de conferencias. Ese enorme monitor tenía que servirles de algo. Vio una lucecita encenderse pero la ignoró.

    —Seguro no es nada importante —murmuró.

    —¿Y si lo es? —Relaie se sentó a su lado— ¿y si les digo a los demás? —sonrió entusiasmado— ¡seguro que te regañaran!

    La italiana lo pensó un segundo— si no le dices a nadie, te dejo jugar —al instante le tendió otro control y el japonés aceptó sin dudar el trato.

    En un avión privado que se dirigía a Japón, el treceavo capo de los Cavallone no paraba de intentar entablar comunicación con los Vongola. ¿Y si ya era demasiado tarde? ¡No! ¡Debía tener esperanzas!

    —Entonces… —Cawley se notaba serio, recorrió con la mirada a todos los presentes.

    Reid rogaba a Vanessa que cambiara de atuendo, por su lado Shizuo no paraba de llorar a causa de una travesura que Relaie le había hecho y Hazel intentaba calmarlo. Indauri no paraba de gritar y querer golpear a los escandalosos mientras Alex era el encargado de detenerla. Itami dormía sin más en su asiento y bueno, al parecer el gato se había dignado a cazar los escasos ratones que se habían colado en la base.

    —¿Todo esto es a causa de Verde?

    —Así es —Marko volvió a suspirar—, es uno de sus inventos más recientes. Un gas capaz de cambiar la personalidad de aquellos que lo respiren por más de un minuto —tosió un poco antes de continuar— es una nueva “arma”, pero me temo que se ha confundido con el paquete que iba dirigido a ustedes.

    Todo era culpa de aquel arcobaleno, seguro se sentiría feliz de haber comprobado que su creación era todo un éxito, pero el haber usado a los Vongola como ratas de laboratorio fue demasiado. Por fortuna los efectos sólo durarían tres días.

    Mientras tanto la base se encontraría en cuarentena y los Cavallone se encargarían de asegurarse de que nadie entrara o saliera de allí.

    Sería todo un reto sobrevivir esos tres días… para ambos lados.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  10.  
    Hibari.

    Hibari. Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    569
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    117
    Nombre: ---
    Categoria: Palabra [Resistencia]
    Colectivo: Digimon Evolution.
    Palabras: 95
    ---
    Ellie tenía muchas cosas por soportar.
    Las burlas encabezaban la lista. El hecho de ser ignorada, las solitarias tardes de verano y ahora, la llegada a ese mundo desconocido. Muchas cosas.
    Cuando se cambió de escuela, pasando de una religiosa a la que estaba actualmente, creyó que todo cambiaría.
    Pero no, las cosas seguía igual.
    Ahora en ese lugar, junto con los siete jóvenes ¿Todo podría cambiar? Lo dudaba mucho, pero todavía mantenía la esperanza.
    Si todo seguía igual, podría aguantarlo.
    Después de todo, su resistencia se hacía más fuerte con el pasar del tiempo.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  11.  
    Hibari.

    Hibari. Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    569
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    154
    Nombre: Adiós
    Categoria: Palabra [Negro]
    Colectivo: Bands War
    Palabras: 133
    --
    Por ese día, adiós a su ropa llamativa, brillante o colorida.
    Era un día para vestir de negro.
    Su cabello rubio, su blanca piel y sus ojos esmeraldas resaltaban entre toda esa multitud.

    —Mi pésame para ti, Antonella —susurró Annir, acercándose a la vocalista.
    —Gracias…—agradeció en voz baja, agradeciendo el gesto de su rival. A pesar de que ambas fuesen enemigas a muerte, sabían cuando sus peleas debían parar.

    La rubia se acercó al lugar donde estaba la fotografía del difunto. Se agachó y colocó una rosa blanca frente a él.

    —Te dije que la leyenda del Dios del Mar era pura mentira —pronunció, a la vez que una escurridiza lágrima se escapaba para deslizarse por su mejilla.

    Antonella se puso de pie y se dio la vuelta para irse.

    —Adiós, Matthew.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  12.  
    Hibari.

    Hibari. Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    569
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    209
    Nombre: --
    Categoria: Palabra [Cine]
    Colectivo: Bands War
    Palabras: 171
    ---
    Se puso de pie y se dio la vuelta para irse.

    —Adiós, Matthew —susurró, las lagrimas que corrían por sus mejillas se confundían con las gotas saladas de la lluvia.
    Ese fue su adiós.

    —¡Corte! —exclamó una voz. Antonella se frenó y cruzó sus brazos, torciendo el gesto.
    —¿Y ahora qué, Mateo? —preguntó alzando una ceja.
    —¡Vamos, Anto! Se supone que estoy muerto —el rubio se acercó—¡Ponle un poquito más de emoción!
    —¿Qué quieres que haga? ¿Que grite o me tire al piso? —bufó molesta.
    —Echarte a llorar sobre el hombro de Annie sería un buen comienzo —dijo sonriendo ampliamente, divertido.
    —¡Ni muerta! —exclamaron ambas vocalistas a la vez.
    —Acepté salir en la película de Red Tears, pero no pienso acercarme más de lo necesario a la rubia oxigenada —alegó la de ojos zafiro.

    Matthew sólo rió divertido.

    —Estaremos en los grandes cines al parecer —dijo con una sonrisa, grabando con una cámara la pequeña discusión que se estaba formando entre las dos cantantes.

    Esto se va a los Bloopers~.
    ---
    Sí, es la continuación del drabble anterior~ xD


     
    • Me gusta Me gusta x 2
  13.  
    Sango_extermina

    Sango_extermina Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    23 Abril 2005
    Mensajes:
    1,229
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    2187
    Desafío No. 7

    Título: Desde las Cenizas.
    Capitulo: Uno.
    Colectivo: Anyelus.
    Personaje(s): Artemis, Kite y sus hermanos.

    Sinopsis: Dentro de su corazón se había formado la oscuridad y ni siquiera toda la luz que se le pudo haber entregado haría desaparecer esas sombras. Las razónes por las que él se volvió el líder que era ahora.
    Palabras
    : 1568 + Titulo.


    Desde las Cenizas.

    Una de sus alas estaba siendo arrastrada por el suelo, su ropa sucia quedaba más manchada cada vez que intentaba limpiarse el rostro. Había decidido volver a su habitación en el palacio. Los guardias no dijeron nada al verlo en esas condiciones, sólo cuchichearon algo a sus espaldas y cuando estuvo “lejos” rieron quedito para que no se percatara de nada.

    Pero a pesar de tener sólo ocho años él ya conocía perfectamente las razones de sus burlas y cuchicheos. ¿Y por qué no se preocuparon de su estado sabiendo qué es un príncipe? Simple y sencillamente era porque lo detestaban en secreto, su sola presencia en ese lugar era una herejía.

    —¡¿Qué te ha ocurrido?! —gritó de pronto Alexander, su hermano mayor, quien en ese momento acababa de salir de la biblioteca.

    —No ha sido nada.

    —¡Kite! —reprochó una segunda voz, la de una niña, Aiko, una de sus hermanas menores, saliendo del mismo lugar que su hermano.

    El mayor del trió tomó con fuerza el ala izquierda de su hermano, el pelirrojo soltó un grito ahogado antes de golpearle la mano para que lo dejara. Aunque Alexander no tenía mala intención aquella había sido una manera demasiado brusca para comprobar que tenía esa extremidad dañada.

    —¡Ya iba a ver al doctor! —mintió Kite, caminando más aprisa ante la mirada preocupada de ambos ángeles blancos.

    ¿Ellos que entendían? Jamás les harían nada a ellos por poseer plumas blancas, a diferencia de las suyas que eran cenizas, señal de que él era un ángel hibrido. Particularmente sus alas mostraban una tonalidad oscura, lo que indicaba al resto que la mayoría de sus antecesores fueron ángeles negros.

    Quizá los ángeles de alas negras eran tratados un poco mejor que los híbridos, para los puros de ambas razas ser un mixto era la mayor deshonra posible. Por supuesto, siempre y cuando no se tratara de la mismísima reina, que con sus alas de un claro cenizo y su agradable aura llegaba a hacer a muchos pensar que no era tan malo ser hibrido, siempre y cuando sus alas fueran claras.

    Caminó más aprisa por uno de los corredores, ignorando los gestos entre sorprendidos y burlescos de los sirvientes. Las risas de una niñas llamarón su atención, al asomarse por el corredor que daba a un pequeño jardín con un estanque pudo apreciar a sus dos hermanas más pequeñas intentando correr tras la otra y su madre sonriendo mientras las veía.

    Juliet era de descendia oscura, pero había adquirido toda el aura de Artemis, por lo que lo era tratada igual que lo demás “príncipes blancos”. De algún modo agradecía que Kobakiel, su hermano menor, no estuviera allí; pero tampoco estaba seguro de donde quiera que viviera se encontraría mejor. Será hace un año que lo vio por segunda vez en su vida a causa de que fue obligado a asistir a una sesión para retratar a la reina y a sus descendientes.

    Miró a las tres con un poco de reproche, no sabía si sentía envidia o simplemente detestaba aquella discriminación que recibía.

    —¿Kite?

    —Ma… —dudó un instante, no importaba qué, esa mujer era su madre, pero no le agradaba llamarla de esa manera— madre…

    La reina se levantó de su asiento al instante, acercándose para observar el estado de su segundo hijo. Tomó un pañuelo para limpiarle el rostro, el pelirrojo se molestó, ella lo “estaba haciendo”; despidiendo esa linda atmosfera a su alrededor.

    —¿Qué sucedió? ¿Te has peleado de nuevo? —ante el silencio del pequeño ella juntó las cejas— Kite, ya te he dicho…

    —¡Ellos comenzaron! —gritó, soltándose del agarre de su madre— ¡siempre están molestándome! ¡Burlándose!

    —Pero no es razón para pelear, ¿es qué no lo entiendes?

    El niño la miró con odio, antes de correr, ella era la que no entendía. Él no iniciaba nada, sólo se defendía. Detestaba salir a la ciudad, pero era peor estar en el castillo y ver a cómo eran tratados sus hermanos.

    Finalmente se detuvo en su habitación, abrió la puerta y la cerró al instante con llave. Se agachó para levantar las cobijas y tantear hasta dar con una caja, dentro se encontraban algunos ungüentos y vendas que había tomado de la habitación del doctor cuando él no se encontraba.

    Prefería mil veces curarse sólo que ir a ver a ese tipo que no dejaba de molestarlo cada vez que iba a verlo por alguna de sus variadas rencillas. Colocó un trapo en su boca para evitar gritar cuando empezó a colocarse con algodón un liquido rojizo y después una pasta verdosa; al momento tomó una venda y como le fue posible cubrió la herida.

    Cambió su ropa con sumo cuidado y luego se limpió el rosto para desinfectar los raspones. Una que otra tira terminó en su cara. Se la pasaría durmiendo todo el día hasta la cena, si es que nadie se colaba por la ventana al no poder entrar por la puerta.

    Pero apenas sus ojos se cerraban cuando los gritos de los guardias iniciaron. Escuchó un forcejeó y luego, finalmente, una columna de agua se extendió hasta el tercer piso. Era increíble ver aquello, se preguntó mentalmente quién podría ser y su curiosidad lo empujó a asomarse por el balcón.

    —¡Reidar! —gritó Artemis, bajando la lanza de uno de los ángeles.

    Los guardias dejaron de atacar al intruso, Kite no podía verle el rostro a causa de la capucha que usaba, pero le asombraba el hecho de que aquel ángel dejara mostrar sus plumas del color de la noche. Su madre se acercó hasta un escaso metro del invasor.

    El extraño sonrió, haciéndole una reverencia, más en son de burla que de respeto. Pero a Artemis parecía no importarle, al contrario, se mostraba como si ya estuviera acostumbrada a ser tratada de esa manera por aquel hombre.

    —¿A qué se debe tu abrupta visita? No he tenido noticas tuyas desde hace más de ocho años.

    —Yo me he enterado de que te has divertido mucho —él parecía haber dado en un punto delicado, la reina suspiró haciendo que el ángel se pusiera serio—, si tengo un buen motivo por el cual estar aquí… es porque he venido a llevarme a Kite.

    El niño de ojos esmeralda se cubrió la boca. ¿Por qué venía por él? Es más, ni siquiera conocía a aquel ángel.

    —¿Y el motivo es? —Artemis lo miraba con cierto resentimiento, era normal para cualquiera que conociera la historia de Kobakiel.

    Su cuarto hijo fue separado de su lado por el padre del niño cuando aún no llegaba ni al medio año de nacido. Él también era un ángel negro que se había vuelto en esas fechas el rey de Sera. Por supuesto, la excusa fue que no deseaba que su hijo creciera entre la hipocresía de los blancos.

    Y ahora, Reidar, otro ángel de la raza oscura pretendía llevarse a otro de sus hijos.

    —Hoy lo volví a ver… —la reina mantuvo silencio, dejándolo continuar— simplemente quería visitarlo después de estos ocho años que no le he visto. Pero ¿de qué me entero? Que otros niños lo maltratan y se burlan de él por ser un hibrido y que su propia madre, a pesar de ser la reina, no hace nada para protegerlo.

    Ambos se miraron, Reidar le restregaba en la cara el ser una mala madre. Una parte de Artemis sabía que tenía razón, pero la otra se negaba a aceptarlo. Ella, al final, decidió hacerlo pasar. Hablarían de lo demás dentro, con todo el escándalo de la intromisión del ángel seguro parte de la ciudad se estaría acercando para averiguar qué pasaba.

    Kite no dejaba de dar vueltas en su habitación, ¿qué debería de hacer? Moría de curiosidad por ir al lugar donde ambos adultos estarían conversando pero, por otro lado, tenía algo de miedo de escucharlos.

    Al final, se sentó en su colchón esperando durante más de una hora algún tipo de escándalo. Cuando sus ojos comenzaban a cerrarse alguien tocó a la puerta.

    —Kite, necesitamos hablar —pidió Artemis, su voz estaba temblorosa.

    —¿Sobre qué? —contestó él, levantándose para ir a abrirle.

    Era bien sabido por el pelirrojo que si él no se dignaba a hacerlo su madre terminaría abriendo con la llave maestra que poseía. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a aquel hombre parado al lado de su madre. Él se agacho para mirarlo con una sonrisa, sus manos se deshicieron de la capucha, dejando mostrar no sólo su rostro sino también su cabello del color del fuego. El segundo príncipe de Alba se encontraba mudo, volteó a mirar a la reina, esperando alguna explicación.

    —Él es Reidar… es… —hizo una pausa, debía ser fuerte— tu padre.

    —Ha pasado mucho tiempo.

    De lo siguiente que Kite se enteró es que de ahora en adelante viviría con Reidar. No estaba seguro de marcharse, de alguna manera sentía alivio de dejar ese lugar, ya que alguna razón en particular debió tener su progenitor para marcharse.

    Claro, se enteró un tiempo después de que aquel ángel negro era una especie de viajero y debido a que no estaba acostumbrado a permanecer demasiado tiempo en un solo lugar se marchó. A él le ubiese encantado que Artemis, Kite e incluso Alexander lo acompañaran pero la reina prefirió seguir en su trono a marcharse con él a pesar de que Reidar le había dado casi tres años para decidirse.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  14.  
    Sango_extermina

    Sango_extermina Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    23 Abril 2005
    Mensajes:
    1,229
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1562
    Desafío No. 7

    Título:
    Desde las Cenizas.

    Capitulo: Dos.
    Colectivo: Anyelus.
    Personaje(s): Kite, Reidar, Emilie, Rayner.
    Sinopsis: Dentro de su corazón se había formado la oscuridad y ni siquiera toda la luz que se le pudo haber entregado haría desaparecer esas sombras. Las razónes por las que él se volvió el líder que era ahora.
    Palabras: 1093 + Titulo.

    Desde las Cenizas.

    Al último lugar en el que él esperaba acabar fue en aquella extraña ciudad. Según su padre le había comentado, la villa había sido hogar y refugio de ladrones en una vieja época pero con ayuda de algunos amigos poco a poco había estado reconstruyendo la ciudad.

    ¿La razón? Durante sus viajes que a veces realizaba en Alba lo único que nunca faltó fue ver la humillación que la raza de su propio hijo recibía; así que cuando descubrió ese lugar decidió que sería un buen refugio para aquellos híbridos que desearan alejarse del reino y rehacer sus vidas.

    De esa manera ahora la ciudad contaba con alrededor de 300 habitantes, la gran mayoría híbridos, algunos pocos de alas oscuras o blancas. Principalmente eran padres que querían que sus hijos crecieran sin la oscuridad que Alba representaba para cada ángel cenizo.

    Se podría de decir que para el pequeño pelirrojo haber tenido esa experiencia durante todos esos años no sólo había creado cierta oscuridad en su corazón sino que también había forjado su propio concepto de justicia. Incluso él sabía que vivir en un mundo utópico como el que él quería forjar era un sueño fantasioso; pero mientras él pudiese evitarlo haría lo posible por evitar que más oscuridad se esparciera por los corazones de los demás ángeles.

    Había pasado alrededor de medio años desde que llegó a “Ametz”. A pesar de la edad que tenía algunos adultos habían aprendido a respetarlo, quizá porque siempre mantenía la cabeza en alto e incluso llegaba a enfrentar a sus mayores si sus acciones eran dañinas para el resto.

    —Kite, hoy llegaran nuevos habitantes —su padre le dijo antes de que saliera esa mañana— calculo que llegarán dentro de una hora.

    —No te preocupes, ¡estaré allí!

    —Y una cosa más —lo detuvo nuevamente— ya te he dicho que no hagas que Rayner se preocupe demasiado, intenta no “desaparecer” tan a menudo.

    —Así es más divertido—sonrió el niño—, y de paso le ayudo en su entrenamiento.

    Rayner era un ángel hibrido que su padre le había presentado hace tres meses, era alrededor de un año mayor a él. Reidar lo había nombrado como algo similar a un “guardaespaldas”, todo se debía a la habilidad de Kite para neutralizar o rechazar los ataques de otros seres. Sin duda lo hacía demasiado poderoso pero, al mismo tiempo, era una hoja de doble filo.

    Si Kite deseaba usar sus habilidades debía dar parte de su energía como pago; a veces llegaba a caer enfermo. Ya fuera con una ligera fiebre o hasta con casi una hospitalización. En el corto tiempo que llevaba allí había ocurrido lo segundo cuando el niño se enfrentó a una bestia que se había adentrado a las afueras de la ciudad.

    Claro, Kite no era tonto, hubiese dejado a la criatura en manos de adultos y tan sólo daría voz de alarma… pero, como había dos pequeños en peligro no se quedo de brazos cruzados mientras esperaba ayuda. Claro, Reidar conocía en parte las condiciones de aquella habilidad pues él también podía neutralizar ataques enemigos usando un elemento contrario al del adversario.

    Así fue como pensó en Rayner, un niño que estaba siendo entrenado para las batallas, especializándose en el espionaje y recaudación de información. Era el hijo de un amigo, así que a ese ángel no le pareció mala idea lo que le ofrecía. Y al parecer Kite no le dejaría las cosas sencillas.

    —Rayner~ ¿me podrías dejar sólo un instante? —pidió el pelirrojo, buscando al aludido entre las ramas de un árbol.

    —¡No! ¡Se supone que soy tu sombra! —le reclamó el ángel, de cabellos oscuros y ojos azulados.

    —Entonces me escaparé —afirmó mirando la hora, ya debía dejar de jugar con el pobre chico o no llegaría a tiempo al otro lado de la ciudad.

    El de ojos verdes desplegó sus alas para empezar a volar, claro, al momento su guardián lo imitó. Si no fuera porque recién se había lastimado una de las alas mientras era perseguido por el mayor, ahora mismo ya lo estuviese perdiendo. Si, definitivamente Rayner necesitaba mejorar mucho, y rápido.

    Justo ambos aterrizaban cuando en la entrada un grupo de quince ángeles se adentraba, el que les guiaba era uno blanco que llevaba de la mano a una pequeña con alas grises y cabello rubio. Kite le sonrió en un intento de saludarla, pero ella simplemente se aferró más a su padre.

    —La has asustado —esta vez fue Rayner el que se burló, Kite se limitó a golpearlo con el codo.

    Tiempo después, de vez en cuando los dos niños se cruzaban con la pequeña. Los intentos del pelirrojo para entablar amistad con la pequeña eran simplemente fallidos, lo peor es que el de cabello moreno terminaba siempre con un golpe por alguna tontería que salía de sus labios.

    Un año después, cuando el guardián vio a ambos niños llegando juntos tuvo que tragarse sus propias palabras: “nunca lograrás que te hable”, le había dicho en ese entonces. Claro, Kite no la había invitado la noche pasada a estar con él durante el festival para que Rayner casi colapsara del susto, no, lo había hecho para alegrar un poco a la pequeña tras verla tan triste.

    —Emilie, él es Rayner —presentó Kite— desde ahora ella pasará el día con nosotros.

    Y vaya que fue divertido después de ese primer día. La rubia pronto empezó a mostrarse más abierta ante ambos chicos, incluso llegando a hacerles algunas bromas pesadas al invocar de la nada a su querida quimera mascota: Anarquía. Que, de hecho, había adquirido antes de llegar a Ametz.

    Incluso Emilie llegó a mostrar ser una buena luchadora en las pequeñas rencillas o entrenamientos en los que Kite se veía envuelto por su propia mano. Lo único bueno fue que al final Rayner había logrado atrapar al pelirrojo en la mitad de sus “escapes” aunque por lo menos lograba ocultar mejor su presencia del chico, que casi parecía que tenía un radar natural para conocer su ubicación.

    Antes de darse cuenta los años fueron pasando, Ametz se había vuelto una ciudad prospera y llena de vida gracias al esfuerzo de Reidar como líder y a los esfuerzos de los habitantes. Kite, por su lado, era tratado igual que su padre; muchos estaban seguros de que sería un buen líder algún día, pues velaba más por el bien de su pueblo que por otras cosas.

    Desafortunadamente dentro de poco, mucho más temprano de lo que a él le hubiese gustado, se volvería el pilar de esa ciudad.
     
  15.  
    Hibari.

    Hibari. Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    569
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    141
    Nombre: --
    Categoria: Palabra [Lógico]
    Colectivo: Digimon Evolution.
    Palabras: 121
    --
    El Digimundo burlaba todo lo que era lógico en el mundo real, era como un mal chiste.
    En el Digimundo los animales hablaban, y eran conocidos bajo el nombre de “Digimon”.
    En el mundo de donde provenían los ocho elegidos, si afirmabas haber escuchado hablar a algún animal —o cualquier cosa que no fuese humano— se te tachaba de loco. Y en casos muy extremos, eras internado.
    Las plantas se convertían en pájaros, los gatos en perros, los lobos caminaban en dos patas, las flores hablaban. Todo lo que se conocía como “Ilógico” pasaba a ser “Lógico” en el Digimundo.
    Ellie comenzó a comparar ese lugar con el País de las Maravillas.
    Y la verdad, ya comenzaba a sentirse como Alicia.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  16.  
    Sango_extermina

    Sango_extermina Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    23 Abril 2005
    Mensajes:
    1,229
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1908
    Desafío No. 7

    Título: Desde las Cenizas.
    Capitulo: Tres.

    Colectivo: Anyelus.
    Personaje(s): Kite, Reidar, Emilie, Rayner.
    Sinopsis: Dentro de su corazón se había formado la oscuridad y ni siquiera toda la luz que se le pudo haber entregado haría desaparecer esas sombras. Las razones por las que él se volvió el líder que era ahora.

    Palabras: 1532 + Titulo.
    Advertencia: Este capítulo puede contener un ligero contenido de violencia.

    Desde las Cenizas.

    Emilie observaba desde una ventana el trabajo de oficina que se llevaba a cabo en la base de la ciudad. Allí es donde Reidar pasaba la mayoría del tiempo y la pequeña, a pesar de tener doce años, quería entrar allí y ayudar de alguna manera. No le era suficiente con las rondas que hacía diariamente al lado de Kite y Rayner.

    Se encontraba tan concentrada mirando por la ventana de ese cuarto piso que ni siquiera notó cuando el pelirrojo se colocó a sus espaldas junto con el moreno que simplemente negaba con la cabeza.

    —¿Es divertido? —le susurró en el oído, provocando que al rubia se asustara tanto que perdió el vuelo por un instante.

    —¡No me asustes! —Emilie se quejó, Kite se disculpo al instante.

    —¿Qué hacen aquí, niños? —Reidar abrió la ventana, mirando al trío.

    —Buscábamos a Emilie para empezar las rondas, señor.

    En ese instante el líder de la ciudad se mantuvo pensativo unos segundos, les pidió que esperaran mientras revisaba algunos papeles y luego avisó que saldría. El trío se hizo a un lado para que pudiese salir por la ventana.

    —Tengo una pequeña misión para ustedes —les sonrió mientras mostraba un pequeño mapa— algunos ángeles se han reunido para llegar a la ciudad, pero como ninguno de ellos conoce el camino les haremos escolta.

    Para Rayner y Kite aquella misión era emocionante, Emilie dudó un instante pero al enterarse de que Reidar iría con ellos se apuntó también a la idea. Después de todo, un adulto experimentado los asesoraría para hacer bien el trabajo, por no decir que los mantendría alejados del peligro.

    Así es como terminaron sobrevolando un área montañosa en el extremo Este de Alba. Se suponía que el grupo esperaría en un paramo, Kite se adelanto un poco. Observaba las afiladas rocas cuando de la nada sus ojos distinguieron grandes manchas de color escarlata y poco a poco cuerpos de ángeles con alas grises iban adornando el paisaje.

    Se detuvo al instante, Emilie cubrió su boca al observar la escena y Rayner cerró los ojos con fuerza. Padre e hijo descendieron en un instante, los otros dos no tardaron en unírseles.

    —Busquen supervivientes —ordenó el mayor, sus ojos se mostraban serios, con un brillo que hizo al moreno tragar saliva— sean cuidadosos, no sabemos si quienes los atacaron continúan aquí.

    Eran alrededor de cuarenta ángeles, Reidar no había imaginado que algo así volvería a suceder. El único caso semejante donde ángeles blancos, generalmente guardias de las fronteras, que habían atentado contra los híbridos que intentaban llegar a Ametz fue el padre de Emilie había desaparecido. Para ese momento ya lo creían muerto.

    Rayner creó con su habilidad un par de unidades de carga que en general servían para transportar materiales o varios artículos. “Una especie de láminas con barrotes”, o así es como el de ojos azules los describía. Servirían para transportar a los supervivientes, no fueron tantos como les hubiese gustado, un total de doce entre niños, jóvenes y uno que otro anciano que se encontraba en el grupo.

    Casi todos estaban para ese momento recuperando la conciencia, algunos con heridas más graves que otras. Lo peor era escuchar los llantos y gritos de horror que despedían al darse cuenta de la masacre. Reidar los tranquilizaba, aunque quisiera sería imposible para ellos llevarse los cuerpos, no si es que los causantes continuaban en los alrededores.

    Y no lo estaban, de la nada el cielo se había nublado y un rayo se lanzó justo donde Rayner y los supervivientes se encontraban. Kite dio un saltó hasta allí, reflejando el ataque hacia el que lo lanzó. En efecto, no se encontraban demasiado lejos, los soldados salieron casi de la nada, más de treinta sin duda.

    El ángel negro no tuvo ni tiempo de ordenar nada, pero era más que obvio que ellos tres debían proteger a aquellos ángeles. Rayner hizo aparecer un par de espadas entre sus manos, esfumándose con la misma velocidad en la que las armas habían aparecido. De repente reaparecía en las espaldas de algunos soldados para atacarlos desde su ángulo ciego.

    Emilie había invocado a Anarquía, dándole de comer una galleta para que la pequeña quimera se convirtiera en una gran criatura que no dudó ni un instante en destrozar con sus fauces a todo enemigo que sus dientes, e incluso garras, alcanzaran. La rubia apoyaba a su mascota con su peculiar ataque en el que manejaba a las rosas y sus pétalos como si fueran pequeñas dagas.

    Kite se limitaba a cubrirles lo más que podía. Era demasiado extraño, caían y caían pero de alguna manera parecían aparecer más. Reidar había comenzado a excederse con su habilidad para acabar con la mayor cantidad posible de soldados. Todo le estaba indicando que se encontraban ante una emboscada.

    Los ojos del líder de Ametz pasearon un instante por los tres niños a los que había mandado a la boca del lobo. El sudor recorría las frentes de cada uno, jadeantes debido a un esfuerzo al que no estaban completamente acostumbrados, incluso su propio hijo apenas y podía mantenerse en pie al igual que él.

    Nuevamente los estaban rodeando aunque en esta ocasión sí que eran sólo veinte ángeles blancos, Emilie hizo volver a su mascota, la criatura estaba bastante herida por recibir el impacto de tantas armas. Fue en ese momento que Reidar notó la peculiar sombra que estaba sobrevolando, sus ojos miraron al cielo, donde tres arqueros se proponían a lanzar sus flechas sin piedad.

    —¡Cuidado! —gritó, haciendo aparecer una inmensa pared de fuego.

    Las saetas se deshicieron ante el abrumador calor, las llamas atacaron a los arqueros, devorándolos en un instante. Pero de un momento a otro las flamas desaparecieron junto con el quejido del líder de Ametz.

    Kite observó, impotente, como uno de los soldados había clavado su espada contra el pecho de su padre. Aprovechando la distracción decidió acabar con la vida del ser más peligroso de ese cuarteto. El rostro del soldado era victorioso.

    —¡P-Padre!

    El pelirrojo intentó acercarse pero su guardián lo detuvo. Emilie también lo sostuvo de un brazo. No podía hacer nada, sólo mirar como el cuerpo del mayor caía al suelo. Los niños que habían salvado lloraron más fuerte, los más grandes intentaban contener sus gemidos. Kite se arrodillo en el suelo derramando algunas lágrimas, aquellos ángeles se preparaban para acabar con ese grupo en el siguiente ataque. Sus dos amigos se preparaban para otro posible enfrentamiento.

    ¿Sería el fin? No, no si él podía evitarlo.

    No le quedaba suficiente energía como para usar su poder, pero su padre le había comentado una vez que si quería que su habilidad fuera mucho más poderosa debía entregar parte de su vida a cambio. Sonrió. Al final no perdía nada con intentar.

    Se puso en pie una vez más, todo parecía lento ante sus ojos. Por lo que había visto ante la batalla, la mayoría poseía habilidades que eran débiles contra la tierra; recordó las afiladas rocas en las montañas que los rodeaban. Movió sus manos con fuerza, la montaña empezó a moverse, adquiriendo movimientos irreales. Primero, levantando una pared alrededor de los enemigos para cortarles el paso, el suelo empezaba a alzarse y de las paredes y piso decenas de estacas empezaron a emerger hacia todas direcciones, cerrándose en una mortal caja antes de que todo se desplomara para sepultar los cadáveres.

    Lo que último que Kite alcanzó a distinguir antes de caer en la oscuridad fue al ángel blanco que mató a su padre saliendo a duras penas de entre los escombros. Si tan sólo no se hubiese desmayado en ese instante habría acabado con su vida.

    Pero su cuerpo ya no podía aguantar más, simplemente colapsó. Cinco días después de aquello despertó en su cuarto, Emilie le había contado que tras que se desmayara Rayner decidió que lo mejor era marcharse antes de que más soldados llegaran, un desastre de tal magnitud no iba a pasar desapercibido por nadie.

    Pero aún así la reina jamás se entero de ese incidente. De que sus propios hombros habían atentado contra la vida de su propia raza.

    Ametz había perdido a su líder, pero Kite no iba a permitir que la ciudad que su padre construyó y cuido hasta el final se derrumbara. No, la volvería más grande y con la suficiente fuerza como para protegerse. Su pueblo no sufriría mientras él estuviera cerca.

    Ese mismo día, a tres semanas de que Kite cumpliera los catorce, él se autoproclamo el nuevo líder de su ciudad. Nadie se negó, a pesar de ser tan joven estaban seguros de que haría un buen trabajo.

    Rayner y Emilie a su lado le daban fuerza, aunque no podían evitar estar preocupados. El corazón de su nuevo líder había adquirido una sombra más, aunque no les mostrara ese lado oscuro que desde pequeño se había formado allí no significara que no existiera. Ni por más luz que pudiera tener, esa penumbra siempre se encontraría allí hasta el día en el que él muriera.

    Quizá su propia justicia era la que mantenía a raya a esa maldad y la que, además, lo volvería el mejor líder que podía ser.

    Fin.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  17.  
    Hibari.

    Hibari. Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    569
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1573
    Nombre: --
    Categoria: Desafio [Nº 8]
    Colectivo: [HOTD]When the World is ending.
    Anime/Manga: Sailor Moon [Sí, leyeron bien xD]
    Advertencias: Me quedó muy fail -w-Uu Y es como una adaptación del capítulo uno del anime.
    Palabras: 1.376
    ---
    Una noche larga, de luna llena. La oscuridad cubría todo, las luces estaban apagadas o mejor dicho, no funcionaban. La luna en esos momentos, era el reflector para tres protagonistas.
    Tres siluetas femeninas se marcaron al subirse a un tejado, puesto que la luna las iluminaba por detrás. Lo único visible eran sus ojos, o mejor dicho sus lentes, por lo menos en el caso de una.

    —¡Soy Sailor Moon y te castigaré en el nombre de la luna! —la muchacha que estaba en el medio hizo una pose heroica. Sus largas coletas bailaron en la suave y burlesca brisa que soplaba a las 12:18 AM.

    ——


    Verano, la estación en la que el sol daba con todo a los pobres adolescentes que iban a clases. Sora caminaba por la acera, arrugando un pedazo de papel.

    —Me aburro —murmuró para luego arrojar hacia atrás el papel arrugado, el cual resultaba ser uno de sus muchos exámenes reprobados.
    —Tus calificaciones hacen que me den ganas de dar un grito a los cuatro vientos —murmuró Sakura mostrando en su mano el examen.
    —Sin ganas de estudiar últimamente —musitó la de cabellos negros.
    —Pero si muchas ganas para el club de Kendo —habló una rubia, quien cruzó la calle para acercarse a las dos jóvenes—O mejor dicho “Muchas ganas al líder del club de Kendo”
    —En ningún momento dije eso —alegó la de ojos azules—Ando muy floja en Kendo ahora que lo pienso…
    —Mi tiempo para los experimentos se vieron reducidos drásticamente —susurró Yagami—Quizás podría crear algo como un… —todo lo que decía era muy complicado de entender para las otras dos chicas. Demasiada ciencia para ellas, definitivamente.
    —Hay una barata de joyas a dos cuadras de aquí —comentó la rubia, señalando a sus espaldas—¿Vamos?
    —Esta bien, no tengo nada para hacer —contestó Sora, luego se volteó a mirar a Yagami, quien seguía con sus cálculos mentales, moviendo su dedo como si estuviese escribiendo algo en una pizarra invisible.

    Las otras dos chicas se miraron mutuamente para luego tomar de las muñecas a la mayor del grupo. Después comenzaron a caminar, jalando a Sakura con ellas. En conclusión: La secuestraron.
    Caminaron hasta llegar a la tienda, y entraron. Había bastantes mujeres, todas luciendo joyas que al parecer, acababan de comprar.

    —Veamos algo para Sakura —sugirió Hikari arrastrando a la joven intelectual. Sakura simplemente se quedó viendo como la rubia le elegía unas joyas. La verdad, nunca comprendería que es lo que la gente veía en esas piedras coloridas y brillantes...

    Su compañera eligió un collar que tenía una piedra verde y se lo colocó para ver como le quedaba. Después continuó viendo lo suyo, definitivamente todo lo que había bien quedaría hermoso en ella según lo que pensaba.
    Eligió unos pendientes rosas y un collar con una piedra que —según el empleado—cambiaba de color según sus emociones.

    —Ese color le queda de maravilla —alagó el empleado de cabellera roja. Hikari se sonrojó suavemente. El joven soltó una suave risa al ver como la piedra del collar cambiaba a un rojo intenso.

    Sora acabó siendo expulsada de la tienda, demasiada gente adentro que terminó siendo empujada hacia afuera. Luego salió la joven de grandes lentes y cabello castaño. Inmediatamente se quitó el collar y lo tiró por ahí, no era su estilo.


    —Vámonos —pronunció Yagami. La de ojos zafiro asintió y se fueron.


    ——


    En las sombras, en algún lugar totalmente ajeno al plato tierra. Los planes malvados se iban trazando.


    —No lo olvides, Kakeru. En lo que buscan el cristal de plata tienen que reunir energía —dijo una mujer de aspecto terrorífico, sentada en una silla mientras sus manos de largas uñas acariciaban su bola de cristal.
    —No lo olvidé —contestó el joven de cabellos marrones—Ahora Hayato está con Morgana. Ellos se encargaran.
    —Que así sea…


    ——


    —Me siento cansada…—susurraron varias mujeres dentro de la tienda. Poco a poco varias fueron cayendo al suelo, entre ellas, Sakura e Hikari.
    —Este negocio anda muy bien —dijo divertida la encargada, sonrió con malicia y extendió su mano. Donde podía verse un resplandor verde flotando sobre su palma.
    —¿Y qué haremos con todas estas mujeres, Morgana? —preguntó el pelirrojo.
    —Ya veremos, Hayato —contestó simplemente.
    ——


    Dos figuras femeninas se pararon frente a la entrada la entrada de la Joyería. La luz que había era la suficiente para apreciar la ropa que traían puesta. Eran trajes similares a las de un marinero.
    La primera, una joven de largas coletas negras llevaba unos guantes y botas largas de color rojo. La falda era de color azul y en el centro del pecho llevaba un moño color rojo.
    Su compañera, en cambio, tenía un moño rosa y botas cortas de color verde al igual que su falda.


    —Aquí fue donde vi por última vez a Hikari —pronunció la de lentes—¿Qué crees que haya ocurrido, Sailor Moon?
    —Es posible que se trate de los idiotas de siempre, Sailor Júpiter —contestó la de coletas—Hace un momento mis…Antenas Parabólicas* o lo que sean me reprodujeron el sonido de Natsuko pidiendo auxilio —comentó—. Y ella estuvo en esta tienda hoy.
    —Entonces entremos —dijo y abrieron las puertas para entrar, extrañándose de que no estuviesen bajo llave.
    —Las estábamos esperando, Sailor Scauts —susurró una voz femenina. Ambas jóvenes se pusieron a la defensiva.
    —Ve Sailor Moon, búscala —dijo Júpiter—Yo me encargaré de ella.


    La de ojos zafiro asintió.


    —No podrás contra mi —alegó Morgana mostrando su verdadera forma. La cual hubiese sido mejor que no lo hiciera.


    De la tiara de la castaña salió algo similar a una pequeña antena.


    —¡Centella Relampagueante de Júpiter! —exclamó a la vez que en sus manos se formaba algo similar a una esfera de electricidad, la cual lanzó hacia su enemiga. Sin embargo, Morgana tuvo tiempo a quitarse del camino.


    -—


    —¡Hikari! —exclamó Sailor Moon al encontrar a la rubia. Sin embargo cuando iba a acercarse, Hayato se cruzó en su camino.
    —Apártate, Zanahoria —exigió la pelinegra.
    —Yo me encargaré, Sailor Moon —una voz proveniente de la gran ventana se escuchó, inmediatamente ambas partes voltearon a ver de quién se trataba.
    —Pero si es… ¿Torpedo Max? —preguntó la de coletas, tenía mala memoria para los nombres.
    —Parecido: Tuxedo Mask —corrigió el joven con una sonrisa. Vestía un impecable frac, parte de su rostro estaba cubierto por una mascara blanca que mantenía oculta su verdadera identidad. Su larga cabellera purpura, recogida en una coleta baja, bailaba con el viento que soplaba a esas altas horas de la noche.


    De un salto, Tuxedo Mask llegó a donde se encontraban. Hayato sonrió suavemente, mientras que Sailor Moon procuraba alejarse de allí.
    La de largos cabellos negros llegó al rincón en el que el cuerpo de la rubia descansaba. Se acercó y arrancó las joyas que la fémina traía puesta.


    —¡Vamos! —alentó—Transfórmate en Sailor Venus.
    —Es imposible que lo haga ahora —una felina negra apareció de detrás del pilar—Las joyas absorbieron su energía, está muy cansada para pelear.
    —Ya veo… —murmuró—Luna, cuida de ella. Yo iré a ayudar a Sailor Júpiter —ordenó y luego se puso de pie para ir hacia la castaña.


    Intercambió miradas con la joven capaz de dominar los truenos. Morgana era muy escurridiza. Sonriendo suavemente y corrieron en direcciones opuestas. Dejando a su enemiga en el centro.
    Sailor Moon se llevó la mano a la frente y se quitó la tiara dorada que tenía.


    —¡Tiara Lunar! —exclamó a punto de lanzarla—¡Acción! —y dicho esto, el accesorio que había comenzado a brillar salió disparado hacia el monstruo.


    Pero como no, Morgana lo esquivó.
    O al menos eso creyó, hasta que la tiara dio la vuelta y la apresó.


    —¡Centella Relampagueante de Júpiter! —la heroína de lentes repitió su ataque anterior y debido a que su objetivo estaba inmóvil.


    Morgana dio un grito de dolor y cayó vencida.


    —Parece que te quedaste solo, Fosforito —burló Tuxedo Mask.
    —Por ahora —Hayato sonrió suavemente, arrojó una bomba de humo y salió de allí.
    —¿Qué pasó? —preguntó Hikari recuperando el conocimiento.
    —Nada, descubrimos que las joyas son perjudiciales para la salud —rió Sailor Júpiter y Moon.
    —Nos veremos próximamente, Sailor Moon —el de cabello purpura sonrió y salió de allí.
    El planeta tierra estaba a salvo.
    Por ahora…
    ---
    Reparto:
    Sora no Etsune--> Sailor Moon.
    Sakura Yagami--> Sailor Júpiter [Originalmente iba a ser Sailor Mercury, pero el verde le quedaba mejor -w-]
    Hikari Suzuki--> Sailor Venus
    Nayuta Matsumoto --> Tuxedo Max
    Kakeru&Hayato: Malos (?

    *Antes Parabólicas: Es la forma en la que Sora le llama a las cosas esas que tienen en el pelo. Para las que recuerdan el cap 1 de Sailor Moon, a Serena le empiezan a brillar y escucha la voz de su amiga pidiendo auxilio.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  18.  
    Heather

    Heather Fanático

    Sagitario
    Miembro desde:
    25 Marzo 2009
    Mensajes:
    1,052
    Pluma de
    Escritora
    LOOOL, es como si me hubieses leído la mente, o mi estado de perfil cuando dije que quería hacer un colectivo de Sailor Moon.
    Soy tu inspiración (?)
    No me imagino a Sakura con uno de esos trajes; enserio, no me la imagino, jajajajajajajajaja. Hacen buen equipo las chicas :si:

    Me gustó, fue divertido y cool.

    Los dos de BW me gustaron, creí que en el primer escrito sí había sido de verdad, hasta hubiese quedado mejor así. Y cuando Annie le dice ésas palabras a Antonella fue, omg.

    Los de digimon también los amé.
     
  19.  
    Elizabeth

    Elizabeth Usuario popular

    Libra
    Miembro desde:
    11 Enero 2008
    Mensajes:
    748
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    903
    Colectivo: Winderstand der Nox
    Desafío nº 10
    Summary:Rosetta está cansada del bullicio de las reuniones y decide hacer algo al respecto /mal summary/
    Personaje(s): Todos.
    Nota: es feo, pero tengo tantas cosas que hacer que mi cabeza no daba para más.
    Palabras: 653



    Rosetta estaba cansada de los gritos, de las peleas y de los dolores de cabeza que su escuadrón le daba; pero ese día estaba inusualmente feliz.

    Al igual que la sala estaba en completo silencio.

    —¡Estoy harta de ese silencio, hablen de una vez no os va a comer!—gritó Cynder sorprendiendo a varios.

    En ese momento, Tsu entró a la sala, vestido con camiseta y vaqueros, se sentó al lado de la rubia inglesa.

    — ¡Hey! Perdón por llegar tarde Rosetta.

    La alemana sonrió, restándole importancia a la tardanza de nipón mientras comenzaba la reunión. Ivette prestaba atención a la palabra de su jefa, la francesa admiraba tanto a la alemana que se negaba a llevarla la contraria.

    Si ella tuviera el valor o el carácter para ser jefa…

    —¿Por qué no nos hace un resumen seño? Acabaríamos antes con tanta palabrería…— Kale, con los pies sobre la mesa, miraba el techo deseando salir de allí, era todo tan tranquilo.

    Lisbeth le mandó callar ¿Qué era eso de interrumpir a la jefa de escuadrón? Ni siquiera podía creer la mala educación que podían demostrar sus compañeros.

    —Haga el favor de continuar, Señorita Amsel— Vanger anotaba cada palabra que la alemana dictaba.

    A su lado, Alex estaba ocupado manteniéndose lo más alejado de sus compañeras féminas, quizás por el nulo contacto que mantenía con su hermana.

    Ojala fuera él como su hermana, quien no tenía ningún problema en entablar conversación con el más tímido del grupo: Viktor.

    En un rincón, Minato se las ingeniaba para dormir.

    Posiblemente ese era una de las reuniones más tranquilas del escuadrón de Jaggers, si omitían por supuesto algún comentario fuera de lugar por parte de Cynder y Kale.

    Cuando unos vasos de café saltaron sobre los folios de la sueca, se podría decir que el pacifico ambiente desapareció. El resto de vasos volaron por los aires, varios aterrizaron en la cabeza de la griega.

    Ella averiguaría quien había sido y se lo haría pagar, con muchos intereses. Mientras Kale se escabullía mientras soltaba alguna que otra risa.

    Lara gritaba cosas a su hermano quien recriminaba los insultos, a veces pensaba que su extraña fobia a las mujeres la causaba ella.

    Tsu intentaba separar a los hermanos, después de todo era de mala educación pelearse con una mujer.

    Viktor se mantenía aislado de la pelea, sentado junto a una soñolienta Minato que ignoraba cualquier actividad.

    Tanto Ivette como Rosetta y Lisbeth intentaban calmar el ambiente, no había que ponerse allí por un poco de café derramado.

    De repente Minato llamó la atención del resto.

    —¿No sentís que esto es ligeramente extraño?

    Todos callaron ante sus palabras… Era cierto ¿desde cuándo se comportaban así? Mientras todos pensaban, intentando acordarse de si solían actuar así, Vanger hablaba con una de las cámaras.

    De repente, sonrió con su típica sonrisa.

    Todos comprendieron y salieron de la habitación, dejándole a Tsu el resto.

    **

    Una enfadada Rosetta derribó la puerta de una de las salas de mando. Los Jagger sólo escucharon ruidos de golpes y alguna que otra súplica.

    —¡Idiota, te dije que lo hicieras cuando yo no estuviera!—gritó Amsel que, al ver por el reflejo el rostro de su equipo supo que debería haberse callado.

    —¿Qué tendría que haber hecho cuando te fueras, seño sargento~? —la sonrisa de Lisbeth se acentuó.

    Ese día se enteraron de que un jager era capaz de cambiar las personalidades y que Rosetta, cansada de las peleas dentro de la sala de reuniones, decidió ver como serían las reuniones si las personalidades fueran las contrarias.

    Aún así no se esperó que, aunque Ivette y Lisbeth estuvieran quietecitas, fueran Cynder y Kale quienes armaran tal escándalo.

    A partir de ese día todos estuvieron inusualmente callados en las reuniones y Lisbeth se escabullía a cualquier habitación con tal de no molestar a la seño sargento.

    La experiencia de ser una Lisbeth educada y aplicada todavía le daba escalofríos.
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  20.  
    Hibari.

    Hibari. Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    569
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Colectivos in Action
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    205
    Anto: Hahaha, es una gran coincidencia. Yo anoche lo estuve escribiendo y hoy leo tu estado. Pensamos igual (?
    Yo tampoco, y si lo usa me imagino quejandose de la falda corta y todo esoxD
    Gracias por comentar~~
    ----
    Nombre: --
    Categoria: Palabra [Imaginación]
    Colectivo:Digimon Evolution
    Palabras: 103
    ---
    Cerraba los ojos y dejaba volar su imaginación.
    Ella era la princesa de aquel mundo.
    Y él era su príncipe encantador que venía a rescatarle.
    Su mano sostuvo la de ella con firmeza, pero a la vez con la suavidad que sólo él tenía.

    —Vamos, Bridget —pronunció el de cabellos azules. La estrechó en sus brazos, cargándola al estilo nupcial. Mientras tanto, ella imaginaba una fuga amorosa, como en las películas. Y pudo haber seguido en su mundo fantasioso, hasta que una odiosa voz habló:
    —Princesita, deja de fantasear —bufó Ayumi cruzándose de brazos—Allen no te estará bajando de los árboles siempre.
    ----
    Nota: Por si no se entendió. Bridget como que quedó enredada en los cosos de un árbol [Buscando qué? Adivinen, lol] y Allen la tiene que ir a salvar~~
    ----
    Palabras faltantes:
    1. Apatía
    2. Desafío
    3. Favor
    4. Reloj
    5. Orquesta
    ----
    Desafios Faltantes: 2, 4, 9 , 10
     
    • Me gusta Me gusta x 3

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso