Cocina

Numéria Russo

Enarqué una ceja al oírlo, para luego encogerme de hombros y centrarme en lo mío.
—No me interesa lo que haya ocurrido en otras habitaciones, chico —fue lo único que agregué con mi tono más neutro y desinteresado, pero al menos la suavidad ligera se mantuvo, la cual no demoró en tornarse más melosa cuando alagué a Génesis por acertar.

Luego me respondió la amenaza de hacernos perder con cierto... ingenio, pasando por alto mi comentario sobre su atuendo. Lo miré desconcertada, otra vez alzando una ceja más que la otra, acción que me valía también una mueca marcada de boca, todo acrecentándose de manera lenta y paulatina. Lo que apareció más rápido fue la sonrisa amplia, a boca abierta y haciendo resaltar mis hilera superior de dientes, entornando en demasía la mirada. Antes de que pudiera ver mi lengua o algo, el dorso de la mano ya cubría mi boca, y en ese momento la risa profunda y con cierta burguesía empalagos. La verdad es que escucharla tan fuerte me fastidiaba, no era mucho de reírme. Bajé el brazo con calma, ladeando la cabeza luego, aún con los ojos entrecerrados con algo de jubilo y la sonrisa aún aterciopelada, más sutil.
—Creo que no me estás entendiendo, lindo

Tras eso hice la elección de palabras, que me la rechazaran me hizo sacar un leve puchero, pero bueno, ya sería. Aparte, el comentario de que el ahorcado era un juego que Génesis y sus amigos jugaban desde hace tiempos mi inundó el rostro con una sonrisa amplia y tierna, conmovida sin perder ese característica sobria, aunque ahora tomaba un tono algo cálido.
—Eso está bien —respondí con simpleza, cerrando los ojos al momento de extender un poco mi sonrisa a labios cerrados.

Y luego las palabras de nuestro querido kitsune volvieron a llamar mi atención. Volteé a verles sin prisas, con esos ojos somnolientos que cargaba encima, de pestañas largas y sonrisa extensa, pero aún así de cierta forma discreta.
—No oculto nada, darling; para eso buscaría un lugar privado —dije la segunda parte en inglés, otra vez por comodidad.

Tras eso volví a centrar mi vista en el papel, uniendo los cables con la información que me había brindado... Efectivamente, aquel organizador debía ser de la Academia Sakura. Vaya cosas~ Para asumir que pertenecía a ella, dudaba que hubieran más de ese calibre por los alrededores, merecedores de tal extravagante celebración...

Aunque de todas maneras me parecía un derrochamiento increíble de dinero.

... Vaya, que lástima. Sonreí desde mi lado a Génesis, mirándola de costado, una sonrisa más bien de compasión, sin mediar palabra pues el teñido me las quitó de la boca, cosa que quebró mi gesto en cejas arqueadas cierta pena y sonrisa más risueña, a ojos cerrados.
—Je —solté básicamente al exhalar.

Hablando de astucias y zorros, eh. Mi mirada entornada y sonrisa amplía cayó en el pelirrojo otra vez, mientras apoyaba el costado izquierdo de mi rostro en mi mano, la cual el codo sostenía el peso reposando en el mesón.
—No te has dormido en clases de biología al parecer~ —dije en ese tono aterciopelado, suave y ligeramente dulzón, melodioso, con ganas de bromear más que otra cosa. Aunque en cuanto dijo lo de tabasco mi mirada viajó de sus orbes verdosos a la hoja, para luego volver a centrar mi visión en él—, ¿no crees... que todo lo nombrado es algo extravagante?

Volví a mirar la hoja, acomodando un brazo por delante de otro, recargándome sobre la mesa y haciendo movimientos de cabeza ligeros y precisos para que mi cabello se moviera a dónde me apetecía: Cubrir mi lado izquierdo, despejando el derecho dónde estaba Génesis. Y hablando de ella, mi mirada de preocupación no demoró en aparecer, la cual consistía en más de lo mismo; ojos entrecerrados y una sonrisa suave, pero por dentro una calma peculiar se hacía presente. Querida, te estás poniendo nerviosa. Pero bueno, que verbalizarlo solo haría más obvio lo que, de seguro, no deseaba aparentar. Así que solo cerré mis ojos y, animada con la calma que cargaba, le celebré.
—¡Correcto! —dije sin salirme del volumen neutro, adelantándome a la mesera.

Y debo admitir que el comentario del rubio sobre... ¿tripulación, había dicho? Logró sacarme una sonrisa melodiosa y calmada, antes de volver a centrar mi vista en el papel. Vaaamos, ¿qué podía ser? Los números estarían entre cero y cinco, aquello era claro, pero la palabra del centro seguía siendo desconcertante.

Pero entonces, me volteé a ver a mi compañero otra vez. Ehhh~ Le sonreí de esa manera felina, atenta a su truco de magia.
—Nada mal~ cielo, eso fue agradable de ver —fue lo único que dije, guiñándole un ojo sí es que llamé su atención, pues luego mi propia mirada volvió a recaer en el papel con la adivinanza...

¿Podría ser...? Solté una risa grave, apenas audible, cuando la mesera rellenó los espacios correspondientes con la L, descartando la G. Vamos, que era lógico y aún así el otro se arriesgó por la G. Nada mal el juego, la verdad. Aparte, a ratos le mandaba miradas de reojo, silenciosas, al dúo, que cada vez se veía más tranquilo, o al menos la sincronización entre ellos los alejaba de mi propia onda y eso me agradaba.

En eso llegó otra chica, casi de manera similar que al pelirrojo le brindé una mirada seria, con el ceño solo un poco fruncido, pero como noté que su interés era precisamente el pelirrojo, solo centré mi atención en el papel, de una forma más concentrada y seria. Eso sí, rodé los ojos en cuanto escuché algo relacionado a una disculpa, ¿no podían buscarse otro lado para hablar de sus cosas? Como fuera, que Génesis acertara regresó una sonrisa en mí, más aterciopelada y felina, curiosa de lo que se iba formando ahí.
—Bien hecho, linda —fue lo único que prácticamente musite.

Y bueno, a pesar de que logré transformar en murmullos su intercambio personal, ignorándolos con habilidad, que el loco aquel hiciera movimientos peculiares logró erizarme la piel de mala manera. Mi mirada miel terminó clavada en él, con silencio absoluto, por bastantes instantes. Prácticamente bufé, pues solté todo el aire contenido por la nariz, pero de todas maneras el sonido fue ligero y sinuoso. Lo miré de pies a cabeza, al menos no parecía haberse llevado nada, pero bueno. Yo ya me encontraba lo suficientemente indignada por su intención.

Sí es que lo hizo, tampoco tenía como comprobarlo, pero bueno. Mi mirada de leve enfado, en total silencio, volvió a recaer en el papel mientras apoyaba mi rostro en la mano ahora con más cansancio que ligereza. EL jueguito al menos me ayudaba a despejar la mente de los recientes eventos que me hacían entrar en cólera. Joder, tal vez no fue la mejor opción venir a esta fiesta, pero bueno, demasiado temprano aún para arrepentirse, ¿no? Al menos el chico adivinó el cero, pero me desconcertó que no hubiera sido el cinco. Vaya, extraño, ¿el otro caería en uno o dos?

Lo que fuera, intenté no centrarme en la sombra de la chica, que ahora cada movimiento de los otros dos me ponía nerviosa, y más bien miré sorprendida en cuanto, efectivamente, el último ingrediente fue la mayonesa.
—Quién lo diría —musite, para luego brindarle una sonrisa cálida a Génesis—, bien hecho...— Y luego a los otros dos chicos—, la verdad es que creo que todos lo hicieron bien —proseguí suave, a ojos cerrados, para luego sacar el rostro de mi mano y volver a recargarme sobre el mesón con un brazo por delante del otro, analizando los ingredientes ya expuestos, aunque no demoré en que mi mirada calma cayera sobre la mesera...

Ehhh~ ¿Nos iba a deleitar con el trago? Mi sonrisa se extendió, felina, ¡eso sonaba más que bien! Mi mirada no demoró en tornarse en seriedad absoluta, observando con minuciosidad cada movimiento, proceso y demás complementos, mandándome de manera inconsciente un sensación que a ratos era agradable, otras desoladora y angustiante; aunque esta vez se mantenía en estupefacta, a pesar de que mi mirada se mantuviera centrada... En cuanto terminó el trago, volví a sonreír amplio, ladina, y no demoré en erguirme como correspondía, manos sobre la mesa. Ladeé un poco la cabeza, sonriendo con suavidad y algo de sensualidad mezclada por ahí, por la simple emoción, supongo.
—Claro que sí, madame —hablé calmada, sin perder en ningún momento el gesto suave y sonriente.

Génesis prácticamente habló conmigo, mi mirada de terciopelo viajó hacia su figura, su rostro de perfil, sonriendo gatuna le hablé.
—Me alegra que también seas valiente, querida—. Lo decía de manera sincera, luego miré a los otros dos— ¿Se animan? —fue lo único que comente, monocorde y con la sonrisa algo más apaciguada, con los ojos somnolientos entornados.

En cuanto tomé el vaso de shot cuando me correspondía, rodé los ojos ante la respuesta del pelirrojo.
—Claro, mejor un escorpión que un dolor de estomago, ¿no? En fin —dije algo acelerada, y a pesar de que mi voz se mantuvo monocorde y mi mirada centrada en el trago, sí se notaba el hastío y hasta cierta rudeza con la que dije las cosas. Sí lo admitía, pues bueno, supongo que era por que no me molestaba que así lo sintiera él.

Bueno, qué más da: Me empiné el shot, tomando lo suficiente, pero tampoco arriesgada. Un trago pequeño, pero trago al fin y al cabo, nada de sorbos ni pequeñeces.

Sí ibas a lanzarte a algo, que fuera como correspondiera.

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Chale, siento que esto ha sido lo más largo en un rol que he escrito hasta el momento XD *c muere *

 

Numéria Russo

Uhm... Iugh, asqueroso. El trago pasó sin problemas por mi garganta, mientras todo mi gesto se arrugaba con desagrado ante el sabor, en un absoluto silencio mientras veía lo que sobraba en el vaso. Miré al rubio, que parecía haber sufrido el triple que yo, o eso demostraba. La expresión de Génesis... Volteé a ver a la moza, con una sonrisa ladina y ojos entornados, aún con el shot levantado a la altura de mis hombros con ligereza.

Le sonreí entre cordial y bromista, lo segundo supongo que se notaría en mi mirada, o tal vez en mi tono aterciopelado de voz, o tan solo por la situación extravagante en la que nos encontramos.
—Un gran trago, definitivamente —cerré los ojos luegos, sonriendo risueña, ampliando la broma—, como para impresionar al jefe, en la fiesta de año nuevo de la agencia, ¿no cree?—. Tras eso dejé con suavidad el shot en el mesón, lejos del borde, cosa que un borracho cualquiera tuviera dificultad para pasar a llevarlo.

Luego le brindé una sonrisa y mirada más sobrias a la señorita.
—Gracias por tomarse las molestias de prepararlo—. Y otra vez los ojos cerrados, la sonrisa recatada—, será memorable —finalicé.

Luego de eso miré a mis alrededores, notando como la pobre de Génesis... tenía algo de dificultad a la hora de caminar. Me dirigí hacia el rubio y de paso, supongo que al dúo extravagante de la rizada y el pelirrojo. Le hice una leve reverencia, al estilo japonés mientras mi mano izquierda reposaba en el mesón con suavidad.
—Gracias por la compañía—. Alcé el rostro a ojos cerrados, sonrisa amplia—, luego sabremos sí llegamos a toparnos—. Me di media vuelta y sacudí mi mano derecha con suavidad.

>>Bye, bye~

 

Había mandado un par de fotos a una de sus mejores amigas en la base donde solía vivir realmente sin esperar a que ella le contestara por la diferencia horaria y vamos, una vez que hubo un par de mensajes no se pudo evitar iniciar una llamada que la acompañó en la mayoría de exploración de la planta baja mientras daba uno que otro trago a su bebida bastante animada que se volvía videollamada cuando encontraba algo bonito que mostrarle y podían coincidir una y otra vez con lo mismo: No era algo que esperaban de la gente rica en japón.

Mucho menos que ella hubiera terminado en una casa de alguien bastante adinerado en japón.

Lamentablemente la diferencia horaria terminó pasando factura y tuvo que eventualmente colgar cuando se adentró a otra de las habitaciones para buscar algo de picar, guardando su celular en uno de los bolsillos de su traje, dejando la copa en la isla que había allí para poder hacerlo de una forma un poco más cómoda.

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Gigi Blanche

 

Ni siquiera pudo tomar un segundo bocado de los aperitivos que había cuando escuchó que le hablaban, no tuvo problema en girarse y ver de quien se trataba algo divertida por aquel todo que había usado, algo más feliz de lo que hubiera imaginado que recibirías a alguien pero vamos, no le molestaba para nada, de hecho, la sorpresa de ver que se trataba de una chica pelirroja hizo que todo fuera un poco más divertido. Sabía bien que no llevaba bastantes días en la academia pero estaba completamente segura que no había tantos pelirrojos allí para no ser completamente irreconocibles.

—¿Ah en serio?~ Me halagas, me halagas —Posó incluso un poco para que la viera mejor y con cuidado retiró la mitad de su saco para que viera mejor el top que llevaba y como era todo en sí —, también podría ir de este estilo así que vengo bastante cómoda para la ocasión~

Y ahora que la podía pasar la mirada de arriba a abajo para verla bien, inclusive podía entregarle el saco y que ella lo luciera sobre sus hombros o algo por el estilo.

—De igual forma tu no te quedas atrás, me encanta todo tu conjunto y el peinado, resaltas bastante, es muy lindo. —Caminó hacia la isla donde había dejado su copa y la alzó ligeramente como si estuviera brindado a su comentario para que viera que era cien por ciento honesto y bebió un poco después antes de volver a acomodarse su prenda.

>> ¿Te la estas pasando bien?~

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Cuando la vio acercarse para tocar su saco ensanchó su sonrisa un poco más al parecerle lo más tierno del mundo, por las pocas interacciones que había tenido con ella estaba segura que había algo extra que la llevara a actuar de esa forma tan suelta y animada, probablemente incluso tenía suerte de que ese fuera el efecto del alcohol tuviera en ella. ¿Aunque que tan gracioso sería que pudiera convivir con una versión grumpy de ella por lo mismo?

Quizás también sería cute.

—Thanks for noticing~—Le dio un pequeño guiño acariciando con la yema de sus dedos parte de su collar, al verla posar como ella había hecho volvió a dejar su copa para dar pequeños aplausos de emoción para animarla a seguir —, hasta tienes vibras angelicales, me siento hasta afortunada, no te miento~

Los accesorios plateados, la mascara, el peinado, vamos...era toda la pinta inspirada en una clase de personaje angelical que le quedaba bastante bien.

—Ya somos dos, en mi vida había creído verme en una fiesta de este estilo y me he entretenido a mi manera —De una manera muy particular, eso sí pero claramente se había entretenido solo hablando y paseándose por allí —, ¿sola? —Preguntó con cierta curiosidad, empujándola con suavidad hacia un lado con su cadera —Yo me veo muy bien acompañada y con una conversación muy agradable de una chica linda~

>> A menos que te refieras que aquí estamos algo solas, a comparación de otros posibles lugares.

 

No pudo evitar reír cuando la felicitó por aquella insignia a esa clase de cumplido, ¿era realmente la única que lo había apuntado? A ella le parecía obvio teniendo en cuenta la paleta de colores que había escogido y sus accesorios, aunque, si quisiera ir más lejos terminaría comparándola algo más al aspecto de Lillith antes de que fuera desterrada del paraíso pero hacer esa comparación en voz alta sentía que solo sería una invocación al mal augurio.

Y si lo estaba pasando tan bien, no quería ser ella quien lo invocara.

—What can I say? I have my moments~ —Quizás no los mejores, pero no se iba a quejar en lo absoluto por aquellos reconocimientos aunque fueran algo absurdos pero lo suficientemente pasables para no molestar, solo divertir un poco.

Dio media vuelta, acomodándose mejor en la esquina de la encimera para permitir que pudiera acercársele todo lo que quisiera, alzándose de hombros como si se quisiera hacer la interesante, dando el trago final a su copa y dejarla de lado —No es realmente el big deal que crees que es, ¿sabes? —Con tranquilidad llevó su mano al bolsillo del pantalón y le mostró la pantalla desbloqueada su celular donde le mostraba una llamada reciente bastante larga.

—En vista de no conocer a nadie, solo hay que recurrir a la tecnología y viejas amistades~ disappointing, right? —Bloqueó nuevamente su celular y lo guardó en su bolsillo, no sabía muy bien que podía pensar ella de todo eso pero tampoco encontraba malo decirle la verdad de lo que había estado haciendo al no encontrar nada malo en eso.

Cuando estuvo a punto de aceptar su invitación sobre salir de allí y cuestionar la peculiaridad de elección de bebidas que se parecía manejar allí en esa área, vio adentrarse a un chico que tampoco recordaba haber visto en sus paseos por la planta baja cuando inició la fiesta pero, bien podía haber estado escondido por allí.

Su recorrido por ver donde pudiera encontrar algo familiar y quizás algo que hacer lo llevó a Aaron a la cocina no solo para dar un vistazo si no que también para encontrar la fuente de algún aperitivo que lo entretuviera un rato y, aunque había encontrado una de las dos cosas que quería, tampoco le molestó de ver a alguien que sí reconocía.

O creía que reconocía, solo ubicaba a dos pelirrojos en su radar.

—¿Sasha? —Preguntó sin mucha seguridad, casi sospechoso de que pudiera equivocarse.

—Me temo que salir se retrasará un poco, mientras tanto... ¿gustas kitty? —Preguntó Anna ofreciéndole algo de la comida que tenían allí y luego señalando la máscara al oirlo bufar casi al instante de escuchar el apodo.

—Aaron, solo eso. —Aclaró dando los primeros pasos para tomar lo que le ofrecía decidiendo dejar pasar por alto aquel apodo temporal.

 

De todas las posibles reacciones de acuerdo a su explicación que consideraría "adecuadas" que podían ir desde burlarse por no haber estado conviviendo con nadie de la fiesta hasta simplemente ignorar todo el tema en cuestión para no decir nada al respecto en caso de considerarlo algo extraño o similar así que fue una bonita sorpresa escuchar todo lo que decía.

—I like that, fuck the world—Se rio con suavidad, sirviéndose algo más de bebida para tomar algo más, brindando en su cabeza por eso —, claro, mi amiga de la infancia del país más libre del mundo... —Habló con cierto sarcasmo aquello último al realmente no considerarlo así —, no contaba con que me fuera a contestar y todos merecen ver una vez en su vida una mansión de este porte~



Casi fue un alivio para su persona confirmar que en efecto era Sasha y no una pelirroja sacada del imaginario del Sakura que muy probablemente no hubiese visto y aunque no le causaba ruido haber interrumpido la charla de ambas no le molestó esperar allí aunque no tenía un plan de acción en realidad o un tema en su cabeza para conversar, simplemente la había grabado como un punto de referencia en caso de que necesitara ir a varar y reconociera en caso de que necesitara alguna clase de compañía.

Continuó picando algo de la comida a una distancia prudente de la rubia en cuestión hasta que el silencio reinó y se vio con aquella pregunta que no esperaba escuchar hasta el lunes.

Daute.

Respiró hondo dejando la comida en paz para directamente beberse todo lo de su vaso aunque le molestara un poco la garganta recordando aquel mal sabor de boca que había tenido, eso había estado entre sus pendientes antes de todo ese remordimiento de conciencia que lo llevó hasta la casa de Katrina.

O quizás incluso había sido la razón por la cual se obligó a ir, quien sabe.

—De hecho, sí... —rascó su nuca algo incómodo —, fui a su casa a preguntar que había pasado y demás, pero...aparentemente su padre se lo llevó de japón, Daute ya no estará aquí, así que realmente no veo mucha esperanza en que pueda ser contactado o algo similar —Su teléfono roto y ya no estar allí solo aseguraba que tuviera uno nuevo o algo similar, suspiró sirviendo algo más de bebida en su vaso —. Eso es todo lo que me dijeron...

 

Anna se quedó callada algo incómoda por el cambio de tono de toda la conversación, sabía que todavía podía seguir hablando sobre el tema que tenía con Sasha con tranquilidad, fingiendo que no estaba algo perdida en el notorio tema que les causaba ruido a los dos pero, prefirió esperar a que el chico hablara primero en caso de rescatar la atención de Sasha a otra cosa que la distrajera y no la pusiera visiblemente afectada. Por su parte Aaron había tomado cierta distancia de Sasha en cuestión, pegándose lo más posible a la encimera.

Quizás si debió de haber esperado al lunes.

Sabía que le estaba diciendo era algo pesado, hasta él lo sentía de esa forma pero con el valor añadido de que se sentía bastante culpable por toda la situación.

—...Sí... se supone que estoy buscando a Katrina pero, dudo mucho que pueda reconocerla en realidad. Supongo que llevan aquí un buen rato ustedes, ¿no?

—Desde el inicio de la fiesta realmente—Respondió con cierto ánimo Anna para animar la conversación—, pero no he hecho demasiado —Aclaró en caso de que eso hiciera que el chico sintiera alguna clase de conflicto o algo similar, luego se centró en Sasha —. Mi padre ha servido lo suficiente como para yo saber que no todo es perfecto~

>> Y quizás todos podamos estar algo más emocionados como lo estaría tu hermanita si salimos de aquí para despejarnos un poco, ¿les parece? Tu has explorado más Sasha y estabas bastante animada, ¿se te ocurre algún buen lugar para visitar?~

 

Después de la abrupta despedida de Sasha se había quedado entretenido prácticamente de solo escuchar a la rubia quien parecía seguir interesada en seguir aquella plática que había interrumpido cuando entró a la cocina de repente y a decir verdad ni siquiera supo con exactitud porque se quedó allí, tan solo había decidido cambiar de lugar a donde Sasha se encontraba antes para tener más espacio con la chica, jugando a abrir y cerrar su celular mientras la escuchaba hablar sin realmente prestar atención.

Cada tanto daba un sorbo de su bebida que al parecer la misma rubia rellenaba cuando veía que se estaba agotando para...¿seguir bebiendo "juntos"? Suponía, tampoco preguntó o algo similar, quizás porque dentro de ya haber aceptado la situación en cuestión, el mismo alcohol lo hacía sentir algo más tranquilo, olvidándose casi del hecho de que estaba usando algo que detestaba.

Para cuando la charla sobre Estados Unidos y la razón de su presencia en Japón terminó, finalmente pareció querer prestar atención a aquel detalle en su celular.

—¿Por qué estás haciendo eso? —Preguntó Anna acercándose a la parte de la isla donde se encontraba, aunque Aaron para volver a ganar espacio prefirió moverse hacia el lado de la cocina donde la rubia había estado, intercambiando lugares.

—Estoy pensando si debo de mandar un mensaje o no.

—¿Katrina? —Aaron alzó las cejas ligeramente sorprendido, realmente era muy obvio, ¿no? —, dijiste que el otro chico tenía el celular roto y te topaste con nosotros buscándola, no se necesita ser una genia para adivinarlo...

La voz ajena de un chico los interrumpió momentáneamente que distrajo especialmente a Aaron, frunciendo ligeramente el ceño hacia el chico que estaba en el marco de la puerta como si lo estuviera reconociendo y luego la segunda distracción fue aquella chica de vestido degrado que salió donde aprovechó para avanzar hacia él y arrebatarle el celular que, sorprendentemente pudo desbloquear sin siquiera una contraseña, utilizando el extremo contrario de la isla.

—¿Cuál es tu jodido problema? Regresa eso.—Gruñó Aaron, rodeando aquella isla para tratar de llegar a Anna sin éxito alguno al ella también correr al lado contrario, esquivándolo.

—¡Es solo un mensaje! Si no lo haces tu yo...

El sonido de otros pasos y voces arcándose esta vez fueron lo que distrajo a Anna, permitiéndole a Aaron en recorrer la isla para poder tomar el brazo de Anna y arrebatarle el celular con un bufido de enojo, cerrando el chat de Katrina que había abierto ella para luego guardar su celular en el bolsillo.

—No vuelvas a tomar mis cosas sin mi permiso, probablemente allá estes acostumbrada a que toman todo lo que quieren sin repercusión alguna, pero aquí la gente suele tener mas decencia y las cosas no se toman porque puedes.—Habló en voz baja para que quedara entre los dos en un tono bastante molesto antes de simplemente soltarla aunque solo recibiera unos ojos en blanco por parte de la rubia antes de que se retirara de la cocina como si nada hubiera pasado al tampoco querer hacer las cosas mas grandes con las nuevas dos personas en la habitación.

Que a juzgar por la misma conversación, le indicó que realmente el hecho de haberse quedado allí perdido había funcionado para encontrar a su objetivo principal recibir el regalo de una chica que a decir verdad tampoco es que estuviera planeando reconocer aunque sabía que probablemente ya incluso la conociera.

Y allí se quedó en silencio esperando a que la escena acabara quizás incluso algo curioso del presunto intercambio que se estaba dando, no entendía porqué debía compensar con almuerzos o postres hasta que llegara el invierno pero, era claro que no era algo que se pudiera desaprovechar, hasta él habría aceptado al simplemente ser un gasto menos en las compras.

—Entonces supongo que los almuerzos ocasionales estarán disponibles... —Habló de pronto, sonriendo levemente hacia Katrina —, feliz cumpleaños, Katrina.

 

Esperó casi paciente a tener una reacción de su parte para que le indicara que lo que había hecho estaba bien, que hubiera una mínima de posibilidad que el llegar bastante tarde no fuera peor que simplemente no llegar, sabía que había gente así y tampoco la iba a culpar de ir por aquel camino y con todo el maldito dilema que se había cargado, si tenía la esperanza de que los resultados fueran buenos para sentirse tranquilo.

Así que, cuando la vio sonreír pudo respirar con tranquilidad, inclusive sin darse cuenta tuvo una sonrisa más grande.

—El lunes te daré una parte entonces, compré pastel —Que aunque al aparecer podían hacerle un banquete allí mismo en su casa, suponía que contaba como una clase de regalo —, y lo siento, no te voy a aburrir con todo el proceso de decisión pero al final, prometí venir. —El mejor resumen que podía dar sin dar detalles sobre qué por un momento la prioridad fue no encontrarse a alguien.

—Un poco, pero tampoco quería enviar un mensaje, no creo que es algo que se suela hacer... Y al final la casualidad me dejó felicitarte en persona.