Cocina

No creo que su talento sea adivinar nuestros pensamientos y me molesta que sea tan agresivo en sus respuestas nadie a estado tan a la defensiva..

Mi café ya está frío así que voy a dejarlo en el lavaplatos. Sonrei con el comentari de Alex.

 

Estreché la mano de Alexandr con total confianza...
—Que vá, sé cuando me engañan, pero mi talento son los ordenadores —le dije a Nix—

 

Tomé el último trago de mi café y lo dejé en el lavaplatos junto al de Nix para estirarme. Ya estaba con las energias suficientes para empezar otro dia aquí. Me apoyé en la mesa y escuché sus conversaciones con un poco de aburrimiento. Ya no sabia con qué diveetirme por aquí.

 

-No he abierto mi boca así que sí soy tan fácil de leer espero que te lo guardes. El único lugar con privacidad es mi cabeza y prefiero mantenerlo así.

Fui agresiva y mordaz en mi respuesta pues he vivido con hombres toda mi vida, ellos nunca entendieron lo que la palabra personal significaba. pero ellos no tenían la capacidad de leer mi mente.

Temo que este chico saqué a la noche sangrienta de su escondite, donde a estado desde que golpeó al mono.

 

Simplemente sonreí con desconfianza, emanaba egocentrismo por todos mis poros, pero me calmé al rato

 

Me levanté y fui a hacerme un café, le coloque mucha azúcar y sonríe divertida al sentir la cafetín recorrer mi traquea.
--Mi abuelo dice que no debo tomar mucho café--. Dije divertida--. Cree que me hiperventilo.

 

-Veamos como reaccionas a esa taza, si te pones muy mal seré yo la que te prohíba el café cuñada.

dije sonriéndole a mi pequeña hermanita menor o al menos yo la considero así

 

Mire al que parecia ser el ultimo estudiante, no me causo una buena primera impresion que digamos, era muy directo en la forma de expresarse. Tenia un aire de sabelotodo. No quise ser mal educado asi que lo salude presentandome. Me acerque y dije — Hola, soy Rin. Mucho gusto. — pasandole la mano.

 

—Hola, soy Michael, un gusto conocerte,Rin —dije estrechando su mano—

 

el nuevo chico no me respondió menos mal o mi carácter hubiese aflorado.

me limité a ver cómo el café alterado mi hermana/ cuñada.

 

—Hola, hola —dije apareciendo en la Cocina, mientras me dirigía sin más a la nevera a por una de mis amadas manzanas. Me senté, le di un mordisco, y observé a los demás. entre ellos había alguien que me era desconocido, o al menos no lo recordaba. Pensé que, probablemente, se tratase del número 17.

 

—Eeem, Hola —le dije al chico de las manzanas—

 

Lo miré mientras le pegaba un mordisco más a la manzana. No puedo decir que no sospechase de él.

—¿Tú eres quien tiene el famoso talento repetido? —le dije, sin dejar de comer mi manzana.

 

—Jo tío, ni idea de qué me hablas —dije desconcertado—

 

-Que tú talento está repetido o es que el prodigio no ha sabido usar el ID para ver a sus compañeros de encierro.

Me puse en modo cuervo, su forma de ser directo nunca ha sido tan invasiva comoa del chico.

 

Cuando entré en la cocina, noté que estaba llena de gente. Parecían mantener una conversación sobre sus talentos, concretamente un chico al que no conocía y el super ladrón.
Decidí agarrar toda la comida precocinada que pude y comenzar a comerla en silencio. De las al menos 60 posibilidades, meterme en la conversación de esos dos era la peor opción.

 

—Eres una egocéntrica, pero me agradas —le dije a Nix—

 

—Ya sabes —dije sonriendo en cierto modo cínicamente—, el segundo informático. Ya tenemos a Brooke, ¿cómo es que hay un segundo "Super Estudiante Informático? —le dije alzando mi ceja izquierda.

 

—¿Y qué? —dije, comiendo una naranja mientras el sarcasmo intentaba salir de mí—

 

Su actitud no era precisamente la adecuada para que mis sospechas sobre él cesaran.

—Es extraño; casualmente, todos tenemos talentos distintos, salvo tú. Y para más casualidad aún, ¡llegas el último, cuando se suponía que iban a llegar más estudiantes! Explícamelo, por favor. Porque no logro entenderlo.