Cocina

Salude a Evangelin — Buenos días. — Respondi a Alex — Si no es mucha molestia, me gustaria un café a mi tambien... — Dije fregandome los ojos. Estaba un poco cansado, pero ya no valia la pena ir a dormir, mejor me mantengo despierto con cafeina.

 

—Ahora mismo les sirvo —acabé con los estiramientos y puse agua a hervir. Al poco rato, ya estábamos los tres disfrutando de una buena dosis de café. Me dirigí a Evangelin— ¿Has seguido dibujando?

 

— Muchas gracias, Alex. — Le dije sonriendo amablemente. No le puse azucar para mantenerlo concentrado.

 

—Gracias Alex y si, cuando me aburro sigo dibujando en el cuaderno. Ya tengo varias dibujos echos. A veces hago retratos de las personas que se encuentran en mi misma sala, y otra veces a las habitaciones en las que estoy. Es como sacar fotos a toda la academia. —lo último lo dije un poco más bajo. —¿Quién sabe? Quizás si salimos de aquí nos sirvan de pruebas. —dicho esto, tomé un trago de café.

Esto espabilaba del todo a cualquiera. Me venía bastante bien.

 

Yo misma me paré a buscar café, no desee pedirle favor a Alex.

Me había perdido en mis pensamientos sobre la pesadilla que me despertó ayer. Sin darme cuenta limpio mis ojos en búsqueda de lágrimas pero allí ya no hay nada.

-Hola Eve- dije mientras batia un poco de leche en el café, tomé una pieza de pan y queso para volver a la mesa.

Me entretengo mojando el pan con queso antes de llevarmelo a la boca y hago pequeños berrinches cuando un pedazo se desprende y queda flotando en el líquido.

 

Me di la vuelta desde mi silla un segundo y veo a Nix saludándome mientras se preparaba su comida.

—Ah, hola Nix, buenos días. ¿Has dormido bien hoy? —le pregunté tranquilamente mientras empezaba a desayunar.

 

Levanté mi cabeza del café y la mire ¿Acaso soy tan obvia? Pero prefiero no mentir frente a compañeros que no lo han hecho además de que odio mentir y no soy buena para eso.

-Pesadillas- dije con mi.mirada clavada en el pan que nadaba en mi café.

 

Llegué a la Cocina luego de salir de mi habitación, tomé la licuadora y me hize un vaso de ColaCao

—Ah, sabor de dioses —dije chiflado por el buen sabor del ColaCao—

 

-¿Hola?- le dije al chico que nunca había visto y entró rápidamente a la cocina.

 

Decidí no darle más vueltas al asunto de la pesadilla de Nix y miré a Michael, quien entró a toda prisa a por su desayuno.

—Tranquilo Michael, la comida no se va a acabar. —reí divertida.

 

—Ah, hola Evangelin —Dije, tomé un poco más de ColaCao— Ahh, sabor de dioses —dije extasiado—

 

Con que Michael -hola soy Nix.

Me presento sin apartar mi mirada de sus movimientos.

 

-Hola... —le dije a la chica—

 

--Hola soy Daniela, un gusto y placer conocerte--. Dije con extrema cortesía, cuando me aburro hablo con distintos tonos.

 

—Hola Daniela, pues, cuando yo me aburro, ni sé que hacer —dije—

 

Por fin tenía la oportunidad de conocer al último estudiante ingresado. Me coloqué los lentes para que no se advirtiera mi mirada de desconfianza.

—Buenos días y un placer conocerte —saludé, con la sonrisa en los labios—. Bienvenido a la pesadilla.

 

—Sé que te doy desconfianza, no soy tonto, la mayoría me trata así —respondí—
—Soy Michael —dije—

 

Miré como todos se presentaban ante Michael y escuché el comentario de Alex para girarme a ver al nuevo y ver su reacción ante la frase: "bienvenido a la pesadilla".

 

—Eh, tu comentario no me asusta —le dije al chico de los lentes—

 

—Me llamo Alexander, y no hubo intención de asustarte con mi comentario —estreché su mano con firmeza—; Si pudiste detectar mi desconfianza, sin duda te habrás dado cuenta del lugar en el que te metiste. Pero no te preocupes, las personas que nos rodean son la mar de agradables.