Cocina

—Repito: se registró el primero. Por naturaleza debería de estar aquí ya, Crow y yo deberíamos haberlo visto en la alberca aquella vez que nos reunieron a los tres.—le contradije a la chica recordando aquello.

 

—Entonces no se que decir.

 

Sobresaltado, recibí una notificación en mi ID electrónico, una notificación que me sorprendió sobremanera.

—¿Otro? ¿Otro estudiante? ¿Somos ahora 17? —apreté con tal fuerza el ID que, si llega a ser de un material más frágil, e hubiese roto—. ¡Monokuma! —grité al aire—. ¿¡Qué demonios es esto!? ¡Pensaba que éramos 15 y de repente, ahora somos 17! ¿Por qué? ¿Por qué nos dijiste que éramos 15?

 

—¿¡17!? —exclamé sorprendida. —Esto se esta saliendo de control. Creo que Monokuma nos engañó pero no comprendo la finalidad del por qué lo hizo.

Miré a todos lados. Seria gracioso que apareciera ahora de repente.

 

-Quizas no le hemos dado la diversión que ha estado esperando- dije desperezandome, habia sido realmente comodo dormir en la alberca -No nos hemos desesperado, nadie se ha quebrado aun con sus intentos.

Me dedique a sacar los restos de hierba de mi cabello y buscar algo de comer, yo aun con la ropa del dia anterior sobre mi.

 

Escuché entrar a Nix y noté que estaba medio adormilada. Llevaba una ropa muy rara puesta y al darnos la espalda, noté que tenía muchas briznas de hierva pegadas por lo que me levanté y con suavidad se las quité.

—Tienes hierva en tu espalda. —reí sacudiéndoselas y separándome de ella para mirarla de arriba a abajo, curiosa. —¿Y qué llevas puesto?

 

-Gracias, es que el director hiso de la suyas en mi habitacion y esto es lo pude hacer con un vestido que corte y lo que me presto Alex ayer- Yo tambien rei, cuando hablas de tus miedos parecen lejanos, pero enfrentarlo es otra cosa.

-Por eso dormi en la alberca, bueno en la zona verde.

 

—¿El director te ha hecho algo tan grave en tu habitación como para que duermas en la alberca y lleves puesto ese collage de ropas? —pregunté sorprendida y parando de reir. —Y podrías haberme pedido ayuda a mi si hubieras querido, te hubiera dejado algo. —le sonreí.

 

—Si, cuando conocen tus miedos pueden hacer algo terrible— baje la cabeza algo sombria por tener que admitirlo y luego sonriente cambie de pronto —No queria que nadie más me viese como me vio Alex ayer, eso no fue nada gracioso. Eso seria excelente pues otra vez cambio toda mi ropa y esta es mucho más resistente, no creo poder romperla.

 

Suspiré ante su primera respuesta. No me gustaría que Monokuma me hiciera algo parecido a mi con mis miedos, por lo que no seguí con ese tema y sonreí.

—¿Tan mal estabas? —reí.

No era capaz de imaginar a que se refería.

 

—Llamarme prostituta sin clase seria ser amable— no me importa que se enteren, los unicos que me vieron no estan aquí.

—Era eso o andar desnuda pues me niego a parecer una muñeca— hice una especie de berrinche, inflando mis cachetes y cruzando los brazos.

 

—Ya veo...bueno, ese momento ya pasó. —la animé con una sonrisa a olvidar su pasada noche y recordé algo. —¿Al final quieres que te deje ropa o te las apañas con eso? —le pregunté amablemente.

Tenía ropa de sobra y no me importaba mucho el dejársela.

 

—Con cualquier cosa que me des estare bien, gracias, lo más grande que tengas porfavor— Sonreí es cierto que mejor que eso que andar en brassier y bragas.

 

—Tengo un suéter de manga corta que me esta un poco grande, creo que a ti te quedaría bien con mis mallas negras. —dije en voz alta haciendo memoria. —¿Te parece bien eso?

 

—¿Quieres que te de mi chaqueta? —. Pregunté tiernamente —. Tengo muchas y no sería problema darte una.

 

—Perfecto— le sonrei nuevamente —Gracias a ambas chicas ¿Dan le ofreciste de tus dulces a Eve o hago más?

 

—De nada. —sonreí y miré a Dani. —¿Tenías dulces de Nix y no me dijiste nada? ¿Cómo has podido? —reí bromeando.

 

Niego con la cabeza , tomé mi plazo con dulces y le ofrecí a Evangelin.
—¿Aceptaría un postre marca Nix?

 

—Claro, gracias. —sonreí gustosa cogiendo uno y probandolo. —Te salen muy bien los postres, Nix. —le dije gustosa y caminé a la salida. —Voy a por las prendas, ¿venís?

 

Sus bromas eran divertidas y que se pelearan por mis dulces de alguna manera era halagador —Igual pronto preparare más ¿Me das?— dije viendo fijamente una de las polvorosas.

—Preferiria quedarme aquí si no te molesta— no creo estar lista para enfrentar nuevamente ese pasillo con las habitaciones en el, estaria demasíado cerca...