Estaba muy tranquilito comiendo mi almuerzo en el club, escuchando música y todo el rollo, cuando la jodida puerta se abrió de golpe. La escuché claramente, aún con los auriculares puestos, y de todos modos verla de soslayo habría bastado para espantarme. Di un respingo instantáneo y solté el aire por la nariz, volteando. Que Ali se apareciera a matar el tiempo no era ya noticia, pero ¿qué coño hacía con Jez? Ah... Estaban juntas en el proyecto, ¿no? Entonces, ¿qué coño hacían aquí? Me quité un audífono, siguiendo los movimientos de ambas con la vista. Ali apareció, arrastró a Jez dentro y se regresó a cerrar la puerta. Les dediqué una sonrisa que, por más que fue cordial, no llegó a disimular parte de la confusión que sentía. No hacía falta ser ningún genio para deducir que había sido idea de Ali, entre la unlikeliness del evento y lo nerviosa que se veía Jez. —Qué bonita sorpresa, indeed —acordé, echando la espalda hacia atrás, y dejé los audífonos sobre la mesa. De todos modos me regresé casi como un resorte y amplié el brazo hacia las demás sillas, en un gesto caballeresco—. Por favor, no se queden ahí paradas. Reparé en el bento que Jez llevaba prácticamente adherido a su pecho, así que subí a sus ojos y, ya sin la confusión encima, le dediqué una sonrisa sosegada. Me daba pena que estuviera tan nerviosa, la verdad, no valía la pena. —¿Venían a almorzar conmigo~? —indagué, con carita de cachorro mojado, y fue cosa de decirlo y que el semblante se me iluminara. Contenido oculto tenía este post empezado desde las pinches seis de la tarde y al final me lo olvidé y pos acabé última AJSJASJ dummie belu still shining
—¿En serio~? —cuestioné a lo de estar dándole la vuelta a lo que decía, echándome encima un aire de inocencia que nada tenía que ver con lo mucho que la estaba molestando—. Sorry! Es que soy un poco tonta, ¿sabes~? —acabé por añadir, dándome un golpecito en la cabeza con los nudillos, como si nada. Después le caímos a Joey de la nada en el club y, Dios, el respingo que dio más la cara de absoluta confusión que se le puso hicieron que toda mi idea valiera aun más la pena. Me aguanté las ganas de reír a duras penas, aunque la diversión que se me plantó en el rostro fue demasiado difícil de disimular, y apenas esperé a que el chico nos invitase a sentarnos para dirigirme a su posición, clavarle un beso en la mejilla, y pasar a ocupar la silla que había justo enfrente de él. >>¡Ah, qué buena idea! —exclamé, echando el cuerpo hacia delante para robarle algo de comida al chico y llevármela a la boca—. ¡Vamos a comer juntos! ¿Tú qué traes ahí dentro? I'm so hungry! —prácticamente reclamé, subiendo las rodillas en la silla para poder mirar todo el contenido de su bento desde arriba. Y con la carita de ilusión que se le había puesto al niño, ¿cómo iríamos a decirle que no~? >>Oh, Jezzie Bezzie no traía bebida. ¿Qué queréis tomar? Le puedo pedir a algún tipo que nos traiga algo de abajo~ —pregunté, girando la cabeza para mirar a la chica, y saqué mi móvil del bolsillo de la falda para enseñárselo a ambos, con una sonrisa triunfante. Contenido oculto i love dummy belu uwu
La otra soltó que era un poco tonta y aunque puede que fuese cierto, quería decir, que entre las dos no hiciéramos una sola neurona funcional, lo cierto es que también me estaba molestando a posta. Habían puntos donde ya no me quedaba más que aceptarlo, por mucho que pretendiera que no, pero allí estábamos y la rubia estaba torciendo lo que decía y me estaba arrastrando directo a, no sé, la boca del león. Por mucho que para mí no lo fuese. Que la voz de Joey me alcanzara le bajó un par de líneas a mis nervios, aflojé un poco el cuerpo y reparé en las sillas cuando nos dijo que no nos quedáramos de pie. Seguí con la vista los movimientos de Alisha, ni idea de por qué, y volví a golpetear el almuerzo con los dedos y pensé si realmente debía estar allí, porque no tenía pinta. La gracia estaba en que tampoco moví un dedo con intenciones de irme. Seguía todavía con los articulaciones medias entrampadas, así que cuando Joey volvió a mirarme y me sonrió di un respingo en mi lugar, recordando de repente que tenía el bento sujeto como si fuese mi única ancla a tierra. Puso ojos de cachorro, el cuerpo se me aflojó todavía más y conseguí separar el bento de mi cuerpo por fin, de paso pude ponerme en marcha y sentarme, dejando el almuerzo al frente. —Una cosa llevó a la otra —respondí ya bastante más tranquila—. El almuerzo es el efecto colateral de la invasión a la propiedad, más bien. Se le había iluminado el rostro, al muy tonto, y yo solté el aire por la nariz mientras apoyaba los brazos en la mesa para descansar el cuerpo. El gesto recordó un poco al de un gato resignado, pero tampoco me detuve mucho en medir mis reacciones, porque de por sí Alisha me distrajo con lo de las bebidas y dijo que podía decirle a alguien que las trajera. No acababa de hacerme gracia, pero no iba a decirlo de todas formas. —Jugo de frutas —dije unos segundos después, apoyando el rostro en mis brazos.
Las reacciones de ambas se correspondieron, bueno, a ellas. Ali dio la vuelta para saludarme, recibí su beso con la naturalidad de siempre y cuando se estiró desde su silla, dispuesta a robarme comida, le corrí el bento de un movimiento ninja. Fue un instante, la miré y solté una risa breve, dejándoselo al alcance otra vez. Lo que agarró o no me dio igual, ya que regresé la espalda hacia atrás y relajé las manos en mis piernas. —¿Hmm? Ah, ayer Matty hizo la cena —le respondí con calma—. Hay carne y arroz, básicamente, aunque hoy a la mañana recordé los tomatitos cherry en la nevera y se los agregué. Granny was right, estaban super baratos ahí donde me dijo. Había notado de reojo que Jez seguía rígida como granadero, y no fue hasta un rato después que logró relajarse y pillar una de las sillas. A ver, no tenía idea si esto era buena idea para ella ni si lograría pasársela bien, pero tampoco era hechicero ni la echaría del club. Atendí a su respuesta con las cejas ligeramente alzadas y sonreí, algo divertido. —Invasión a la propiedad, sí, que casi me manda al cardiólogo. Ali volvió a hablar tras eso, mencionando que Jez no llevaba bebidas, y se ofreció muy diligentemente a conseguir que tomar con sus... contactos. Me encogí de hombros, yo ya tenía la botellita de agua así que el resto me daba igual. —¿Estaban con el proyecto, entonces? ¿Y el resto de sus compañeras?
La pobrecita Jez se había quedado estaqueada en el sitio, claramente nerviosa por la situación, en lo que yo prácticamente me movía por ahí como si fuese mi casa; algo que probablemente no era del todo mentira, anyway, si me la pasaba matando el tiempo ahí más de lo que pudiese parecer. La cuestión era que la pobre niña estaba de los nervios, y aunque era cierto que me la había arrastrado con intenciones de seguir picándola, tampoco era como si nos la fuésemos a comer ahí dentro ni nada. A ver, a ver, ¿qué clase de fama inmerecida nos habíamos ganado~? Joey me quitó el almuerzo de las manos antes de que pudiese robarle nada, lo que por supuesto hizo que inflase las mejillas en una señal de protesta infantil y estuviese a puntito de entrar en una pataleta antes de que finalmente me lo devolviese. Al final lo que conseguí robarle fue un tomate cherry, que mastiqué aún con el gesto enfurruñado, hasta que se me pasó (aproximadamente al segundo) para preguntarle qué más traía. —Ah, comida de Matty, so tasty~ —fue todo lo que comenté, con una ligera chispa de malicia en la sonrisa, antes que cogerle el par de palillos que había estado usando y llevarme algo de carne a la boca. Asentí un par de veces con la cabeza ante la respuesta de Jez y, cogiendo algo de arroz para seguir comiendo, me dejé caer de nuevo sobre la silla mientras tecleaba rápidamente en el móvil un par de mensajes. Había escogido al primer tipo random que tenía guardado en la agenda para hacerle el encargo, resultando ser un chico de tercero de lo más diligente que aceptó traernos las bebidas sin mucha queja. Ah, lo que hacía el sex appeal de una~ >>Algo así —le contesté a Joey, dejando el aparato sobre la mesa, y extendí el brazo para devolverle los palillos mientras cogía otro tomate con los dedos—. Fui a preguntarle a Jezzie porque la conozco, la verdad, pero las otras... ¿quiénes eran? Ya ni me acuerdo~ —admití por toda la cara y sin ninguna clase de vergüenza, sonriendo como si nada, y giré la cabeza de nuevo hacia la albina para que terminase de completar la información.
Igual si algún día lo decía en voz alta, así fuese para mí misma, la cosa sonaría a delirio de fiebre, pero al estar allí de repente sentí que había una línea extraña que me separaba de ellos. Fue un latigazo silencioso que abrió la tierra, dejó un pozo sin fondo visible en donde impactó y todo lo que hice fue permanecer en mi lugar, como siempre había hecho incluso si el mundo parecía querer derrumbárseme encima. No fue una cosa violenta, a pesar de cómo lo estaba describiendo, más bien fue contundente y ya. Una certeza absoluta, si se quiere. Seguí con la atención puesta en los intercambios, por mucho que pareciera que mi tensión no me lo permitía, pillé nombres y cosas en el aire para dejarlas en un cajón, vete tú a saber por qué. Tampoco le di muchas vueltas al asunto, que total siguió moviéndose de un lado al otro entre su conversación, la nuestra y lo que sea que hubiese en medio, así que si me esforzaba mucho se me iba a quemar la neurona. Cuando Joey soltó que la invasión a la propiedad casi lo manda al cardiólogo sonreí como pidiéndole disculpas, aunque encogí suavemente los hombros como me lo permitió mi posición. Luego preguntó por el proyecto y nuestras compañeras, Alisha respondió después de haber enviado algunos unos mensajes, así que aproveché para enderezarme y abrir mi propio almuerzo mientras tanto. Me pasó el pollo del nombre de las compañeras y detuve mis movimientos al sacar el tenedor, de estos que venían divididos en dos para ocupar menos espacio, de uno de los compartimentos del bento. Lo armé sin prisa, me llevé un poco de puré a la boca y respondí después de tragar, toda la cuestión me sirvió para no suspirar con algo parecido al hastío. —Adara y Violet —respondí con calma, pero me acordé de algo de repente y miré a Joey, pero no alcancé a filtrar a tiempo los excesos de confianza con los que me movía—. Cielo, queríamos saber si podíamos imprimir unas cosas aquí, por cierto, salió el tema la última vez que me reuní con Adara. Sería lo último que nos faltaría para ya armar la parte final del proyecto y olvidarnos de eso hasta nuevo aviso.
En lo que atendía el asunto de mi almuerzo y las preguntas de Ali, lo cierto es que una parte de mi atención, así fuera en segundo plano, siguió puesta sobre Jez. No confiaba mucho en las intenciones de Alisha al haberla traído aquí, la verdad sea dicha, pero al menos por mi parte no tenía la menor intención de contribuir a nada y la chica, realmente, se estaba comportando como siempre. No culparía a nadie por no querer pasar tiempo con nosotros, pero también creía que ya estábamos todos bastante grandecitos para tomar nuestras propias decisiones. Y si se quedaban, no había a quién echarle el muerto. En lo que Ali se marcaba toda la movida para conseguir las bebidas y tal, cosa que no me molesté en cuestionar, fue la primera en responder a mi pregunta. Acepté los palillos de regreso y deslicé la mirada brevemente a Jez, quien ya se había sentado, para alzar las cejas y extenderle una oferta silenciosa, indicándole mi propio almuerzo. Me parecía bastante evidente que, al menos por mi parte, sí me preocupaba que la niña se sintiera un poco más cómoda. Si mis intentos la alcanzaban o no, ese ya era otro tema. —¿No te sabes el nombre de tus compañeras? —repliqué, volviendo los ojos a Ali, y le imprimí a mi tono una cuota de reclamo que era y no era real—. Oye, de algo tenemos que graduarnos, ¿no? Jez se encargó de completar la información, creía recordar que Violet se llamaba la niña con la venda en los ojos de nuestra clase, pero de todas formas lo dejé correr. El caso fue que volvió a hablar, la miré y acepté su apelativo con la misma naturalidad que había recibido el beso de Ali. Quizá no debería, considerando que detrás de la puerta que literalmente estaba a espaldas de Jez había encerrado a una chica para arrebatarle sus fragmentos sanos. Pero al final del día seguía siendo un egoísta. —Claro —accedí sin problema, echándole un vistazo a la impresora de pura inercia—. Pueden venir cuando quieran, yo casi siempre estoy aquí durante los recesos. Y si no, cualquier cosa me escribes un rato antes y ya. Pensé en preguntar respecto al contenido del proyecto, pero si iban a regresar para imprimir algo de todos modos lo vería luego. Le di un trago a mi botella y recosté los antebrazos en la mesa. —Y bueno, ¿qué tal has estado, Jez? —murmuré tranquilo, deslizando mi almuerzo directamente hacia Ali para que comiera lo que quisiera—. Hace rato no hablábamos.
Jez completó la información que yo había dejado en el aire, lo que me hizo chasquear los dedos y señalarla con una sonrisa renovada en el rostro, como si quisiese decirle que había conseguido leerme la mente con total exactitud a pesar de que no hubo ninguna relación de nombres en mi cerebro hasta que ella los mencionó. Todo el asunto provocó que Joey me regañase, o hiciese el intento de ello, y como precisamente se trataba de él, giré el rostro para mirarlo sin inmutar ni un poquito la sonrisa que llevaba. —¡Me voy a graduar, hon! Y con reconocimiento personal por hacerlo con el mínimo esfuerzo posible, ya verás~ —sentencié, guiñándole el ojo antes de notar la vibración del móvil y centrar mi atención en ello. Me levanté de la silla tras haber comprobado que se trataba de un mensaje de mi pseudo-mayordomo temporal y abrí la puerta para recibirlo con una sonrisa deslumbrante, cogiendo las dos botellitas que había traído y dejándole un beso en la comisura de los labios. Cerré la puerta inmediatamente después, sin darle oportunidad a decir algo en caso de que hubiese querido, y volví a la mesa para dejarle el jugo de frutas a Jez y yo recuperar mi sitio, dándole un sorbo a la Cola en cuanto me senté. Después Joey extendió todo el almuerzo hacia mi posición y yo, por supuesto, no tuve ni la más mínima intención de rechazar la oferta. Cogí los palillos y seguí robándole comida de la manera más descarada posible, intercalando un par de miradas entre ambos antes de sonreír de nuevo y extender el brazo para recoger los auriculares que Joey había dejado sobre la mesa. >>Ah, granny quería verte antes de tener que irse de nuevo, so pásate un día de estos por casa, pretty please~ —fue lo único que dije, sonriéndole con muchísima más suavidad, y le eché un vistazo fugaz a Jez antes de ponerme los cascos del chico y hacer cualquier otra cosa con mi móvil mientras le cotilleaba la música que había estado escuchando hasta el momento de invadirlo.
Si hubiese sabido que a pesar de todo Joey tenía la atención puesta en mí seguro me hubiese esforzado desde el segundo cero en relajarme, si había algo que me alteraba era saber que las personas me prestaban atención, en esencia porque estaba acostumbrada a desviar la atención ajena hacia otras cosas. Me daba espacios para enfocarme en las personas sin que necesariamente hicieran lo mismo. No era adivina, de cualquier forma, y había conseguido a regresar a un estado más neutral en determinado momento. Suficiente para atender al gesto de Joey con la oferta silenciosa, así que negué suavemente con la cabeza y le dediqué una sonrisa de las de siempre, agradeciéndole de todas maneras. Puede que fuese bastante tonta con cosas importantes, pero con el paso del tiempo entendía cuando las personas querían hacerme sentir cómoda y lo agradecía. Era quizás la única atención que agradecía genuinamente. La réplica de Joey a Alisha me sacó una pequeña sonrisa divertida, la respuesta de ella la acentuó apenas y yo volqué parte de la atención en mi comida en ese pequeño intercambio. Ya de paso el chico al que la rubia le había pedido los refrescos apareció, así que cuando quise darme cuenta me dejó el jugo antes de volver a su sitio con su Coca-Cola. —Gracias —le dije a pesar de los medios que habían traído el famoso jugo hasta allí. Como fuese, Joey accedió al favor que le estaba pidiendo y le sonreí algo más animada, asintiendo con la cabeza. Era una tontería, sabía que no tenía por qué decirme que no, pero me alegraba de todas formas. —Está bien, muchas gracias. Te prometo... —Me lo pensé unos segundos, golpeteando el borde del bento con el tenedor—. ¡Un chocolate! ¿Qué tal? Alisha le dijo algo más antes de ponerse los cascos, lo dejé correr y atendí a la pregunta de Joey. La última vez que hablamos fue cuando me acompañó a clase y antes de eso había sido, bueno, ya ni tenía muy claro cuando. —Bien, la tontería del proyecto me tiene ocupada, no he hablado mucho con nadie además de Adara y así. La verdad todos merecemos un descanso después de esto. —Solté el aire por la nariz, aunque a la vez empujé mi bento ligeramente en su dirección—. ¿Y tú, cielo? Contenido oculto se me olvidó que hoy salía a las 6:30 de la uni y en lo que llegaba me daba las 7 y algo y asbdjhe la wea se cierra a las 9, SON LAS 8 IM SPEED sé que me quedó abierto alv, pero pues que obvio aquí queda uwu gracias por arrastrarme aquí a las dos
Un nuevo día no era la gran cosa en mi vida, siempre era lo mismo, si hacía algo bien o si no pues también, no me complicaba demasiado en hacer algo que quería, lo hacía cuando quería y, cuando podía, nadie me iba a obligar hacer algo que yo no quería. Y si lo que querían era mandar en mi vida pues que se vayan por donde vinieron. Perdían su jodido tiempo en intentarlo. Camine sin ni siquiera darme cuenta, quien entraba y quién salía, del instituto solo me encamine hacia mi casillero sin mucho problema, saque lo que necesitaría ahora y sin mucho obstáculo subí hasta la tercera planta y me dispuse a caminar por los pasillos de tercero sin ninguna prisa, hasta que me detuve al ver el aquella aula que decía: Club de fotografía. Siempre lo veía pero nunca me atrevía a entrar, tal vez ahora ya era el tiempo de hacerlo. Me acerqué y cogí la manilla de la puerta, iba abrirla pero me contuve de hacerlo. Antes tenía que tocar. ¿Dónde habían quedado tus modales Adara?. Me preguntaba si alguna vez tuve alguno. Sin darle muchas vueltas al asunto, llevé mi mano a la puerta y le di algunos toques, tal vez habría alguna persona adentro ¿no?. Y si lo hubiera puede que me interesara. Contenido oculto Gigi Blanche Holi por aquí te dejo a la niña.
Ah, men, no podía creer la rusheada digna de campeonato que le habíamos pegado con Kenneth al proyecto. Prácticamente secuestré a la pobre criatura en el club después de clases, nos cayó inspiración divina y mira, hasta orgulloso estaba de cómo había quedado. Sobrevivimos a costa de la máquina expendedora y dejamos la escuela casi sobre el anochecer. En el transcurso de la odisea chequeé la hora un par de veces, preguntándome si Jez se pasaría a imprimir lo que me había dicho. Al final no lo hizo. ¿Eso me dejaba sin chocolate, también? Había llegado exhausto a casa, joder, dormí como nunca y para la mañana siguiente ya estaba fresco cual lechuga. La escuela en líneas generales no me interesaba ni un poquito, pero de vez en cuando ciertas mierdas me entusiasmaban; en especial si se relacionaban a lo que me gustaba hacer. Por ello, aprovechando que me había despertado literalmente con el alba (como buen campesino, claro), llegué temprano a la escuela y me fui al club para darle los últimos retoques al proyecto. Kenneth ya había agregado los nombres de todos la tarde anterior, y que me llamaran loco o lo que fuese, lo había sentido algo innecesario. Sasha no había vuelto a asomar la nariz, cosa extraña en ella, así que sopesé la posibilidad de que hubiera hablado con el muchacho a mis espaldas. Como fuera, lo dejé estar. Estaba revolviendo unas cajas en el cuarto oscuro, agachado en el suelo, cuando oí que llamaban a la puerta. Siendo aún de mañana y todo el rollo, honestamente descarté que sólo podía tratarse de Ali. —¡Pasa! —exclamé desde mi posición, sin molestarme en interrumpir mi tarea. Contenido oculto holis uwu/
Espere pacientemente algunos minutos hasta que escuche un "pasa", cosa que agradecí, ya que, lo mío no era esperar y nunca lo fue. Así que me dispuse a abrir la puerta y cerrarla atrás mío, sin ningún inconveniente. Ya adentro, sonreí por lo que miraba, era realmente grande, y para ser sincera lo único que me alegraba la existencia, era estar dentro de estas cuatro paredes, era como si mi vida solo se resumiera en este lugar. Mire todo mi alrededor, realmente me sentía en casa, esto era lo que siempre sentía cuando estaba en este lugar. Entonces me di cuenta que la puerta del cuarto oscuro está abierta supongo que la persona que me respondió estaba allá dentro, entonces estuve en una batalla conmigo misma, si me acercaba a presentarme o no. Así que elegí la primera opción después de todo. Me había dado el permiso de pasar. Camine hacia el cuarto oscuro, y me incline un poco desde mi posición si miraba a alguien y, el resultado fue el correcto, había un chico moviendo o removiendo unas cajas agachado en el suelo y, a decir verdad no le di mucha importancia. Espere algunos segundos hasta que estire mi mano y le di unos toques a la puerta del cuarto oscuro. Lo siento, pero no lo siento, si te interrumpí. ─Buenas ─murmure, recostada en la puerta con la vista algo desolada. Eran buenas Adara, eran, tu visita en lugar nunca lo eran. ─Busco al líder, para inscribirme en el club.
Identifiqué el sonido de la puerta sin brindarle especial atención, aunque sí me detuve a pensarlo mejor en cuanto no apareció ningún terremoto de energía al instante. ¿Quizá no fuera Ali? Detuve mi búsqueda dentro de la caja y, aún de cuclillas, giré los pies para echar un vistazo a mis espaldas. En efecto, me recibió un rostro completamente desconocido. Conecté con sus ojos y me erguí, sacudiéndome las manos en la tela del pantalón para quitarles cualquier rastro de polvo. —Hola~ —saludé con liviandad y tono suave, pese a notar de inmediato que la chica no parecía... precisamente simpática—. ¿En qué puedo ayudarte? Me lo imaginaba, la verdad. Yo que tanta campaña había hecho a principio de año para meter miembros fantasma en el registro y ahora los interesados me llovían del cielo. Irónico. Interesadas, para ser precisos. Lucky me, huh? Le dediqué la mejor sonrisa que tenía a la venta y caminé en su dirección para rebasarla y salir al ambiente principal del club. ¿Al hacerlo pasé muy cerca de ella? Sí, por supuesto. Fui hasta la mesa y allí me giré, recostando las caderas en la madera. —Muy bien, diste con la persona indicada~ Me llamo Joey, es un gusto. ¿Tú eres...?
Note que el chico había detenido sus movimientos, en cuanto se giró a verme, mis ojos se conectaron con los suyos y seguí cada uno de sus movimientos cuando se irguió, lo repase por unos segundos hasta que, me pregunto si podría ayudarme en algo, cosa que no respondí ya que, ya le había dicho a que venía, y era a buscar al líder del club. El camino hacia mi dirección cosa que solo me moví un poco pegándome contra la puerta, lo que no esperaba era su próximo movimiento, el paso muy cerca mío, cosa que no supe si reír o que hacer, y aquí era donde me preguntaba ¿dónde me vine a meter?. A la cueva del lobo. Así parecía, solo me quedo virarme y seguir sus movimientos hasta que llego a una mesa y se recostó en ella, alce una ceja y sonreí para mis adentros volviendo a buscar sus ojos, este chico tenía aires del típico bad boy. Pero como decían por ahí no juzgues al libro por su portada, no lo conocía así que no podría, ni llegaba a imaginar que había detrás de él. Escuche su voz, y deje de pensar tanto en tonterías. Repase sus palabras una y otra vez, entonces suponía que él era el líder ¿no?. —Joey, supongo que tú eres el líder ¿no?—. murmure al caminar hasta donde él estaba y, estirar mi mano a su dirección ─Soy Adara, Adara Makris. No sé de dónde había salido la confianza de llamarlo por su nombre, pero él había hecho lo mismo a pasar cerca mío. Así que, estábamos a mano.
Podía mantener la sonrisa de no matar una mosca el tiempo que quisiera, se me daba bastante bien cuando me apetecía; eso no quitaba que la actitud de la chica fuera algo irritante. Cuando buscó mis ojos lo hizo con una ceja alzada y estimé que mi movimiento no le habría hecho gracia. Qué aburrida~ Buscó confirmar que era el presidente del club y asentí con ligereza. —Oh. —Alcé las cejas al confiarme ella su nombre, y esbocé una sonrisa tranquila—. ¿Hiciste el proyecto con Jez? Creo que te mencionó ayer, que vendrían a imprimir unas cosas y al final no lo hicieron. Suspiré, imprimiéndole una cuota extra de decepción a la tontería. —Y yo que las estuve esperando~
Mi mirada todavía seguía en la del chico que tenía al frente, pero me preguntaba ¿porque no dejaba de sonreír?, ¿que trataba de transmitir con esa sonrisa de niño bueno?. Ni la mayor idea. Pasaron algunos segundos despues de presentarme, cosa que no se me hizo lo más importante del mundo entero, no era algo que me alegraba el día. Llevé mi mirada a todo el espacio donde estábamos parados. Realmente reconocía que el lugar era hermoso, claro todo no era hermoso para mi, lo decía porque era el lugar donde podía mostrarme tal y como era sin necesidad de levantar muros a mi alrededor. Pero como no estaba sola, pues esos muros que me costó tanto alzar para que nadie me lastimara, ahora no los podía bajar ya que el chico que tenía al frente. Me ponía los pelos de punta. Por así decirlo. Su voz me alcanzó, llevé una vez más mi mirada a la suya, ladee un poco la cabeza al escuchar su pregunta, era verdad, yo y Jez habíamos quedado en venir a sacar copias de algo pero, estos día no me encontré con ella. Así que… no tenía nada que argumentar allí. —Si —susurre con una voz un poco ligera, y apagada—. Oh, seguro que no era nuestra intención dejarte esperando. Lo decía de verdad, mi voz no la planee nada sacarcastica aún que eso ya era un gran milagro. Lo hable enserió esta vez no estaba siendo la. The emotionless demon Escuché su suspiro algo decepcionado, lo mire moviendo mi cuerpo de un lado a otro, para después ponerme a su lado, puede que invadirá un poco su espacio personal, pero me moví un poco para sentarme encima de la mesa y cruzar las piernas. Y solo repose mi vista al frente algo distraída. —¿Entonces? ¿Qué tengo que hacer para pertenecer al club?¿Dónde firmo?. Sonreí un poco por mi tontería de preguntas. Por favor Adara, no estas sellando tu condena. O mejor dicho ni firmando un pacto con el diablo.
Esa era... una respuesta un poco extraña a la cuestión, pero de raíz nunca me había molestado realmente y no estaba seguro que tuviera sentido pretender bromear con esta chica, así que lo dejé correr. Me encogí de hombros, ella avanzó hasta sentarse a la mesa y la observé desde mi posición, bastante de soslayo, hasta que despegué las caderas de la madera. Caminé en dirección al escritorio debajo de la ventana. —Tienes que rellenar una solicitud y dejarla en sala de profesores —respondí, buscando hasta dar con la hoja de papel que buscaba, y me giré para extendérsela—. Esta misma. Una vez la hubo aceptado, crucé los brazos bajo el pecho. —Eso es el trámite oficial, claro. Aún así me gustaría conversar un poco contigo. ¿Por qué quieres unirte al club?
Después de haberme sentado encima de la mesa, y lanzar esas preguntas algo ridículas, si por así decirlo solo me quedo esperar esta que me respondiera cosa que hizo alegandose de donde, está recostado no hace tanto. Mire que cogio unos papeles y me los extendió, mire los papeles y a él por un breve segundo, y los acepte poniendo atención a todo lo que me decia, a decir verdad mi mirada estába perdida en el papel así que no me di cuenta que hizo después de dármelo. Sabía que era llenar una solicitud , lo había hecho algunas veces en la oficina de mi padre y en mi antigua escuela cuando quería entrar al club de arte. Después de todo había heredado, algunas cosas de mi padre después de todo. El arte era mi pasión. Pero la fotografía iba mucho más allá, de unas simples fotos guinda das, eso era lo que siempre me decía mi padre, bueno el queria que me hiciera cargo del negocio familiar, es claro que haría cualquier cosa para que no cumpliera lo que realmente quería lograr. Escuche su pregunta aun con mi mirada en la hoja, y ni la alze cuando tuve la respuesta. —Amo la fotografía más que a mi propia vida —sonreí un poco—. Me siento yo misma me hace ver el mundo desde otra perspectiva, de cómo es en realidad, a decir verdad no me uno para quitar un aburrimiento, más bien creo yo que lo hago, para poner en práctica cada día más lo que he aprendido durante estos años que estuve, en cursos de ella. Además también me ayuda a poder esos a ver esos pequeños detalles que otras personas aprecian. Saque mi IPhone del bolsillo de la falda dentro de poco empezaría las clases, volví mi atención en el, y me baje de la mesa con la solicitud en la mano. —Esto sería todo ¿no? —pregunte alzandolo
Contenido oculto: por qué? no hay por qué Salí del cuarto oscuro con la pila de fotografías, distraído en ir pasándolas para revisarlas por septuagésima vez. La música se reproducía a un volumen decente por el móvil que había dejado en la mesa y sonreí, satisfecho, girando el lollipop dentro de mi boca; habría preferido mil veces un cigarro, la verdad, pero seguía en la escuela y si había algo que me interesaba cuidar era el club. Me dejaba un espacio seguro para reconectar y, bueno, también me aprovechaba de los recursos infinitos de estos ricachones, que en casa no tenía ni siquiera una habitación para dedicarle al revelado. Dejé caer las fotos en la mesilla frente al tablero de corcho, me saqué la golosina de la boca y regresé al móvil, apoyando las caderas al borde de la mesa. Tenía todo el receso para ubicarlas, la verdad, no planeaba apresurarme. Le eché un vistazo al pasillo, que había dejado la puerta abierta, y me distraje respondiendo unos mensajes, leyendo otros y scrolleando por Instagram, lanzando el lollipop de lado a lado. ¿Eh~? ¿Saku-chan se había puesto de novia? Qué desperdicio~ Contenido oculto llevaba un rato queriendo rolearlo en este mood so ahí queda uwu7
Al final habíamos terminado por subir todos juntos, claro, y Ferrari había seguido soltando tonterías como una ametralladora porque por lo que se veía no podía ser de otra manera. Era un poco gracioso el contraste, porque el chico rubio parecía de lo más serio que hablando de eso terminaron contestándome la pregunta de los instrumentos un poco entre los dos, pasando de guitarra eléctrica a instrumentos de viento enumerados y toda la cosa, bueno, eso dejaba a mis pobres acordes de guitarra mal aprendidos bastante en vergüenza. Como fuese, que llegamos a clase enteros, más o menos, y el día siguió corriendo sin más. Cuando sonó la campana me estiré en mi lugar, me distraje unos instantes viendo el cielo por la ventana y al cabo de un rato me levanté, cargando el almuerzo. Me pareció ver que Maze se enderezaba en su pupitre, cuando miré hacia la puerta vi a Sasha asomar la cabeza y creí notar que él buscaba llamar su atención para saludarla desde su lugar, pues ya había visto que buscaba a Suiren. Todo el cuadro me pareció dulce a su manera aunque seguí mi camino, miré a Pai un segundo, al salir saludé a la chica con una sonrisa y como ya Sui había salido también lo saludé a él de la misma manera. Mi plan original era solo bajar al patio, comer allí y tomar algo de sol, pero al repasar el pasillo con la vista noté la puerta del club abierta, otra vez, y la tontería me hizo algo de gracia. Quizás debía pensar un poco más las cosas que hacía alrededor de las personas, pero en vistas de que todo el mundo enviaba señales de lo más raras la verdad era que no quería complicarme mucho en tanto estuviese en mis posibilidades. Por eso solo vi una oportunidad, la tomé y fin de la historia. Un curso de pensamiento bastante lineal, para variar. Avancé hasta el club, asomé la cabeza y cuando noté la silueta de Joey estiré la mano para tocar en la puerta un par de veces, aunque ya prácticamente estaba adentro. —De nuevo la puerta abierta —advertí, ligeramente divertida—. Un día entraré y me robaré todo aunque no sepa usar nada, sí, en tus narices. Contenido oculto a ilana no le puedes dejar una puerta abierta, girl has no sense of privacy *that's me, i have no sense of privacy* colé unas cosillas ahí en el post JAJAJ don't mind me