Club de cocina

Emily Hodges

La emoción que me embargó al escuchar su confirmación fue tan grande que no pude evitar levantarme de un salto y abrazarla, dando saltitos emocionada. Por supuesto, no tardé en separarme algo brusca, de nuevo ruborizada, y junté las manos delante del rostro.

—Ah, lo siento~ ¡Pero que ilusión! ¡Seguro que nos lo pasamos muy bien!

Si ignoramos el hecho de que Mimi me odia y la tensión prácticamente se podrá cortar con un cuchillo, claro.

Me llevé las manos a las mejillas cuando los escuché hablar sobre asustarme, aunque el nerviosisimo inicial había prácticamente desaparecido y una risilla divertida escapó de mis labios.

No podía no sentirme tranquila con ellos.

Mis ojos se abrieron de la impresión al escuchar la primera parte del secreto que Anna me decía, llevándome incluso una mano hacia la boca para tapar la misma, en un efecto dramático. Sin embargo, la chica cortó justo en la parte más interesante porque Kohaku le había tirado un guante y, de repente, la curiosidad fue demasiado grande.

Le guiñé el ojo a la morena, divertida, y me acerqué a la mesa donde el chico estaba apoyado, inclinándome hasta estar... bastante cerca de su rostro, sí.

>>¿Qué tienes en el patio del santuario, Ishikawa-kun? Puedes confiar en mí~ Además, si no me lo dices, acabaré rebuscando hasta encontrarlo cuando vaya, hmpf.

Contenido oculto

A ver, a ver, Emi-chan *ojitos de wa*

 

Mantuvo su atención sobre ambas chicas con cierta soltura, y sus labios se ensancharon un poquito más al verlas fundiéndose en un abrazo. Ah, eran adorables, ¿no? Anna se veía algo sorprendida, como si aún le resultara difícil acostumbrarse a muestras tan espontáneas de cariño, pero se destensó de inmediato y envolvió su espalda con los brazos.

No creyó que el asunto fuera a seguir incluso después del guante volador, pero Emily se le acercó y, bueno, la verdad es que lo sorprendió bastante. Eso no había estado en sus planes. Le sostuvo la mirada pese a la cercanía, detallando el violáceo chispeante en su mirada divertida, y le sonrió con la calma de siempre. No movió un solo músculo, ni para alejarse o para tocarla. Lo primero no le interesaba, y lo segundo no correspondía.

—¿Hmm? ¿Qué ocurre, Hodges-san~? ¿Te interesa esa información?

Puede que sonara inocente, incluso denso, pero era claro que estaba jugando con ella. Anna, algo más atrás, se sentó sobre la mesa que Emily había estado usando para dormitar y echó un vistazo al salón del club. Estaba muy bien equipado, ¿eh~? ¡Sería super divertido asistir ahí con Emi-chan!

Contenido oculto

Annita, empezando a acostumbrarse a ser la tercera rueda, a thread

 

Emily Hodges

Con una risa me incorporé, separándome del chico y posteriormente de la mesa, no sin antes asentir con la cabeza un par de veces. Volví a alejarme hasta alcanzar de nuevo la silla dónde había estado sentada y me dejé caer hacia delante, apoyando así mi barbilla sobre el regazo de Anna.

—Es que... Anna-chan ha despertado mi lado más curioso, qué mal~ —murmuré, con tono quejumbroso, aunque sin poder esconder la diversión que también sentía—. ¿Qué secreto puede esconder un chico tan tranquilo y amable como Ishikawa-kun? Ah, quiero saber, quiero saber~

Otra risa escapó de mis labios pero no me separé de la chica. Más bien le dirigí una mirada divertida mientras extendía los brazos hacia delante, acaparándola aún más, y comenzaba a jugar con mis dedos sobre la mesa.

Contenido oculto

Anna thirdwheeling? not in my watch. hold my bitchy emi

 

Volvió su atención hacia Emily en cuanto la sintió acercándose y alzó un poco los brazos, sorprendida, al verla echarse sobre su regazo. Se había tensado un poco, la verdad, y un rubor suave había teñido sus mejillas, pero en cuanto la escuchó hablar soltó una risa como ella y apoyó las manos detrás, para sostenerse mientras Hodges rodeaba su cuerpo. Olía bien.

—¿Mini Ishi? Oh, tiene muchos secretos~ —murmuró, balanceando suavemente las piernas y con la cabeza apoyada sobre su propio hombro; le sonrió a Kohaku, quien las miraba desde su posición—. ¿Qué dices, senpai? Emi-chan tiene muuucha curiosidad, después de todo~

El chico meneó la cabeza casi a cámara lenta y se encogió de hombros.

—Ah, mujeres~ —suspiró dramáticamente y le dio un golpecito a los bolsillos de la chaqueta, sonriendo travieso—. El conocimiento conlleva responsabilidad, ¿lo saben? Hodges-san, si quieres que te ilumine, no puedes detenerte ahí.

Sus labios se curvaron ligeramente hacia el costado y alzó el brazo, extendiendo su mano abierta hacia Emily.

—Tendrás que ser parte del secreto~

Contenido oculto

Gigi, a while ago: Kohaku no le daría de probar a Emi
Gigi, now: hold my bitch

 

Emily Hodges

Una sonrisa victoriosa se plasmó sobre mis labios al escuchar a Anna y ver poco después a Kohaku dispuesto a aceptar. Pero de verdad, de verdad de la buena que quería saber qué era lo que escondía.

No lograba imaginármelo, ni siquiera cuando palmeó los bolsillos de su chaqueta.

Me incorporé ligeramente para inclinarme, invadiendo un poco más el espacio personal de Anna aunque sin ser muy consciente de ello, y extendí la mano para coger la del chico y apretarla, sonriendo cómplice.

—¡Acepto! Puede que no lo parezca, ¡pero soy de fiar~!

Contenido oculto

tbh, all according to keikaku y ni siquiera planeaba que esto pasase (?)

PD: no sé que tan lejos están realmente pero my gay ass dice que lo suficiente para que emi siga bitcheándole a anna bc i ship them so hard (?)

 

Cerró los ojos un instante al sonreír y estrechar su mano, transmitiendo el aura tranquila de siempre, pero entonces su mirada se afiló suavemente y jaló de su brazo. No fue brusco, sólo aplicó la fuerza suficiente para hacerla incorporarse frente a él. Anna, algo sorprendida por su movimiento, soltó una carcajada limpia y aprovechó la cercanía de Emily para rodear sus hombros con los brazos, dejándolos caer, y atraerla hacia sí.

—Mini Ishi, ¿estás seguro de esto~? Emi-chan es una buena niña, después de todo.

Buena niña, decía, y aún así sabía cuánto se había liado con Joey la noche anterior. Pero una cosa no quitaba la otra, ¿verdad? Podía verlo en el brillo inocente de su mirada, aquel morado tan tierno y cálido. Esos ojos no habían visto ni una mínima fracción de lo que ella sí. Seguía siendo como un corderito descubriendo el mundo. Aprovechó la posición de sus brazos para empujar los hombros de Emily suavemente hacia ella y aplastó la mejilla sobre su cabello. Sip, olía bien~

—La dama es quien está tomando sus decisiones, ¿verdad? —replicó Kohaku, su voz era suave y ladeó apenas la cabeza al extender la palma una vez más—. Hodges-san, ¿me darías tu mano~?

 

Emily Hodges

Un gritito de sorpresa salió de mis labios cuando sentí al chico tirar de mi mano hasta acercarme de nuevo a su posición, aunque lo peor fue cuando sentí los brazos de Anna rodeándome por los hombros y me di cuenta entonces de que, de nuevo y sin haberlo planeado, había acabado enredada en algo que no debería.

Sentí mis mejillas sonrojarse de nuevo pero no tardé en inflar las mismas al escuchar lo que la chica decía, frunciendo ligeramente el ceño. ¡No quería eso! No era ninguna niña a la que proteger del mundo, ¡también podía hacer cosas malas!

—Mhm.

Acepté sin dudar y extendí mi mano de nuevo, colocándola con suavidad sobre la contraria, prácticamente rozándola sin apartar la vista de sus ojos. ¡Estaba muy segura de eso! ¡Era cuestión de orgullo!

Contenido oculto

Bitch what you talking about you are a child (?)

 

Kohaku estrechó su sonrisa al reparar en toda la determinación que Emily se cargaba encima. Era adorable, ¿a que sí? Tan convencida de algo que... ni sabía lo que era, y su intuición le dictaba que siquiera lo imaginaba. No tenía idea. Alzó la mano apenas lo necesario para conectarla con la de Hodges, y sus dedos, más largos, rodearon su palma para mantenerla abierta. Le echó un vistazo a Anna; se veía muy tranquila.

¿Qué era? ¿Realmente confiaba en él con tanta claridad? Sus ojos rosados lo alcanzaron y le sonrieron, y ya no le quedaron dudas.

Kohaku llevó la mano libre a su bolsillo y, luego de hacer mucho suspenso, depositó algo en cámara lenta sobre la palma de Emily. Le resultó imposible seguir conteniendo la diversión, así como le había ocurrido cuando le pidió a Altan su número.

Una paleta.

—Hodges-san~ —la llamó, enterrando ambas manos en sus bolsillos, y se inclinó hacia la muchacha para abarcar su campo visual. Le sonrió—. ¿Alguna vez fumaste?

Contenido oculto

Kohaku plot twist Ishikawa, le dicen

 

Emily Hodges

Definitivamente no sabía que esperarme pero aquello no era ni de lejos una de las opciones. Solo se estaban burlando de mí, ¿verdad? ¡Todos se aprovechaban de mí, jo!

Volví a inflar los mofletes, abriendo la paleta con cierta brusquedad y llevándome después a la boca, frunciendo el ceño. ¡Pues muy bien! ¡Que se riesen lo que quisiesen! ¡El que ríe el último, ríe mejor!

—Hmpf.

En un berrinche infantil le saqué la lengua al chico en cuanto se inclinó, sacando el dulce solo para eso, y después giré el rostro cruzándome de brazos. A su pregunta solo negué con la cabeza, aún enfurruñada.

 

Había estado aguardando en silencio, realmente no había pensado en ningún momento que Kohaku fuera a darle un jodido porro a Emily y ya no era una mera cuestión moral. Tendría que ser idiota para encender hierba en un espacio cerrado como ese, dentro de la escuela.

Y Kohaku era muchas cosas, pero no idiota.

Reprimió un poco la magnitud de la sonrisa que se le escapó al ver la paleta, y cuando notó las reacciones de Emily la apretujó entre sus brazos y la zarandeó de derecha a izquierda, presionándose contra ella.

—¡Aaaah, Emi-chan~! ¡Eres tan linda~!

Empezó a reír, producto de la diversión y la ternura, y la dejó quieta cuando Kohaku le habló pero no la soltó por nada del mundo; sólo quitó sus brazos para colarlos por debajo de los suyos y rodearla por la cintura. Se inclinó lo suficiente, de hecho, para apoyar la barbilla en su hombro y desde allí observó el intercambio.

—Emi-chan, ya habrá tiempo para todo —murmuró, bastante sedosa, y puede que ni ella hubiera sido consciente del tono que utilizó—. Paciencia, linda~ ¿O te gustaría que nos pillen y nos expulsen?

Kohaku asintió.

—Si realmente quieres probar, Hodges-san, aquí estamos para ti. —Se irguió, entonces, y su voz adquirió cierta firmeza casi paternal—. Es muy importante que, primero, confíes plenamente en las personas con quienes estés y, segundo, sepan decirte con claridad qué tiene el cigarro dentro. Hoy día, si no tienes cuidado, pueden colarte cualquier cosa. Ah, y la primera vez no lo mezcles con alcohol, hay muchas chances de que te haga sentir mal.

Luego de todo el sermón, su postura volvió a relajarse y le sonrió, cálido. Anna volvió a apretujarla con cariño y soltó una risilla suave, cerca de su cuello.

—Emi-chan, puedes confiar en nosotros si quieres hacer cosas locas, ¿sí~? Sólo tienes que decirnos y nos encargaremos de que todo vaya bien.

 

Emily Hodges

No me molestaron las acciones de Anna, realmente, pero por costumbre solo fruncí más el ceño cuando me zarandeó y dijo aquello. Y quizás, solo quizás, me sentí algo mal cuando volví a sonrojarme al escuchar el tono de voz de la chica. ¿Había sonado más sedosa o me estaba volviendo loca?

—E-es que no lo sabía, jo... —murmuré, al final, bajando la cabeza.

Del berrinche inicial había pasado a hacer una mueca mientras escuchaba a Kohaku, sin atreverme a levantar la cabeza. Me sentía como una niña pequeña siendo regañada...

Para colmo de la situación, el suspiro traicionero que escapó de mis labios cuando sentí la respiración de Anna sobre mi cuello solo hizo que me avergonzase más. Me llevé las manos a las mejillas mientras seguía mordisqueando con fuerza la paleta, nerviosa.

¿Que se encargarían de que todo fuese bien si quería hacer locuras? Bueno, lo mirase como lo mirase aquello sonaba a que no podía salir bien.

>>E-espera... —aunque dije eso, lo cierto es que solo logré levantar un poco la cabeza, aun sin ser capaz de mirarle a ninguno a los ojos—. ¿E-eso tienes en el patio del templo? ¡N-no suena muy religioso!

La maestra de la sutileza.

 

Soltó una carcajada fresca, divertida, y comenzó a mecerse de lado a lado suavemente, arrastrando a Emily en el proceso.

—Lo sé, lo sé~ —canturreó, con cierta musicalidad—. Quién lo diría, ¿verdad? Que ese diablillo con sonrisa de ángel podría hacer cosas tan malas.

Le lanzó una mirada a Kohaku para comprobar que, efectivamente, allí estaba, muy tranquilo y con sus pintas de niño inocente. Sólo había que verlo. No dudaba que el muchacho era bueno, llevaba varios meses frecuentándolo y no lo recordaba enfadado, egoísta o hablando mal de alguien ni una sola vez, casi como si todo en su mundo estuviera perfectamente equilibrado.

Ambos miraron a Emily cuando pareció darse cuenta por fin de qué iba todo aquel rollo, y compartieron una risa al unísono. No iba con maldad, en realidad sólo estaban más que enternecidos. Kohaku se acercó y en un impulso extraño le palmeó la cabeza, dejando caer su mano a lo largo del cabello oscuro. Las hebras se deslizaron entre sus dedos en un instante de silencio que Anna observó con atención, desde su posición.

—Qué bonita, Hodges-san~ —murmuró el muchacho suavemente, y se irguió para guiñarle un ojo—. ¿Guardarías el secreto por mí? Confío en que puedes ser una chica muy discreta~ Sería bastante problemático para mi pobre abuelita si descubriera que las plantas de ahí atrás son más que yuyos silvestres.

 

Emily Hodges

El sonrojo volvió a acrecentarse cuando sentí la mano de Ishikawa sobre mi cabeza, pensando que simplemente me revolvería el pelo en aquel gesto medio condescendiente para descubrir después que no eran esas sus intenciones.

"Qué bonita."

Sentir el cabello deslizándose por sus dedos y aquellas palabras hicieron que el corazón me diese un vuelco. ¿A qué venía eso, tan repentinamente? Encima ni siquiera podía leer las intenciones del chico, siendo que siempre estaba con esa tranquilidad y haciendo las cosas como si no pasase nada.

—C-claro que no diré nada, no hace falta que hagas eso... —murmuré, echándome un poco más hacia atrás para resguardarme en el abrazo de Anna.

Lo había prometido, ¿no? Que guardaría el secreto. ¡Y lo último que quería era que su abuela estuviese decepcionada con él! Aunque estaba bastante feo engañarla de ese modo.

>>A-Anna... —me giré entonces, aun entre sus brazos, y la miré a los ojos, con estos repentinamente abiertos con sorpresa y curiosidad—. ¿Tú has probado?

Contenido oculto

Dios como se la van a comer entre dos panes estos dos (?)

Annita está ahí like: hey, yo también quiero chale (?)

 

Le sorprendió un poco que Emily se echara sobre ella, pero sus brazos la recibieron sin problemas, casi por reflejo, y murmuró un suave "¿hmm?" al oírla llamándola. Recibió toda la intensidad de sus ojos morados y su atención, mientras preguntaba aquello casi con miedo, viajó por un instante al movimiento de sus labios. Estaba bastante cerca.

—Sip —asintió sin mayores problemas, soltando una risilla divertida—. Verás, Emi-chan...

Sus brazos rodearon el cuerpo femenino con algo más de firmeza y le guiñó un ojo, entornando la mirada.

—He hecho más cosas de las que te imaginas~

 

Emily Hodges

Di un pequeños respingo cuando la chica afianzó el agarre pero tampoco hice ademán por liberarme.

Emi-chan. La piel se me erizaba cada vez que escuchaba aquel apodo, sobre todo de alguien que había estado en la azotea la noche anterior como había sido el caso de Anna.

—¿Eh~? —el tono quejumbroso me salió prácticamente sin querer, demasiado sorprendida por su respuesta como para darme cuenta de lo que realmente estaba sucediendo—. ¿En serio~?

Si me paraba a pensarlo, la noche anterior Anna parecía bastante cómoda con todo aquel ambiente, a pesar de todo. No le había dado muchas vueltas porque no pensaba que íbamos a acabar siendo amigas pero dada la situación...

Inflé de nuevo los mofletes.

>>Entonces sois los dos iguales: diablillos que parecen inocentes. Ah, ah, me siento engañada~

Pero, por supuesto, aquello último iba con un tono dramático claramente fingido.

 

Soltó una risa fresca ante la actitud dramática claramente fingida de Emily, y buscó sus manos para hacerla girar sobre sí, como en un paso de baile. Mantuvo el agarre con suavidad y le sonrió como hacía Kohaku, con los ojos cerrados y la cabeza ligeramente ladeada.

—¿Hmm? Pero si yo soy un angelito~ ¡No tengo nada que ocultar! Después de todo, ayer por la noche no hice casi nada~

Su mirada se entornó, en una mezcla de diversión y condescendencia, y le guiñó un ojo.

—¿Qué tal te fue en el aula, Emi-chan? —agregó.

—¿Eh? —La voz de Kohaku las alcanzó por detrás, se había acomodado sobre una isla y las veía muy entretenido—. ¿De qué me perdí?

 

Emily Hodges

Solté una risilla divertida cuando me hizo girar, olvidando por un momento la tensión que había sentido segundos antes. Pero solo por un momento, por supuesto, porque Anna parecía con ganas de seguir poniéndome nerviosa.

Sentí una oleada de calor asolándome el cuerpo cuando escuché la pregunta de la chica y la vergüenza solo se intensificó más cuando Ishikawa levantó la voz y recordé que también seguía ahí.

Me separé, algo brusca, de la chica y comencé a mover las manos delante de mi rostro, indicando negación, mientras intercalaba miradas entre ambos

—¡De nada! ¡Absolutamente nada! ¡Nada de nada de nada!

Dios, qué desastre, estaba siendo demasiado obvia, ¿no?

 

Apoyó las manos sobre el borde de la mesa y balanceó los pies, divertida y enternecida, al ver la reacción de Emily. Le daba algo de pena, ciertamente, pero al fin y al cabo ella había hecho esas cosas, ¿verdad? Y nadie la había obligado.

Era una pillina~

—¿Ah? ¿Vamos a mentirle a senpai? —Se inclinó hacia Hodges y le sonrió con complicidad—. Eh, Emi-chan, ¿qué dices? ¿Le decimos la verdad o no?

—Eh, yo quiero saber~ —acotó el muchacho desde atrás, sólo para echar más leña al fuego—. Hodges-san, ¿acaso no acabo de compartir mi secreto contigo? Me romperás el corazón~

Contenido oculto

this bitches me superan

 

Emily Hodges

—Ah, a este paso se va a enterar toda la academia...

Después del ataque de nervios inicial, conseguí relajarme un poco, aunque seguía terriblemente avergonzada y sonrojada. No es que me arrepintiese de aquello y, sorprendentemente, confiaba en Kohaku. Pero recordar las escenas y lo que yo misma hice en el aula con Joey... ¡es que qué vergüenza!

Me llevé las manos a las mejillas, con la cabeza agachada en un intento de que el pelo me tapase lo mejor posible las facciones.

>>Uhm... n-no sé si Anna te contó sobre la fiesta a la que fuimos anoche pero... —comencé a explicar, en voz algo baja—. J-jugamos a la botella pero con niveles y el último era ir a un aula durante siete minutos y... b-bueno, ¡ya te imaginas! ¡Pero no pasó nada extraño, lo prometo!

Solo levanté un poco la cabeza al final, hablando también algo más alto para... ¿intentar que se viese que no mentía?

 

A decir verdad, había dudado un momento con respecto a todo ese juego. Apenas conocía a Emily, pero se veía realmente avergonzada y se preguntó si presionarla tanto estaría bien. ¿No estaba pisando la línea? ¿No estarían, acaso, poniendo a esa chica en una situación en verdad desagradable? Su sonrisa había flaqueado y estuvo a punto de intervenir cuando la voz de Anna se alzó con fuerza.

—¡No te preocupes, Emi-chan! ¡Este es un espacio seguro!

Alternó su mirada entre ambas, algo expectante, hasta que Hodges finalmente habló. Bueno, ya había arrancado, así que... La dejó ir a su ritmo, en imperturbable silencio, hasta que lo miró para darle énfasis a sus palabras y Kohaku se permitió soltar una risa suave.

—Te creo, Hodges-san, descuida. —Llevó un dedo a sus labios y le guiñó un ojo—. Se irá conmigo a la tumba, lo prometo~

Bueno, ya bastante la habían torturado, pobre criatura. Podría haber seguido preguntando pero no le pareció nada cortés de su parte. Redirigió, en cambio, su atención a Anna y recobró su expresión divertida, ligeramente burlona.

—¿Y tú, An-chan? No te creo que no hayas hecho nada~

Anna desvió la mirada, de piernas cruzadas sobre la mesa, y enroscó su cabello rosado con aires indiferentes.

—¿Eh? No hice nada, en serio. Sólo una chica me besó, pero casi que por pena, y... —Soltó un pesado bufido—. Estaba Usui, ¿viste? El perro-lobo de Shibuya, pero desapareció en lo que canta un gallo.

La expresión de Kohaku se había ensombrecido apenas, pero Hiradaira no lo notó al estar viendo hacia afuera.

—Eh~ ¿Viene aquí?

Anna asintió.

—Sorprendente, ¿verdad? No sé cómo vino a parar al Sakura, pero vaya. El mundo es un pañuelo. —Vio a Ishikawa de reojo, y Kohaku se forzó a recuperar la sonrisa pero... era malo mintiendo cuando lo pescaban en frío—. ¿Hmm? ¿Ocurre algo?

El muchacho suspiró, algo resignado. ¿Tenía algún sentido intentar engañarla? Le dedicó una sonrisa breve a Emily, no quería que quedara en medio de una conversación así y... no estaba seguro de que Anna lo quisiera, tampoco.

—Luego dile a Rei, él está más al tanto que yo. No recuerdo muy bien.

Anna se encogió de hombros y Kohaku agradeció que dejara el asunto estar. Desinfló el pecho controlando sus respiraciones y vio por la ventana, la lluvia repiqueteando.

—Ah, qué lento puede pasar el tiempo a veces~ —se quejó, con un ligero mohín, y se volvió hacia Emily—. Así que, Hodges-san, ¿vienes al club de cocina? Suena divertido~ ¿Cuál es tu especialidad?