Claro Pincel

Me quedé mirando al suelo igualmente, pero en eso me recosté, para mirar el cielo
—Tranquila, no pasa nada, pero, no creo que todo vuelva a ser igual...

 

--Será igual pero yo solo seré un poquito más seria--Le dije a Rojo

 

--...--Me quede en silencio mientras me ponia a pensar en lo mismo--

 

—Por eso lo digo, creo que te estás volviendo muy seria, y tal vez termines con la misma actitud de Typhlosion, ¿Ves?

 

Miré a Typhlosion desde su pokeball y trague saliba
--....Puede....--Le dije a Rojo

 

Eso hizo que mi ánimo cayera en picada
—... —no podía ni imaginar eso, sería espantoso—

 

--Pero.....no creo que llegue a ser tan sumamente antisocial, aburrido, y serio que es Typhlosion....--Le dije a Rojo y Typhlosion suspiró desde su pokeball

 

—Eso espero —me quedé mirando el cielo, ya un poco despreocupado—

 

Sonrei por dentro al ver a Typhlosion y suspire
--Seguramente, no sea tanto como el--Le dije a Rojo

 

Boztece un poco mientras levantaba la mirada para ver el cielo.

—...—me quede callada mientras miraba el cielo.

 

Le entregue una almohada a mitsuki ya que veia que tenia sueño

--Toma para que duermas bien--Le dije sonriendo--

 

Me quedé mirando a Mizuki
—O por lo menos que vuelvas a ser como antes... —intenté sonreir—

 

Mire al suelo
--Si....pero--Preferí callar lo que iba a decir--

 

—No importa, si no te sientes cómoda, no lo digas, pero recuerda, siempre estaré aquí para escucharte y comprenderte

 

Miré a Rojo
--Esta bien te lo dire....ya que no creo que vuelva a ser la de siempre--Le dije a Rojo

 

Bajé la mirada por un segundo, tomé aire y finalmente le miré
—Está bien, te escucho —respondí mientras le miraba—

 

Tome la almohada.
—Gracias, pero no tengo sueño—le dije sonriendo.

 

--Bueno pero pronto tendras sueño jaja--Le dije sonriendo a mitsuki mientras la veia--

 

Miré a Rojo
--Pues eso, que no creo que vuelva a ser la de siempre....--Le dije a Rojo

 

—Ya veo, pero no sé que tanto afecte nuestra relación, no se, me sobran las dudas —con un tono notablemente maduro y calmado, respondí, en efecto, ella no era la única que estaba madurando—