Quise sonreir, pero no lo hice —Está bien —la solté para luego quedarme viendo hacia arriba, al cielo—
No estaba animado, tal vez producto del tiempo que me hizo madurar, lo único que hacía era mirar el cielo en completo silencio
Miré a Mizuki andar mirando a su alrededor, decidí no preguntar y listo, si me dijo que no me preocupara por sus problemas, debía ser por una razón
—Tranquila, madurar es inevitable, tarde o temprano, todos maduramos, cálmate, por que si he dicho y repetido algo es que te amo como eres —sonreí por lo bajo—
--Pero es que yo...--Preferí callarme lo que iba a decir--No quiero que tu seas como yo...--Le dije a Rojo
—Mizuki, por favor, ahora podremos estar del peor ánimo del mundo, pero mañana es otro día, deja el pasado atrás... —tenía que motivarla de alguna manera—
Comencé a sonreir —Tranquila, que no pasa nada... —sonreí un poco, y le tumbé el sombrero a modo de juego—
Sonreí maliciosamente, para luego hacerle cosquillas, tenía que animarla, no me gustaba verla así de triste