Lucas Diamond Llegamos con Lopunny a Zamani nuevamente y ahora volveríamos a la isla Eclipse. Los Pokémon iniciales eran idóneos para empezar una aventura, ¿por qué no llevarle uno a Mimi? Seguro que se llevarían genial. Con ese pensamiento en la cabeza marchamos al cementerio.
Lucas Diamond Dudé durante unos instantes acerca de si Mimi me estaba escuchando o no, pero no podía culparla. La emoción de ver a tu primer Pokémon evolucionar... Era incomparable. Tras darle toda la ayuda que necesitaba para empezar, me despedí de ella deseándole suerte. Y finalmente, me alejé un poco del lugar y volé a ciudad Zamani, donde llevaría a cabo el trabajo de recolección de miel.
Lucas Diamond ¡Hey, nada mal! Por la zona me encontré con tres grandes flores repletas de miel, ¡seguro que me daban muchas joyas por eso! Contento, volví a Zamani para recibir la recompensa por el trabajo.
Lucas Diamond Caminé con la cesta y el nuevo acompañante hacia la ciudad Zamani, y luego desde ahí hacia el mercado, donde me darían la recompensa por la miel. Había encontrado un montón, ¡mucho más que la última vez! Esperaba una buena recompensa...
Emily Hodges Ah, Zamani... Se sentía muy bien poder acudir a esa ciudad por mi propio pie, sin depender de Liza o Lucas, los pobres. A ver, el mercado tenía que estar... por ahí, síp. Había pasado pocas veces por ahí, pero afortunadamente no eran ciudades muy grandes las de Udan y era fácil orientarse.
Emily Hodges —¡Muy bien! ¿Cómo os sentís? —pregunté mirando a Incineroar y Arcanine después del entrenamiento que habían pasado con el gurú. Los pokémon me miraron algo cansados pero decididos. ¡Parecía que había ido bien! Di un par de palmadas sonriente, orgullosa de ambos. Ya solo quedaba dirigirnos al norte de la ciudad y, finalmente, introducirnos en el cementerio. Esperaba que fuese rápido, no me gustaba mucho ese sitio...
Lucas Diamond Tan pronto como salí, llamé a Lopunny para que me llevara volando a ciudad Zamani. Pensaba recoger a mis pokémon para enfrentar la liga de una vez. No sabía cómo podía salir la experiencia, pero bueno... al menos se haría lo que se pudiera.
Mimi Honda No pensé que ocurriría nada extraordinario o... nada de nada en general, pero estaba muy equivocada. El chirriante pitido apenas había dejado de escucharse cuando apareció un extraño Noctowl de algún lugar. Hizo vibrar las arenas movedizas que obstruían el camino, endureciéndolas, y desapareció de la misma forma que llegó. ... Mi equipo y yo intercambiamos una mirada de circunstancias. De... ¿acuerdo? Había servido de algo mi irrisoria habilidad como flautista. Como reclamo de Noctowl al menos. El camino quedó libre. No sin cierta curiosidad, ligeramente sobrecogida por adentrarme en una parte desconocida de la isla, cruzamos las arenas movedizas. Alcanzamos una ciudad. Era similar a la desolada Vijijini, pero las casas, construídas en piedra, se encontraban a distintos niveles sobre la ladera de una colina yerma. El aire era árido y seco, nada de extrañar teniendo en cuenta su cercanía al desierto. La Ciudad Pirita prehistórica. Sin embargo, no había ni rastro de los conocimos escenarios dónde aguardaban los capitanes... ¿Dónde estaba la sexta marca? ¿Quizás aquel entorno lúgubre y pedregoso sobre la cima de la colina tuviese la respuesta? Un escalofrío gélido me recorrió la espalda.
Mimi Honda Crucé las arenas movedizas a paso rápido, casi temiendo que el efecto de Noctowl de pasase. Tetemeko había mencionado la jungla Tropiki en Kikabila... era esa selva que se encontraba al sur de la ciudad, bordeada por arenas movedizas. Faltaba un último miembro en mi equipo... ¿Quizás podría encontrarlo allí?
Mimi Honda Nada más pisar Zamani alcé la vista hacia aquella alta explanada de tierra seca donde se localizaba el cementerio. Akili... ¿era una capitana de tipo fantasma? Siendo ese el caso no creía tener grandes problemas con ella. Suspiré. Pero los capitanes mayores... de verdad hacían honor a su nombre. Más me valía no subestimar a nadie.
Emily Hodges No me había dado cuenta de lo tensa que había estado en el cementerio hasta que salí del mismo. La adrenalina del encuentro con Akili y el posterior encuentro con Mimi había hecho que olvidase el sitio en el que estaba y la cantidad de fantasmas que ahí había, pero mi cuerpo reaccionó aun así. Sentí un gran alivio al pisar Zamani y comprobar que estaba sana y salva. Con suerte, no tendría que volver a pisar el cementerio en mucho tiempo, no era un sitio que quisiese concurrir a menudo. —Muy bien, sigamos caminando, chicos.
Mimi Honda Nos quedaba un largo camino hasta Vijijini y por lo que parecía, no tardaría demasiado en ponerse el sol. Sinceramente desearía alcanzar aquella ciudad diminuta antes de que anocheciese. De modo que aceleramos el paso.
Emily Hodges Después de un rato descansando, llegamos finalmente a ciudad Zamani. No había pasado tanto desde la última vez que habíamos estado ahí, ¿cierto? La verdad, había perdido un poco la noción del tiempo. Sea como fuere, no tardamos en distinguir la enorme roca que cerraba el paso a la siguiente zona. Llamaba mucho más la atención en un ciudad que en la colina, desde luego. Toqué la flauta y Machamp nos abrió el paso. Respiré hondo. Muy bien, allá vamos...
Mimi Honda Quizás andamos muy deprisa pero estaba agotada al alcanzar Zamani. Mukka seguía cruzado de brazos, con el ceño fruncido... irritado como un niño mimoso desde que abandonamos el paso. Toboe había agachado las orejas y Fudo... Fudo arrastraba su hueso tras de sí, profundamente desolado. Suspiré. —¿Qué es esta aura deprimente que traeis?—indagué molesta—. Una derrota no es el fin del mundo, demonios. Creedme, lo sé. Llevo años haciendo esto. Desgraciadamente aquella no era mi primera derrota. Ni tampoco sería la última. Theluji aprovechaba el clima y la agilidad de su equipo. Effy los cambios. Y Alpha la fuerza. Había perdido contra todos ellos. Pero no por eso me había rendido. Me detuve frente a la gran roca que cerraba el paso al sur de la ciudad e hice sonar aquella ridícula flauta. Enseguida un Machamp apareció y la hizo añicos con portentosa fuerzas. Éramos libres de continuar. —Pero de eso se trata ¿verdad? Theluji lo dijo. Lograr una simbiosis perfecta.
Lucas Diamond Los Loppuny nos llevaron hasta Zamani en un abrir y cerrar de ojos. Hacía bastante tiempo que no pisaba la ciudad, ya la echaba de menos... Y pronto vería algo que también echaba mucho de menos.
Lucas Diamond Por última vez, llame a los Loppuny, esta vez para volar hacia la ciudad Zamani. Debía volver a ver al gurú cuanto antes, debía llevar a Lucario conmigo para mi próximo reto. En breve regresaría a Galeia.
Emily Hodges Aterrizamos no mucho después en Zamani, mi objetivo. Le indiqué a Lopunny que me esperase unos minutos pues solo estaba ahí para ir rápidamente al Mercado y luego quería moverme hacia otra ciudad. La pokémon aceptó gustosa y me dirigí rápidamente hacia la zona de los mercados.
Alpha Xenodis. Hice que el sonido, porque música no era del todo, saliese de la flauta y a los pocos segundos un Noctowl se apareció desde debajo de la arena-no-movediza para utilizar sus habilidades y permitir que un camino se crease en medio de todo el desierto en movimiento. —Gracias, compañero. Agradecí con una pequeña caricia sobre su cabeza antes de que me fuese sobre el paso. *** El desierto se extendió por unos varios metros más hasta que la arena empezó a disminuir hasta que la tierra finalmente se volvió sólida. En la lejanía también parecía haber una nueva ciudad y eso solo podía significar una cosa: Un capitán. Aceleré el paso y al fin pude encontrar el lugar. Todo estaba en distintas alturas. Era como si hubiesen puesto todo en los picos de una montaña problemática como el Monte Corona. Pero no era lo que realmente me interesaba. ¡Lo mejor sería preguntar en el mercado por el capi!
Emily Hodges Tras recibir las joyas, salimos de nuevo hacia la ciudad y llamé a Loppuny con la flauta. Estaba segura de que Alpha no tendría ningún problema en vencer a Tetemeko y lo más lógico era que fuese a ciudad Zamani después gracias a la flauta. Así pues, ese era nuestro objetivo, Zamani. Llegamos y, efectivamente, el chico estaba ahí. ¡No es que pasase desapercibido especialmente! Aterrizamos cerca de él antes de que pudiese entrar por completo al mercado, esperando parar así sus pasos. —¡A-Alpha! —lo llamé una vez estuve lo suficientemente cerca—. P-perdona que te interrumpa, es que... ¡ah! Antes de nada, ¡felicidades! Sabía que ibas a vencer a Tetemeko sin problemas~ Era cierto y la sonrisa en mis labios, completamente sincera, demostraba que mis palabras lo eran. Sin embargo, poco después perdí la misma y mi expresión se tornó algo más entristecida. >>Quería verte porque... creo que volveré a Galeia y luego iré a Gérie. Los capitanes que me quedan ahora son muy difíciles y, si te soy sincera, no puedo dejar de pensar en que debería estar ahí y no aquí y no puedo concentrarme —admití, soltando después un suspiro. No estaba realmente feliz de tener que hacer aquello pero no podía mentirle a Alpha, de hecho me era demasiado fácil ser completamente sincera con él. >>Y bueno, quería avisarte y disculparme, porque me he ofrecido a ayudarte y me voy a ir... ¡pero! Me llevaré el pokégear, así que cualquier cosa, me puedes seguir mandando un mensaje y te responderé. ¡No tengo que estar aquí para guiarte! ¡Tengo todo un mapa de Udan aquí! —aquello último lo dije señalando hacia mi cabeza, con una pequeña sonrisa divertida en mi rostro. E-esperaba que no se molestase...
Alpha Xenodis. La incursión al mercado fue repentinamente interrumpida cuando una voz se escuchó a mis espaldas clamando mi nombre. No tardé dos segundos en voltear para poder reconocer a Emily, de nuevo. —Yo, Em!—Saludé de inmediato antes de que ella pudiese hablar. En respuesta, solo llevé mi mano hasta el estómago de Chari para golpearlo un par de veces con un gesto orgulloso sobre mi rostro.—¡Por supuesto que ganaríamos! ¡Hubieses visto lo bien que esta chica lo hizo! ¡Flame deberá aprender una o dos cosas de ella cuando nos volvamos a Galeia! Una risa bastante alegre salió de mí, pero me interrumpí de inmediato pues Em quería seguir con la conversación. Aun así... Esa cara triste no me gustaba para nada. No era una buena señal. —¿Porque...? Toda su explicación no hizo más que aliviarme. Pensaba que lloraría de nuevo, pero en realidad solo se disculpaba por no poder ayudarme. Eso es... Lindo, y un poco ridículo. ¡No necesitaba ayuda! Aunque sí me gustaría tener esa flauta invoca-Lopunny-voladores. —Dije que te pediría ayuda si me perdía y no encontraba de ninguna forma el camino—Con un par de pasos volví la distancia entre nosotros menor, lo suficiente como para que mis dos dedos empujaran rápidamente sobre su frente.—. No tienes que preocuparte por mí: Estaré más que bien por mi cuenta. Además, los tengo a ellos—Apunté hacia atrás con mi pulgar, donde mi equipo se encontraba.—... Quizás a Bellotita no tanto, pero cinco de seis está bastante bien. —Así que ve, ve—Soné casi como si la estuviese echando del lugar, pero vamos ¡Que ella quería estar allá y no acá! ¡Era obvio dónde debía ir!—. De seguro lo harás mejor allá y luego podrás volverte a enfrentar a esos capitanes fuertes. ¡Pero no te preocupes! ¡Los habré derrotado para entonces y podré darte algún consejo!—Cuando mi voz subió mi mano acompañó con dos pequeño golpes sobre mi pecho entre los pliegues de la camisa abierta. >>Aunque si vas a Galeia... Hay cierto pokémon que me gustaría atrapar. Creo que será un compañero fuerte, así que me propuse a atraparlo... Pero me entretuve demasiado entrenando en el frente y lo olvidé—Comenté eso último con una carcajada. No era lo último que se me olvidaría, pero al menos no era algo excesivamente importante—. ¡Te daré todos los detalles y puedes tomar de mi billetera—O más bien la bolsa de cuero donde metía los puntos.—todo lo que te haga falta! ¡Está en mi mochila en el laboratorio!—Ehm... ¿Qué más? ¿Algún otro detalle...? Creo que no.—. Te deberé una si me puedes ayudar con eso.
