Salté de Flygon, estábamos muy alto, pero no me hize daño, así que bajé mi boina, la sombra me tapó los ojos y entré
Aterricé de salto en ciudad Témpera, harto de tanto entrenamiento.--Bien amigo, creo que nos merecemos unas vacaciones ¿no es así?--Que mejor lugar, una de las primeras ciudades en las que estuve. Aproveché en comprar más de mi recurso indispensable, visitar el Centro Pokémon, pasear, comer algo, etc.
Mientras estaba en silencio, escuché que llamaban a la puerta, y al estar todo en silencio lo escuché desde la planta de arriba. Pero, quizás fueron imaginaciones mías, no creo que alguien quisiera entrar aquí.
--Shs... a este lugar no se entra amigo--De la nada, surgí detrás de Rojo y le tape la boca, tanto paseo y paseo había producido que me topara con esta peculiar escena.