--¡¡Sálvese quien puedaa!! --chillé al doblar la esquina y encontrarme con mis pokémon que rápidamente me siguieron corriendo a duras penas por detrás, echando todo el plan al traste y como no, al camarero pisándonos los talones. --¿¡Dónde esta Destiny cuando la necesito!? --pensé en alto y metí a mis pokémon, que se habían tropezado con una piedra y caído al suelo, en sus respectivas pokeballs para recuperar la gorra y la chaqueta y continuar corriendo. Doblé otra calle y me encontré con una casa abandonada, que tenía unas tuberías de acero que parecían resistentes y llegaban hasta el tejado por lo que no dude en subirme a ellas y comenzar a escalar. Al comenzar a subir, las tuberías empezaron a rechinar al estar un poco oxidadas pero me alegró ver que el camarero se había quedado en el suelo y no daba señales de querer subir. Cuando al fin llegué al tejado, me recosté en él y le saqué la lengua al hombre que llevaba toda la tarde persiguiéndome y que por fin se había rendido. Este resopló y se fue por donde había venido. --¡Por fin se rindió! --exclamé para luego colocar mis manos sobre la nuca y mirar toda la ciudad desde mi posición. Se veía todo tan bien desde aquí... Observé la altura en la que estaba y un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Y ahora como bajo de aquí si las tuberías están por romperse y no puedo entrar en la casa porque no hay ni puertas ni ventanas aquí? Ya me volví a meter en otro lío...
-Ahora si no hay rastro-Le dije a Dante, habíamos llegado a la calle y no había nada... donde estaria Liza?-A donde crees que se habrá ido?
Piensa Liza piensa con tu cabecita una solución... !¿Cómo narices voy a bajar si hay una altura de unos 15 metros?¡ Dios... y ahora ¿que? Me levanté un poco del tejado para poder ver mejor pero las tejas empezaron a crujir hasta que empezaron a agrietarse. Me quedé inmóvil, pues un paso en falso y se romperían. En ese momento, me fijé en que una calle próxima hacia en la que estaba se encontraban Ukita y Emily y agité mis brazos para que pudieran verme. --¡¡Ukitaa!! ¡¡Emily!! ¡Estoy aquí! --pero el tejado no aguantó más mi peso y se rompió haciéndome caer dentro de la casa. --¡¡Kyaaa!! --di un chillido tan fuerte que hasta me pudieron haber escuchado en la Llanura Relámpago. Por suerte caí en unas telas y mantas que amortiguaron mi caída. Levanté la cabeza y observé que me encontraba en una habitación oscura llena de polvo y telarañas. Se notaba que había sido abandonada. Bueno, ahora eso no importaba, debía buscar la salida.
-- Liza?! --exclamé al escuchar que gritaban mi nombre, pude localizar una casa muy descuidada que, al parecer había sido abandonada por completo... De ahí me habían llamado? Habría sido Liza? Y si fuera así, como rayos llego hasta aquella casa?--Vamos a ver Emi-- nuevamente tomé a Emily de la mano y me dirigí junto a ella a la vieja casa. La puerta principal estaba cerrada, aunque se encontraba desgastada... no quería llamar mucha la atención rompiéndola así que se me ocurrió algo--Bulbasaur, usa Látigo Cepa en esa ventana!--ordené a mi Bulbasaur después de sacarlo de su pokeball, era más discreto una ventana a la puerta. Acto seguido, Emily y yo entramos--Liza....?
Polvo, polvo y más polvo. Era lo único que había en aquella habitación en la que había caído. Encontré la puerta al fondo, entre varios muebles y cachivaches antiguos y me acerqué con cautela por si las tablas del suelo se quebraban al igual que el techo. Abrí la puerta empujando con mucha fuerza y conseguí abrirla pero algo en la habitación me llamó la atención. Un objeto brillaba entre las telas en las que caí y me acerqué a ver. Tan solo era un libro lleno de polvo que contenía palabras que no lograba comprender por culpa del manto de telarañas que lo cubría. Limpié con mi mano la portada de aquel extraño libro y me sorprendí al leer el título: "Diario de Lucho White". ¡¡Era el diario de mi hermano!! ¿!Pero que hacía aquí!? Rápidamente lo guardé en mi mochila y salí de la habitación. No perderé más tiempo, en cuanto llegue a mi habitación del centro pokémon lo leeré. --Pero que extraño era todo esto... por qué precisamente estaba aquí el diario de mi hermano. Parecía como si el destino quisiera que lo leyera... --pensaba en alto. De repente escuché una voz y bajé las escaleras de la casa hasta dar con el propietario de dicha voz. Me alegré bastante al ver a Ukita y Emily. --¡Ukita, Emily, estáis aquí! --les saludé alegre. --¿Me buscabais?
Después de tanto caminar y no encontrar ninguna señal de vida iba a regresar con los demás, hasta que reconocí una figura, era el camarero que estaba persiguiendo a Liza así que me acerque a él y le pregunté, porque había perseguido a liza de esa forma y me sorprendió la respuesta que me había dado. Me disculpe con el camarero por la acción de mi amiga y le asegure que no volvería a pasar y me retire para volver con los demás. - ¿Vaya día no cyndaquil?...
Cuando estábamos a punto de salir de la casa, Pika salió de su pokeball sin avisó y se quedó olfateando el lugar. --¿Qué te ocurre Pika? --le pregunté arrodillándome para intentar quedar a su altura y le miré fijamente. Este olfateó mi brazo y se subió a el hasta subirse en mi mochila y sacar el diario de mi hermano. Rápidamente cogí al pokemon en brazos y le intenté quitar el libro desgastado. --¡No Pika! ¡¡Sueltalo!! --este saltó al suelo y me miró triste. Yo le comprendí al instante. Guardé el libro y le cogí en brazos cariñosamente. --Yo tambien le echo de menos...--le susurré para que los demas no me escucharan. --Pero no vamos a estar tristones ¿verdad? --reí y mi pokemon mas animado se subió a mi hombro. --Bueno, ¿nos vamos chicos?
--Que se supone que es? Que pasó ahi adentro?--Pregunté al ver el viejo cuaderno con el que habia salido de la casa. Caminaba con Emily y Liza, tratando de buscar a Dante.
--Pu-pues... --me puse un pelin nerviosa ante su pregunta pero respiré hondo y saqué el diario de mi mochila para mostrárselo. --Este es el diario de mi hermano mayor Lucho. --le expliqué con una sonrisa de añoranza en la cara. --Lo encontré en una de las habitaciones y no me explico por que estaba ahi. Pero... estoy muy feliz de haberlo encontrado.
Me paré en medio del camino y giré a ver la casa abandonada, que ya la habíamos dejado muy atras. --Es extraño, pero creo que si que la he visto alguna vez, me resulta familiar... --le respondí sin apartar la vista de la casa.
En ese momento un escalofrío recorrió mi espalda y aparté rápidamente la vista de la casa por unos segundos, asustada. --Ukita, siento que algo malo me ocurrió en aquella casa... --le dije con la voz quebrada.
Mis manos comenzaron a temblar. Algo en la casa hacía que me pusiera nerviosa, ¿por qué no lograba recordar nada? --No-no lo se, pero hay algo que me inquieta de esa casa. --le expliqué mirándola fijamente y frunciendo el ceño. --Y tengo que averiguar el por qué. Dicho esto di media vuelta y comencé a caminar hacia la casa en la que había algo que me atraía. ¿Pero el que...?
Mientras caminaba por las calles de la ciudad logre ver a Liza caminando a una casa, bastante vieja a mi parecer, voltee a ver a cyndaquil y como era de esperar mi compañer@ tambien estaba bastante curios@ al igual que yo. - ¿Y si la seguimos? - le pregunté, mi compañer@ asintió y de manera sigilosa comencé a seguir a liza
Abrí temerosa la puerta y respiré hondo al dar los primeros pasos en aquella casa que tanto me inquietaba. Bajé a Pika de mi hombro y lo cogí en brazos para sentirme más segura. Mi pokémon se dejó y me sonrió para intentar calmarme. --Estoy bien Pika, gracias por intentar calmarme. ---dicho esto comencé a observar cada detalle de la casa. Aquí no había nada extraño...¿entonces porque me siento tan rara...?
Me quede unos cuantos metros fuera de la casa para que liza no me notara, esa casa desde afuera no era nada del otro mundo, lo unico que la hacia diferente fue el hecho de estar abandonada y mal cuidada - ¿Que le llamara la atención? - me pregunté aun observando a distancia
Cada paso que daba en aquella casa me entraban escalofrios por todo el cuerpo. Decidí subir las escaleras y llegar a arriba del todo, al ático donde caí. Caminé por todos los pasillos y corredizos y llegué al ático. Allí no había nada... tan solo revistas viejas y telas y mantas. Cogí una de las revistas y la ojeé. Era del año 2005, cuando tenía 5 años. Una de las noticias me llamó la atención... un asesinato...