Ciudad Témpera

Tema en 'Rutas' iniciado por MrJake, 27 Agosto 2013.

Cargando...
  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    6,216
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Mimi Honda

    Esperaba que Liza me cuestionase, pero mi cuerpo se tensó de todos modos cuando la sentí abrazándome por la espalda. Más que el contacto físico mi reacción fue una respuesta a su perspicacia. Tan certera y aguda como siempre. Aunque no lo estaba disimulando bien.

    Se me escapó una risa por la nariz, baja e irónica.

    ¿Un seis? Estaba siendo más que generosa. Últimamente tampoco se me daba bien ni fingir adecuadamente.

    Fijé mi mirada en algún punto de la habitación en la penumbra. La ventana estaba entreabierta y las cortinas se mecían fantasmalmente con la brisa nocturna. La luz de la luna iluminaba parte de la habitación con un resplandor platino, pero ni siquiera esa luz parecía poder alcanzar la profundidad del pozo en el que había sumido mi mente.

    Sentía su frente presionada contra mi espalda, su respiración cálida erizándome la piel incluso por encima del top. Dejé escapar un suspiro ligeramente tembloroso mientras trataba de ordenar mis ideas para darle una respuesta coherente en lugar de sollozar como una estúpida.

    No era el fin del mundo. Habíamos estado separadas mucho tiempo, éramos personas independientes con nuestras propias vidas. Pero me sentía como una niña caprichosa.

    Separé apenas los labios mas las palabras no acudieron en un primer momento, así que solo los cerré y apreté. De nuevo estaban hechas una madeja de pensamientos y sentimientos enredados y no lograba ordenarlos apropiadamente. No tenía ningún sentido. Éramos amigas. Solo éramos amigas.

    —Siento que estoy acostumbrándome a algo que no va a durar—murmuré finalmente con una voz cargada de vulnerabilidad. Apreté mis dedos con más fuerza alrededor de la almohada tratando de contener mis emociones o buscando el valor para expresarle todo esto sin esconderme de mí misma—. Pienso en que esto no es lo usual y que volveremos a la rutina pronto y... no quiero eso. Es estúpido, ¿verdad?

    Quería ser sincera. Se lo había prometido.

    >>Si de verdad quieres estar con esta idiota deshonesta, esta idiota deshonesta quiere dejar de ser deshonesta contigo.<<

    Me vi media vuelta y me apreté contra su cuerpo buscando refugio entre sus brazos. Oculté el rostro en su cuello, bajo su mentón, necesitando sentirla tan cerca como pudiese. Era casi una necesidad y era... jodidamente terrorífico. No sabía ni que hacer conmigo misma. Llevábamos apenas una semana haciendo esto, ¿había perdido completamente la cabeza?

    —¿Volver a la rutina?—musité—. ¿Cómo? Tú eres mi rutina. Hazte cargo tú, tonta.

    Not me amando a estas dos bakas un poco más cada día que pasa-
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Andysaster

    Andysaster Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,736
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Liza White

    —Mimi…

    Su nombre abandonó mis labios sin permiso, en mitad de un suspiro contenido. Abrumada por mis propias emociones y por lo que sus palabras removieron en mí la estreché con algo más de fuerza, cerrando mis ojos a la realidad. Pero el latido frenético de mi corazón no estaba por la labor de hacer lo mismo.

    Cálmate, Liz.

    Está demasiado cerca. Lo notará.


    ¿Cómo pretendía que me mantuviese estoica cuando me decía algo así? ¿Cómo pretendía fingir que no era la gran cosa cuando tenía la capacidad de derretirme con cada palabra que pronunciaba? Sentía que me estaba perdiendo más y más en mí misma por cada día que pasaba, que aquellas emociones convulsas, en lugar de remitir, solo se volvían más intensas por momentos. Más notorias e imprevisibles.

    Estaba hundida hasta la cintura en arenas movedizas y no había nada que pudiera hacer para evitarlo.

    Yo tampoco quería que aquello acabase. Llevábamos apenas una semana así pero aquella nueva relación me… me hacía demasiado feliz como para ponerlo en palabras. Había iniciado como un simple experimento, una mera muestra de liberación mutua, pero tenía la capacidad de alterarme la química del cerebro de formas aterradoras. Me sentía cómoda y liviana a su lado, me atraía y me volvía completamente adicta a ella. ¿Cómo nos había llegado a afectar de esa forma algo que en un principio lucía tan simple?

    Abrí los labios, dominada por un pensamiento repentino y visceral.

    Quedémonos así, entonces.

    No le pongamos fin.


    Pero no lo exterioricé.

    Por mucho que amase aquella nueva situación, Mimi se merecía algo más. Se merecía amar y ser amada, no una… relación a medias. Era una romántica empedernida, como yo siempre lo había sido. No tenía caso conformarse con migajas cuando le esperaban cosas hermosas allí fuera.

    El solo pensamiento tuvo la capacidad de revolverme el estómago, y no supe la procedencia de aquella voz insidiosa que retumbó en mi mente, impetuosa. Solo supe que, por primera vez… Me sentí celosa de algo que no tenía sentido.

    Tensé los labios, respiré hondo… Y traté de recuperar la suavidad en mi voz. Al menos en parte.

    —¿Lo dices por el final de mis vacaciones? —intuí, hablando en un murmullo, preservando el ambiente íntimo. Estaba demasiado cerca, no tenía sentido alzar la voz—. ¿Crees que todo esto acabará cuando finalicen? ¿De dónde te has sacado eso?

    Le dejé un beso sobre la sien, acomodándome un poco mejor en aquel eterno abrazo.

    >>Te lo dije, ¿no es así? No estoy preparada para una relación con Nikolah ahora mismo. Aunque se alineasen las estrellas y se me confesase mañana, aún debo sanar y reconectar conmigo misma como para poder darle lo que necesita —Mi mano acarició su espalda, por encima de su cabello; no me importaría volver aquello una costumbre—. Probablemente pasen meses, a saber si un año. No tengo prisa para algo así.

    Decía que no me sentía lista para una relación pero en su lugar esa relación de amigas con derechos, que tenía los mismos matices y componentes de una relación al uso, me hacía sentir completamente diferente. Volcada, comprendida y segura. Las piezas encajaban con naturalidad, sin necesidad de forzarlas de ninguna forma.

    No me entendía ni a mí misma, al parecer.

    >>Me va a costar muchísimo separarme de ti y volver a Almia, no te haces una idea de cuanto —le confesé de la misma forma. La honestidad se pagaba con la misma moneda—. He pasado meses horribles, sintiéndome completamente sola en una región alejada de todo y de todos. Sé que tienes miedo a la soledad, pero en el fondo yo también. Y sin embargo, cuando te confesé cómo me sentía en realidad acerca de ese miedo… Me hiciste completamente feliz ofreciéndome vivir contigo en su lugar. Quizás sean meses duros, pero… Me diste el impulso necesario para esforzarme al máximo y mantenerme positiva el tiempo que haga falta. Y es todo gracias a ti.

    >>Porque sé que al final del camino me estarás esperando. Y podremos seguir como estamos cuando vivamos juntas, el tiempo que sea necesario —Suavicé mi voz un poco más, sonriendo ligeramente contra su sien—. ¿Eso te hace sentir un poco mejor?
     
    Última edición: 2 Septiembre 2025 a las 4:14 AM
    • Fangirl Fangirl x 1
  3.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    6,216
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Mimi Honda

    La escuché apretada contra su cuerpo sintiendo el calor de su piel reptando incluso por encima de la tela del pijama y se me escapó un pequeño sonido al que no quise concederle ninguna identidad cuando me abrazó con más fuerza. Era... absurdo, ni siquiera podía sumar dos más dos cuando estaba así. Mi orgullo de plástico o mi obstinación eran papeles mojados cuando me abrazaba como si pretendiese fundirse conmigo.

    Ojalá supiera si ese latido insistente y frenético, que parecía un Fletching diminuto aleteando dentro de una caja era suyo o mío.

    Me acarició el cabello completamente suelto y mis músculos tensos se aflojaron, relajándose con sus palabras y prácticamente derritiéndose en algo que bien podría definirse como devoción. Sumisión, devoción, confianza... en definitiva todo se resumía en esto último. Si las almas gemelas existían probablemente se parecía mucho a esto.

    —Eres idiota. De verdad eres... eres tan idiota. No te das cuenta de lo estúpidamente frágil que me haces sentir.

    Podía parecer un reproche, una queja y todo lo demás... pero realmente no lo era. Era una confesión de lo especial que era para mí y lo importante que era nuestra relación. Era más honestidad, vulnerable y desastrosa honestidad.

    Podía sentir incluso las orejas enrojecidas y busqué ocultarme contra ella aún más como si eso fuera siquiera posible.

    —Voy a aprovechar cada segundo que nos queda antes de separarnos—aseveré a media voz—. Y voy a ayudarte a estudiar para que pases ese estúpido examen y seas la mejor enfermera de los Rangers de Almia. Y voy... voy a trabajar en ese maid café de la esquina para sacar el dinero para alquilar un piso en el centro. Hace unas dos semanas la gerente me preguntó si estaba interesada. Al parecer necesitan personal y mi tipo de personalidad tiene un público muy amplio. No me preguntes qué quiso decir.

    Tenían a una Gardevoir y una Indeedee vestidas de mucamas en ese sitio. Al parecer era muy popular y pagaban bien... pero no podía ni imaginar el tipo de gente que acudía a un lugar así. Probablemente la misma que había copiado ese chiste de Vaporeon en los comentarios de la página de mi club de fans.

    Me separé de su cuello y busqué sus ojos en la semioscuridad. Brillaban con fiereza y determinación, podía sentirlo dentro de mí replicando con la fuerza de un relámpago.

    >>Viviremos juntas hasta que te cases o yo me case o ambas. Y cuando sea actriz y una modelo reconocida mundialmente, me mudaré a Pueblo Caelestis y te compraré una casa a mi lado. Quizás viva un tiempo en Pokéwood... pero cuando me retire seremos vecinas. Nuestros hijos crecerán juntos...

    >>Y... y...—mi mirada se desvió a sus labios, tan cerca, podía sentir su aliento rozando mi nariz y me mordí apenas el labios inferior antes de regresar a sus ojos. Mi corazón estaba latiendo tan fuerte que parecía un chiste. Solté un quejido de puro pudor y volví a ocultarme en su cuello, abrumada por el peso de mis propias palabras—. ¿Qué más tengo que decir para que me beses, idiota? Deberías haberme callado ya antes de seguir dejándome decir estas cosas vergonzosas.

    [​IMG]
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  4.  
    Andysaster

    Andysaster Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,736
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Liza White

    Sentí las lágrimas arderme detrás de las cuencas cuando enumeró todas y cada una de las cosas que estaba dispuesta a hacer por mí, y cerré los ojos con más fuerza, obligándome a reprimirlas. Las lágrimas respondían únicamente a una emoción pura, arrolladora e irrefrenable, pero ya había llorado lo suficiente ese día. En su lugar ensanché mi sonrisa, allí sobre su sien, hasta el punto en el que me dolieron las mejillas con tan solo escucharla.

    Era imposible contener tanto cariño en un espacio tan reducido.

    En cualquier momento amenazaría con derramarse.

    —En ese caso me esforzaré por aprobar ese dichoso examen y cumplir mi parte de la promesa —le aseguré, con la misma determinación en mi voz—. Trabajaré horas extra, aceptaré todos y cada uno de los encargos sin rechistar y me labraré mi nombre dentro del cuerpo de Almia hasta ser la nueva promesa de los Top Rangers —Enredé mis dedos en su cascada dorada, sin detener mis caricias mientras hablaba—. Prometo hacer todo lo posible porque tu paso en ese maid café suceda en un parpadeo. Los Rangers de rango cuatro ya cobran un sueldo decente y podremos arreglárnoslas con tu trabajo ocasional como modelo, hasta que incursiones como actriz.

    Me habló entonces del futuro que deseaba conmigo y mi corazón se comprimió en el pecho. La escuché hablar de mudarnos a Caelestis, de ser vecinas y de que nuestros hijos crecieran juntos, y aunque la idea me hacía feliz como ninguna otra cosa en el mundo, también recrudeció el sentimiento amargo que se revolvía por momentos en mi estómago. No lo comprendía. Era una vida idílica, la compartiríamos, viviríamos puerta con puerta.

    Entonces... ¿Por qué? ¿Por qué la sola idea de imaginarla hablando del nombre que le pondría a sus futuros hijos, abrazada sobre la cama con alguien más, me llenaba de un sentimiento tan opresivo?

    Quería que fuese feliz...

    ¿Por qué no podía serlo yo del todo?

    —No sé si alguna vez te conté esto, pero mi sueño es tener una casa de campo, ¿sabes? —Le admití en confidencia, tragándome el nudo que amenazaba con formarse en mi garganta. Mandé el pensamiento lejos, como tantos otros, y me dejé envolver por el calor de su cuerpo y la seguridad que me transmitía—. Tener mi propio jardín repleto de flores, cultivar una huerta de hortalizas y bayas. Tal vez montar mi propia guardería pokémon y enseñar a mis hijos a cuidar de un huevo desde bien pequeños. Tal y como me enseñaron a mí.

    Aquella realidad no sería imposible en un pueblo tranquilo y remoto como resultaba ser Caelestis. Tal vez pudiésemos ser vecinas de verdad.

    Presa de la vergüenza y de la vulnerabilidad que sentía se escondió nuevamente en mi cuello, enrojecida hasta las orejas, y su réplica me arrancó una risa cristalina de los labios.

    No podía ser tan linda. Debía ser ilegal.

    —Pero no quería callarte —Alcé su mentón con suavidad, para que dejase así de esquivar mis ojos. Le sonreí desde allí, sintiendo que brillaba con tan solo tenerla cerca—. Quería escuchar todo lo que tuvieses que decir. Todas y cada una de esas cosas vergonzosas que me hacen tan feliz.

    Cerré los ojos, consumiendo las distancias, y la besé en los labios con la misma predilección, tal vez incluso más que antes. Rodeé su cintura nuevamente y me mantuve allí, tan solo disfrutando de lo bien que se sentía besarla, sin pretensiones de ir más allá. No podría hacer demasiado aunque quisiera, pero estaba bien con eso. Podríamos pasarnos horas simplemente besándonos y me derretiría de la misma forma.

    Debía ser cosa de un influjo. ¿Me habría hechizado, tal vez? No había forma en la que podía mantener la atención de alguien como yo en una misma cosa por horas sin llegar a aburrirme. No me cabía en la cabeza.

    Sí soon <3
     
    Última edición: 2 Septiembre 2025 a las 9:31 AM
    • Fangirl Fangirl x 1
  5.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    6,216
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Mimi Honda

    La escuché reírse y dejé escapar una suerte de gemido alargado de disgusto contra su piel, un sonido de pura y absoluta fragilidad porque era consciente de que estaba atrapada con ella allí. Era un desastre por su culpa, parecía una maldita baya Zreza. Ya fuese porque se estaba burlando de mí y picándome, por todo lo que acababa de decirme o por el hecho de que su risa iba a terminar causándome un infarto o algo.

    Mi pecho se estremeció cuando me dijo que le hacía feliz, así como si nada, sosteniendo mi mentón para que la mirase. Iba... iba a morir si enrojecía aún más. ¿Alguien podía tener en cuenta que mi corazón no podía soportar tanto?

    Uuurrgh~

    —Eres de lo peor—repliqué en una pequeña y vergonzosa protesta tan fútil como innecesaria, pero no me rehusé cuando sus labios buscaron los míos.

    En realidad cuando eso sucedió mi brazo se deslizó por su omóplato aferrándome a ella y atrayéndola más a mí. Al menos podía sumar dos más dos lo suficiente para saber que no íbamos a ir más lejos por... razones obvias, lo cual era un poco frustrante porque en serio quería tocarla más y exprimir cada maldito segundo. Quería devolverle el favor de haberme dejado las piernas como gelatina en la mañana.

    Pero estaba bien con esto.

    No había mentido en nada de lo que le había dicho. Estaba dispuesta a hacer todo eso y más solo porque estuviéramos juntas. Incluso si no podríamos hacer este tipo de cosas eternamente, quería tenerla cerca. Tener ambas una casa de campo en Caelestis, cerca de las ruinas y ella una guardaría pokémon... una vida idílica compartida.

    ...

    Un solo beso no era suficiente. Ni dos, ni tres. Tenía una adicción extraña con el roce de su lengua con la mía. No podía evitar suspirar allí contra su boca y dejar escapar sonidos que no terminaban de ser gemidos, solo pequeños murmullos de satisfacción. Era una chispa, una llama viva lamiendo mi piel, un fuego gestándose en mi bajo vientre y apretándome desde dentro.

    No era un exageración, me enloquecía besarla. Dejando al margen el sexo en sí, me parecía de las cosas más íntimas que podíamos hacer juntas. Era una intimidad física, pero no era lo único que había allí. Había otros muchos sentimientos en esa mezcla tan dicotómica, algunos a los que ni siquiera quería concederles un nombre.

    La sábanas se deslizaron con un sonido sedoso cuando me moví más cerca, apoyando mis muslos flexionados a cada lado de sus caderas sin dejar un solo segundo de besarla. Los shorts dejaban al descubierto mi piel y el roce con sus propios muslos me generó un escalofrío por la espalda.

    Nos separábamos el tiempo suficiente para respirar, nuestros labios chasqueaban en la oscuridad, pero volvíamos de nuevo a robarnos el oxígeno como náufragas aferrándose a un madero a la deriva porque se estaban ahogando; y empezaba a sentirme sofocada. La falta de oxígeno y el calor gestante era suficiente para desconectar mi cerebro y hacerme sentir mareada con cruda necesidad.

    Nunca me había considerado una persona particularmente libidinosa... pero lógicamente estaba equivocada. Me gustaba la atención, me gustaba sentirme bien y particularmente me gustaba sentirme bien con Liz. No necesitaba que me tocase realmente, tocarla yo y sentir como se deshacía bajo mis dedos era suficiente para cambiar la química de mi cerebro.

    Instintivamente mis caderas empujaron contra las suyas sintiendo el calor reptar y erizarme la piel, arrancándome un gemido entrecortado de los labios.

    Esa chispa otra vez.

    Pero... ya. Suficiente. No era el momento de hacer esto.

    Respiraba pesadamente, agitada. En serio agradecía la oscuridad porque estaba hecha un jodido desastre.

    —... Deberíamos parar aquí.

    Ah, gran idea Sherlock. El problema es que no me moví un centímetro.
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  6.  
    Andysaster

    Andysaster Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,736
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Liza White

    Nuestros labios chasqueaban sin descanso en la seguridad que nos confería la noche, dejando escapar murmullos de puro deleite con cada roce. No había espacio para palabras, solo la urgencia de volver a buscarnos, una y otra vez, hasta que el mundo más allá de la habitación dejara de existir.

    A veces anclaba la mano a su mejilla, reajustando mi posición para adentrarme con mayor comodidad a su boca. En otras atrapaba su labio entre mis dientes, juguetona, suspendiendo el movimiento en el tiempo lo suficiente como para que buscase mi boca con necesidad al dejarla en libertad.

    Adoraba simplemente estar así. Era un momento íntimo, de cercanía física y emocional. Y si bien mi cuerpo no se mantenía impasible ante las descargas que su calor y el roce de su piel enviaban a mi bajo vientre, podía hacer la vista gorda. Me sentía sofocada pero, a su vez, embriagada por un sentimiento distinto a los anteriores. O más que distinto, tal vez de mayor envergadura.

    La cuestión es que me sentía especialmente atontada, fuera de mí, y no parecía importarme en lo más mínimo.

    En determinado momento Mimi acabó sobre mí. La mano que sostenía su mejilla se deslizó hacia arriba, apartando el cabello dorado que me cosquilleaba el rostro al inclinarse sobre mí, y gemí contra sus labios de manera inevitable cuando se tomó el atrevimiento de empujar sus caderas contra las mías.

    Esta chica... ¿Ahora era ella la que no podía estarse quieta?

    "... Deberíamos parar aquí"

    —Tal vez —convine, tratando con esfuerzo de encontrar mi voz. Sostuve sus mejillas desde abajo y fruncí la nariz, mi expresión casi asemejándose al de una niña caprichosa e incansable. Las mejillas me ardían con fiereza cuando volví a hablar—. ...Pero fueron muchas horas sin poder besarte. Aún no he recargado del todo mi batería.

    La arrastré de nuevo hacia mí. Incapaz, de manera egoísta, de dejarle ir del todo. Si me pasaba de la raya con mi audacia y la llevaba a un punto de no retorno, me aseguraría de compensárselo más tarde. Con todo y la mente embotada, sabía cumplir mis promesas. Y, para su suerte, ella aún no estaba en esos días.
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso