Ciudad Témpera

Tema en 'Rutas' iniciado por MrJake, 27 Agosto 2013.

Cargando...
  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    6,172
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Mimi Honda

    No sé cuánto tiempo pasó. Cerré mis ojos y con el antebrazo sobre ellos todo a mi alrededor se redujo a oscuridad. Me llegaban voces amortiguadas desde la puerta pero no les estaba prestando atención. En realidad todos mis sentidos se habían sumido en la zozobra de mis propias emociones y pensamientos.

    Quizás realmente no entendía nada en realidad. No entendía mis sentimientos, no entendía mis pensamientos... estaba perdida en un laberinto con una salida indeterminada dando palos de ciego en la oscuridad. ¿Qué era lo que realmente quería? Probablemente ni siquiera yo lo sabía en ese entonces.

    Por mucho que buscara cariño y atención, nada de lo que hice fue coaccionado. Si sentía asco de mí misma era por mi propia debilidad. Porque no entendía mis emociones, ni lograba nombrarlas y odiaba no sentir tener el control de las cosas. No tener control implicaba vulnerabilidad y la vulnerabilidad implicaba dolor. Y el dolor te hacía débil.

    Ser débil no era un escenario ideal en ningún lugar.

    —¿H-huh?—murmuré porque mi cerebro simplemente era incapaz de procesar qué me estaba diciendo.

    La miré, tratando de entender por qué demonios me soltaba todo esto ahora. ¿No era una más? Bueno, no era lo que parecía desde mi punto de vista. Pero aún si lo era... ¿qué demonios importaba? Liza podía hacer lo que quisiera con su vida, no era su dueña por mucho que bromease con ponerle un collar. Técnicamente en eso consistía una amistad con derechos, no había necesidad de fidelidad. No había algo así como fidelidad como tal. Eso sería una pareja al uso.

    Yo había estado de acuerdo con eso. ¿Entonces por qué...?

    —¿Por qué me estás diciendo esto ahora?—inquirí sombría—. ¿Crees que me arrepiento de lo que pasó?

    Alcé la mirada a sus ojos y los vi repletos de lágrimas. Definitivamente esto había llegado demasiado lejos. Si no le ponía un alto a mi orgullo aquí, nuestra relación no tendría ninguna razón de ser.

    >>Bueno, pues no lo hago—admití sin medias tintas—. Nadie me puso una pistola en la sien para que me acostara contigo. Lo hice porque quise.

    >>Y volvería hacerlo. Así que si te sientes culpable borrátelo de la cabeza, Liza White. Si quieres culpar a alguien culpa a este extraño magnetismo entre nosotras, pero no te culpes a ti misma.

    Me abracé a mí misma y mis uñas se clavaron de forma dolorosa en mis antebrazos.

    >>Soy yo la que está actuando como imbécil. No te pedí disculpas cuando debí hacerlo porque a pesar de que sentía que era una estupidez, a ti te dolió. Esa debería haber sido razón suficiente.

    >>Debería... debería haber...—chasqueé la lengua y me acerqué a ella para rodearla con mis brazos incapaz de mantener la distancia mucho más mientras se deshacía en lágrimas. La estreché con fuerza, como si buscara contenerla y hundí mi rostro en su hombro. Mi voz fue apenas un hilo solo lo suficientemente alta para que ella me escuchase—. Lo siento, ¿está bien? Yo empecé. Es mi culpa.

    I love them. You don't even know how much I love them ;___;
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Andysaster

    Andysaster Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,688
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Liza White

    Mi cuerpo se tensó cuando la sentí rodearme con sus brazos, quizás por lo repentino o lo inesperado del gesto. Me estrechó con fuerza, tratando de contener mis emociones, y negué con la cabeza con vehemencia cuando finalmente se disculpó.

    —¡Eso ya da lo mismo! Ni siquiera tiene importancia, me estaba comportando como una niña —repliqué, dándole la razón. Fui incapaz de devolverle el abrazo y me mantuve allí, de pie, sintiendo las lágrimas deslizarse silenciosas por mis mejillas. Me sentía horrible conmigo misma, pero la discusión que lo desencadenó todo no tenía razón de ser allí. Apreté los dientes, frustrada, lejos de su mirada azul—. Fue lo que dijiste antes, cuando te marchaste a la habitación.

    >>No tiene que ver con eso. Sé que no te arrepientes, ni yo tampoco. Tiene que ver con el hecho de que nunca me detuve a pensar en cómo debías sentirte, ni tampoco te pregunté. Estaba tan metida en mi propia burbuja de autodescubrimiento, creyéndome el ombligo del mundo por empezar a tener encuentros estúpidos que llenasen ese vacío que Nikolah es incapaz de llenar que no reparé en que para ti todo esto es algo nuevo —Sorbí por la nariz, escupiendo mi propia molestia con cada palabra que pronunciaba—. Que tú no eres como yo, y que la vida tiene un sentido del humor demasiado irónico para juntarnos de esta forma.

    Mimi creía erróneamente que me culpabilizaba por lo que había sucedido, pero ninguna de las dos tenía potestad sobre algo tan azaroso y volatil como lo era nuestra atracción. No podíamos controlar lo que sentíamos, pero sí ser consecuentes.

    Y yo había decidido apartar los ojos de la realidad solo porque se sentía demasiado bien. Tener los ojos de tantas personas posados en mí.

    Mi propio placer culpable.

    >>Lo que menos quiero en el mundo es hacerte daño, Mimi —le aseguré, aunque era algo que ella realmente ya sabía—. Sé que no es enteramente mi culpa, pero tengo parte de la responsabilidad y debo hacerme cargo —Le puse las manos sobre los hombros, separándonos lo suficiente como para poder mirarla a los ojos. Mis orbes acuosos brillaban con determinación y severidad. Redobló la seriedad en mis palabras—. Si esta estupidez de las amigas con derecho te va a hacer daño, me detendré aquí mismo. Solo tienes que pedírmelo y lo haré.
     
    • Sad Sad x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso