Alpha Xenodis. Estaba todo listo para salir. Pokémon curados, mochila lista, ropa bien... Bueno, tenía un poco de olor a sudor, pero me había cambiado en la mañana. Tenía perfectamente todas las condiciones para irme del lugar, pero nada presagiaría lo que ocurriría ahora: Un chico unos años mayor había chocado conmigo por la ceguera que él mismo se había creado con una enorme pila de comida. ¿El problema? ¡Toda la comida cayó! ¡Toda, pero toda! Incluso para mí fue todo perceptible en una cámara lenta... Fue una masacre total. —Te acompaño en el sufrimiento, hermano. Me arrodillé a su lado, herido completamente por toda la pérdida de la comida. Sobre todo el sándwich que se había desbaratado al completo. Él lo miraba con los ojos de un bebé al que se le quita su juguete favorito. Creo que el pobre de verdad tenía mucha hambre y necesitaba comer eso. >>Dediquemos un minuto de silencio a nuestros alimentos caídos en batalla. Y me llevé la mano al pecho, cerré los ojos y mantuve mi palabra.
Nikolah Cruz Miré con ojos asombrados a aquél hermano, a aquella alma caritativa que compartía mi dolor. A aquella persona que comprendía mi sufrimiento. Y ambos nos quedamos un rato en silencio, lamentando la pérdida de mi almuerzo. Recogí los restos del sánguche, y solemne, me incorporé. Me dirigí hacia aquél joven tan simpático. — Debemos hacer lo correcto y darle sepultura. Acompáname, hermano, no podemos deshonrar a este sándwich con una muerte tan vulgar. Dicho eso, me encaminé hacia afuera, pasando al lado de Devan y aquel que parecía un amigo suyo, hasta llegar a la cazuela de un árbol. Comencé a cavar un pequeño pozo, mientras en mi cabeza sonaba un ruido de gaitas al ritmo de una endecha. Cuando terminé, puse los restos de lo que pudiera haber sido mi almuerzo, y lo cubrí con la tierra, palmeando con una mano temblorosa el montículo que se había formado. Una sola lágrima varonil cayó de mi rostro, hasta impactar en la tumba del sándwich. Hoy era un día triste. Y para colmo me seguía rugiendo el estómago.
Alpha Xenodis. Creo que eso fue lo más extraño que jamás he hecho en mi vida. Le hemos dado sepultura a un almuerzo. Pero en ningún momento dejé de mantener el respeto por los restos del almuerzo del rubio... ¿Eso es una lágrima? Wow, de verdad quería el sándwich... ¡Tienes mi respeto como hermanos que somos! ¡No cuestionaré tus acciones y te acompañaré hasta el final de ellas! —Ven, hermano, te invito algo en la cafetería que estaba allá atrás—Fue lo único que pude comentarle, poniendo mi mano en su hombro en señal de apoyo.—. Él hubiera querido que llenases tu estómago. Dimos un último saludo coordinado al honorable emparedado fallecido en batalla y nos dirigimos al café. En el lugar se encontraba una persona a la que había conocido hace poco, acompañado por otro chico del cual tenía desconocimiento. —Yo, Orgen —Le saludé con una mano, mientras que invitaba a mi hermano de nombre desconocido a sentarse.—, ¿cómo va el entrenamiento? ¿Capturaste más pokémon? ¿Eres más fuerte? >>Alpha, por cierto, un gusto.—Añadí hacia el moreno. Además así mi hermano igualmente podría saber mi nombre.
Nikolah Cruz Agradecí en silencio su apoyo y la mano en su hombro. Estos tiempos eran difíciles, y era lo mejor estar acompañado. —Ven, hermano, te invito algo en la cafetería que estaba allá atrás. Él hubiera querido que llenases tu estómago. Me incorporé lentamente y comencé a seguirlo hacia el café que había indicado el muchacho. Lancé una última mirada a la tumba del sánguche, mientras susurraba: "Sí, él así lo hubiera querido". Me sorbí los mocos y contuve las lágrimas. No quería que Devan se pusiera triste viendo mi despecho. Yo quería hacer a la gente feliz, no triste. Así que me compuse, inspiré para calmarme, y me senté con ellos. Mi mente seguía desviándose hacia ese sándwich, imaginando todos los posibles escenarios que podríamos haber compartido juntos. El sonido de la voz de mi nuevo hermano presentándose me trajo de vuleta a la realidad. — Oh, Nikolah, un placer.— dije, estrechando su mano, con mi típica sonrisa habitual, como si nada hubiera ocurrido. Pero mi mirada transmitía todo lo que había significado ese pequeño gesto de bondad y hermandad.
Orgen De pronto, un revuelo mientras nos servían el almuerzo se presentaba en la puerta del Centro Pokémon que quedaba al frente del Cafetín. Un chico y... ¿Alpha? se dirigían a un lugar apartado en la lejanía. Luego de unos minutos volvieron ambos y se incorporaron, el chico se presentó, se llamaba Nikolah. —Un placer Nikolah —dije estrechando su mano y caso seguido presente a Alpha con Devan. Ambos parecían tener hambre y se incorporaron a la mesa, me dirigí hacia Alpha, pues había preguntado sobre mi experiencia. —Si Alpha, soy más fuerte gracias a tus consejos. —respondí sonriente. Recordé el mensaje de la CSG y le pregunté a Alpha debido a su experiencia. —Oye, ¿alguna idea del mensaje de la CSG? —le pregunté, mientras luego sorbía un poco de refresco. Contenido oculto Morde Reual Nathan Onyrian Gold-Kun
Alpha Xenodis. Nos trajeron el alimento, un buen emparedado para Nikolah y un trozo de pastel con café para mí; estaba asqueroso, pero el pastel lo compensaba. Cuando pensé que nos dedicaríamos a hablar de entrenamiento Orgen lanzó la pregunta sobre el caso. —Imagino que todos somos holders, así que lo explicaré muy fácil: El detective Fearrow—Ni yo sabía que dije mal el nombre; Creo que era costumbre igual que con Melanie.—nos está llamando para que le ayudemos con uno de los casos. Una vez pude participar, ayudando en el caso del envenamiento de aguas de la ruta 310, que por cierto ya he purificado y es un excelente lugar para encontrar tipos agua. La cosa es que seguramente vayan más de los holders y con eso seguramente podremos resolverlo, sobre todo si va Hubert o Ian.—Mis ojos se iluminaron un poco al hablar del último... Tenía ganas de verlo. ¡Quería decirle como me sentía y que estaba de vuelta solo para aplastarlo! >>Es en las Islas Artistas, como decía el mensaje. Si tienen problemas para viajar yo y Rayquaza podemos darles un aventón.
Orgen Escuché de manera precisa a Alpha y congenié con los demás chicos para viajar en el lomo de Rayquaza. —Me parece perfecto —dije, mientras señalé la plaza central de la Ciudad y dije: —Pero me gustaría que entrenáramos entre nosotros. Uno contra cada uno, si les parece bien. —pregunté.
Nikolah Cruz Yo no estaba escuchando a Orgen, ni a Alpha, ni prestando atención a mi alrededor. Estaba mirando el sándwich que tenía enfrente. Tenía una batalla moral dentro mío. La muerte de mi otro sándwich todavía estaba muy fresca en mi memoria. ¿Era capaz de dejar todo atrás, todos esos recurdos, todas esas sensaciones, para comenzar una nueva vida con ese otro sándwich? Era joven y tentador, pero, ¿era lo correcto? ¿Era lo que Pantasio hubiera querido? Había llamado a mi sándwich anterior Pantasio. Mi estómago se quejaba y rugía, pero mi corazón todavía no estaba listo. Después de unos segundos, mi estómago le ganó la batalla interior a mi corazón, y me dispuse a disfrutar de mi comida. Estaba delicioso. Estaba más que seguro que Pantasio había querido eso, que continuara con mi vida, que sea feliz, que no llorara. Pero no pude evitar derramar un par de lágrimas, al recordarlo, y al recordar su bondad. Sus últimas palabras todavía resonaban en mi cabeza: "Se libre, Nikolah. Disfruta de la vida, respeta a cada sándwich que te encuentres, pues cada uno es único. Prométeme que seguirás adelante, Nikolah. Prometémelo." Y entre susurros, se lo prometí, mientras veía como Pantasio se deshacía en cientos de hojas de lechuga que volaban al viento cual mariposas. — ¿Eh, viajar? Sí, por qué no. No tengo ningún plan, sinceramente. ¿Vamos Devan?— le pregunté a mi compañero, hablando con la boca llena, con una sonrisa.— Sería un buen viaje, ¡y seguro podremos conocer gente nueva, explorar lugares nuevos juntos y encontrar muchos más sánguches! De pronto, mis ojos se me iluminaron, una revelación había llegado a mi alma. Me incorporé lentamente, y me paré sobre la silla, para luego poner un pie sobre la mesa. Alcé el pedazo de sánguche que tenía en mi mano, para que el sol se reflejara en el rocío del tomate y en el blanco del pan. Mantuve firme mi postura, como un caballero que se encuentra jurando ante un rey. Y con voz solemne, pronuncié mi voto. >> Encontré mi vocación en la vida. No descansaré hasta haber probado cada variedad distinta de sándwich en toda Galeia. Incluso si eso me lleva toda la vida. Lo haré por ti Pantasio. ¡Lo haré por ti! ¡Por Pantasio! Miré directamente a Alpha a los ojos, con determinación, con valentía y coraje. Sin miedo. — Alpha, hermano mío, llévanos a esa Isla. Debo cumplir mi misión. Luego de eso, me bajé de la mesa y me dispuse a continuar comiendo mi sándwich. Contenido oculto No me arrepiento de nada. Y esta música sonaba en la cabeza de Nikolah cuando estaba pensando en Pantasio:
Alpha Xenodis. —Me temo que debo rechazar el combate de momento—Reí con tranquilidad, tomando una de mis esferas y liberando una pequeña gota de agua entre mis piernas, quien miró a todos los entrenadores a su alrededor y simplemente sonrió con mucha alegría.—. Actualmente es el único pokémon que llevo sin potenciación, y es un bebé recién nacido de un huevo. —Manaphy~ >>No creo que hayas incrementado tanto tu nivel en tan poco tiempo como para enfrentar a mi Charizard o a Hound de nuevo, quien ahora es un poderoso Rhyperior. Y la verdad sí que me apetecía enfrentarme a todos estos chicos, pero sería mejor priorizar lo del caso y dedicarnos únicamente a ello. Quizás en otro momento podría enfrentarme a Nikolah y Devan y por supuesto, ver los resultados del entrenamiento de Orgen. —Opino que nos centremos directamente en ir al lugar. Y entonces Nikolah subió a la mesa y soltó un discurso acerca de los sándwich y que probaría todos y cada uno de los que existen en la región de Galeia. La gente lo miraba extrañado, pero yo... ¡Era tan apasionado y varonil! —¡Muy bien, os llevaré allí! ¡Yo deseo pelear con todo el mundo de la región y seguiré mi misión hasta el final de los días que tenga aquí!—Fue lo primero que dije.—¡Entonces te ayudaré a cumplir tu misión de probar cada sándwich existente!
Nikolah Cruz — ¡Y yo te ayudaré con tu misión entonces, hermano! ¡Me aseguraré de que batalles contra cada persona que habita cada mínima sección te tierra o agua dentro de la región, e incluso más allá, si es necesario! Le extendí mi mano, llena de cortes y cicatrices, para darle un fuerte apretón de manos varonil y apasionado, para sellar el trato de hermandad que acabábamos de entablar. Mis ojos brillaban de determinación, y mi rostro era solemne, porque el momento lo ameritaba.
Orgen Observé a ambos y reflexionaba sobre la propuesta de Alpha, Nikolah por su parte era alguien apasionado. —Pues, volemos a dicho lugar en cuanto desees. —al momento de levantarme recordé a Mimi Honda y de seguro ella estaría por allá. —Diablos, de seguro veré a la Tsundere. —comenté algo fastidiado rascándome la cabeza.
Contenido oculto Creo que Alpha y Devan ya se conocían de antes, aunque fuera algo breve Me quedé demasiado rato mirando perplejo desde la mesa a la escena que acababa de ocurrir: Nikolah y alguien que me sonaba bastante estaban llorando por una torre de comida caída al suelo y enterrándola en un funeral que pareciera el de una persona. Me parecía tan aleatorio que ni siquiera reparé en que habían llegado a donde nosotros y estaban hablando de llevarnos a la isla que mencionaba el mensaje en Rayquaza. Rayquaza. En cuanto aquel chico lo mencionó, caí inconsciente por un golpe de lo que supuse después que era Frogadier... ¡Hola! Soy el narrador en prácticas otra vez. Devan se ha quedado inconsciente y no sabe lo que está pasando a partir de ahora, así que yo voy a narrar por el momento lo que le ocurre. El caso es que Frogadier hizo señas a los demás para que se lo llevaran también a la isla. Y ya está, ¿no? ¿Sabéis que sé romper la cuarta pared?
Nikolah Cruz Como al parecer ya era costumbre, Frogadier noqueó de un golpe a Devan, lo cual seguía poniéndome incómodo. Estaba seguro que tenían otras formas de resolver lo que sea que tuvieran que resolver que no fuera a los golpes. Pero no se podía hacer mucho más. Así que me encogí de hombros, tomé a Devan en brazos y lo cargué a mi espalda, para luego dirigirme hacia Alpha sonriente. — Bueno, ¿y cuándo salimos? ¿Ya?
Contenido oculto Adhsdsosad Gold me invitó a llevarme y no puedo dejar ir esta oportunidad de al fin poder rolear después de tanto y de hacer algo en el rol y avanzar como se debe y conocer pipol y y y y y y shit i love los casos de la csg dsahdsfhsfu así que vengo a entrometerme :'c Espero no ser una carga y nos llevemos bien and well thank u and bye >< <3 Talía Wells~ —¡Esto está tan bueno! —Exclamé llevándome otro trocito de pastel de chocolate a la boca—. La receta del Centro Pokémon es única~ Sip, nada mejor que un buen postre después de zamparse medio menú del resturante en compañía de mis pequeños amigos. Además, ese en cuestión me daba muy buenos recuerdos del primer día que comencé mi viaje. Recuerdos que me hacían sonreír. —Hmm... ¿qué podemos hacer después de comer? — le pregunté a Maquia mientras le daba un cachito del pastel. Se me había vuelto muy glotona. Con ayuda de mamá y papá, le puse a mi Chikorita un nombre. ¡También se lo puse a Beldum y a mi recién evolucionado Espeon! Tetsuo y Chise~ No me contaron el motivo pero la mirada que se dirigieron me hizo pensar que tiene que ver con otra interesante historia de su pasado. ¡Seguro me la contarán algún día! Vi como la pantalla de mi Pokédex, que estaba posada a un lado de la mesa, se iluminaba, y confundida la tomé y escuché con atención el curioso mensaje que me llegó... mensaje que al parecer iba dirigido a varias personas más. El mensaje hizo que mi corazón se encogiera. No comprendía bien la situación, no sabía realmente de qué hablaba este hombre, pero la situación parecía muy seria. Y esos extraños nombres lo hacían más serio. ¿Por qué les pediría ayuda a unos simples entrenadores de pokémon? Apesar del escalofrío que me daba el simple hecho de pisar ese lugar que parecía peligroso, admitía que necesitaba al fin algo de adrenalina. Emoción. ¡Y conocería a otras personas! ¿No es eso lo que buscaba? Ah, pero había un problema... —Vale, pero, ¿dónde está ese lugar y cómo llego ahí sin morir en el intento? Me levanté con las mejillas infladas y con la mano hice que mis pokémon me siguiesen hasta la recepción. Pensaba preguntarle a la enfermera Joy qué hacer... sin dar detalles, por supuesto. Contrario a mis planes, antes de llegar siquiera al mostrador, vi a un chico con una gran torre de lo que se veía comida dirigirse hacia la puerta, cosa que me dejó algo perpleja. —Vaya, me parece que existe alguien más glotón que Maquia... — comenté al aire recibiendo de respuesta un gruñido de molestia, el cual me hizo reír. Me quedé cerca del mostrador observando al muchacho, queriendo saber dónde llevaba esa montaña, viendo con horror cómo esta se derrumbaba con estrépito sobre el suelo. Abrí mi boca de la sorpresa y me quise acercar a ayudarle a limpiar ese desastre, pero al ver con quien chocó me quedé parada observando lo que ocurría. Nunca pensé cruzarme de nuevo con el muchacho de ojos bonitos con el que me choqué la primera vez. Por supuesto que no podía olvidarme de Alpha, y la cachetada que recibió por parte de Mimi la última vez que le vi. Observé estupefacta cómo ambos se habían levantado del suelo con los restos y el desconocido se marchaba al exterior, enterrando los restos de la comida bajo un árbol. Lo más raro que había visto desde que nací, pero fue divertido y bonito de presenciar. ¡Parecía que eso los había unido más y eso era bueno! —Bueno, ¿y si... intentamos preguntarle a Alpha cómo dirigirnos a ese lugar? ¡A lo mejor tiene más información sobre lo que está ocurriendo! —murmuré observando cómo se sentaban con otros dos chicos—. Wow, espera eso es un montón de gente desconocida, ¿sería malo ir e interrumpirles? Con la duda aún carcomiéndome me acerqué con lentitud, observando a todos por igual y con deseos de no ser vista por el momento. ¿Quizá podía disimular sentándome en una mesa cercana? Escuché con disimulo de lo que hablaban, dándome cuenta de que era precisamente lo que quería preguntar. ¡A ellos también les había llegado ese curioso mensaje! Y Alpha parecía estar acostumbrado... y parecia bastante confiado. Así que decidida y armándome de valor, me levanté y me acerqué, solo para observar cómo uno caía inconsciente de la nada. —U-uhm... —intenté llamarles la atención, y con el dedito di unos toques tímidos en el hombro de Alpha—. ¡Hola! Yo... uhm... ¿te acuerdas de mí, Alpha? Soy... Talía. Miré hacia el suelo con las mejillas totalmente calientes de la vergüenza, no sabía si hacía bien yo, una desconocida para ellos, pedirles que me llevasen. Pero bueno, ¡por intentar no se dañaba a nadie! >> Verás... a mí también me ha llegado ese mensaje y uhm... me preguntaba si podría ir con vosotros. No he salido nunca de Témpera y no sé cómo dirigirme a ese lugar. Es... nuevo para mí. ¿Por favor?
Alpha Xenodis. Estábamos completamente listos para poder partir y justo en ése momento se nos apareció un quinto y último miembro para la incursión: Talía. La última vez que interactuamos no pude recordarle, pero ahora con su nombre se vino a mi mente la escena de decirle que Mimi era una bruja y posteriormente ser abofeteado por eso. Sobé mi mejilla únicamente por recordar el dolor que sentí. —Sí, claro que te recuerdo—Le hablé con tranquilidad, mientras que regresaba a Manaphy a su esférico.—. Mimi me pegó bien fuerte esa vez—Reí intentando hacer la broma sobre la situación, pero en el fondo pensar en ella me hacía sentir un poco... Raro. Dolía el pecho.—. Y claro que puedes acompañarnos. Ellos son Nikolah, Orgen y Devan... ¿Está bien que lo cargues en tu espalda así? Quizás necesite un médico. >>D-De todas maneras... ¡Vámonos! Tomé la pokéball de mi cinturón que poseía una pequeña garra verde encima del color rojo. De ahí inmediatamente se materializó la imponente serpiente de siete metros, acompañando su aparición con un amedrentador rugido de desagrado. Definitivamente era de los pokémon que no gustaba estar en su pokéball, sino que prefería andar por la capa de ozono. —Muy bien, dos reglas bien simples: Agarraos bien y no hagan movimientos muy bruscos. El viaje no durará más de diez minutos gracias a la velocidad de Shen, por eso mismo deben cumplir las dos reglas... A menos que quieran caer en medio del océano de muchos metros de altura.—Reí mientras que tranquilamente acariciaba el cabezón que poseía el legendario. >>Subiros uno por uno, ¿sí? Y así fue. Primero Nikolah con Devan a sus espaldas, siguió Orgen y finalmente subí ayudando a Talía a ascender a la cabeza del dragón. >>¡Nos vamos entonces! Como siempre me senté en medio del círculo amarillo que la cabeza de Rayquaza poseía, acostumbrado ya a viajar sin la necesidad de sujetarme de nada. Shen empezó a ascender de manera rápida y en poco alcanzó esa velocidad de la cual tan orgulloso se sentía. Adiós, ciudad Témpera.
Lucas Diamond ¡Aleluya! Shelgon evolucionó a un hermoso Salamence de color negro y verde, ¡alucinante! Se veía que el Pokémon estaba muy contento con su nueva forma, ¡vaya, sí que le gustaba combatir! Seguro que con Liza sería muy feliz, entrenando. Ella tenía muy buena mano con los Pokémon dragón. Finalmente, me despedí del equipo temporalmente, para volver a Galeia. Sabía que Liza estaría ocupada con Ndege, así que mientras entrenaría en la torre desafío.
Orgen Luego de haber estado en el volcán barniz, decidí volver a la afamada ciudad tempera. Lugar de dichosos recuerdos engendrados con el paso del tiempo que me aventuraba por Galeia, esta vez me dirigía a la Torre Desafío nuevamente. Deseaba experimentar una vez más el nivel intermedio. —Creo que será bueno para ambos —le comentaba a Ches
Orgen Una vez en la ciudad decidí dirigirme al cafetín de la misma y sentarme a almorzar junto a dos compañeros, Ches y Ax. —Vamos, díganme que desean comer y acá se los colocó. —les dije, mientras ordenaba mi almuerzo al mesonero.
Ciudad Témpera lucía tan grande como siempre, pero mi intención no era admirarla sino cumplir uno de los encargos. Los carteles que conducían al casino parecían haber sido colocados hacía tiempo... el mismo que hacía que no se mantenían. El resultado era que estaban oxidados y corroídos. Al menos aún cumplían su función...
Orgen Salimos del casino y una vez observamos el cielo despejado sobre ciudad tempera saqué mi Pidove y me monté en su lomo, haciendole señas a Devan para que me siguiera el rumbo con su Noivern. —Aguanta el ritmo y vayamos a Pincel. —dije Contenido oculto Morde