Ciudad Témpera

Al escuchar su pregunta me quedé algo sorprendida, en eso me detuve a mirarle mejor...¿Le habría pasado algo durante este tiempo? Esa pregunta vino a mi cabeza y no se iba pero cuando se lo iba a preguntar ví como su rostro cambio totalmente.

—¿C-Cuánto tiempo?—Pregunté pensativa para después colocar mi mano en mi mentón algo pensativa —Bueno...yo diría que cerca de un año aproximadamente —Le respondí pensativa.

 

Al escuchar aquello, solo me dejé llevar. Aparté de mi lado el plato con huevos revueltos y beicón. Ya no tenía hambre. Recosté mi cabeza entre mis manos, apoyando los codos en la mesa.

¿Un año? Tristemente, eso lo explicaba todo. Mi cabello no podía haber crecido tanto en solo unos meses, como creía. Y mi delgadez...Ya no sorprendía. Me sorprendía más de seguir vivo.

—M-Mizz—mi voz temblaba, pero no importaba. Seguía con mis manos ocultando mi rostro, y me negaba a mirarla a los ojos— después de hablar contigo tuve unas cuantas batallas, y unos días después fuí a una isla y obtuve un huevo pokémon.— Esperé a que asimilara esto, y añadí— Ese es mi último recuerdo. Luego desperté con este aspecto en la misma isla, hace solo una semana.— Ya dicho esto, me sumí de nuevo en mi desesperación. ¿Que me había pasado?

 

Skarmory interpretó correctamente "casa" como "Centro Pokémon de Ciudad Témpera", pues allí fue donde fuimos a parar. El ave de acero surcó el cielo y sobrevoló la ciudad hasta localizar el centro de curación, y fue allí donde descendió.

Tras ingresar al lugar, noté que se encontraba un tanto repleto; mucha gente estaba siendo atendida en aquel momento, por lo que no tenía tiempo de conversar con Joy. Me retiré a mi habitación cuanto antes, regresé a Skarmory a su pokebola y me arrojé sobre mi cama… por dios, me había olvidado lo cómoda que era mi cama… no duré mucho más despierta, el cansancio me ganó de mano, y me sentí viajar al mundo de los sueños en cuestión de segundos.

 

Al escuchar todo lo que me dijo Drake me quede callada durante unos segundos intentando analizar todo lo que me dijo.

—Pero...¿Cómo no vas a recordar nada? —Le pregunte algo sorprendida—Seguro que algo debes recordar, solo que estarás aturdido—Le dije en eso ya supe porque estaba tan delgado, por lo que hice que levantara la mirada para después tomar su comida y acercársela de nuevo.

—Será mejor que comas algo si no quieres morir de hambre—Le aconsejé—Cuando te comas el plato si quieres seguimos hablando, y así quizás recuperes fuerzas y recuerdes algo de todo lo que te paso durante este tiempo—Añadí

 

Ignoré el plato de comida, aunque inconscientemente tomé una tira de tocineta, ignorando los cubiertos, y comencé a mordisquearla distraídamente.

—No creo que ese sea el caso— respondí—. Ninguno de los miembros de mi equipo parecía haber obtenido experiencia extra o demas cosas mientras estuve...ausente. Y no tengo absolutamente nada nuevo entre mis pertenencias. Parece más bien como si hubiera estado en coma por meses en esa Isla.

 

Sonreí levemente al ver que empezó a comer para después mirarle algo preocupada.

—Bueno...quien sabe lo te ha podido pasar, pero lo importante es que ahora estas bien—Le dije—Así que no te preocupes, ya averiguaremos lo que te haya podido pasar en aquella isla, tarde o temprano las cosas se arreglaran y todo lo recordaras con calma—Le comente sonriendo levemente.

En eso note como me traían mi comida, por lo que agradecí con una sonrisa para después empezar a comer.

—Tan solo no te preocupes, al menos no te ha pasado nada grave durante todo este tiempo—Le dije.

 

Mimi Honda

¿Hacerlo divertido, eh?

—Reto...— repetí como saboreando la palabra, pensando seriamente qué decir. Reto... Reto... ¡Rayos! ¿Qué diablos podía proponerle? Si le daba igual llevar un traje de sirvienta era obvio que yo me encontraba en desventaja. ¿Cuales eran las debilidades de Emily, entonces? Algo que prefiriese no hacer... Algo que fuese lo suficientemente vergonzoso para que se negase a hacerlo y lo suficientemente moral para que no rompiese ninguna regla... Algo como eso... —. Hmm...

Una media sonrisa se dibujó en mis labios. No creía que fuese algo que Emily se negaría a hacer, pero era algo que yo conocía... y después de todo era mejor que nada.

—Ya, entonces...— dije finalmente, alzando de nuevo mirada— ¡Te reto a actuar como una verdadera señorita durante al menos un minuto! ¡Y corrige tu postura para empezar; las damas no se sientan con las manos en los tobillos!

 

Debo decir que nada era aburrido o normal estando de aventura y fuera de casa con amigas. El hecho de que Gardevoir nos recibiera en la puerta me hizo sentirme culpable, había estado tanto tiempo fuera intentando suavizar mi temperamento que Emi había llegado a caer rendida en el sueño. De una manera o de otra la chica se despertó y creo que todo pasó demasiado rápido como para comprenderlo completamente pero lo que sí sabía es que acabamos jugando a verdad o reto de una manera... ¿Ninja? Sí, algo así.

Fue demasiado cómico el ver como Emi intentó ser una señorita educada y fracasó estrepitosamente. Me carcajeé y cogí mi mochila para sacar de ella un pijama. Unos pantaloncitos cortos blancos con anclas verdes y una camiseta blanca ancha con un Skitty con un parche en el ojo y enseñando esos colmillos adorables.

Una vez vestida me arrodillé en el suelo y puse derechos mi cuello y espalda. Era lo más saludable, si no podría tener contracturas y no era agradable.

 

Mimi Honda

No pude evitar la risa que escapó de mis labios cuando Emily se tiró al suelo apenas segundos después. ¿Qué había sido eso? Reí de forma más escandalosa cuando me espetó que era una crueldad pedirle algo así. No pude evitarlo. ''Chicas, ¿os gustaría tomar algo de té? Y tenemos pastelitos también...'' ¡Por el amor de Arceus, qué ridículo!

—¡Es un reto, Emi!— le respondí entonces, aún entre risas—. ¡Un reto! ¡No es tan difícil comportarte como alguien de la alta sociedad! ¿Ves? Sólo mírame a mí.

Añadí con una sonrisa ladeada y arrogante, alzando la cabeza altivamente. Estaba más que acostumbrada a los protocolos de la clase. ¡Por nada era rica! ¿Verdad? No sólo se trataba de la postura, sino del tono y de la forma adecuada de formular cada palabra, cada frase. Todo debía desprender elegancia y distinción.
En ese caso sería algo como... ''Chicas, seríais tan amables de dejar que os convidase a tomar el té? Es un té de Hoenn carísimo, servido por aristócratas en el siglo XVIII. Las pastas son importadas de Kalos, y la masa es tan fina y suave que apenas sí se nota en el paladar''.
Con el gesto propio de una reina, me aparté el cabello del rostro. Podría haber soltado esa risa pomposa que sonaba como un Purrloin en una licuadora... pero preferí callar.

Después de todo, era el turno de Noah ahora.

 

—Bueno, si, tienes razón—admití. —Por lo menos no me robaron, ni atacaron a mis pokémon.

Poco a poco, sin darme cuenta siquiera, terminé mi desayuno—. No tienes idea de lo mucho que extrañaba hablar con alguien—dije.—Ya estaba empezando a temer quedarme sin voz. Ehmm....¿Que tal se encuentra tu equipo? —anadí, quieriendo cambiar de tema desesperadamente.

Contenido oculto

@Void Izumi

 

Me alejé de la puerta soltando un suave bostezo. No había señales del chico por ninguna parte, pero mientras Snorlax se portase bien no creo que hubiese ningún problema. Acaricié su pequeña cabeza (pequeña en comparación a su enorme, enoorme cuerpo) y observé por unos momentos lo bien que se encontraba dormido. ¿Cómo podían ser capaces de dormir en cualquier lugar y con un sueño tan profundo? Me daban algo de envidia, ya quisiera yo tomarme la vida con tanta tranquilidad.

—Bueno, supongo que a Snorlax le apetece quedarse un ratito aquí, si a ti te parece bien —esbocé una sonrisa al pronunciar dichas palabras, sentándome de nuevo junto a Dante. Mis manos se posaron inconscientemente sobre mi cabeza, la verdad es que me sentía rara sin la gorra pero podría llegar a acostumbrarme—. Eso parece, esta vez no podrás hacer de las tuyas si no hay gorra de por medio, ¿eh? Se podría decir que esta vez gané el asalto.

Y sin pensarlo dos veces revolví su cabellera despeinada aprovechando que, al estar sentados, teníamos más o menos la misma altura. Era divertido ver como se podría llegar a hacer coletitas con él, lástima que no tuviese gomas por aquí, vaya...

"Así que... ¿estás ahora con Steve? ¿como van?"

—¿¡Eeeh!? ¿Q-quién ha dicho nada de que yo esté con Ste...? —¡piensa antes de hablar, Liza, que no se refería a ese significado del verbo estar! —¡A-ah, ya! No me hagas mucho caso, hoy ha sido un día bastante ajetreado y... bueno... —traté de excusarme de alguna manera, pero el nerviosismo era evidente.

>>Me encontré con Steve en la tarde desde hace mucho, al igual que contigo, y fuimos a dar una vuelta, aunque con un final algo desastroso a decir verdad —admití con una risilla, con el recuerdo aún en mente—. Me alegra mucho haberos encontrado a ambos, ¿a ti cómo te ha ido este tiempo, Dante?

 

Liza se aproximó hacia el Snorlax y acarició un poco su cabeza antes de sentarse nuevamente en la cama y cuando mencionó lo de su gorra no pude evitar reír levemente — La próxima vez no podrás ganar la jugada, o eso espero — sonreí y de pronto sentí sus manos sobre mi cabello, despeinandolo más si es que eso era posible, pero no importaba mucho, a fin de cuentas no creía que fuera a salir.

"¿¡Eeeh!? ¿Q-quién ha dicho nada de que yo esté con Ste...? ¡A-ah, ya! No me hagas mucho caso, hoy ha sido un día bastante ajetreado y... bueno..."

Alce una de mis cejas algo curioso por la repentina reacción de Liza, no había porque ponerse tan nerviosa, ¿me habría entendido otra clase de cosa acaso?, era bastante probable. — Sabes, es algo curioso... hace mucho cuando estuve con Steve y su madre, la señora Stephanie ella lo estuvo "molestando" un poco contigo y si no me equivoco reaccionó casi igual que tu — reí levemente y pasé una de mis manos por su cabello

"Me encontré con Steve en la tarde desde hace mucho, al igual que contigo, y fuimos a dar una vuelta, aunque con un final algo desastroso a decir verdad . Me alegra mucho haberos encontrado a ambos, ¿a ti cómo te ha ido este tiempo, Dante?"

— Pues estoy intacto... — me alcé de hombros algo bastante despreocupado — Así que me ha ido muy bien, nada de que preocuparnos y tu.. ¿no te metiste en problemas esta vez?

 

Desperté finalmente tras lo que se sintieron siglos de sueño… y sorprendentemente, aún me sentía cansada.

Tras una buena ducha de agua fría para despejarme, me vestí y descubrí que mis energías estaban efectivamente recuperadas por completo. Sin embargo, no salí disparada de inmediato hacia mi siguiente destino como solía hacerlo; en vez de eso, me senté en la orilla de la cama y me detuve un minuto para pensar.

¿Debía salir volando de inmediato hacia aquel espejismo? Hubert y los demás aún debían de seguir allí, ¿no? No podía dejarlos luchando solos… pero, ¿era prudente volver sola? ¿No era mejor buscar a Alpha, Emily y mis demás amigos, y todos juntos luchar contra Iota? Teníamos mejores posibilidades así… y encima de todo, ¿sabría volver a aquel lugar? Había escapado por un vórtice, pero apenas si había visto el camino desde allí hasta Témpera, estaba tan cansada que dejé que Skarmory se encargara de todo…

Bueno, sentada allí no iba a resolver nada, por lo que abandoné la habitación. Llegué hasta la recepción, que seguía abarrotada de gente, por lo que no podía hablar con Joy. Le hice una seña que la esperaría arriba para hablar cuando se desocupara, y me metí en el pasillo que daba a las habitaciones de los demás entrenadores, esperando allí a que mi amiga se desocupara pronto…

 

"Sabes, es algo curioso... hace mucho cuando estuve con Steve y su madre, la señora Stephanie ella lo estuvo "molestando" un poco contigo y si no me equivoco reaccionó casi igual que tu"

—¿En serio? —mis manos dejaron de despeinarle (aunque ya le había hecho dos orejitas con el cabello y estaba conforme) para sentarme sobre mis piernas y mirarle curiosa. ¿La mamá de Steve me conocía gracias a él? ¿Le habría hablado de mí acaso? ¿Y cómo sería ella? —Vaya, qué curioso, sí...

Y no pude evitar formar una pequeña sonrisa. ¿Por qué? Ni idea, ciertamente hoy no comprendía la mayoría de mis acciones. Quizás por el hecho de que le había molestado conmigo en particular, aunque tampoco me iba a hacer ilusión alguna; eso lo podía hacer con cualquiera, supongo.

Dejé eso en segundo plano al oír que había estado bien, sano y salvo, y eso me alivió mucho. Escuchar que Dante estaba bien (tanto él como cualquiera de mis amigos) era lo único que necesitaba saber para estar tranquila.

—Muy bien Dante, así me gusta, sin meterte en problemas —le di leves palmaditas en la cabeza como si se tratase de un perro (más bien en broma, como gesto cariñoso) y asentí. Pero lo último que me preguntó me causó cierta gracia—. ¡Claro que sí!, ¿por quién me tomas? Soy Liza White, si no me metiese en un lío cada día no sería yo. Algún día me tomaré un año sabático si eso.

>>Pero tranquilo, he salido ilesa por ahora así que no hay por qué preocuparse —le hice saber antes de recibir cualquier regaño, haciendo un gesto desentendido con las manos para restarle importancia.

 

—¡Necesito que lo busquen por todos lados, chicos! —exclamé, desesperado por los pasillos—. Ese glotón no estaba en la cocina, ¡así que puede estar en alguna de las habitaciones robando de los refris de la gente!

Phanpy olfateaba el piso constantemente. Froslass buscaba de mala gana levitando por todos lados, Skorupi abría y cerraba constantemente sus tenazas, riendo maliciosamente en espera de realizar una travesura pesada. Sin embargo, antes de que pudiese pellizcar a alguien, Blaziken lo agarró con dos de sus dedos y se lo llevó con vergüenza ajena, mientras que el escorpión de humor negro intentaba zafarse a duras penas. Scizor saltaba y miraba a sus alrededores sigilosamente, hasta que vio una puerta medio abierta. Phanpy siguió olfateando... y comenzó a dar saltitos frente a la misma puerta que vio Scizor y entró corriendo.

Ahí estaban Dante y Liza teniendo una conversación, pero ésta fue abruptamente interrumpida por el pequeño elefantito, que comenzó a darle lengüentazos a Dante en el cachete. Era lógico, ¿no? Al fin y al cabo era su antiguo entrenador.

La siguiente en aparecer en escena fue Froslass, que vio a Snorlax con cara de disgusto, y luego reparó a Dante y Liza de pies a cabeza, y soltó un "¡Jum!" con altanería. Luego llegó el Caballero Rojo, el cuál al reconocer al par de entrenadores, hizo una leve reverencia —como en aquellos tiempos medievales— para saludar. Seguido de él, llegó un aquejado Skorupi que medio lloraba por andar colgando de la mano de Blaziken, y éste último saludó enérgicamente al hippie y a la chica alzando un puño en el aire con flamas. Y finalmente... llegué yo.

—Oh, ¡ahí estás! Y dormido para variar... —rápidamente saqué la pokébola y devolví a ese gran oso dormilón a su cápsula. Luego volteé a ver a los presentes e hice repetidas reverencias de disculpas—. ¡E-en serio lo siento! Espero que no se haya comido nada de su refri y...

Pero entonces, vi de quiénes se trataban y entonces cambió rápidamente el rumbo de mi frase.

—¡Liza! —exclamé, quedando pegado mirando a la chica. Luego sacudí mi cabeza, sabía que había alguien más—. ¡Y Dante! Chicos espero que no les haya causado problemas...

Y entonces, noté como Liza estaba sentada en su cama, y lo admito, me sentí un poco incómodo ante eso.

—...n-no estoy interrumpiendo nada, ¿o sí? —comenté, entrecerrando mis ojos dudoso y un poco inquieto.

Ante mi pregunta, Blaziken y Scizor intercambiaron una mirada burlesca. Ellos me conocían perfectamente y sabía con qué intenciones hice mi pregunta.

 

— En definitiva, es enserio — reí levemente e ignore por completo el estado de mi cabello aunque no podía ser tan malo lo que ella había hecho ¿no? — No te mentira, no otra vez.

Después pasó a felicitarme por no haberme metido en problemas y su felicitación vino acompañada de unos leves golpecitos en mi cabeza haciendo que mi sonrisa se mantuviera intacta. Luego pasó a decirme lo que más temía: sí se había metido en problemas y antes de dejarme opinar algo me aclaro que no había sido algo de qué preocuparse.

Hice una leve mueca y suspire — Vale, está bien... No saliste herida pero... ¿Qué fue lo que...?— antes de que pudiera terminar mi oración un pequeño elefantito conocido para mí llegó por mí puerta a lamerme la mejilla

— Hey, Hey.. Yo también te extrañe pero tranquilízate un poco ¿si? — dije entre un par de risas tratando de que no me siguiera lamiendo. Cuando phanpy dejó de lamer mi mejilla llego una frolass quien al vernos solo soltó un "Jum" ¿acaso nos estaba juzgando a su modo?, más y más pokemom comenzaron a entrar por la puerta y no me dejaba de sorprender ¿en qué momento habían llegado tantos?

La respuesta llegó después con un Steve que se estaba disculpando por el snorlax en la habitación, este día había sido bastante curioso.

— Hola Steve — le salude con un leve movimiento de manos desde mi cama antes de arreglarme el cabello destruyendo la creación de liza — Y tranquilo tus pokemon siempre son bienvenidos no me causan ninguna molestia


>> Y no, no interrumpes nada, solo le preguntaba a Liza en qué lío se había metido esta vez, pero... Supongo que no fue nada grave ¿verdad?

 

Pestañeé dos veces, tres incluso, pero toda esa cantidad de pokémon seguía en el cuarto de Dante. ¿Cómo habían aparecido con tanta rapidez? Yo iba saludando a cada uno de ellos cuando iban entrando por la puerta, incluso a Frosslass, a pesar de que ella no lo correspondió con tanto entusiasmo... por no decir ninguno. Una se acostumbraba a su caracter, supongo.

Y tras un par de pokémon más, su entrenador hizo apto de aparición a todo correr, buscando al Snorlax desaparecido. El pokémon seguía sin enterarse de nada del mundo exterior, y pronto fue devuelto y recuperada la paz en Steve. O al menos eso parecía, hasta que nos miró con una cara extraña de describir. Ladeé la cabeza sin cambiar mi posición actual.

¿A qué se estaba refiriendo? ¿Y... p-por qué nos estaba mirando así, estaba haciendo algo malo sin darme cuenta?

—Solo conversábamos, no nos veíamos desde hace tiempo tampoco y había que ponerse al día —alcé mis labios con cierta timidez, sin comprender aún por dónde iba el asunto. Observé a Blaziken y a Scizor intercambiar miradas burlonas, ¿acaso todos se enteraban menos yo?—. ¿Por qué no te quedas con nosotros? Si es que a Dante no le apetece seguir durmiendo, claro.

Y miré de nuevo a Dante, tratando de buscar alguna respuesta posible en él con respecto a todo esto.

 

Primero escuché la explicación de Dante y luego la, aparentemente, medio nerviosa justificación de Liza. Yo, por mi parte, asentí lentamente sintiéndome igual de inquieto que al principio. ¡No es que no les creyera! Para nada, yo confiaba en ellos y sabía que me estaban diciendo la verdad. Es sólo que... no sé, no me esperaba encontrarlos a los dos... solos... en una habitación oscura... sobre una cama. Podía ser... bastante libre a interpretación a primera vista sin consultar ninguna versión de los hechos.

—Oh, n-no, no, no —respondí rápidamente a la chica—. Creo que es mejor que sigan conversando, digo, nosotros ya estuvimos hablando en la tarde, de seguro quieres pasar con más gente, ¿no? Sino sería aburrido, digo... es mucho Steve por un día y puedes quedar hostigada, ¿no te parece? —Al final de la frase añadí una risa nerviosa. Ese montón de balbuceos y frases sin pausa salían de mi boca casi de manera automática. No estaba pensando absolutamente nada, todo era meramente impulso. ¿Y esta incomodidad tan rara que siento qué cosa es? En serio que es primera vez en toda mi vida que una cosa así me ocurre.

Tomé aire, y devolví a todos y cada uno de mis pokémon a sus respectivas cápsulas esféricas.

—Bueno... creo que iré a dar una vuelta. Sigan en lo suyo, tranquilos. En todo caso yo ya tenía planes. Digo, sé que te dije que iba a la cafetería contigo, Liza, pero hace un ratito surgió una... —Me detuve a pensar, ¿cuál era la palabra que estaba buscando?—...situación —completé, sin mucha seguridad—. Así que estaré afuera por esta noche. ¡Si quieren podemos vernos mañana! Digo, tampoco te veía hace rato Diente... ¡digo, Dante! —¡Rayos!, ¿pero qué es esto? O estoy demasiado nervioso o la confusión de nombres de mamá Stephanie es hereditaria. Tomé aire, me sentía medio sofocado; tenía que salir lo más pronto posible de este lugar—. ¡Adiós chicos, diviértanse!

Y sin esperar respuesta, salí corriendo a la velocidad de un rayo del centro Pokémon. Rápidamente saqué al hada maternal de su pokébola, me subí en su lomo y le dije:

—Vamos a un lugar, cualquiera. Ojalá lejos si es posible —dije inquieto, mirando a todos lados. Por alguna razón sentía la intensa necesidad de estar sin nadie más a mi alrededor por un rato.

Y entonces, el hada maternal medio preocupada asintió, y decidió volar en dirección a la Arboleda Lápiz. En el transcurso fui pensando en qué me había pasado. Nunca en mi vida había sentido ni me había comportado de esa forma... ¿acaso es esa cosa que llaman "celos"? Expiré aire profundamente y decidí seguir mirando el paisaje con la mente en blanco, para relajarme un poco.

 

La situación se había salido completamente de control.

Liza por alguna razón estaba bastante nerviosa explicando la situación a Steve y dos de sus pokemom nos miraban algo extraño, luego Steve comenzó a decir que no era necesario estar con el, que liza estaría hostigada, ¿qué estaba pasando?

Intentaba abrir mi boca y decir algo, aclarar la situación pero no fue posible, Steve seguía hablando y antes de que sucediera cualquier otra cosa Steve había corrido de la habitación después de despedirse.

— ¡Steve! — grite algo asustado por la situación, me levante de la cama aún sin comprender nada y cuando llegue a la puerta el ya había desaparecido

>> Liza... ¿Qué acaba de pasar? — pregunte una vez que me giré a verla — ¿Hicimos algo malo?...