Alpha. —Nada ha pasado—Di una rápida respuesta cuando Mimi llegó a mi lado, claro dejando totalmente de lado los hechos acontecidos en esa habitación.—. Yo nunca he visto nada en tu habitación—El sonrojo pasó de nuevo a mi rostro, de una manera ligera.—. Mejor será que vayamos afuera, necesito un pequeño entrenamiento. Al momento que la incómoda charla se dio por terminada me di a la fuga por la entrada principal de una forma rápida. Y ahí afuera la gran del luz del sol me pegó de lleno en el rostro, mis ojos cerraron y mi mano se hizo presente en mi rostro para poder cubrirme un poco. —Será un día largo.—Me dije a mí mismo, quitando ya la mano de mi rostro.
Mimi Honda ''Nada ha pasado. Yo nunca he visto nada en tu habitación'' —¿Eh?— musité, volviéndome para fijar mis ojos en él. Alpha no me estaba mirando, pero aquello me sorprendió y alivió a partes iguales. ¿''Yo no he visto nada en tu habitación''? No supe si lo dijo porque había temido mi amenaza o porque realmente no quería darle más vueltas al tema; y aunque seguía siendo vergonzoso, de hecho... Mientras nadie lo mencionase no había sucedido. Había sido una suerte condenadamente mala, poco más... Y nada más decir aquellas palabras; agregando que necesitaba un ''pequeño entrenamiento'', Alpha salió corriendo hacia la puerta de salida. Dejé de apretar los puños— porque habían empezado a dolerme—, y solté un suspiro de resignación. El Karma me las iba a pagar todas juntas algún día. *** —¿Y bien?— le pregunté una vez le alcancé de nuevo, con los brazos en jarras—. ¿Qué querías cuando fuiste a despertarme esta mañana?
Contenido oculto: Holi, don't kill me ;-; Hale, pueh Talía se une /n\ Es extraño y feo el post... pero al menos algo salió :'c Que nervios, que vergüenza /\ Gracias por la ayuda, Noir :'c <3 Espero que mi personaje se lleve bien con todos \uwu/ Gracias por dejarme participar, wiii(? Y... por el apoyo de algunos<3 Sois libres de burlaros de lo mala y novata que soy e_e Talía~ Asomé la cabeza por la esquina del edificio. Veía a la multitud pasar de un lado a otro, sin prestar atención en mí. Me daba miedo salir y enfrentarme a toda esa gente desconocida, sin saber adónde ir. "¿Qué hago?" me pregunté a mí misma. Nerviosa miré a mi lado y me encontré a Beldum que observaba cómo Eevee jugaba con Chikorita. Sonreí al ver esa escena y me acerqué a ellos. —Hey, chicos. Sé que apenas nos conocemos, pero vamos a ser buenos amigos, ¿sí?—les dije alegremente. Ellos corrieron hacia mí, dando vueltas a mi alrededor. Parecían felices. Realmente eran unas cositas adorables... "¿Así que son estos mis compañeros?" Me agaché y cogí a Chikorita, el cual abracé. Era tan blandito y cálido... Al dejarlo en el suelo Eevee se lanzó encima de mí, vaya que tenía energía. Y Beldum... se limitó a acercarse y hacer soniditos. Cada uno a su manera, me encantaban. Me sentía feliz de que me estuviesen acompañando. —Uhm... así que... ¿y si mejor nos vamos?—pregunté algo insegura, señalando la esquina que iba a dar hacia la calle. Realmente tampoco me gustaba nada estar sola en ese callejón... A todo esto, no recuerdo cómo llegué a ese lugar tan solitario... Olvidé ese pensamiento inmediatamente al ver cómo Eevee corría hacia la salida del callejón, a lo que Chikorita le siguió. Entré en pánico por un momento, ¿adónde iban? ¿No era peligroso? Observé que Beldum seguía a mi lado , mirándome... o esperándome. Suspiré algo intranquila, y salí corriendo tras ellos con Beldum siguiéndome. —¡Auch! Pero qué mala pata la mía... salí tan deprisa de aquel callejón que no pude evitar chocar inesperadamente contra alguien. "¿Quién será?" me pregunté mientras levantaba la vista, sobando mi cabeza algo mareada.
Dormía de lo más plácido, hasta que hacía unos momentos un estruendoso alarido terminó despertándome, había salido de alguna de las habitaciones, tal vez, la de enfrente, por Arceus... ¡Menudos pulmones! Me desperté asustado, como si fuese una escena de una película de terror —Creo que anda algún loquillo suelto o solo son imaginaciones mías, pero que grito, diablos... —luego me levanté, para tomar mis cosas de la mesa, salir de la habitación e ir al vestíbulo del Centro Pokémon— Luego, tras tomar en el comedor un buen y delicioso desayuno, me dirigí al mostrador para devolver la llave de mi habitación a la enfermera Joy, ¿Como le hacían para estar felices todo el tiempo? Vaya que era un misterio, y las admiraba por eso, después me dirigí a la salida acompañado por Mismagius y Gengar, la ciudad se veía solitaria por ahora
Alpha. —Quería que empezásemos de verdad a entrenar—Fue mi primera respuesta a Honda.—. Me gustaría ver cuánto progresaste desde que estábamos en la ruta 301... Un combate es la mejor manera, ¿sabes?—Le miré sonriendo; de verdad estaba muy emocionado por tener este combate. Pero en poco tiempo, cuando ya me comenzaba a dirigir a los campos de batalla, se me fue interrumpido de una brusca manera por parte de un cuerpo totalmente desconocido que chocó conmigo, haciéndome caer a suelo. Puse mi mano en mis cabellos y sobándome, a pesar de no haberme golpeado ahí, comencé a levantar la mirada logrando encontrarme con aquella pequeña infante de cabellera rubia, ojos y ropas azuladas. A su lado un Beldum se mantenía flotando mientras ella realizaba la misma acción para aliviar el dolor que yo. —Hey, ¿estás bien?—Le pregunté a la después de haberme incorporado y sentado ahí mismo.
Talía~ Al parecer choqué con un chico. Cuando pude alzar la cabeza y mirarle, recuperada del dolor... me encontré con unos profundos ojos ambarinos que brillaban amistosos. Eran unos ojos grandes, muy lindos. Y pertenecían a un chico que era igualmente lindo. Cuando logré entender la situación, sonreí tímida. —Sí— dije— estoy bien, gracias. Lamento mucho haberme chocado así contigo, no era mi intención... Estaba persiguiendo a Chikorita y a Eevee... En ese momento me di cuenta de que el chico de ojos lindos iba acompañado por una chica rubia, una chica tan hermosa... ''¿Serán novios?'', pensé. De cualquier forma, hacían una pareja muy bonita. —¿Los habéis visto, por casualidad?—Proseguí mientras observaba alternativamente a ambos, un poco temerosa—. Estaban conmigo hace un momento, pero salieron corriendo y creo haberlos perdido de vista...
Mimi Honda Antes de poder darme cuenta, Alpha había chocado con alguien. Con una figura menuda y pequeña que —gracias a Arceus— era más baja que yo. Se trataba de una niña, una chica que no debería haber cumplido aún los trece años. No sé como alguien tan pequeño tuvo la fuerza suficiente para hacer que Alpha perdiese el equilibrio y cayese al suelo; o el golpe había sido muy fuerte o Alpha no se encontraba en uno de sus mejores días. Y esa niña... ¿de dónde había salido? Me mantuve como una mera espectadora de la conversación, donde la pequeña explicó que estaba buscando a sus dos pokémon; un Eevee y un Chikorita que habían huido a la carrera y que parecían haberse perdido. Guardé silencio. ¿Un Eevee y un Chikorita? ¿Y por qué razón no los llevaba en sus respectivas pokéballs, como cualquier otra persona hubiese hecho? Por mucho que tratase de ignorar el problema, algo se removió dentro de mí. No acostumbraba a ayudar a los demás por el simple hecho de hacerlo—aquella vez con Steve había sido algo instintivo, del momento. Porque a mí no me gustaba ver a la gente sufrir— Pero... ¿quién era yo para negarle mi ayuda a una niña pequeña? Y además, esos ojos violetas y esa mirada penetrante... Me recordaron a mí cuando tenía su edad. Sentí un nudo en la garganta. No dije nada durante un tiempo, simplemente me limité a observar la calle, tratando de disimular el hecho de que intentaba hallarlos con la mirada. N-no es como si me importase el hecho de que se diesen cuenta de que estaba ayudando, pero no quería hacerlo demasiado evidente. Me molestaba que los demás vieran esa parte de mí. Todo el mundo podía herirte cuanto te veían débil y bueno. Era un día apacible y soleado, y la calle era transitada por entrenadores y coordinadores de todo tipo. Un señora paseaba un Purrloin por la acera, unos niños se desafíaban a un combate cerca del parque... Nada destacable a simple vista. Y entonces, no lejos de donde nos encontramos, un par de figuras capturaron poderosamente mi atención. ''¡Oh, pero si...!'' —¿Son esos que están allí?— pregunté de pronto, señalando el otro lado de la calle. Dos pokémon que coincidían con la descripción de un Chikorita y un Eevee se encontraban jugando y persiguiéndose entre ellos como dos viejos amigos.
De nuevo en Témpera, lo primero que hice fue pasar por el centro pokémon, me pasaba todo el día ahí. Tras una nueva derrota, salí a dar un paseo para reflexionar, buscar nuevas estrategias y pensar cómo mejorar. ¿Quizás debería pasar más tiempo con mi equipo? Liberé a los tres participantes en mi última batalla y me senté en un parque a jugar con ellos. Exhausto un par de horas más tarde, pensé en cómo recuperarme de la derrota; lo mejor era batallar de nuevo. —Bien, equipo, ¿a quién le apetece otro combate? —todos respondieron a la vez, cada uno a su manera, lo que interpreté como una afirmación. Continué el paseo, en busca de algún entrenador con que pelear—. Oye, ¿esa de allí no es Mimi? —me pregunté a mí mismo regresando al equipo a sus hogares—. Y se encuentra con dos personas más, quizás son entrenadores... Bueno, pasaré a ver —me acerqué al grupo intentando no interrumpirles—. Ho-hola —saludé algo avergonzado, pues no conocía a nadie salvo a Mimi y solo de haber hablado unos minutos.
Alpha. La niña, de inmediato ofreció una disculpa hacia mí y luego comenzó a hablar de lo que había provocado aquel accidente; quizá debería de ayudarla a buscar a aquellos Chikorita e Eevee... ... Lástima; Mimi en cuestión de segundos había logrado localizar a ése par de criaturas. Ahí, en el otro lado de la calle, el pequeño ser café jugueteaba animosamente con el inicial de la región de Johto. Se notaba el reciente inicio de la niña. —Mimi—Llamé de la atención de mi compañera.—, ¿por qué no vas con la niña a buscar sus pokémon? De paso le puedes enseñar a mantenerlos dentro de su ball si estos no han sido entrenados.—Con una sonrisa miré a la rubia mayor, quien no parecía tener un semblante muy alegre... Quizá era momento de una pequeña broma hacia ella. Entonces tras mirarla unos segundos me decidí a voltear en dirección a la dueña de esos dos. —Ten cuidado—Con toda la confianza del mundo puse mi mano en la cabeza de la desconocida, tal cual lo había hecho con mi compañera en algunas ocasiones.—. Ten mucho cuidado, ella—Miré con una sonrisa de malicia hacia Honda.—es una bruja que te golpeará y te llamará idiota si haces algo mal—Comencé a advertir de una manera en la que intentaba aparentar temor.—. Luego te llamará plebeya y te lanzará algo. Y luego tendrás que pagar todas sus comidas, cargar todas sus cosas cuando ella compre y...—Ahí fue cuando me corté, más tonterías ya no se me ocurrían. "Ho-Hola." Arceus me ayu... No, él es un mal pokémon. Algo en ese momento logró hacer que me detuviese, y a la vez salvase; un chico. —Hola, ¿qué tal?—Le saludé, casi riendo.
Al acercarme al grupo, pude escuchar cómo el chico hablaba de Mimi. ¿Sería tan mala como este decía? A mí me pareció muy maja la primera vez que coincidimos. El muchacho, se paró al escucharme, giró y saludó... ¿Y ahora qué hacía yo? En verdad no me había acercado por nada en especial, solo para preguntar si alguno era entrenador y poder tener una batalla, ¡qué vergüenza! —Eh, mmm, bueno verás, yo me llamo Lucas, Lucas Diamond y... Había pensado que quizás alguno de vosotros fuese entrenador y querría tener una batalla conmigo —dije con voz temblorosa tras lo que me llevé la mano a la nuca. Estaba pasándolo muy mal
Mimi se encontraba aún mirando en aquella dirección, maldiciendo en silencio el hecho de que aquellos pokémon se encontrasen tan felices y despreocupados mientras su entrenadora se desvivía por buscarlos, que la voz de Alpha llamándola la tomó totalmente por sorpresa. —Mimi—escuchó, y se volvió con una expresión interrogante—, ¿por qué no vas con la niña a buscar sus pokémon? De paso le puedes enseñar a mantenerlos dentro de su ball si estos no han sido entrenados.. —¡¿Aah?!—exclamó pues, enrojeciendo de forma ligera— ¿Y por qué yo? ¡S-sólo los he encontrado por casualidad, no es como si los estuviera buscando ni nada! ¡Tú has chocado con ella, así que...! Se detuvo al darse cuenta de que Alpha no le estaba prestando la más mínima atención. Frunció el ceño, molesta. Y con incredulidad, fue testigo de como Alpha colocaba su mano sobre la cabeza de la niña con total confianza, como tantas veces había hecho con ella, y sintió un pinchazo de algo que se asemejaba muchísimo a los celos. ¿Pero qué confianzas eran esas? ¿Y así y de la nada? ¡Y con una niña que acababa de conocer! Frunció el ceño aún más si eso era posible ante la sonrisa maliciosa que Alpha le dirigió. ¿Qué diablos...? ¿Se estaba burlando de ella? Y entonces... Hecatombe. —Ten cuidado. Ten mucho cuidado, ella— le oyó decir mientras la señalaba con esa misma sonrisa de pura malicia. Mimi lo miraba con algo que divagaba entre el enojo y la confusión—. Es una bruja que te golpeará y te llamará idiota si haces algo mal. ¡¿Eeh?! ¿¡B-bruja?! Una ira súbita la encendió en cuestión de segundos. ¿Pero qué...? ¿Cómo osaba Alpha llamarle bruja de una forma tan despreocupada? ¿Y delante de una completa desconocida? ¡¿Quién se creía que era?! Su semblante enrojeció de pura rabia en un principio, pero se ensombreció a medida que las palabras fluían de los labios de Alpha con total despreocupación. La atmósfera empezaba a tornarse oscura y peligrosa. Sus puños estaban apretados fuertemente, la vena palpitante en su frente daba la impresión de poder estallar en cualquier momento, su expresión vacía y sus ojos, cubiertos por su flequillo y aquella sombra negra infundían auténtico pavor. Casi era visible esa aura negra que parecía envolverla, como exteriorizando todos aquellos pensamientos que fluían en su mente; todas lesas cosas horribles que en aquellos momentos deseaba hacerle a Alpha. —¿B-bruja...?— repitió, con un tono peligroso. Se tronó los dedos—. Por lo menos no soy un pervertido que se cuela en las habitaciones de las chicas para espiarlas mientras se cambian... Cosas nada agradables en realidad. Sin embargo, cuando iba a abalanzarse contra el entrenador fuera de sí, una voz la devolvió de súbito a la realidad. Un saludo bajo, tímido y tembloroso. ¿Esa voz...? Se volvió hacia su dirección, interrogante. Encontrándose con un joven de ojos negros al que reconoció de forma instantánea. Su enojo se evaporó como por encanto, tanto como aquella aura negra y aquellos oscuros pensamientos que fluían en su mente sin orden ni concierto. ¡Lo que le faltaba ahora! ¡Se suponía que no tenía que volver a encontrarse con él! —¡¿L-lucas?!— exclamó, señalándolo con un dedo tembloroso—. ¡¿Q-qué estás haciendo tú aquí?! Contenido oculto Una Tsundere cabreada no es cosa de risa (?
Me encontraba apartado en la escena, como un mero espectador. Las palabras de Mimi se me hacían algo raras. "Por lo menos no soy un pervertido que se cuela en las habitaciones de las chicas para espiarlas mientras se cambian...". ¿A qué se refería? El chico no parecía mal tipo y por la forma en la que se dirigía a su compañera se notaba que le tenía cariño. Por otro lado, había otra entrenadora preguntando por dos pokémon suyos. Entonces, Mimi se acordó de mí, extrañada de verme ahí. —Ho-hola Mimi. Bueno, acabo de estar en la torre y no me ha ido muy bien, así que pensé que con otra batalla quizás me recuperaría. Luego estuve dando un paseo y de repente me encontré con vosotros —conté algo ilusionado—. En resumen, estoy en busca de alguien con quien combatir... >> Y bueno, aunque no seas entrenadora, pensé que a lo mejor tu novio sí, ¿te apetece combatir?
Mimi Honda Y Lucas empezó a explicarse de esa forma tímida e ilusionada. Lo escuché en silencio, calmándome a medida que hablaba. ¿Así que acababa de salir de la Torre Desafío? Hmm... Por un momento, me pregunté que oponente le habría tocado. ¿La Gran patética Mine, quizá? No... no lo creía al menos. Pero si así había sido, me alegré internamente cuando dijo que no le había ido muy bien. Mine era cosa mía después de todo, yo me encargaría de derrotarla. Yo le mostraría de lo que era capaz Mimiko Honda. La verdad no quería que nadie lo hiciese antes que yo. Era mi problema, mi asunto pendiente, y lo resolvería por mí misma. Me encontraba pensativa y sumida en mis pensamientos, cuando Lucas tuvo que añadir eso. Es0 que me desestabilizó por completo, y que no sólo me hizo enrojecer hasta la punta del cabello, sino que dejó mi mente en blanco de forma totalmente automática. Como si de un interruptor se tratase. Se sentió como un golpe seco, certero. ¡Maldita sea! ¿Pero qué...? Lo único que pude hacer fue farfullar incoherencias presa de los nervios, la vergüenza y la indignación más extrema. Mi corazón latía tan fuertemente que tuve la impresión de que todos los presenten podrían escucharlo. Y eso sólo me inquietaba aún más. —M-mi... Mi...— farfullaba en un intento por formular palabras— Mi... ¿¡QUÉEEE!? ¡N-novio! ¡Acababa de asumir que Alpha era mi novio! Aquello se sintió como una patada en el estómago, no sé bien por qué. Por todos los legendarios del mundo... ¿qué había hecho para merecer una suerte tan condenadamente mala? ¿Y por qué en el fondo me había heho feliz que pensase algo como eso y me había entristecido a la vez? Hirviendo de ira, sujeté a Lucas por la camiseta. —¡No te equivoques!— le espeté, en un tono que seguía siendo tembloroso e inestable a pesar de todo—. ¡Ese... ese ser!— exclamé, señalando a Alpha—, ¡N-no es mi novio en lo absoluto! ¿Cómo puedes afirmar algo sin tener la más mínima idea de nada? ¡No me fastidies! Sonaba molesta, avergonzada... y herida, en cierto modo. Mi voz tenía un tono quebrado que era apenas perceptible, camuflado por la rabia y el pudor. No podía entenderlo. Alpha... ya tenía novia. Una novia rubia y rica además, una novia a la que quería y apreciaba mucho, al parecer. Una novia que yo conocía. Pero Lucas no tenía forma de saberlo... ¿Por qué en el fondo me molestaba tanto? Solté su camiseta, inspirando profundamente. No tenía caso... Debía sacarme cuanto antes aquellas estúpidas ideas de la cabeza. Pensar así no era bueno. ¡No era bueno en lo absoluto! Dolía. ¿Pero por qué? Tras un par de segundos donde traté de calmarme por segunda vez, ignorar el comentario y apartar el orgullo y mis pensamientos confusos, alcé el rostro para mirarle. —Yo... soy entrenadora— dije entonces, mirándole a los ojos con una determinación férrea—. No estoy aquí de vacaciones, Lucas. El CP es un chiste comparado con un Hotel de siete estrellas... te mentí. Lo siento, tuve miedo. Creí que... No sé que creí. Sólo quería volver a sentirme importante para alguien. Suspiré. ¿De verdad había dicho eso en voz alta? Ugh... ¿qué importaba? No era como si pudiese borrarlo ahora, ¿verdad? En un esfuerzo titánico, sobrehumano, mis labios se curvaron en una sonrisa suave. >> No obstante, si puedes perdonarme y ese combate del que hablas sigue aún en pie... seré yo y no Alpha tu oponente.
El semblante de Mimi enrojeció. Enojada, se acercó a mí, me agarró de la camiseta y comenzó a zarandearme. Ya la había liado de nuevo. —¿¡N-no sois novios!? —exclamé tan sorprendido como avergonzado por la metedura de pata—. Ayyy, perdón, perdón, perdón. Es que... Bueno, por cómo hablabais... Supongo que me equivoqué —miré a los ojos de la chica y luego a su brazo, que seguía sujetando mi camiseta—. Estoo... ¿podrías soltarme ya, por favor? Es un poco incómodo estar sujeto... Mimi me dejó libre para luego suspirar. Algo rondaba en su cabeza, quizás sentía algo por "ese ser", como ella lo había definido, o quizás solo intentaba calmar su ira para no matarme en el instante; me limité a esperar una respuesta. Esta se giró y comenzó a hablar en un tono más ameno. Sus ojos tenían un fulgor especial, que no había visto la noche pasada. Ahora sí podía ver a la verdadera Mimiko Honda. —¡Pero eso es genial! No hay por qué avergonzarse de ser entrenador, es lo mejor del mundo, o dime, ¿acaso te arrepientes de haber emprendido tu viaje? ¿No estás viviendo un montón de experiencias nuevas? Viajar es genial y más cuando puedes ir acompañados de tu equipo y de buenos compañeros. Mimi —me acerqué a la entrenadora—, siempre debes ser quien eres y no dejar que las opiniones de los demás influyan en tu vida. Solo vive a tu manera. Dicho esto, me alejé un par de metros y me quité mi mochila. —Y ahora, ¡que gane el mejor! Meganium, sal. MEGANIUM: Planta (Resistente) Espesura: potencia de movimientos tipo planta x2 cuando sus PS bajan de 1/3 Salud: 190/190 (30) Fuerza: 165 Resistencia: 230 (30) Agilidad: 2/2 (80 de Velocidad) Movimientos: -Pantalla de Luz (por 5 turnos, se reduce a la mitad el daño recibido por ataques especiales) (Usos: 2/2) -Dulce Aroma (Quien reciba este ataque no podrá esquivar en el turno siguiente. Este ataque no se puede evitar) (Usos: 3/3) -Drenadoras (Infecta al rival; cada turno perderá 15 PS y el usuario recuperará esos 15 PS) (Usos: 2/2) -Reflejo (por 5 turnos, se reduce a la mitad el daño recibido por ataques físicos) (Usos: 2/2)
En lo que iba de día, pude notar a Lucas ser zarandeado por una chica rubia, tal vez conocida, tras escuchar un poco de la charla, se trataba de Mimi Honda, la hija de un magnate de Sinnoh, no recordaba como se llamaba su padre, pero lo único que sabía de los Honda era que tenían dinero a diestra y siniestra, ya la había visto antes, y luego de ver esa rara pero chistosa escena, me senté en una banca a ver el combate inminente, al ver al Meganium entrar en escena, miraba, junto con Mismagius y Gengar, aunque el ver mucha televisión me hizo daño, tras analizar el comportamiento de Mimi —Houston... Tenemos una tsundere... —me encogí de brazos y seguí mirando, como no tenía nada mas que hacer—
Mimi Honda —¡Pero eso es genial!— gritó en cuanto terminé de hablar, de tal forma que me sorprendió. No esperaba para nada una reacción semajante— No hay por qué avergonzarse de ser entrenador, es lo mejor del mundo, o dime, ¿acaso te arrepientes de haber emprendido tu viaje? ¿Arrepentirme? No. ¡Por supuesto que no! No tenía razones para arrepentirme... Aunque no lo admitiese en voz alta mi modo de pensar había cambiado mucho a lo largo de toda mi estadía en Galeia. Mi forma de ver el mundo, de percibir a los demás, había cambiado en cierto modo. Aunque seguía echando de menos mi lujosa vida en Sinnoh, cada vez ese sentimiento nostálgico parecía más lejano... intangible y difuso. Era feliz con la vida que tenía ahora, me sentía orgullosa por ello. ¡P-pero ese no era el tema para nada! Traté de expresarlo en voz alta, mas las siguientes frases de Lucas me obligaron a callar. —¿No estás viviendo un montón de experiencias nuevas? Viajar es genial y más cuando puedes ir acompañados de tu equipo y de buenos compañeros, Mimi —se acercó a mí, y yo estaba demasiado sorprendida para reaccionar de algún modo. ¿Qué..?—, siempre debes ser quien eres y no dejar que las opiniones de los demás influyan en tu vida. Solo vive a tu manera. —L-Lucas... —musité, anonada. ''Sólo... vive a tu manera'', había dicho. ¿Vivir a mi manera? Era lo que hacía, ¿no? ¿No era quién se suponía que debía ser? ¿Mimiko Honda, la consentida hija de un millonario empresario? Así es como me comportaba, como lo que era. Como lo que me habían enseñado a ser. Pero... ¿realmente era necesario vivir con una máscara constante? ¿Sin poder demostrar lo que sentía realmente? ¿Sin decir abiertamente lo que guardaba dentro de mi ser? ¿Por qué me resultaba tan difícil aceptar ese lado agradable en mí? ¿Esa parte débil y vulnerable? ¿Era por orgullo? ¿Por miedo? ¿Por mera y simple costumbre? No lo sabía. No tenía idea, realmente. Tal vez era una combinanción de todo. Sin embargo, las sopesaría en un momento dónde pudiese pensarlo con claridad, no ahora. Escuché un murmullo a mis espaldas, una voz masculina que se me hizo familiar, y por el rabillo del ojo vi a un chico que se había sentado en unos de los bancos a observar el combate en silencio. No escuché lo que dijo, pero algo hirvió dentro de mí. Fuera como fuese, no era la hora de plantearse la vida, era momento de luchar. Iba a darlo todo en este combate, pondría toda la carne en el asador... porque sentía que de algún modo se lo debía a Lucas. Mostré una sonrisa desafiante. —¡Tal vez sea esta la manera en la que he decidido vivir!— exclamé entonces, lanzando una lujo-ball al aire. Una ball que destelló bajo el sol abrasador un mero instante—. ¡Raiden, demuestra de que pasta estamos hechos los Honda! Con un rugido jubiloso, mi fiel Luxray se materializó en el campo de batalla. LUXRAY: Eléctrico (Potente) Intimidación: Baja en 10 la fuerza del rival a entrar en batalla. Salud: 160/160 Fuerza: 250 (35) Resistencia: 158 Agilidad: 2/2 (85 de Velocidad) (15) Movimientos: Rayo (60 Potencia, Eléctrico) (Usos: 4/4) -Onda Voltio (40 Potencia, Eléctrico; ineludible) (Usos: 3/3) -Protección (Evita un ataque sin gastar agilidad) (Usos: 2/2) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 4/4)
De la ball de la entrenadora salió un Luxray bien elegante, su pelaje negro desprendía pequeños destellos azulados. Meganium se acercó a mi lado y estiró su cuello en busca de una caricia. —Bien, Meganium, hagamos de esta batalla nuestra batalla. ¿Estás preparada? —la tipo planta movió la cabeza en señal de afirmación y en mi rostro se dibujó una sonrisa. Mis ojos brillaban y los de la pokémon también, después de todo había combatido solo un par de veces y era una gran compañera—. Empieza con pantalla de luz. La flor de Meganium se iluminó, sus antenas se levantaron y pronto una protección amarilla apareció frente a ella. MEGANIUM: Planta (Resistente) Espesura: potencia de movimientos tipo planta x2 cuando sus PS bajan de 1/3 Salud: 190/190 (30) Fuerza: 165 Resistencia: 230 (30) Agilidad: 2/2 (80 de Velocidad) Movimientos: -Pantalla de Luz (por 5 turnos, se reduce a la mitad el daño recibido por ataques especiales) (Usos: 1/2) -Dulce Aroma (Quien reciba este ataque no podrá esquivar en el turno siguiente. Este ataque no se puede evitar) (Usos: 3/3) -Drenadoras (Infecta al rival; cada turno perderá 15 PS y el usuario recuperará esos 15 PS) (Usos: 2/2) -Reflejo (por 5 turnos, se reduce a la mitad el daño recibido por ataques físicos) (Usos: 2/2)
Mimi Honda Más deprisa de lo que creí, una pantalla luminosa apareció frente a la figura de aquel imponente Meganium. Raiden soltó un gruñido por lo bajo, más yo agradecí que no empezase con un ataque físico. Eso me daba cierta ventaja para planear una estrategia. Como me había prometido darlo todo en este combate, no me andaría por las ramas. —¡Raiden, Pantalla Luz sólo lo protege de ataques especiales!— le informé con un tono seguro, y él asintió de forma seca. La estrella de su cola comenzó a desprender peligrosas chispas—. ¡Mega-evoluciona, y empieza con Triturar! En cuestión de segundos, la sombra de un imponente y enorme Luxray se cernía sobre el rival, la mandíbula abierta, y sus ojos amarillos destellando como carbones encendidos. MEGALUXRAY X: Eléctrico (Asesino) Electropoder: Aumenta la prioridad de movimientos eléctricos. Salud: 160/160 Fuerza: 285 (35) Resistencia: 158 Agilidad: 4/4 (120 de Velocidad) (15) Movimientos: -Rayo (60 Potencia, Eléctrico) (Usos: 4/4) -Onda Voltio (40 Potencia, Eléctrico; ineludible) (Usos: 3/3) -Protección (Evita un ataque sin gastar agilidad) (Usos: 2/2) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 3/4)
—Vaya, así que una mega... Guau, no esperaba menos de ti. ¿De verdad crees que la única función de este pantalla de luz es proteger de ataques especiales? Bueno, tú misma, esquiva, Meganium. De un salto, la pokémon evitó los colmillos de Raiden. Luego volvió a mi lado y con calma, ordené un dulce aroma. MEGANIUM: Planta (Resistente) Espesura: potencia de movimientos tipo planta x2 cuando sus PS bajan de 1/3 Salud: 190/190 (30) Fuerza: 165 Resistencia: 230 (30) Agilidad: 1/2 (80 de Velocidad) Movimientos: -Pantalla de Luz (por 5 turnos, se reduce a la mitad el daño recibido por ataques especiales) (Usos: 1/2) -Dulce Aroma (Quien reciba este ataque no podrá esquivar en el turno siguiente. Este ataque no se puede evitar) (Usos: 2/3) -Drenadoras (Infecta al rival; cada turno perderá 15 PS y el usuario recuperará esos 15 PS) (Usos: 2/2) -Reflejo (por 5 turnos, se reduce a la mitad el daño recibido por ataques físicos) (Usos: 2/2) Pantalla de luz 1/5
Mimi Honda Enarqué una ceja ante el tono petulante de Lucas. ''¿De verdad crees que la única función de este pantalla de luz es proteger de ataques especiales? Bueno, tú misma'' —¿Acaso no lo es?— pregunté, dejando que aquel aroma dulzón se extendiese por todo el campo. Mi Luxray sacudió la cabeza, como si le molestase. Por un momento, incluso pensé que estornudaría—. ¡No me tomes por idiota; Raiden repite con Triturar! MEGALUXRAY X: Eléctrico (Asesino) Electropoder: Aumenta la prioridad de movimientos eléctricos. Salud: 160/160 Fuerza: 285 (35) Resistencia: 158 Agilidad: 4/4 (120 de Velocidad) (15) Movimientos: -Rayo (60 Potencia, Eléctrico) (Usos: 4/4) -Onda Voltio (40 Potencia, Eléctrico; ineludible) (Usos: 3/3) -Protección (Evita un ataque sin gastar agilidad) (Usos: 2/2) -Triturar (60 Potencia, Siniestro) (Usos: 2/4)