Contenido oculto Aprovecho este momento de inspiración repentina que me ha dado para postear antes de que mi creatividad vuelva a irse al traste xD Mimi Honda Y nada más poner un pie en la puerta de la salida del Centro Pokémon, mis ojos se encontraron con la mirada ambarina de Alpha. Me detuve un momento, paralizada. ¿Q-qué estaba haciendo aquí? ¿Acaso había estado escuchando mis pensamientos, por algún casual...? ¿No se suponía que debería estar ya en la Torre Desafío, entrenando? Mi expresión pasó de la confusión al orgullo cuando mis pensamientos fueron golpeados por los hechos acontecidos en Acuarela; por su total falta de respeto hacia mi espacio personal y su desmedida popularidad; y puse la expresión más digna que tenía en aquellos momentos. Alzando la cabeza y caminando como una auténtica diva, empujé la puerta para salir del CP. —Tienes todo un club de fans en Acuarela— le comenté de pasada, dejando la pokéball de Swellow en sus manos—. Creo que hasta las chicas habrían empezado a lanzarte su ropa interior si no te hubieras ido tan rápido.
Alpha —¿Lanzar su ropa interior?—Pregunté.—. ¿Y de qué me sirve su ropa a mí? Dudo que me quede bien. Cuando ella comenzó a alejarse de mi rango de visión comencé a seguirle mirando hacia la Torre, la cual estaba un tanto lejos, quizá necesitábamos un empujón para movilizarnos rápido, y para ello nada mejor que volar. —¡Mimi—Le llamé en el momento de parar.—, con él iremos más rápido!—Y bajo mis piernas un materializado Charizard se encontraba agitando las alas logrando reducir aquella distancia existente entre nosotros.—Sube.—Finalicé tendiendo la mano.
Mimi Honda —¡Mimi!—escuché la voz de Alpha llamándome desde lejos, no me volví a mirarle sin embargo. Como no había escuchado una respuesta por su parte, pensé que tal vez quería más detalles sobre mi comentario sobre las fans... pero no. >>¡Con él iremos más rápido!—le oí decir entonces, y antes de poder darme cuenta Alpha y su Charizard se encontraban junto a mí, éste último batiendo sus alas para mantenerse a una distancia prudencial del suelo. No me dio tiempo ni a sorprenderme siquiera, pues antes de que pudiese pronunciar palabra alguna, Alpha me tendió una de sus manos en un gesto quizás demasiado galante para él.—Sube. Supuse que podría haberle pedido a Swellow, que podría haber denegado su propuesta como en Acuarela... pero no lo hice. Mi reacción se resumió de la forma usual, volviendo el rostro con aquellos aires altivos y ofreciéndole mi mano con solemnidad. Ni siquiera lo pensé, mas no tomé la suya, sino que sencillamente la extendí esperando que fuese él quién la tomase. —Y-ya que insistes tanto, supongo que está bien...—musité con un tono bajo, casi un murmullo, mientras un ligero rubor se extendía por mis mejillas. Imaginé que era consecuencia de la sorpresa, porque estaba acostumbrada a que Alpha se fuese sin esperarme, porque era lo usual que él no tuviera ninguna consideración con nadie... Mas fue distinto esta vez. Y también fue distinto con aquel Gyarados que nos llevó a Acuarela y que no quería volver a mencionar. Y con la petición de montar sobre Rayquaza y que yo había negado. Tuve que ahogar un grito, sin embargo, cuando Alpha tomó mi mano y tiró de mí, y Charizard batió las alas con violencia elevándose varios metros del suelo. No tuve tiempo ni de quejarme, pues segundos después salió con la velocidad de un misil—si no más—; en dirección a la lejana Torre Desafío.
Altaria me dejo un tanto alejada del centro pokémon, pero nada importante. Bajé de la pokémon y tras darle las gracias la regrese a su pokéball, ya todo en orden y con Drifloon a mi lado fui camino al C.P. No demore mucho en llegar a las afueras del centro pokémon, en el camino algunas personas me miraban extrañados y luego hablaban entre ellos, suponía por mi aspecto, no era algo común ver a una chica enlodada caminando por las calles como si nada. Bueno, como decía, en las puertas del centro me quite los zapatos, recordaba que en una ocacion me habían regañado por llegar toda sucia al lugar, La enfermera Joy me había pedido que limpiara mi desastre, así que mejor ahorrarse el trabajo manual. Entre al establecimiento y de inmediato fui a donde la enfermera Joy, le pedí una habitación y tras recibir la llave y dar las gracias me largué para evitar preguntas por mi aspecto. Encontré mi cuarto y abrí la puerta, claro que la primera en entrar fue la fantasma, yo le seguí el paso, solo que cerrando tras de mi. Deje mi bolsa y zapatos en la cómoda, luego de mi cartera saqué una muda limpia de ropa, luego de pedirle a la fantasma que no se metiera en problemas entre al baño. Decir que tarde en la ducha no era mentir, debía aprovechar el agua caliente mientras podía. Al salir del baño yo secaba mi cabello con una toalla, la ropa sucia estaba en una bolsa, luego la lavaría en la lavandería del centro. Tomé todas mis cosas y volví a salir seguida de la fantasma, yo solo quería una ducha, y como había cumplido mi tarea era momento de continuar. Llegué a la recepción y devolví la llave, luego fui a la lavandería del centro, metí toda mi ropa en una maquina y la prendí. Mientras esperaba fui por algo a la cafetería, me decidí por algo "saludable", así que una tostada con mantequilla fue mi comida, claro que junto a una botella de agua. Después de terminar todo lo que era mi tostada y de sacar la ropa de la lavadora para luego ponerla en la secadora, cosa que tardo muy poco, ya estaba lista para continuar mi viaje. Claro que antes de partir la enfermera Joy me había entregado una caja envuelta en papel de lunares morado, tras leer toda la información que ponía supe que provenía de Kanto, el nombre de quien la enviaba era el de mi querida madre. Salí del centro pokémon con la caja en mano, camine por la ciudad pensando en el contenido de esta, me resultaba extraño, ellos no eran de enviar paquetes, así que debía ser algo sorprendente lo que se encontrara dentro.
Más o menos media hora después de que Chad pidiese a Elisa que esperase la llegada de su Altaria, el pokémon tipo volador encontró a la entrenadora y, al ya conocerla, se acercó con confianza. Una vez estuvo seguro de que Elisa lo hubiera visto, éste le hizo un gesto de que subiese a su lomo.
Mientras caminaba por la ciudad sentí algo moverse en mi bolsa, reconocí lo que era mi holomisor recibiendo una llamada, conteste y me encontré con Chad, me preguntó donde me encontraba y después me pidió que no me moviera de la ciudad, que el enviaría a su Altaria para que venga por mi, asentí contenta. Me senté en una banca, Drifloon junto a mi, coloque la caja en mi regazo y rasgue el papel por la parte de abajo, guarde la basura en mi bolsa y luego quite la cinta. Abrí la caja y me tope con un papel doblado y una pokéball, mire la ultima claramente sorprendida, pero antes de abrirla tomé el papel en mis manos, lo desdoble y me encontré con la impecable ortografía de mi madre. Sentí a Drifloon en mi cabeza, curiosa por lo que ponía el papel. Contenido oculto: Carta. Querida Elisa: No hace falta que pregunte como te encuentras, ya que estamos seguros estas fantástico allá. Se que te preguntaras que hay en la pokébola, bueno es un a graciosa historia... Habíamos decidido sacar a nuestros pokémon un rato para que disfrutaran la frescura de Kalos, y como bien sabes que mi Banette desde Shupette disfruta alejarse del grupo se fue a dar una vuelta por la montaña. Tardamos casi todo un día en encontrarlo, estaba jugando con un pokémon que no conocíamos, por suerte tu padre la fotografió y ahora sabemos que su nombre es Trevenant. Bueno el punto es que los fantasmas se llevaron tan bien que no nos quedo de otra que dejar que la fantasma nos acompañase durante nuestra estadía en la montaña. Cuatro días después notamos como mi querido Banette cargaba algo extraño, difícil fue quitárselo para ver que se trataba de un huevo, así que resulto que esos dos no jugaban después de todo. Y ya conoces a tu padre, como le emociona la idea de ver como es la pre-evolucion de Trevenant decidió quedarse el huevo, el cual se supone es mio ya que Banette es mi amigo. Bueno, me salgo del tema, al final cuando llegamos a Kanto el huevo eclosiono, y de el salio el pokémon atrapado en tu pokébola. Te lo entregamos a ti ya que amas a los fantasma al igual que nosotros, y porque el Rapidash de tu padre es un poco temeroso cuando de fantasmas se trata. Sabemos que en tus manos ese pequeño bebé estará de maravilla, te sera de mucha ayuda, ya que leímos en las noticias que los concursos llegaron a la región en la que encuentras. Así esperamos estés de maravilla y cuides a tu nuevo compañero. Te quieren con todo el corazón Demian y Maxine. Tras leer la carta solté una carcajada, la volvi a dejar dentro de la caja y rebusque en mi bolsa la pila de postales que tenía, desise el nudo y añadi el papel nuevo al montón. Tras atar todo y guardar todo en su lugar tome la nueva pokéball. Cuando estuve por liberar al nuevo amigo me encontre con la suave brisa producida por un pokémon que aterriza. Mire al frente y el Altaria de Chad me saludaba, me hizo un gesto con la cabeza para que subiese sobre el. Me levante del banco, guarde todo y subí sobre el dragon volador, Drifloon se puso en mi regazo y en la mano izquierda yo mantenia firme la pokébola sin abrir del nuevo fantasma de mi equipo. —Bien Altaria, vamos a donde esta tu entrenador —dije antes de que emprendamos vuelo a Arceus sabe donde.
Alpha. Y cuando se abrió la puerta de la Torre nosotros salimos de ahí. El camino al Centro pokémon fue callado y no logré ver a Mimi en un estado muy animoso como siempre se le veía, de hecho ni siquiera fui capaz de encontrarme con su mirada.. ¿Tendría hambre? ¡Sí! Bueno, era de esperarse; no habíamos comido nada desde la llegada a Acuarela, y es probable que no hubiese tomado su rara petición de té con helado. —Una habitación, por favor.—Pedí a la enfermera en el momento que mis manos se alzaron en dirección a la enfermera sujetando la bandeja donde mis compañeros reposaban. >>Mimi, también deberías dejar a tus pokémon.—Le dije poniendo mi mano sobre su hombro.
El vuelo comenzó tranquilo, como de costumbre, pero cuando ya habías subido en altura, noctowl empezó a moverse de un lado para el otro. —¡Ay, ah! ¡Cuidado que me caigo! — grité — ¡No vayas tan rápido! — le reproché, pero hubo algo en su rostro que me hizo comprender que estaba disfrutando. Parecía que eso que le molestaba había desaparecido, como si se sintiese libre. El búho sonreía, jugaba con algunos pokémon que encontraba por el cielo y de vez en cuando hacía alguna que otra acrobacia, mientras yo luchaba por no caerme. Por fin, conseguimos llegar a nuestro destino. El tipo volador, se tranquilizó al aterrizar, pero aun seguía sonriendo. —Vaya, así que esto era lo que te pasaba... Solo querías volar, ¿eh? — el pokémon asintió con la cabeza dando aleteos—. Bueno, vayamos a la torre. Mi pokémon y yo nos pusimos a caminar en dirección al edificio. Pronto habíamos llegado, pero noctowl no quería entrar. No había forma de convencerle, hasta me lanzó algún que otro picotazo. Ya enfadado, lo regresé a su ball y entré.
Pero Mimi no respondió enseguida. Su expresión no había variado en lo más mínimo en todo el camino hasta aquí; seguía siendo fría, ausente, cabizbaja, como si un aura profundamente depresiva hubiese absorbido toda su energía vital. Era extraño, porque ni siquiera cuando estaba molestaba, realmente molesta se había visto en tan lamentable estado. Cuando escuchó a Alpha pedir una habitación, lo agradeció internamente, aunque sus labios no formularon palabra alguna. Tal vez sólo necesitaba relajarse y descansar. Tal vez se trataba de eso, de que estaba estresada y cansada y nada más. Tomar un baño de espuma y... dormir un poco; pero tenía la corazonada de que aquel sentimiento amargo y aquellos pensamientos rinbombantes no la abandonarían de una forma tan fácil. Tal vez le haría bien hablar sobre ello, pero Mimi era demasiado orgullosa como para exponerse ante alguien en ese estado. La pregunta era... ¿le quedaba orgullo realmente? ¿O simplemente era esa coraza de nuevo que resguardaba sus sentimientos más profundos en su interior incluso en momentos como este? Dejó las pokéballs finalmente en la bandeja, con un ademán lento y pusilánime, y sin añadir nada más volvió sobre sus talones y se encaminó hacia las escaleras del CP. Cuando Mimi se hubo marchado, la enfermara Joy no pudo evitar preguntarle a Alpha. — Joven, tu amiga... ¿Se encuentra bien?
Alpha. —No creo—Sentencié de inmediato.—, me toca ir a verle. Cuando logré verla desaparecer por las escaleras fui tras ella. Más remedio no tuve que interceptarle de frente (luego de haberla adelantado, obvio); su expresión era la misma que cuando perdió con Effy, y esta vez me parecía que tenía mucho más efecto sobre ella y su ánimo. —Dejaste las llaves—Fue el primer sonido que mis labios emitieron.—. ¿Estás bien?—Proseguí ofreciendo el pequeño objeto metálico hacia ella.
Ni siquiera necesitó alzar la vista y encontrarse con sus ojos para saber que era él. Cuando lo escuchó subir a toda prisa las escaleras y detenerse frente a ella, sencillamente detuvo sus pasos. Se quedó quieta, inmutable, con aquella misma expresión sombría y ausente en el rostro. Por un lado lo esperaba, pero por otro le sorprendió el hecho de que tal vez Alpha no era tan desconsiderado como había pensado en un principio. Tal vez estaba allí por ella. Tal vez se había dado cuenta por sí mismo de que difería mucho de ser la entrenadora malhumorada y orgullosa que había sido siempre. Tal vez la había seguido porque estaba preocupado, y eso en cierto modo la reconfortó, aunque se negase a admitirlo en voz alta. —Dejaste las llaves. Los labios de Mimi se apretaron en una mueca de ligero desprecio. Oh. Era eso. Alpha la había seguido para darle las llaves, nada más. Bien, muy amable por su parte. Internamente se maldijo por haberlas olvidado, pero de sus labios no salió sonido alguno. Como si de un acto reflejo se tratase, su brazo se extendió frente a ella y mostró la palma de su mano al entranador. Pero las siguientes palabras que pronunció Alpha hicieron que el poco auto-control que le quedaba se tambalease peligrosamente. '' ¿Estás bien?'' ¿Era eso preocupación? ¿Alpha estaba preocupado por ella? ¿Alpha era capaz de pensar en otra cosa que no fuesen los combates pokémon y los entrenamientos? Mimi se mordió ligeramente el labio inferior. Sabía que era inútil negar lo evidente, pero aquella coraza, aquella especie de muro infranqueable le impedía abrirse completamente y aceptar el hecho de que no estaba bien. En lo absoluto. De que sentía demasiado peso sobre sus hombros y que estaba hundida. De que su vida no era tan idílica como ella se esforzaba en hacer creer a todo el mundo y de que estaba en el límite. De que había muchas cosas no dichas, demasiadas quizás. No era algo tan simple como perder un combate. O cinco. O incluso diez. Se trataba del hecho de que era lo único que ella creía hacer bien y había fallado. Fallado. Era débil, su hermanastro tenía razón. Era una niñita mimada que no sabía hacer nada de provecho por sí misma. Y sus labios por fin se separaron para hablar, tras infinitos segundos, aunque su mirada no hizo contacto alguno con la suya. —... Baka— musitó más que dijo. ¿Por qué tenía que preguntarle si estaba bien? ¿Por qué no podía verlo por sí mismo? Seguro que todo el mundo debía haberse dado cuenta ya— No me pasa nada— mintió burdamente—. Tan sólo estoy cansada y necesito relajarme. Y aunque su expresión lo desmentía, su voz era áspera, seca y Alpha apenas tuvo tiempo de procesarlo cuando Mimi le arrebató las llaves de la mano y continuó su camino sin detenerse. >> Así que si no tienes nada más que decir... Te agradecería que me dejases en paz. Contenido oculto Oh pls. Ahora es cuando Alpha la sostiene de la muñeca e impide que se vaya *^^* Vamos Alpha, eres el único que puede devolverle la alegría y lo sabes (?
Al fin, salí de la torre. Había perdido, sí, pero había aprendido una valiosa lección. Nada más pisar la calle, liberé a noctowl. Le gustaba mucho volar y yo... Yo necesitaba compañía. —Noctowl... ¿Quieres que vayamos a un parque?— el tipo volador asintió y empezó a volar rápidamente hacia el parque más cercano—. ¡Eh, espérame!— empecé a perseguirle. De vez en cuando, el pájaro miraba hacia atrás y reía al verme correr. Parecía feliz volando libre y mis dudas... mis dudas sobre lo que le pasaba al pájaro iban cambiando. En un principio, pensé que era una simple rabieta, pero ahora parecía que se trataba de algo más. —Uf, uf— suspiré cuando alcancé a noctowl—. ¡Por qué me haces esto! Ayy, me falta el aire— dije exhausto—. Y bien, ¿te apetece jugar a algo? — le propuse, pero este se negó y volvió a despegar. Esta vez, le dejé ir solo, ya que dentro del parque no había peligro—. Mientras, creo que será mejor entrenar para que no nos vuelva a pasar esto. Tras unas horas de entrenamiento con mis pokémon, regresé al centro. Allí, pude curar a mi equipo y después, subí a mi habitación a descansar. Como de costumbre para mí, me tumbé en la cama. ¿Me estaría volviendo perezoso?
—Uaah, qué bien sienta un descanso de vez en cuando— me desperecé—. Creo que saldré un rato a que me dé el aire... Ahora que lo pienso, debería ir pensando en explorar nuevas rutas— pensé —. Y creo que empezaré por la caverna témpera. Pero antes, debo ganar en la torre, ¡no puedo marcharme con una derrota! Me parece que volveré a ese parque a entrenar, no me vendrá mal— dije recogiendo mis pertenencias y abandonando mi habitación.
Miraba con aburrimiento el reloj del centro pokemon para después mirar por la venta las calles de la ciudad. —Buaah, creo que saldré a dar un paseo—Dije mientras me levantaba del sillón donde me encontraba y me dispuse a dar un paseo, Umbreon me acompañaba a mi lado solo para no dejarme sola. La verdad es que tenía ganas de combatir....así que decidí buscar a algún entrenador. Tras estar por las calles de ciudad Tempera a lo lejos ví una silueta que se me hacía familiar, por lo que me acerque a ella, una vez más cerca pude comprobar de quien era. —¡Hola Lucas!—Le dije sonriendo—¿Qué tal estás? hace tiempo que no se nada sobre ti—Le dije sonriendo mientras colocaba mis manos en mi nuca.
Al oír como alguien pronunciaba mi nombre me giré sobre mis talones par ver de quién se trataba. —¡Mizu!— exclamé sorprendido—. Sí que hace tiempo que no hablamos. No esperaba verte por aquí, pensaba que estarías en ciudad Acuarela, como el resto de entrenadores— dije sonriente—. ¿Ya te has pasado por allí? Mientras hablaba con la entrenadora, el rebelde pájaro volvió a escaparse de su ball. —¡Noctowl! ¿¡Por qué sales sin mi permiso!? — grité algo molesto, aunque en el fondo lo entendía—. Anda, puedes volar tranquilo...
Miré a Lucas algo confusa ¿Por qué todo el mundo estaba en Acuarela? —¿Ha pasado algo en Acuarela?—Le pregunté curiosa a Lucas. Ví al pokemon de Lucas escaparse de su pokeball, y eso me recordó algo, por lo que reí levemente. —¿Tienes un Noctowl?—Le pregunté sabiendo ya la respuesta—Seguro que es muy fuerte—Le dije sonriendo mientras veía como Umbreon perseguía a Noctowl desde el suelo.
—No, simplemente es la ciudad de moda ahora. Están las grutas bebé y los concursos pokémon, todo el mundo está deseoso de que empiecen— le respondí a la entrenadora—. Y sí, tengo un noctowl, pero últimamente está muy raro, solo quiere volar y alejarse. Además, se niega a entrar en su pokéball— dije preocupado—. Sinceramente, creo que no le gusta viajar y conocer gente nueva, prefiere volar en libertad, con sus amigos voladores— dirigí una mirada preocupada a mi pokémon, que ahora se encontraba jugando con el umbreon de Mizu—. ¿Y qué es de ti, alguna novedad?
—Oh, ¿Los concursos pokemons están apunto de comenzar? La verdad es que no estaría mal apuntarse, o por lo menos ver como son—Le dije sonriendo levemente para después escuchar lo de su Noctowl. —Vaya....pues ese puede que ses un problema—Le dije a Lucas mientras miraba a Noctowl jugando con Umbreon—Pues desde la batalla doble.....no he hecho nada, para que mentirte—Le dije sonriendo levemente.
—Debe de ser genial, ojalá que sean pronto. Yo por mi parte, ya me he pasado a ver las grutas bebé. De hecho, algunos de mis pokémon se encuentran allí ahora. Durante un par de segundos, me puse a pensar... El umbreon de la chica parecía muy fuerte y yo... La verdad es que a mí me encantaba combatir. —Oye Mizu, había pensado que podíamos librar un combate — propuse finalmente—. Y luego si quieres, puedes acompañarme a explorar a la caverna témpera— dije con mucha vergüenza —. Q-quiero decir, si no tienes nada mejor que hacer y te apetece, claro.
—Pues sí, eso de vestir a tus pokemons me parece una monada, me imagino a Typhosion con un lazito en la cabeza—Al imaginarmelo a él, súper serio y con el lazito no pude evitar soltar una carcajada. —¿Eh? Claro que me apetece ese combate, es más quería uno contigo —Le dije sonriendo para después escuchar lo que me dijo—Claro que sí, no tengo nada mejor que hacer —Le dije sonriendo para después notar, la vergüenza que había pasado para decírmelo, por lo que no pude evitar reír un poco. —¿De cuantos pokemons?—Le pregunte curiosa mientras tomaba las distancias.