—Esta bien—Murmuré mientras entraba a la tienda, Eevee se pasó a mi hombro ya que empecé a mirar las camisetas.—Uhm.....¿Que te parece esta?—Le pregunte mientras le enseñaba una sudadera negro, con un dibujo azul eléctrico en el centro.
—Ehm... No -moví la cabeza a ambos lados mientras miraba al resto de camisas, hasta que miré una en específico y leí su etiqueta en voz baja- “Camisa de invierno a cuadros, mangas largas" La tomé, era una camisa roja —Esta está chula
Mire la camiseta y me encogí de hombros, mientras lo guardaba de nuevo en en las perchas de la tienda, me acerqué a Rojo y asentí. —Está bien, me gusta también—Le dije sonriendo mientras miraba mas prendas de ropa.
—Bueno, iré al probador un momento, a ver si compro zapatos también, los que uso ya están gastados... Jeje —entré al probador con la camisa que tomé y me la puse—
Asentí con la cabeza mientras miraba prendas de ropa. —Uhm....esto....me gusta—Murmuré mientras miraba la ropa, la cual era una sudadera con capucha azul, con mangas cortas negras—Uhm, quizás me lo compre—Murmuré mientras observaba otras prendas que conjuntaran con la sudadera.
Tras ponerme la camisa me miré en el espejo —¡Yup! Me gusta, la compraré —sonreí un poco, mientras volvía al probador y regresaba con mi camisa normal, dispuesto a pagarla—
Me voltee y miré a Rojo y Sonreí—Genial—Añadí para después voltearme y mirar aquella prenda. —Uhm.......sí... Creo que lo comprare—Murmuré mientras tomaba unos zapatos, un pantalón y la sudadera, con una camisa de tirantes, como camiseta interior.
—Yo pago —me ofrecí a pagarle la ropa a la chica— Luego de decir eso, me dispuse a ver los zapatos, pues los que usaba estaban mas que gastados, levanté mi pié derecho para ver la suela del zapato, que tenía un gran hoyo —Caramba
—Gracias—Sonreí y miré su zapato—Uhm....creo que está un poco viejo—Le dije sonriendo nerviosa—Sera mejor que te compres otro—
—Por algo los veo —le saqué la lengua a modo de juego mientras miraba los zapatos, miraba y tomé unos negros con blanco— Me llevo estos... Ejeje
—Yo solo te daba la idea de nuevo—Infle mis mejillas para después sonreír. —Esta bien, son bastante bonitos—Le dije sonriendo.
Me reí un poco —Ya te pareces a mi hermanita —reí un poco, mientras me ponía uno para medirlos— Anda, son muy cómodos Complacido por la comodidad de los mismos, los añadí a la lista de la compra, junto a la ropa de Mizuki
—¿No me ves? Soy toda una jovencita—Reí para después salir de la tienda dando saltitos con mi ropa nueva en sus bolsas, tras eso me dirigí junto a Rojo al centro pokemon, para cambiarme. Subí las escaleras prácticamente corriendo y entre en mi habitación, Eevee saltó a la cama y yo entre en el cuarto de baño para cambiarme, una vez lista salí del cuarto de baño y baje las escaleras. —¿Que tal?~
—Te sienta genial —añadí con una sonrisa, a lo que pasé a ponerme mi camisa y zapatos nuevos— Luego de eso sentí que estaban hurgando mi mochila, me volteé a ver, era Sylveon que se estaba comiendo mis golosinas
—Gracias—Le dije sonriendo a Rojo para después ver a Sylveon por lo que sonreí. —Hola Sylveon—Me acerque a ella y le acaricié la cabeza hacía tiempo que no la veía.
Sylveon se sorprendió al ver que la había pillado comiéndose mis dulces, pero al ver que no la había regañado y por el hecho de que Mizu le acariciaba la cabeza le provocó una enorme sonrisa —Bueno, mientras no pille un malestar de estómago estamos bien... Jeje —me reí un poco apenado
Abrí los ojos lentamente cuando ya había descansado lo suficiente, viendo como la luz del sol se reflejaba claramente tras mi ventana y supuse que era una buena hora para levantarse; no deberían ser más tarde de las 9. Estiré los brazos hacia el techo, desperezándome, y fue cuando noté algo raro en la cama. Sentada y con una expresión ligeramente confusa en mi rostro, vi como mi cama estaba completamente desecha y la manta esparcida por el suelo, con una asustada Glaceon atrapada bajo las cobijas. Reí por lo bajo y de un pequeño brinco me posicioné de cuclillas en el piso, levantando al instante la manta y viendo a la pokémon salir a toda prisa de ahí. —¿Buenos días? —volví a reír con tan solo ver su expresión, levantándome del suelo y abriendo las cortinas para que la habitación recuperara su claridad. Glaceon desvió la mirada con molestia y junté mis manos delante de mi cara en señal de disculpa, con una sonrisita dibujada en mi rostro. —Siento si te moví durante la noche, me pasa a veces. —me excusé y simplemente lo dejé estar para ir a cambiarme. No llegué a notarlo, pero una almohada fue lanzada por la tipo hielo instantes después de que cerrara la puerta del baño. *** —Ah... Nada como un chocolate caliente para empezar una mañana fría como ésta. —suspiré, dándole un sorbo a la taza mientras caminaba hacia el hall junto a la pokémon. Ésta, en cambio, iba comiendo un croissant con gusto, olvidándose de lo ocurrido anteriormente por completo. Observé como aquella mañana varios entrenadores ya se hallaban rondando por las instalaciones, la mayoría se dirigían a la cafetería de la que veníamos. Normal, se comía bastante bien allí. Caminamos hacia las escaleras para volver a la habitación y recoger nuestras pertenencias, pero entonces me fijé en una chica que en aquel instante estaba justo de espaldas a mí, y a la cual reconocí perfectamente, y me acerqué con tranquilidad apareciendo por su lado con la taza en mano; humeante aún, por suerte. —Buenas Mizu~. ¿Lograste capturar los pokémon que querías? —la saludé, sonriéndole con curiosidad en mi voz. Glaceon por su parte una vez acabó su desayuno, se acercó a una Sylveon que se encontraba comiendo unas golosinas y la saludó en su idioma, sentándose a su lado. ¿Hmm? ¿Una Sylveon comiendo golosinas? ¿De qué me sonaba a mí eso? Alcé la vista y fue entonces cuando me encontré con el entrenador al que pertenecía y hacía tiempo que no veía. —¡Qué alegría verte de nuevo, Rojo! Parecía que te había tragado la tierra. ¿Dónde te metiste todo este tiempo?
Si bien la mochila estaba hecha un desastre, pude notar a la entrenadora de un Glaceon, tras segundos de análisis y memoria la reconocí —¡Liza! —exclamé algo asombrado de verla— Me alegro de verte... Y bueno, estuve varado en Sinnoh un buen rato, soy mas flojo que un Snorlax... Jejeje
—Naah, seguro que no le pasa nada—Le dije sonriendo para después escuchar una voz detras mía me voltee y ví que era Liza con su Glaceon, —Jaja, pues si—Dije sacando a Pineco de su pokeball—Solo lo debo entrenar un poco y será un gran pokemon defensivo—Le dije sonriendo. Eevee se subió a mi hombro para que le presente a Liza—¡Ah! bueno y este es Eevee lo capture también.....pero en una situación distinta—Le dije a Liza esperando a que captase por donde iba la conversación, por lo que me calle y sonreí para que Eevee no lo notara.
—Vaya... Pues, me alegra ver que estás bien. La última vez que te vi estábamos en la misión del Monte Corona y bueno... pudiste haber corrido la misma suerte que nosotros. —comenté con el semblante algo apagado, pero tras agitar mi cabeza de lado a lado para despejar aquellos recuerdos volví a verles sonriente. —Pero bueno, lo pasado es pasado, así que todo está bien. Ahora enfoqué mi atención en Mizuki, quien me mostraba un pequeño Pineco mirándome algo temeroso al ser una desconocida para él, pero no cambié la expresión de mi rostro para generarle confianza. Luego miré al nuevo Eevee de la chica subido a su hombro y acerqué mi mano a la cabeza del pokémon para acariciarle. —Aw, ya veo, pues es muy adorable. Encantada de conocerte, pequeñín. —saludé al Eevee y miré por unos instantes a Mizuki, tratando de comprender sus anteriores palabras. Quizás... ¿sería un pokémon perdido o abandonado?