Ciudad Témpera

Dormir no era algo que precisamente había hecho en el tiempo que estuve en la habitación, primero creí que lo había conseguido pero un grito proveniente de la habitación de al lado me había despertado, ¿pero que había pasado?, esperaba que nada grave y que solo hubiera sido un grito de un leve susto de esos que te daban cuando alguien se escondía en algún lugar y luego salía de este solo para sorprenderte.

Cuando todo parecía estar tranquilo otra vez intenté dormir una vez más y todos mis intentos habían sido algo patéticos, solo conseguía estar rodando en la cama mirando o el techo o por consecuente la obscuridad de cuando mi rostro se colocaba sobre la almohada de la cama hasta que finalmente me puse de pie en un suspiro y arreglé las sabanas antes de tomar mi mochila y salir de la habitación, esperaba que a Emily no le molestara que me hubiera decidido a salir un poco a matar el tiempo.

Justo al salir del edificio Chesnaught salió de su pokebola y me dio unas leves palmadas en la espalda para que notara su presencia a mi lado, a lo cual solo pude responder con una leve risa y estirar mi brazo para tratar de empujarlo como juego pero por obvias razones no pude hacerlo — ¿Quieres una baya amigo? — le pregunté sacando una de mi mochila y la lancé al aire para que fuera atrapada por él y sonriera victorioso cuando ya estuvo entre sus manos

— Será un día largo...¿no lo crees? — tomé una de las bayas que se encontraban en mi mochila y después de lanzarla un par de veces al aire mientras caminábamos antes de darle una mordida cuando llegamos a una televisión de una de las plazas de Témpera, el torneo... habia finalizado

 

Elisa decidió venir con nosotros así que sin dejar de trotar, me mantuve cerca de ella para no dejarla atrás. La entrenadora rió un par de veces, pero no supe la razón, seguramente se estaría acordando de un chiste. A pocos metros del Centro Pokémon, Fósforo me desafió a una carrera con un gesto burlón, desafío al que no pude negarme. Ambos aceleramos y fuimos cabeza a cabeza (o pico) esquivando los obstáculos; niños jugando, pokémon y gente de las calles. En otras circunstancias, el pokémon tipo fuego/lucha hubiera ganado fácilmente gracias a su velocidad, pero yo era bueno evadiendo obstáculos y eso lo hacía medio justo. Finalmente fue un empate, el Blaziken se mostró ligeramente molesto ante mi sonrisa de satisfacción con toque de burla. Le molestaba pensar que alguien era mejor o igual que él.

—No seas así—dije manteniendo esa expresión mientras rodeaba sus hombros con mi brazo—. Mira, ¿qué tal si vamos a cenar algo que te guste esta noche? yo invito... —"porque por supuesto, tu no tienes dinero, eres un pokémon" pensé.

Esperamos por Elisa, quién no tardó en llegar junto a nosotros acompañada de su Drifloon.

—Bueno, no me tardaré mucho—le dije a la entrenadora con una sonrisa—. Luego iremos a donde tu quieras—prometí, ya que ella me había acompañado a la Torre, podría devolverle el favor de esa manera.

Cuando entramos al Centro Pokémon, fuí hacia donde estaban los equipos de comunicación telefónica acompañado de mi inicial. Era una hilera dispuesta en la zona lateral del predio, las máquinas constaban de una pantalla con cámara frontal para mantener las conversaciones más "realistas", un pequeño teclado para introducir los números de la persona o lugar al que deseas llamar y unos audífonos para mantener las llamadas privadas si uno así lo quería.

Habían en total cinco máquinas disponibles, una estaba ocupada por un hombre de edad media vestido de traje; parecía de las personas que trabajan todo el tiempo y cuando encuentran tiempo libre en su agenda, lo utilizaban para llamar a casa. Fui hasta uno de los equipos y me acomodé en el taburete, mientras Fósforo se mantenía detrás mío espectante de lo que sería esta llamada.

 

Quizá no una maratón, pero si una carrera de obstáculos con su inicial. Salieron disparados como un rayo en dirección al centro pokémon, esquivando niños, pokémon y otras cosas. Y yo por mi lado fui con tranquilidad, pero tampoco fui lentamente, era un paso rápido pero tranquilo.

Al llegar no me fue difícil divisar a Chad y a Fósforo. Con Drifloon nos acercamos y de inmediato el entrenador nos dijo que no tardaría y que luego iríamos a donde yo quisiera, tras decir eso se alejó seguido de su pokémon. Pero solo tenia un problema con lo ultimo que dijo, no sabia a donde quería ir, no era de planear bien mis viajes y no tenia algún destino en especifico.

Camine hasta una silla y de espera y tome asiento, claro que Drifloon se poso sobre mi cabeza. Rebusque algo en mi bolsa, no tarde en toparme con una gran cantidad de postales atados con una cinta rosa. Mis padres si que sabían organizar viajes, no como yo, me perdía con facilidad y no organizaba nada, solo iba a donde creía podía encontrar algo interesante. Últimamente no me había movido de esta ciudad y eso me preocupaba un poco, quizá no estaba echa para irme de viaje.
Pegué la espalda al respaldo de la silla y me quede mirando las postales, cada una de una ruta distinta, de una región diferente, pero ninguna de esta región. Sonreí nostálgica, deben estar pasando de maravilla su viaje.

 

Cerca de unos veinte minutos de vuelo, la pokémon festejo aterrizó en la ciudad en la que estuvimos hace un rato atrás. La devolví a su pokébola, y junto al elefantito, nos pusimos a caminar en busca de mamá Stephanie. Pasamos por el supermercado, pero no la vimos por ningun lado, hasta que una de las cajeras nos hizo una seña y nos dijo:

—Tú eres Steve, ¿verdad? Te reconocí por tu combate en la TV. Tu madre dejó dicho que si venías para acá te avisaramos que se fue a la peluquería.

Yo respondí con un "¡Ohhh! Gracias". Mamá nunca podía estar quieta...
Nos pusimos a recorrer la ciudad en busqueda de la famosa peluquería, cuando escuchamos un "¡Steeeve!" a lo lejos. Phanpy y yo nos volteamos a ver, y vimos a una joven mujer saliendo de una tienda de ropa, ondeando su mano alegremente... ¡Un momento! ¡Esa era mamá Stephanie!

—¡Wooooow!, ¡mamá, te ves increíble! —exclamé—. ¡Qué genial que volviste a tu peinado de antes!
—¿Verdad que sí? —respondió ella—. El otro estaba muy aseñorado; me siento más cómodo con este. Y de paso me compré ropa nueva para hacer un cambio de look completo

Contenido oculto: nuevo look de mamá Stephanie

—Pues sí, te ves bastante bien —afirmé.
—¡Phanpy, py, Phanpy! —añadió el elefantito para apoyar la idea.
—¡Aww, cosita! —exclamó mi progenitora, agachándose para acariciar al glotón tipo tierra—. Pues sí, ¡en esa peluquería hacen maravillas! Aproveché de ir allá cuando estaban en comerciales de tu combate, y luego de que terminara, nos pusimos a ver el fragmento del capítulo de la novela, ¡esas mujeres y yo lloramos más que unas fuentes de agua! Lástima que el resto lo dejaran para mañana...

Yo solté una corta risa, habian veces que mamá me hacía reír con sus cuentos taan singulares.

—Y también aproveché de comprar un shampoo especial que me recomendaron en la peluquería —dijo ella.
—¿Shampoo especial?
—¡Sí! —respondió— Tú has visto ese comercial... Es donde aparece ese Ampharos todo glamouroso diciendo: "¡Porque tú lo vales!". Mira, aquí está el shampoo:

Contenido oculto: Shampoo

—¡Ah, sí! Lo he visto... es muy famoso por el lugar de donde viene.
—¡Sí que sí!

Yo le dirigí una sonrisa a mi progenitora, y entonces ella preguntó:

—Y dime... ¿qué tal el combate?
—Pues... sí, bien. Aunque perdimos estuvo bastante peleado
—¿Y te divertiste?
—Aaaalgo así —contesté—. Tú sabes que las circustancias en las que estaba no eran precisamente las mejores.

Mamá Stephanie asintió. Ella que estaba al tanto de todo sabía a lo que me refería.

Contenido oculto

@Noir, aparece cuando gustes :P

 

Mimi Honda

¿El nivel fácil? Emily no necesitaba el nivel fácil en lo absoluto. Yo me creía fuerte y me había derrotado sin apenas despeinarse, aquello era un despropósito. Sin embargo, no lo expresé en voz alta.

— Tal vez vaya, dado que no puedo salir de la ciudad sin Alpha... —le respondí, con un suspiro de pesar. Era mi compañero de viaje después de todo, ¿no? Se suponía que no podía dejarlo aquí, porque teníamos un contrato oral—. No sé donde se habrá metido, es como si cada vez que discutiéramos desapareciese... Pero qué importa. Después de todo entrenar es más importante que yo. Entrenar es más importante que to~do el mundo— finalicé con un claro tono irónico... ¿o era reproche?, poniendo los ojos en blanco.

Contenido oculto

Ya voy para allá, paciencia xD

 

Después de la batalla de torneo y de salir volando de ahí me dirigí a Tempera ya que había escuchado que vendían unos exquisitos desayunos en una cafetería cercana, y vaya que tenia hambre, aterrice en el parque de la Ciudad y camine al Centro Pokemon para recuperar a mi equipo y así partir por dicho desayuno.

 

Mimi Honda

Me limitaba a asentir a sus palabras, pues no podía estar más de acuerdo con ellas, hasta que Emily tuvo que insinuar algo que me hizo enrojecer súbita y bruscamente. Mi pulso se aceleró de golpe, y mi rostro tomó un brillante tono cereza, acentuado sobretodo en el área de mi nariz y mis mejillas. Y mi reacción no se hizo esperar.

—¿Q-q-qué estás diciendo?—repliqué, levantándome de un salto de la mesa—. ¡M-me da igual que desaparezca, como si quiere irse y no volver! ¡Incluso le compro yo misma el billete!—casi le espeté, señalándola con un tembloroso dedo índice— ¡Lo que me molesta es que le especifiqué claramente que me avisase antes!

Y no era mentira, sí que lo había hecho. Pero Alpha me ignoraba, por supuesto, y aquello me enervaba más de lo que me gustaría admitir. ¿Quién demonios se creía que era? ¡No era una sugerencia, era una orden! ¡Y las órdenes había que cumplirlas! Era eso lo que me molestaba, por supuesto. O por lo menos, quería creer que era así. Tras acabar de hablar me senté de nuevo, evidentemente más tranquila, y volví el rostro con dignidad, con esos típicos ademanes de dama ofendida que ya se me eran tan característicos.

>>Diablos, Emily...—casi murmuré— No insinúes cosas extrañas...

 

A medida que caminaba algunas personas se paraban para saludarme, otras para pedirme un consejo en las batallas a lo que yo contestaba que era tan solo un novato, muchas otras pedían una foto conmigo y mis pokemon, y entre tanta multitud de gente logre ver a una chica a lo lejos que me parecía muy familiar.

—Perdon! Con permiso! Disculpe! Puedo pasar? Oh Perdon! Permiso!— hasta que llegue al final de tanta gente y ahí estaba ella, cabellera roja y una sonrisa sencilla acompañada de un par de ojos que brillaban con un tono sin igual en su rostro.

Contenido oculto

@Lunatic Twin

 

Note que quizá es persona no me había notado o quizá me confundí así que seguí adelante al Centro Pokemon, cure a mi equipo y me dirigí a toda velocidad al centro de la Ciudad.

—Bien Plusle... Se me antojan unos Hot Cakes y a ti? quizá unos Macarones o Puffles te interesen no? Oh bueno quizá también quieres unos Waffles no?— le preguntaba a mi acompañante que se encontraba en mi hombro mientras reía y avanzábamos por la Ciudad.

 

Mimi Honda

—Hmm... —murmuré cuando terminó de hablar. ¿Qué que pensaba hacer después? ¿Después de qué? ¿De ir a la Torre? Realmente no lo sabía... dependiendo del resultado del combate, haría una u otra cosa. Aunque ahora que lo pensaba el premio eran puntos, no dinero. Tal vez sencillamente volvería al Centro para descansar o me pasearía por la ciudad... o quién sabe. Lo cierto es que había a empezado a aburrirme de estar allí, en Témpera. Resultaba tan sumamente tedioso...— No lo sé. Me gusta vivir el momento, el futuro viene después. No tiene caso que piense en eso ahora.

Fue lo único que dije antes de levantarme de la silla— con rapidez, pero sin perder ni por un segundo ese toque fino y educado que ponía en casi todo lo que hacía— , tomé mi bolso de Versayce en la mano derecha; y sin dar muestras de seguir molesta por lo de antes en lo absoluto, ladeé la cabeza y le guiñé un ojo en señal de complicidad.

>> Pero de momento iré a ver que tal es por dentro la Torre Desafío~

 

Mimi Honda

Agradecí las palabras de Emily con un leve asentimiento de cabeza y volví sobre mis pies para marcharme, cuando su voz llamó de nuevo mi atención. La vi golpear el puño contra su palma extendida, y después, con un tono que denotaba inseguridad y timidez, me dijo algo que me ilusionó, y de hecho, aquella emoción fue perfectamente visible en mi semblante. ¡Regalos! ¡Oh, Arceus, adoraba esa palabra! Sabía que no podía esperar un collar de diamantes por parte de Emily, o un teléfono móvil de última generación, pero... ¡que importaba! ¡No había nada en todo el vocabulario que me sonase mejor que eso!

—¿Algo para mí?—le pregunté entonces, volviendo tras mis pasos—. ¿Qué es? ¿Puedo verlo?

 

Kyotsuke

Salí de la torre y tome mi bici para ir a toda velocidad hacia la ruta 305.

—Tengo que recorrer toda la región.

 

Mimi Honda

Esperé impacientemente a que Emily regresase con el regalo, fuera lo que fuese; pues trataba de no hacerme demasiadas ilusiones y pensar en algo mundano, sencillo y barato. Suponía que no tenía dinero suficiente como para obsequiarme cualquiera de esos artículos lujoso de precios exorbitante a los solía estar acostumbrada. Desgraciadamente; y aún así, mi mente daba vueltas y sacaba cosas de donde obviamente no las había. ¿Qué podía ser? ¡La intriga me estaba devorando por dentro!

Y entonces, Emily regresó. Con esos ademanes tímidos, me hizo entrega de un sobre decorado con pegatinas—por su expresión de inseguridad y el leve rubor de sus mejillas casi parecía estar a punto de decir eso de: ''¡Me gustas! ¡Por favor, acepta mis sentimientos!'',—y un pequeño objeto envuelto en papel de regalo. Cuando me aseguré de que aquello no era ninguna declaración de amor implícita, me decanté por desenvolver el regalo primero. No tardé mucho en descubrirlo.

—... ¿Qué es esto?— murmuré curiosa, levantando el objeto sobre mi cabeza para verlo mejor. La luz me permitió distinguir un pequeño artículo metálico, del que pendía la figura de un sonriente Jirachi. Cuando lo reconocí, mi rostro palideció súbitamente.

''¿Un... llavero?''—fue todo lo que pensé, haciendo una mueca—. ''Es.... es un poco cutre, ¿no? Pero no puedo decirle eso, heriría sus sentimientos. Aunque... tampoco tengo llaves que colgar aquí...—le dirigí a Emily una mirada de soslayo—. Oh... te está mirando con ojos brillantes, di cualquier cosa. ¿Y qué debería decir? ¡Maldita sea! Tú sólo agradéceselo y ya, al menos se ha tomado la molestia de comprarte algo.''

...

''Hum... Sí, ¿verdad?''

Me volví hacía ella, y elevé las comisuras de mis labios en una sonrisa. Una sonrisa que, por primera vez desde hacía mucho tiempo, fue cálida y sincera.

—Es... es muy bonito—le dije—. Gracias, Emily.

 

Mimi Honda

Escuché las palabras de Emily en silencio, ahora que parecía más tranquila tras haber visto mi reacción. Era consciente de que debía haber supuesto que el regalo no me gustaría, pero no se trataba de eso. Sí que me gustaba... sencillamente no estaba acostumbrada a que me obsequiaran cosas como esas.

Se dedicó entonces a explicarme el porqué de un llavero y la razón de que se tratase de un Jirachi y no de cualquier otro pokémon. Pero cuando mencionó que aquello serviría como recuerdo, no pude evitar entristecerme y preguntarme si volvería de nuevo a Sinnoh, y esta vez de forma definitiva. Ni siquiera lo había pensado. ¿Volver? ¿Para siempre? Sí que echaba de menos todo lo que allí tenía, mi última visita no había sido demasiado provechosa. Y ni siquiera había podido ver a mi padre.

—Si alguna vez nos separamos...—repetí con un tono ausente, observando el llavero a contraluz. La figura de Jirachi pareció sonreír aún más bajo los pálidos rayos de sol que se colaban por la ventana de la cafetería. Suponía que alguna vez regresaría, pero hoy no sería esa vez— Hum—asentí, algo más animada—. Lo guardaré como si fuese una joya, tienes mi palabra como Honda. Y un Honda nunca incumple su palabra.

Finalicé, y guardando el llavero y el sobre de la carta— que ya leería después—, me despedí de Emily y desaparecí tras la puerta de cristal de la cafetería.