Ciudad Témpera

Mimi Honda

— ''E-eh... está bien, no te enfades que te salen arrugas''

Y mientras me mantenía gritándole a la pobre Elisa, que no tenía realmente culpa de que mi paciencia fuese tan poca, sentí la mano de Emily sobre mi cabeza. ¿Eh? No me había esperado que hiciese algo como eso, por lo mi estado de profunda ira se evaporó en segundos, para ser sustituido por algo que divagaba entre la sorpresa y la confusión. Parpadeé un par de veces, anonada, y alcé la cabeza para mirarla. No es que Emily fuese demasiado alta, pero si unos centímetros más que yo. Todo el mundo parecía ser unos centímetros mayor que yo, cuando se suponía que mi estatura era la adecuada para alguien de mi edad.

—N-no me van a salir arrugas por molestarme un poco— le dije entonces, cruzándome de brazos y volviendo el rostro con dignidad.

 

Todo ese transcurso de tiempo había permanecido al margen de la situación ya que ellas dos se encontraban hablando y yo no seria quien las interrumpiera, menos viendo el estado de enojo de Mimi fontra aquella chica.

Tuve un cierto impulso de decirle que se tranquilizara, que tal vez esa chica solo lo hiciera bromeando, pero decidí no hacerlo al recordar lo que sucedió con la princesita cuando le pedí que se calmara, esa pequeña palabra solo había hecho que ella se enfadara mas de la cuenta.

Afortunadamente Emily había logrado calmarla, tal vez ella hubiera logrado calmar a Destiny tiempo atrás y yo hubiera tenido que ahorrarme esas huidas que permitieron que siguiera vivo, claaro que escapar de la mansión Inashu fue algo casi imposible, lo había hecho.

— Dejando ese tema de lado chicas.... ¿Ya saben a donde irán?

 

—Lo siento —en un rápido movimiento agarré a Drifloon y retrocedí un paso —, lamento molestar, pero creo que si me hubiera dicho que no le agradaba no lo hubiera seguido haciendo —me sentía tan estúpida, ella no lo había dicho, pero debe notar su actitud al ser llamada así y detenerme al instante.

Agache la cabeza e hice una pequeña reverencia para disculparme, quizá si tenia razón y me cerebro era del porte de un Joltik.

Contenido oculto

¿Por qué es tan divertido?

 

Mimi Honda

—¿Q-qué?—fue lo único que alcancé a decir en respuesta, enrojeciendo visiblemente.—. ¿Q-qué estás diciendo tan de repente? Eso... eso... ¡no tiene caso si eres tú quién me lo dice!

Casi exclamé, recordando las veces anteriores que alguien me habían halagado. Chicos en su mayoría... chicos que terminaban por recibir un golpe cuando no estaba de humor, o cuando aquellos ''halagos'' que tan galantemente me regalaban rozaban el límite de lo obsceno y el mal gusto. ¡Malditos babosos pervertidos! Los otros, en cambio, habían recibido una altiva mirada casi desdeñosa, mientras con el tono de fría diva que me caracterizaba les decía algo parecido a: ¿Por qué no me lo habías dicho antes? ¿No te diste cuenta? Debes de ser más estúpido de lo que pensé''.

¿Cómo se suponía que debía responderle a Emily? Me había sorprendido demasiado como para actuar de una u otra forma. Así que me limité a desviar la mirada, hasta que ese molesto ardor desapareció de mis mejillas.

Y fue entonces, cuando escuché no lejos la voz de Dante, pero fue el tono casi aterrado de Elisa lo que llamó mi atención en su lugar. La vi sujetar a Drifloon entre sus brazos y retroceder un paso prudencial, pálida y con los ojos como platos. Se disculpó, agachó la cabeza e hizo una reverencia.

—''Lamento molestar, pero creo que si me hubiera dicho que no le agradaba no lo hubiera seguido haciendo''

>>¿No te lo dije?— le pregunté entonces, pero mi tono ya no era molesto, sino confuso. Ella pareció negar rápidamente con la cabeza. Y entonces me sentí terriblemente culpable, pero me negué a dejarlo entrever de ninguna manera—. D-de todos modos debiste haberte dado cuenta. Pero... Esta situación es molesta, así que como no empezamos con buen pie… S-supongo que no tengo más remedio que hacer esto— me aclaré la garganta, y con un expresión de ligera molestia y resignación, le tendí mi mano derecha— Mi nombre es Mimiko Honda, tengo catorce años y soy de la región natal de Sinnoh. Mi tipo de sangre es o+, mi signo zodiacal Leo y mi cumpleaños el 20 de Agosto. ¿Quién eres tú?

Hablé tan deprisa, que apenas sí se me entendió la mitad de las cosas que dije.

 

"Nos vemos en un rato"

Asentí levemente antes de recibir su inesperado beso como despedida y verla desaparecer por las calles — Te deseo suerte pequeña...— dije antes de que se perdiera completamente entre las calles y entrara a la torre, ahora la cuestión difícil.. ¿vigilar a Mimi?, ¿por qué me pedía algo como eso? ¿qué hacia Mimi para que ella me pidiera que la vigilara? esperaba que nada malo...

— Dante... un placer — me presenté de una forma muy incompleta en comparación a Mimi o Mimiko pero creo que lo único que importaba era mi nombre a fin de cuentas, ¿no?

 

Estaba un poco asustada, debía admitir que era la primera vez que me trataban de esa forma. Apreté a Drifloon contra mi pecho levantando el cuerpo al oír la voz de Mimiko y luego la del chico llamado Dante. Le mostré una pequeña asintiendo levemente.

—Me llamo Elisa —me presente, Mimi sabia mi nombre, así que me presente al chico.

Mimi me ofrecía la mano derecha, la cual acepte y solté casi de inmediato. Después de ver el temperamento de la chica me ponía nerviosa hacerla enfadar nuevamente. Miré a mi Zweilous buscando distraerme, sus cabezas seguían en una discucion, la cual se detuvo momentáneamente para mirar a todos los presente. No les prestaron atención y volvieron a lo suyo, reí levemente, si que eran lindas.

 

— Un placer conocerte entonces Elisa — llevé una de mis manos a mi nuca algo incómodo por la situación que se presentaba, Elisa que ahora parecía tener un miedo de Mimi y no sabría decir si ella seguía enfadada o no con respecto a los comentarios de la chica, pero realmente no quería encontrarme en medio de una posible discusión de ellas.

— ¿Algo que quieran hacer?... — pregunté notando que ya nadie decia nada, este sería un largo día...

 

Mimi Honda

Y eso era todo, Elisa sólo dijo su nombre y tomó la mano que le ofrecía por unos cortos, realmente cortos segundos. Después de todo lo que yo le había dicho—prácticamente podría haberle revelado el color de mi ropa interior—, la única información que ofreció ella fue su nombre. Nada más que eso. Y ni siquiera me lo dijo a mí, sino a Dante, cuando mi intención era precisamente eso, empezar de nuevo y tratar de arreglar las cosas. Sin embargo no me molestó. Cuando Elisa soltó mi mano seguía pareciendo asustada, aterrada, con su Drifloon apretado contra su pecho a modo de escudo, como si intentase protegerse de mí.

Era realmente incómodo, porque yo no era una sádica, y no disfrutaba con el sufrimiento ajeno. Y tampoco tenía intenciones de infligirle daño alguno. Dante, por su parte, se llevó las manos a la nuca.

— ¿Algo que quieran hacer?... —preguntó tras un breve silencio, tal vez tratando de romper de algún modo la tensión del ambiente. Yo me limité a dirigirle una última mirada a Elisa antes de girar sobre mis talones. Evidentemente que había algo que quería hacer, pero quedarme allí no se encontraba entre mis planes.

>>Así es— le respondí al chico—. Volveré al Centro pokémon para descansar y sanar a mi equipo. Vosotros deberíais acompañar a Emily a la Torre y apoyarla en el combate. En especial tú, Dante.

Finalicé, antes de desaparecer tras la puerta de cristal de CP.

 

"Volveré al Centro pokémon para descansar y sanar a mi equipo. Vosotros deberíais acompañar a Emily a la Torre y apoyarla en el combate. En especial tú, Dante."

— Claro...eso haré...— murmuré mirando como ella se alejaba al centro pokemon pero a fin de cuentas tendría que ir allí ya que estaba seguro que solo se entraba a la torre para combatir así que el apoyo lo tendría que hacer desde el centro pokemon observando la batalla por el televisor del comedor

— Elisa... yo también me retiraré al centro pokemon a ver el combate de Emily, ¿vienes? — pregunté acomodando un poco mi mochila señalando el centro pokemon con un leve movimiento de cabeza

 

Asentí a la pregunta de Dante, tenía algo de hambre y en el centro pokémon había una cafetería.

—Claro —relaje un poco la postura mientras soltaba a Drifloon —, tengo algo de hambre así que me parece buena idea.

Le hice un gesto con la cabeza a Zweilous para que nos siguiera dentro, esta solo se limito a asentir con ambas cabezas mientras nos seguía dentro del C.P.

 

Al escuchar la respuesta de Elisa nos encaminamos ambos al centro pokemon, más específicamente al comedor de este, ella seguida por sus Zweilous y yo solamente unos cuantos pasos mas adelante que ella. Una vez que llegamos tomé asiento en una de las primeras mesas que daban una vista directa hacia el televisor del centro donde psaban las batallas de la torre desafío

— Vamos Emi.. tú puedes...— murmuré observando la batalla mientras de reojo veía que Elisa ya se había ido a tomar algo de comida para calmar su hambre

 

Al entrar rápidamente había ido por algo de comer, estaba de humor para comer algo dulce, así que solo había tomado un vaso de agua y un pastelillo de chocolate.

Volví con Dante seguida de Zweilous y Drifloon. Tome asiento frente a el y Zweilous se recostó en el piso junto a mi mientras Drifloon subía a su lomo.

—¿Ya comenzó su batalla? —pregunte con una leve sonrisa, había entrado hace unos minutos, además yo no tenia vista a una de las pantallas.

 

Elisa ya había vuelto a la mesa con un pequeño pastel de chocolate y un vaso de agua, sus pokemon se habían acostado en el suelo del centro para descansar un poco mientras su entrenadora disfrutaba de su comida — Sí, su batalla ya ha iniciado... confió en que logrará salir victoriosa de su batalla...

Aparté mi vista de la pantalla para dirigirla a Elisa y poderle preguntar algo — ¿Tú ya peleaste en la torre?

 

—En dos ocasiones —respondí tomando en pedazo de pastel con mi tenedor y llevarlo a mi boca —, en ambas ocasiones resulte la vencedora —le mostré una sonrisa —. ¿Tu también has combatido en ella? —pregunté para luego tomar un trago de agua.

 

— Oh... felicidades por eso entonces — sonreí y luego noté como Deino salía de su pokebola y admiraba a su evolución bastante emocionado, tanto que comenzó a dar saltitos a su alrededor, ante eso solo me limité a reír levemente — Yo me retiré hace mucho tiempo de las batallas así que no... no he pisado la torre desde su inauguración — y además que acababa de comprobar hace no mucho que yo ya no servía mucho para las peleas, así que era un alivio que ya no tuviera que hacerlo una vez más

 

Reí divertid al ver como su Deino jugaba alrededor de mi tipo siniestro, ella lo miro y para luego continuar durmiendo.
—¿Por que dejaste las batallas? —pregunté volteando nuevamente a Dante.

 

— ¿Por qué dejé las batallas? — murmuré mirando a Deino colocarse al lado de los pokemon de Elisa y terminar acostándose para descansar junto con ellos — Creo que la mayoría de las personas que me conocen piensan que fue por unos asuntos que tuve cuando era soldado Gamma, pero antes de que pienses algo relacionado con eso, yo no estaba precisamente consciente de lo que estaba haciendo, terminé con los Gamma gracias a una amnesia, de hecho... no recuerdo nada de lo que hice siendo Gamma.

Suspiré, me estaba desviando del tema me disculpe por eso con una leve sonrisa y proseguí — Supongo que me retiré de las batallas porque me di cuenta que no eran lo mio o simplemente no cumplía con las expectativas ajenas, ya sabes... todos tienen expectativas de todos como rivales y siento que yo no cumplía ninguna de ellas, eso es todo