Salí de la torre y tras quedarme parada en la entrada con un nudo en la garganta y pensativa, quise ir al centro pokemon y curar a mis pokemon. Mis pies al principio no me hicieron caso pero luego decidieron hacerlo y entre el CP. *** Tras dejarle las cuatro pokeballs a la enfermera Joy tome asiento en un sillón que estaba ahí y no pude reprimir un sollozo. --"¿Cuando me volví tan débil?…es decir, al principio lo era ya que yo era una principiante luego me volví más o menos fuerte pero ahora volví a ser débil"--Pensé mientras un camino de agua salada recorrió mis mejillas--"No importa cuanto lo intente…no logro que mis pokemon se hagan fuertes"--Mis sollozos fueron interrumpidos por la dulce y tranquila voz de Joy, yo levante la mirada y esta me miraba con tristeza mientras me mostraba la bandeja donde estaban mis cuatro pokeballs, yo las tome y tras guardarlas en mi cinturón me limpie las lágrimas. --No deberías llorar…lo que haces es poner tristes a tus pokemon y que se sientan culpables--Me dijo antes de acariciarme la cabeza e irse a su lugar. Yo me termine de limpiar los rastros de lágrimas y me quede pensando ¿Como nos haríamos fuertes?.
Sobrevolaba a paso lento y sereno la ciudad sobre los lomos de Aerodactyl, hasta que... ¡Bum! Teníamos que comer —Desciende —le ordené a Aerodactyl, y convenientemente de detuvo afuera del centro Pokémon, lo felicité y bajé de su lomo— Tras entrar, dejé las balls con la enfermera Joy, y tras comer todos, salimos, a recorrer las amplias calles de Témpera
Decidí realizar un cabio de pokémon entonces; en parte porque el daño que el ataque de Gardevoir sería menor a Florges que a Dragonite, y en parte para cancelar el Acoso de Goodra. FLORGES: Hada (Resistente) Aroma Floral: aumenta la potencia los ataques tipo planta de ambos combatientes en x1.5, y disminuye la de los tipo Veneno en x0,5. Salud: 145/170 (14) Fuerza: 190 (13) Resistencia: 300 (78) Agilidad: 3/3 (90 de Velocidad) (15) Movimientos: -Hoja Brillante (105 Potencia, Planta/Hada) (Usos: 0/3) -Luz Aniquiladora (70 Potencia, Hada; recibe 1/4 del daño producido) -Deseo (Cura 1/2 de los PS totales del usuario al turno siguiente al pokémon que esté en el campo) (Usos: 2/2) -Voz Cautivadora (Potencia 30, Hada, ineludible) (Usos: 3/3)
—Puño Fuego —comandé con desgano. MEGAGARDEVOIR: Psíquico/Hada (Balanceado) Piel Feérica: Convierte movimientos de tipo normal en tipo hada. Salud: 66/176 (40) Fuerza: 265 (45) Resistencia: 235 (25) Agilidad: 3/3 (90 de Velocidad) (10) Movimientos: -Descarga mental (Lleva a 0 los usos de uno de los ataques del rival) (Usos: 0/1) -Puño Fuego (50 Potencia, Fuego) -Deseo (Cura 1/2 de los PS totales del usuario al turno siguiente al pokémon que esté en el campo) (Usos: 0/2) -Fuerza Lunar (60 Potencia, Hada) (Usos: 1/4)
—Deseo… FLORGES: Hada (Resistente) Aroma Floral: aumenta la potencia los ataques tipo planta de ambos combatientes en x1.5, y disminuye la de los tipo Veneno en x0,5. Salud: 145/170 (14) Fuerza: 190 (13) Resistencia: 300 (78) Agilidad: 2/3 (90 de Velocidad) (15) Movimientos: -Hoja Brillante (105 Potencia, Planta/Hada) (Usos: 0/3) -Luz Aniquiladora (70 Potencia, Hada; recibe 1/4 del daño producido) -Deseo (Cura 1/2 de los PS totales del usuario al turno siguiente al pokémon que esté en el campo) (Usos: 1/2) -Voz Cautivadora (Potencia 30, Hada, ineludible) (Usos: 3/3)
—Puño Fuego MEGAGARDEVOIR: Psíquico/Hada (Balanceado) Piel Feérica: Convierte movimientos de tipo normal en tipo hada. Salud: 66/176 (40) Fuerza: 265 (45) Resistencia: 235 (25) Agilidad: 3/3 (90 de Velocidad) (10) Movimientos: -Descarga mental (Lleva a 0 los usos de uno de los ataques del rival) (Usos: 0/1) -Puño Fuego (50 Potencia, Fuego) -Deseo (Cura 1/2 de los PS totales del usuario al turno siguiente al pokémon que esté en el campo) (Usos: 0/2) -Fuerza Lunar (60 Potencia, Hada) (Usos: 1/4)
—Retoma el escenario, Dragonite… MEGADRAGONITE X: Dragón/Acero (Asesino) Armadura Paladín: sube la resistencia de Dragonite en 10 por cada golpe recibido. Salud: 111/182 Fuerza: 294 (45) Resistencia: 270 (35) Agilidad: 0/3 (90 de velocidad) (10) Movimientos: -Carga Dragón (70 Potencia, Dragón) (Usos: 4/4) -Puño Fuego (50 Potencia, Fuego) -Golpe Aéreo (40 Potencia, Volador, ineludible) (Usos: 0/3) -Afilagarras (Sube 10 fuerza propia, y además garantiza el éxito del próximo ataque) (Usos: 1/2)
—¡Fuerza Lunar! MEGAGARDEVOIR: Psíquico/Hada (Balanceado) Piel Feérica: Convierte movimientos de tipo normal en tipo hada. Salud: 66/176 (40) Fuerza: 265 (45) Resistencia: 235 (25) Agilidad: 3/3 (90 de Velocidad) (10) Movimientos: -Descarga mental (Lleva a 0 los usos de uno de los ataques del rival) (Usos: 0/1) -Puño Fuego (50 Potencia, Fuego) -Deseo (Cura 1/2 de los PS totales del usuario al turno siguiente al pokémon que esté en el campo) (Usos: 0/2) -Fuerza Lunar (60 Potencia, Hada) (Usos: 0/4)
—Afilagarras. MEGADRAGONITE X: Dragón/Acero (Asesino) Armadura Paladín: sube la resistencia de Dragonite en 10 por cada golpe recibido. Salud: 56/182 Fuerza: 304 (45) Resistencia: 280 (35) Agilidad: 0/3 (90 de velocidad) (10) Movimientos: -Carga Dragón (70 Potencia, Dragón) (Usos: 4/4) -Puño Fuego (50 Potencia, Fuego) -Golpe Aéreo (40 Potencia, Volador, ineludible) (Usos: 0/3) -Afilagarras (Sube 10 fuerza propia, y además garantiza el éxito del próximo ataque) (Usos: 0/2)
—Con la frente siempre en alto... ¡Puño Fuego! MEGAGARDEVOIR: Psíquico/Hada (Balanceado) Piel Feérica: Convierte movimientos de tipo normal en tipo hada. Salud: 66/176 (40) Fuerza: 265 (45) Resistencia: 235 (25) Agilidad: 3/3 (90 de Velocidad) (10) Movimientos: -Descarga mental (Lleva a 0 los usos de uno de los ataques del rival) (Usos: 0/1) -Puño Fuego (50 Potencia, Fuego) -Deseo (Cura 1/2 de los PS totales del usuario al turno siguiente al pokémon que esté en el campo) (Usos: 0/2) -Fuerza Lunar (60 Potencia, Hada) (Usos: 0/4)
—¡Puño Fuego tú también, Dragonite! MEGADRAGONITE X: Dragón/Acero (Asesino) Armadura Paladín: sube la resistencia de Dragonite en 10 por cada golpe recibido. Salud: 21/182 Fuerza: 304 (45) Resistencia: 290 (35) Agilidad: 0/3 (90 de velocidad) (10) Movimientos: -Carga Dragón (70 Potencia, Dragón) (Usos: 4/4) -Puño Fuego (50 Potencia, Fuego) -Golpe Aéreo (40 Potencia, Volador, ineludible) (Usos: 0/3) -Afilagarras (Sube 10 fuerza propia, y además garantiza el éxito del próximo ataque) (Usos: 0/2)
El puño resplandeciente de Dragonite, el que había zanjado un gran porcentaje de nuestros enfrentamientos, alcanzó al Hada Soñadora. Ésta había intentado esquivarlo, pero terminó recibiendo el golpe por la zona del abdomen. El dragón retrocedió, dejándola doblada en dos. Para mi sorpresa, Gardevoir se repuso del dolor y volvió a su postura elegante, calmada. Miró al pokémon de Effy por espacio de unos tensos segundos, hasta que finalmente cayó de rodillas, y después de costado. Debilitada. La regresé a su pokébola, suspirando. Me habría gustado decir que había sido una buena batalla, pero eso supondría incurrir en una mentira. No supuse ningún desafío para la chica que tenía frente a mí. E intenté negar la idea que se estaba descargando conmigo para compensar la derrota contra Ian y Alpha; pero este pensamiento dominó sobre las demás conjeturas. Sin embargo, no lo expresé en voz alta. Sólo miré a Effy. Le sonreí en silencio mientras guardaba la pokébola de Gardevoir en mi cinturón.
El Hada Soñadora era un oponente formidable. Siempre lo había sido, desde la primera vez que nos enfrentamos en batalla; no era para menos, una leyenda de Galeia no debía ser tomada a la ligera. Sin embargo, no creía jamás haberlo visto tan fuerte como en aquellos segundos cuando resistió el puñetazo de Dragonite y se mantuvo allí parada, con una gracia digna de una reina, tratando de continuar hasta que definitivamente cayó derrotada. La victoria no me trajo placer o satisfacción, sino que otra sensación totalmente distinta: el saber que había tomado la decisión correcta. —Tome la decisión correcta, pidiéndote que me acompañaras en mi viaje, Hubert… nos hacemos más fuertes mutuamente, siempre ha sido así, y eres el mejor rival y amigo que jamás he tenido —declaré, regresando a Dragonite a su pokebola—. Pero de a dos no es tan rápido el progreso… es por eso que este viaje debe hacerse de a cuatro, para un entrenamiento intenso completo, si aún quieres venir conmigo claro está… En eso, un destello escapó de mi bolso; Flareon escapó de su pokebola y se encaminó hacia el centro pokémon. Ingresó por la puerta trasera entreabierta y siguió hasta llegar a la cafetería, donde localizó a Mimi, que le daba el último bocado a una porción de pastel, al parecer muy feliz con terminar aquella deliciosa rebanada. Mimi no lo notó, pero su Oshawott sí, y saltó para seguir a Flareon hacia la salida. Mientras huían de regreso afuera, donde se encontraban Effy y Hubert, los dos pokémon se toparon con una muchacha que vagaba por los pasillos del centro pokémon sin rumbo, con un aire lúgubre. Flareon la reconoció enseguida; Mitsuki. Notando la tristeza que expresaba las facciones de la joven, Flareon decidió mordisquear suavemente la tela del pantalón de la joven y luego salir hacia el exterior, intentando darle a entender que le siguiera. Oshawott no dudó y siguió a Flareon, ahora sólo quedaba ver si las dos entrenadoras se animarían también...
Contenido oculto A aquellas alturas, Monomaru estaba tan lleno o más aún que su entrenadora; la cual, parecía no haber probado manjar semejante en toda su vida. Por su cara de satisfacción, se podría decir que la comida había estado a la altura de sus expectativas, o, que sencillamente, ella tenía el hambre suficiente como para no hacerle ascos a nada. Aquella leve sonrisa dibujada en sus labios... el pequeño Oshawott se preguntaba cuanto le duraría. A menudo, le sorprendía la facilidad con la que Mimi saltaba de un estado de humor a otro en segundos, como si tuviese una especie de interruptor. Tanto podía estar contenta como furibunda, molesta o indignada. En un chasquido de dedos. Y la verdad es que tampoco había razones para esos bruscos cambios de humor, pero estaban ahí. Desde siempre, o, al menos, desde que la conocía. Y aunque él ya se había acostumbrado a ello, no podía evitar sentir un gran alivio cuando su entrenadora mantenía esa especie de ''interruptor'' apagado. Y aprovechar lo máximo posible esos momentos... ... Pues era imposible dilucidar cuanto tiempo durarían. Le dio un mordisco al trozo de pastel que Mimi le había ofrecido segundos antes, y sonrió. Su entrenadora no mentía al decir que era delicioso, deberían comer allí más a menudo. Estaba por darle un segundo mordisco cuando un olor conocido le hizo voltearse en dirección a la puerta de la cafetería. Allí, un pequeño Flareon lo observaba con sus intensos ojos negros, y abriendo la boca y alzando una pata en el aire, pareció indicarle que le siguiera. Oshawott vaciló un breve instante. Pero finalmente, la curiosidad pudo más, y de un salto, Monomaru bajó de la silla y salió al encuentro de Flareon; que lo recibió con una sonrisa para después abandonar la cafetería a través de la puerta de cristal. Mimi, degustando el último pedazo de pastel, no se dio cuenta de nada. Mimi Honda La luz anaranjada del atardecer se colaba ya por las ventanas de la cafetería cuando terminé de comer, y, solemnemente, extraje un pañuelo de mi bolso para limpiarme los labios. Al final habían sido más de cinco minutos... las siete de la tarde, supe al mirar de nuevo el reloj de pared. Las siete de la tarde... Effy debía estar hecha una fiera. Aunque... tampoco es como si me importara, de todos modos. Si quería verme, al menos debía hacerse a la idea de que yo tenía necesidades más importantes que atender. Me levanté de la silla—sin hacer el más mínimo ruido al apartarla hacia atrás, pues arrastrar la silla era un gesto de mala educación, y yo sabía como comportarme en una mesa—, y me volví. Sin embargo, al hacerlo, mi rostro mudó de color. La silla donde debía encontrarse mi inicial estaba vacía. Vacía. Si Monomaru había estado allí alguna vez, no había el más mínimo rastro que indicase que así había sido. Miré a un lado y a otro, preocupada. ¿Cómo era eso posible? ¿Dónde...? —¿Moo?—llamé, pálida como una hoja de papel. ¡El no solía escaparse de ese modo! Solía hacerlo si se asustaba o si algo llamaba su atención, pero en la cafetería, sólo estábamos yo, un chico acompañado de un Totodile, dos mesas más atrás; y los camareros, que ahora no tenían mucho más que hacer, teniendo en cuenta la falta de clientela. ... Tras minutos de ardua búsqueda, en la que el chico del Totodile se vio envuelto por razones que no vienen al caso; terminé por salir al exterior. El sol empezaba a ocultarse tras los altos edificios de ciudad Témpera, tiñendo el cielo de un intenso ocre. Soplaba una fresca brisa que me caló los huesos y me hizo estremecer. Me froté los brazos, helada. —Frío...—musité entre dientes. Cuando alcé la cabeza, mis ojos dieron a parar en Monomaru, junto a un Flareon que por algún motivo se me hacía conocido. No lejos de allí, bajo los últimos rayos del sol de la tarde, divisé las figuras de Effy y Hubert. ¿Hubert...? ¿Qué hacía él también aquí? Justo lo que había pensado, supuse, la nota que había recibido antes debía haberla mandado Effy. Un repentino estornudo me sacó de mis pensamientos. —Ugh, lo que me faltaba...—me dije, con un tono bajo, congestionado, mientras sacaba un pañuelo para sonarme.
Caminaba por los pasillos del CP con unas ganas de llorar pero reprimi esas ganas para no hacer sentir tristes a mis pokemon y mucho menos hacerlos sentirse culpables por mi estado. Aunque tenia una sonrisa en la cara para que ellos pensara que estaba bien, habia dos pokemon que sabian que era todo lo contrario, Rio y Rai. Rio porque sentia mi aura deprimente y Rai porque me conocia bien. Luego de unos segundos senti que alguien me mordia el pantalon y cuando vi se trataba de un Flareon, y cuando lo reconoci este salio al exterior. Tras captar su accion fui tras el pokemon de fuego y el Oshawott. *** Cuando salí del centro pokemon siguiendo a ambos pokemon vi no muy lejos a la dueña del Flareon, Effy, junto a Hubert y se acercaba otra chica la cual no conocía. Tras tragar en seco me acerque al grupo con paso lento.
—¡Flar! El gritito animado de Flareon instantáneamente causó que tanto Hubert como yo volvieramos nuestra atención a la puerta de slaida trasera del centro pokémon. Allí se encontraba Flareon en compañía de un alegre Oshawott que no tardé en identificar como Moo, el pokémon inicial de Mimi, debido a que la susodicha se encontraba un par de pasos detrás de ambas criaturas que acariciaba sus brazos como intentando darse calor; al parecer, las brisas que se levantaban a medida que se aproximaba la noche no eran muy de agrado para la joven. La puerta del centro fue cerrada por Mitsuki, que salía después de todos ellos, cerrando la comitiva. Sus ojos se encontraban rojos y vidrosos, no había que ser un genio para conocer la razón, pero no pregunté porque realmente no era de mi incumbencia y no quise incomodar a la muchacha. Y en cuanto ambas jóvenes se encontraron suficientemente cerca, Flareon y Oshawott hicieron una carrerita hasta llegar junto a mí. Acaricié a Flareon antes de subir la mirada hacia ambas entrenadoras pokémon. —Mimi, Mitsuki, supongo no se conocen… —fue lo primero que dije, señalando una a la otra—. Tengo una propuesta para ustedes… Dicho esto, decidí que era hora de decirles lo mismo que a Hubert; que tenía planeado un entrenamiento intenso para mejorarme, tanto a mis pokémon como a mí misma como entrenadora, y que a él lo había invitado a unírseme para volverse más fuerte. Y que ahora les estaba extendiendo la invitación a ellas también. —Tal vez tengamos nuestras diferencias, Mimi, pero no puedo negar que realmente quieres convertirte en una buena entrenadora por voluntad propia… dejar los lujos de una vida multimillonaria en Sinnoh para ser una entrenadora toma determinación y carácter, y por eso quiero que vengas con nosotros a hacerte más fuerte, te lo has ganado —le dije a la muchacha con firmeza, antes de volverme hacia Mitsuki en su lugar—. Al igual que te lo has ganado tú, Mitsu, alguien que no se ha rendido jamás con la meta de superarse a sí misma todo el tiempo… superaste un miedo a los Arcanine, superaste derrotas del pasado y has seguido con la frente en alto para intentar volverte más fuerte… y ahora es el momento. Así que, ¿qué dicen? ¿Quieren unirse a nosotros y volverse entrenadoras más poderosas o no?
Mitsuki Cuando llegue al grupo me limpie mejor los rastros de lágrimas que tenia, tal vez ellos no notarán eso pero tal vez sí notarian mis ojos rojos por el llanto, pero por suerte ninguno comento sobre eso. Yo vi por el rabillo de mis ojos la otra chica presente que no conocía, al parecer se llamaba Mimi; torci mi labio a la derecha en una mueca de confusión ¿escuche bien? ¿Ella era una multimillonaria de Sinnoh? Deje de ver a Mimi y vi a Effy al escuchar mi nombre de su parte por segunda vez. Una sonrisa se formo en mis labios al escuchar lo que dijo. Pero, reprimi un grito de alegría al escuchar que me pedía a mi y a la otra chica viajar con ella en un viaje solo de entrenamiento para hacernos más fuerte ¡Que oportunidad! --A-ah…--Me acerque a Effy con una amplia sonrisa-- Effy, ¡Cuenta conmigo!--Le dije sonriendo-- acepto ir en ese viaje.
Mimi Honda Sinceramente, me sorprendió, esperaba un combate, no una invitación. O lo que quiera que fuese eso. ¿Por qué no podía haberlo dicho antes, en Barniz, en lugar de soltar todo aquel sermón después de vencerme en combate? Seguí con la mirada a la otra joven, mientras se acercaba a Effy a paso seguro. Parecía muy feliz e ilusionada, como si eso fuese justo lo que había estado esperando. En cambio, yo sacudí la cabeza. —Imposible—respondí con un tono neutral, monótono. Antes de que Effy me pidiese razones, yo misma me detuve a explicarme—. ¿Me lo he ganado? ¿Cómo si fuese una especie de premio o un acto de caridad? No gracias, no lo necesito. De todos modos, deberías saber que tu propuesta llega tarde, ya tengo a quien me acompañe en mi viaje. Y, según Hubert, es uno de los entrenadores más fuertes de la región; incluso lo invitaron a la inauguración de la Torre Desafío—hice una breve pausa, me mordí la lengua. Por muy buen entrenador que fuese, aún me irritaba la idea de que lo hubieran invitado a él en mi lugar. Pero no dije nada, pues no era momento para andar quejándome. Y, de todos modos... él era un idiota—. Y-y sí, puede que tenga muchos defectos—continúe—, muchísimos, para que mentir... pero si lo que dice Hubert es cierto, estoy segura de que puliéndolos un poco puedo aprender mucho de él. Así que me temo que mi respuesta es un no. Gracias, de todas formas—con un gesto llamé a Moo, y cuando se acercó, me giré sobre mis talones para marcharme—. Buena suerte a los tres; yo me vuelvo dentro, antes de que pesque un buen resfriado. Que frío... Y con paso seguro, sin esperar respuesta por parte de ninguno de los presentes, desaparecí tras la puerta de cristal.
—Regresa—Al llegar al lugar regresé a mi pokémon y miré a Destiny.—. Debe estar dentro del Centro pokémon, no creo que haya ido muy lejos.