Ciudad Témpera

Y tras unos instantes de forcejeo, Dante me devolvió la gorra como siempre, al revés y tapándome levemente los ojos esta vez. Jadeé levemente por tantos saltitos y seguí los pasos de Emily sin quitarme la gorra sobre los ojos, como tratando de llegar al banco sin ver. Si me aburría comenzaba a inventarme juegos para mí misma, al menos así me entretenía por unos instantes.

—Estaría genial que ocurriera eso, me encantaría formar equipo contigo Emi. —sonreí asintiendo ante lo que decían mientras palpaba el aire tratando de encontrar el banco. —Y ya verás que con mucho entrenamiento llegarás a superarme rápidamente.

Logré encontrar algo en mi camino, ¿era el banco? Hmmm...a no, que era una farola.

 

Esta vez Liza no había acomodado su gorra si no que se lo dejó asi para ir a ciegas por el camino intentando encontrar algo posiblemente, un lugar donde sentarse — Apoyo lo que dice Liza, para la proxima apúntate... te estaré apoyando si decides apuntarte claro esta..

 

—¿Eh? Nah, la farola no es mi tipo. —comencé a reir al escuchar su comentario siguiéndole el juego y tras dar un par de pasitos llegué al banco y me senté con cuidado para no darme ningún golpe ni nada. Levanté la gorra de mis ojos finalmente y vi que ya llegué a donde me lo propuse, para tomarla y sostenerla entre mis manos.

Esta era la segunda gorra que tuve desde que inicié mi viaje si mal no recordaba, y ahora que lo pensaba, ¿quién tenía la primera?

 

Comencé a recordar, y si no me equivocaba, la primera gorra se la llevó Des en su mochila cuando me compré esta...pero su mochila estaría bajo las profundidades del Lago Helado cuando aquella vez desapareció por tanto tiempo y volvió sin ninguna pertenencia, cuando se hundió en éste gracias al ataque del Equipo Ganma. Suspiré, adios a mi primera y favorita gorra rosa.

Salí de mis pensamientos y volví a ponerme la gorra esta vez bien para observar con genuina curiosidad a Dante y Emily. Notaba algo raro en ellos desde que llegué, el como se miraban o lo que estaban hablando en aquellos instantes, no sé. Nah, serán cosas mías.

 

— ¿Liza? — le llamé ladeando un poco la cabeza mirandola algo confundido — ¿Pasa algo? — pregunté al notar como nos miraba fijamente y luego miré a Emily, ¿me había perdido de algo en esta conversación?

 

—¿Eh? —dejé de mirar el puesto de chuches que Raichu miraba tan fijamente en aquellos instantes y noté como ambos me miraban entre confundidos y preocupados.

Moví una mano despreocupada y sonreí levemente.

—No nada, nada. Tonterías mías sin importancia. —respondí tranquila y volví a dirigir mi mirada a ningún punto fijo.

 

Giré mi cabeza para verla y sonreí, tratando de que notaran que en verdad no me ocurría nada.

—Tranquila Emily, que de verdad estoy bien. —le respondí con suavidad y sin borrar la sonrisa. —Solo me había perdido en mis pensamientos mientras os miraba, hacía mucho tiempo que no estaba con los dos juntos al mismo tiempo.

Y tras responder, me abracé las rodillas subiéndolas al banco y apoyé mi cabeza en ellas, observando a la gente caminar frente a nosotros.

 

— ¿Y que has hecho Liza?— pregunté sonriendole mientras me sentaba en el espacio de la banca indicado por Emily— Claro.. aparte del torneo y el incidente con la nieve — llevé una de mis manos a mi nuca riendo un poco, dejando eso de lado debió hacer mas cosas interesantes en su viaje

 

Solté un leve bostezo aún en mi misma posición, pero tuve que dejar los pies en el suelo al ver a Raichu acercarse a mí y subirse a mi regazo, empezaba a pensar que el pequeño ratón que en su día fue un Pikachu había engordado un pelín en éste tiempo.

—Pues no he hecho nada interesante para contar, una se aburre mucho desde que cierta personita ya no está presente para poder discutir con ella. —comenté con una leve sonrisa de añoranza, acariciando el pelaje del pokémon eléctrico suavemente. —Pero ya sabes, lo de siempre; viajar, entrenar y conocer a nuevas personas, simplemente.

Raichu soltó una risita al ver los peinados de Dante, pero yo estaba tan distraída que no llegué a verlo.

 

Apenas me senté en el banco y sentí las manos de Emily pasearse por mi cabeza, haciendo distintos peinados en mi cabello, diciendo cual le gustaba, cuales no, etc. Yo por mi parte me permitía reir un poco al ver como hacía diferentes peinados hasta que finalmente terminó sus mil y un peinados dejando mi cabello para continuar con la conversación así que para que volviera a la normalidad pase mi mano por mi cabello para mantenerlo como siempre.

— ¿Has conocido a alguien interesante? — pregunté jugando un poco con las puntas del cabello de Emily, los nuevos entrenadores eran algo interesantes en especial las que había conocido, la chica que se había escondido detrás de una banca cuando la vi y a Mimi con sus extravagantes comidas

 

—¿A alguien interesante? Pues... —me llevé un dedo a mi labio inferior, y asentí. —...sí, a una tal Mimi Honda. La conocí hace un día o dos en Ciudad Barniz, y pasé la mayor parte del día con ella. Me arrastró por toda la ciudad en busca de unas bolsas de ropa que se le habían olvidado en otro lugar, me exigió que le preparase el desayuno y demás, pero pasé un buen rato en realidad. Esa chica llega a caer bien si la conoces un poco mejor de lo que parece a simple vista. Pero en fin, mejor ya dejo de aburrir extendiéndome con mis cosas, ¿qué tal habéis estado vosotros? Parece que bien. —comenté aquello último de manera divertida, mirándolos junto a Raichu con curiosidad.

 

¿Mimi Honda?...¿Mimi?... así que ella también le había conocido — Así que también conociste a Mimi... — murmuré dejando de jugar con el pelo de Emily y reír levemente — Yo creo que no le he caido muy bien... me ha llamado cruel por preguntarle porque debería hacer su comida de su lista... aunque realmente tenía la intención de cocinar quería saber el porque... — suspiré y alcé los hombros despreocupado

— No te equivocas Liza — dije sonriendole y luego a Raichu quien nos miraba curioseando