Aterricé en Ciudad Témpera… mi querida ciudad natal. Por momentos, debía admitirlo, extrañaba mucho este lugar. Me dirigí por supuesto hacia el centro pokémon, tenía muchas cosas que comentarle a la buena de Joy, y liberé a Blastoise para que me hiciera compañía. Mi pokémon inicial se alzó, fuerte e imponente, y comenzamos a caminar hacia dicho centro.
A mitad de camino, Blastoise de detuvo súbitamente… miró a alguien más adelante con curiosidad, al parecer era… —¿Yair? —le pregunté al ver al chico, extrañada—. ¿Qué haces tú por aquí?
—¿Tranquilizarte? —pregunté sin comprender, para luego pasar a responder el resto de su oración pronunciada—. Pues… vivo aquí. Esta es mi ciudad natal. Siempre regreso cada tanto a visitar a Joy y contarle de mis aventuras… Blastoise inclinó la cabeza, examinando al chico… parecía un poco malherido, pero no le dio importancia alguna.
—Entrenar, por supuesto —respondí con naturalidad—. Entrenar, capturar nuevos pokémon, fortalecer a mi equipo, patear el trasero de Brendan en batalla… ya sabes, lo de siempre. ¿Qué hay de ti?
--Pues, aparte de estar buscando pokemon,entrenar y pues andar explorando nuevos lugares--Le respondi sonriendo--
—Bien, así me gusta… —le dediqué una sonrisa. Me agradaba saber que él no había estado perdiendo el tiempo después de todo, al menos entrenaba a su equipo eso era buena—. ¿Qué te parece si lo ponemos a prueba entonces? ¿Tendrías una batalla conmigo? Hace ya tiempo que no nos enfrentamos...
--Por ahora no effy, necesito curar todas estas malditas heridas--Le dije sonriendo--Y se que soy un tonto y un mal entrenador para ti , lo se--Le dije mientras entraba al CP--
—Eh, yo no he dicho nada de eso, ¿qué demonios inventas? —le cuestioné, siguiéndolo al centro pokémon—. Joy no puede hacer mucho para ti, ella se ocupa de pokémon no de personas… no son tan graves las heridas, mi Alakazam puede curarte en un santiamén si quieres...
—Ugh, no creo que seas tonto de verdad, pero ahora te estás comportando como uno —suspiré, caminando junto al chico—. Alakazam, sal y haz lo tuyo… Ya liberado de su pokebola, el tipo psíquico aprisionó una mano de Yair y se concentró en la cuchara que sostenía en la otra mano… utilizó Recuperación, y el poder se transfirió al muchacho que sostenía… igual que había hecho con Mitsuki antes, las heridas cerraron y sanaron al instante, y la energía del chico regresó a la normalidad.
—Claro, iba a dejarte caminar herido cuando podía curarte —repliqué con sarcasmo—. Escucha, ¿por qué no te detienes y me cuentas qué demonios te sucede? Quizás pueda ayudarte… Mitsuki se detuvo y me habló, y logré ayudarla y salvar a sus pokémon… pero si no me dejas, no puedo ayudarte...
—Y yo te digo que la necesitas —le insistí, tomándolo de la mano y obligándolo a sentarse en el suelo junto a mí—. Vamos, que nos conocemos hace mucho tiempo… solíamos viajar juntos, ¿recuerdas? Tú, yo y el Togepi de Liza… tuvimos buenas aventuras, ¿o acaso no significaron nada para ti? Ven, quédate aquí y cuéntame que te ha sucedido.
--Si lo recuerdo pero aun asi era el mismo--Le dije a effy mientras me sentaba a lado de ella--y si significaron mucho para mi--
—Así es, eras el mismo, y lo se porque te conozco… —le dije, regalándole una sonrisa. Blastoise se sentó junto a nosotros también, cansado de tanto caminar—. Y para mí también significaron mucho aquellas aventuras… así que por eso te digo, te tengo aprecio, y me disgusta verte enojado o aclamando que yo pienso que eres un tonto o un mal entrenador, porque no pienso ninguna de esas cosas… y eso es porque no lo eres. ¿Entendido? Así que cuéntame… ¿qué es lo que te ha sucedido?
--Mira effy, una de las cosas que quiero hacer, es aprender a arreglar las cosas por mi.mismo asi que...por ahora.no.necesito tu ayuda, aun asi gracias por todo--Le dije sonriendo mientras la veia--