—¿Qué están haciendo? ¿Paseando un poco? —comenté a medida que comenzaba a caminar con ellas, regresando a Skarmory a su pokebola. Clefairy se salió de su pokebola por su cuenta y comenzó a caminar con nosotras, tendría que entrenarlo para que dejara ese hábito… pero por esta vez, me resigné y dejé a la hada caminar junto a nosotras.
Me puse de pie para caminar con effy y mizuki—Pues si—le dije a effy cuando veo a un Clefairy— Oh, ¿lo capturas? genial—dije sonriendo mientras me llevaba las manos detrás de la nuca.
—No lo capturé… bueno, técnicamente sí… es una larga historia —suspiré, sin ser capaz de explicarme mejor. Clefairy simplemente alzó la mirada y me dio una amplia sonrisa, caminando entre yo y Mitsuki. Parecía encontrarse muy contenta de estar allí, quizás por eso nos había seguido a mi y Mizuki desde la ruta 304… un pokémon salvaje que quería ser capturado, debía ser la primera vez que sucedía algo así...
—Ya veo—escuche unos pasos caminar sigilosamente detrás de mi...lax trataba de agarrar mi bolso—Lax, te dije que no te comerías los chocolates—el pokemon frunce el ceño, y se cruza de brazos, no dejaría que se comiera eso...le podría dar otra cosa.
Vi a lax tratando de agarrarlos—bien, suficiente ¡Vuelve a donde estabas!—lax se da la vuelta y vuelve con la mirada baja por no poder comer los chocolates, y se sienta al lado del recién despertado yair.
Lax levanta la mirada—Munch...—le saluda sonriente, esperando que este tuviera comida pokemon. —Pues si...—dije viéndolo de reojos, aunque fuera molesto yo lo quería.
El munchlax sonríe antes de empezar a comer—No te atragantes lax—le dije al ver como este comía muy rápido, este solo levanto la mirada, me saco la lengua y siguió comiendo.
—Yo si—le dije sonriendo mientras me acercaba—veamos, primero te pusiste un tanto raro y tus ojos cambiaron color al igual que tu voz, te dimos azúcar y empezaste a caminar torpemente, andabas muy sonriente, rodabas por el césped como un niño pequeño—le dije sonriendo.
--Enserio? Cuanta azucar me dieron porque si mas recuerdo me dieron demasiada!--exclame un.poco enojado--
—Bu-bueno no te enojes, estábamos en un momento critico—le dije tras escuchar su exclamación— no nos dimos cuenta, solo queríamos ayudarte.
--Y para ser divertido solo era un poquito no tanta!--Exclame enojado--porque si no al dia siguiente me enfermo--
Pero en ese momento no podiamos pensar con claridad, suficiente que te ayudamos--le dije a Yair sonriendo