Estreché su mano. —Cada vez que me vuelvas a ver, mi equipo habrá crecido en fuerza —le dije sonriendo—. Tú y los otros entrenadores con los que combatí son una gran inspiración. Luego me despedí de ella para dirigirme al Centro Pokémon, donde Pawniard y Arcanine tendrían su descanso más que merecido. Además, ahora contaba con nueva información para agregar a la libreta.
Estaba tan aburrido que empezé a desanimarme, y me senté en el suelo recostándome sobre la pared, esperando a que algo interesante pasara
Me despedí del chico mientras lo veía marchar y me estiré de arriba a abajo. El combate me dejó algo agarrotada. Decidí ir yo también a curar a mi equipo al centro pokémon y dejé allí a todo mi equipo para que descansara. Una vez que ya estaban con las energía renovadas salí a la calle en busca de cualquier signo de vida que hubiera por allí mientras miraba mi pokedex. Aún no me llegaba el Eevee que pedí. —¿Por qué se tardarán tanto? —me pregunté examinando los datos.
Lucario salio de su pokeball y vio una manza tirade la cual me la lanzo al cabeza --Oye tu siempre me quieres golpear con algo--Le dije y este solo se rio--
—Aaah, que fastidio —exclamé aburrido— Ojalá hubiera alguien por aquí Seguí caminando buscando gente conocida por la zona
Rojo se fue y Yair se recosto en el césped-mmm,que aburrimiento dije mientras me sentaba en el césped y empezar a mirar mis pokeballs
Frustrado regresé de donde venía, por lo menos había tele de paga y pelis buenas, así que regresé a toda marcha al centro
lucario saludo a mizuki sonriendo --Oye lucario a ti no se te quito tu actitud de riolu eh?--Le dije y este solo saludaba a mizuki--
Cuando regresé, estaban Yair y Mizuki en el césped antes de la entrada, así que me les uní a la conversación, Sylveon bajó de mi hombro para sorprender a Lucario
Tras caminar un rato, me senté en un banco mientras tomaba un helado junto a mis pokémon, claro que al encontrarme en un parque todos estos se fueron a jugar. Tan solo Grovyle se quedó conmigo, con los brazos cruzados y los ojos cerrados sentado a mi lado. —¿Estás meditando o algo? —le pregunté al pokémon. Este no me contestó, por lo que me encogí de hombros y lo dejé con lo suyo.