(Hola, señoras y señores (?) Veo que se cuecen románticas citas por aquí (????) Solo pasaba a decir que, ¡OH VAMOS, ¿NADIE SE QUIERE PASAR POR EL CASINO!? Realmente deberíais pasaros, para pasar el tiempo mientras transcurre el torneo. En serio. Hacedlo (?) Podéis ganar un dinerito o comprar nuevos pokémon. Sí (?))
--Quiero que hablemos-- te comente en un tono un poco bajo--, este es el lugar donde viste ese espejismo......¿lo vez ahora?--
--Emmmm...-- Miré para todos lados, pero no vi nada. --No, no veo nada ahora. Pero yo juro que vi la silueta de mi madre, lo juro.--Respondí segura
--¿Ocurre algo? ¿Alpha?-- Pasé mi mano por delante de sus ojos, pero ni una respuesta. --Tierra llamando a Alpha. ¿Estas bien?--
No reaccione de la forma esperada; te solté y te empuje un poco fuerte hacía atrás, luego tome una rama que estaba tirada en el suelo y la coloque en forma de espada-- Omega--
--¡Oye! --Me quejé ante tal acción. Inflé mis carrillos como una niña chica, y me di media vuelta. --Pues menuda cita...--
Me desperté y me maldije a mi mismo porque sabía que no iba a poder volver a dormir por eso, me levante del suelo y guarde a Cyndaquil en su pokebola para que siguiera durmiendo y camine por el parque y a lo lejos vi a Destiny y Alpha, no me acerque mucho solo observe desde lejos — ¿Qué demonios hace alpha con una rama? — pensé algo dudoso cuando recorde que tenía que enviarle algo a Ian, saque mi Pokedex y le envié un zubat que tenia en mi pc, despues de eso guarde la pokedex y segui observando
Me arrastré pesadamente por las oscuras calles de la ciudad ¿Quién diria que mi combate había durado horas? Para mí sólo habían sido minutos. Seguí caminando hasta llegar al Centro Pokémon y entré dispuesto a echarme una gran siesta. Subí las escaleras y casí me voy de espaldas al ver una habitación con la puerta derribada. --¡Bah! Deben ser alucinaciones por el sueño. --Me dije a mi mismo antes de seguir avansando. Cuando llegué a mi cuarto me dí cuenta de que no traía las llaves, así que saqué unas ganzuas de mis años "rebeldes" y de un tirón abrí la puerta. Lo último que recuerdo es haberme desplomado en la cama por el cansancio.
--¿Qué pasa Alpha? ¿Quién es Omega?--Pregunté preocupada. Esto es extraño... Primero mi madre, y ahora un tal Omega. --¡Me has asustado!--
--¿Tu hermano apareció delante de ti? Algo parecido a lo mío ¿no?-- Pregunté algo tonta. ¿¡Qué!? ¡Soy rubia! ¿¡Cómo no serlo!? Le eché una mirada de arriba a abajo. --No pareces cansado.--
--Con que no lo sabes...--Dije extrañada. Llevé mi frente a la de él para tomarle la temperatura, y la tenía normal. --Llevas un día ajetreado. Si quieres, continuamos mañana, no pasa nada.--
--¿Seguro? Bueno... Es una decisión tuya.-- Algo no encaja en todo esto... Hay algo por aquí. --Pues veamos el parque completo.--