Luego de la Frizzadilla, la enfermera Joy me entregó mis pokémon, totalmente curados. Salí, entonces, a la calle... en lo posible para escapar de esa bebida extraña. (@Liza White , @Nekita Steve va hacia ustedes :3)
Antes que Liza pudiera responderme logré ver a alguien, ehh ¿Steve?, si no me equivocaba en efecto era él — ¡Steve! — le llamé desde donde estaba, si no me equivocaba él se había quedado en lienzo cuando yo me encaminé aquí
—¡¡No quiero productos Frizz...!! Eso fue lo primero que dije, pero al percatarme de que no me había llamado un vendedor, sentí como la vergüenza se apoderaba de mí de pies a cabeza. Era un holder, y encima era alguien que ya me debía conocer, pues sabía mi nombre. En efecto, quien me había llamado era: —¡Dante!, discúlpame por eso. ¿Cómo estás?
No pude evitar reír al oír lo que había dicho, la Friz! le estaba persiguiendo al igual que a mi tiempo atrás — ¿Ukita te hizo probar el Friz!? — fue lo único que pude preguntar después de esa reaccion
Lancé un laaargo suspiro al escuchar esa pregunta. —Lo intentó una vez, pero yo ya la conocía como para saber que es bastaaaaaaaaaante peligrosa —afirmé.
Wartortle se levantó pesadamente, así que decidí parar el entrenamiento y le recosté en un árbol para que descansara, Sylveon salió de su ball para acompañar a Wartortle, y yo saqué una foto mía con mi padre... —Eres un maldito... —lloré de la rabia, saqué un mechero y quemé la foto— Fuí a por Wartortle para seguir entrenando, y seguimos
— ¿Peligrosa? — la Friz! no era la mejor bebida que hubiera probado, pero no era peligrosa a mi parecer— Para mi solo es agria... no peligrosa
—No sé, un día vi un documental de esos que te dejan aterrado... saca tus propias conclusiones —dije riendo nerviosamente. Pero bueno, ya estaba libre de todo Frizz! y peligro, así que era conveniente cambiar de tema: —¿Y qué ha sido de ti?, ¿supieron de qué se trataba esa carta extraña?
— Vaya... entonces Ukita tiene una gran resistencia ante esa bebida — dije riendo antes de volver al tema serio: esa carta — Un miembro de los gamma nos invitó a luchar entre nosotros mientras nos veía desde algún lugar para probar nuestra hermandad o algo así
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al escuchar la palabra "Gamma"... de seguro algo raro había por ahí. —Humm... —dije incómodo—. ¿Y qué pasó?, ¿notaron algún movimiento raro o algo?
— Un rastreador y una pokebola en mi bolsillo, ¿eso cuenta? — dije notando su incomodidad ante el tema de los gamma
Wartortle me atacó con Pistola Agua, no hizo mucho daño y aprovechó que el agua me cegaba para darme un derechazo con Puño Hielo, aunque me recuperé y apliqué otro Movimiento Sísmico
—Muévete...muévete...¡Haz algo por el amor de Dios! —dije ya exasperada. El pokémon perezoso tan solo me miraba y cerraba los ojos para volver a dormir, y yo me senté a su lado mientras suspiraba con pesadez.
— Sí... no te preocupes, ellos mismos me dijeron donde estaba — me rasque la nuca despreocupado, ya me había acostumbrado a los temas de los gamma
Suspiré con alivio. Al menos Dante no se veía preocupado, así que no era nada grave de seguro. Pero igual hay que ser precavidos cuando se trata de esa gente de los Gamma... —Me alegra saber eso. Volteé a ver a Liza, quien estaba tratando de despertar a su perezoso Slakoth; como será la flojera de ese pokémon que me dieron ganas de bostezar al verlo.
Terminamos el entrenamiento y regresé al centro, y me arrodillé frente a Wartortle —Lo haremos, Wartortle, papá las pagará por habernos abandonado —le dije— El pequeño asintió y cerró un puño, no sabía que Liza, Dante y Steve estaban detrás mío cuando le dije esto a Warto, así que me asusté por si me habían escuchado
— Liza... ¿si pruebas en mostrarle comida?, tal vez con su olor tenga ganas de moverse — sugerí al ver que el pokemon no tenía ganas de cooperar con liza a la vez que escuché lo que había dicho Rojo, pero simplemente ignoré eso, al parecer preferia que no lo supiera nadie
—Creo que eso funciona sólo con Snorlax, si no estoy mal —dije con una sonrisa nerviosa; para esos pokémon había que tener muuuuuuuuuucha paciencia.
Me alivié de que nadie escuchó, así que me levanté y puse rumbo a las afueras de la ciudad, si mis cálculos eran correctos, mi padre estaría en su casa