Reí levemente, como me hacían gracia ese tipo de comentarios — No me entiendes, haces parecer que para ti, las mujeres son un objeto a las cuales piensas que puedes poseer de cierta forma como para intentar tenerlas mintiendo a la gente que la rodea — suspiré, ¿enserio este chico quería algo con Liza? — Dime tú chico listo, que según tu criterio estas por encima mio
—Quédate tranquilo, no arruinaré tu chance con Mitsu, solo despreocúpate —dije, muy calmado y con sinceridad—
—Amigo, no sé si te lo había dicho antes, pero ya he tenido una novia antes, así que sé como es el juego, el corazón de una chica es tan frágil como el hielo, se les debe tratar con delicadeza, respeto y cariño, ¿Alguna duda?, no tengo problema en resolverla —dije con serenidad—
Reí — Y ahora eres educado, como ha cambiado el mundo... a mi me educaron para tratar a todos de la misma forma, como se merecen y otros tratar diferente a la persona conforme a la situación para demostrar un punto, siendo rencorosos hasta que se dan cuenta que no los lleva a ningún lado — dije al aire, oyendo cada una de sus palabras con gran calma — Si creyeras eso, realmente dejarías de intentar algo con Liza, ella esta en una etapa difícil, su novio murió y ahora quieres llegar tú a intentar reemplazarlo, o por lo menos eso me imagino, perdóname si me estoy equivocando pero las acciones cuentan una historia diferente a la intención — hice una pausa para ver el cielo — Pero, eso no es asunto mio ¿no chico listo? Dicho esto di media vuelta, volvería al centro pokemon para pasar la noche, tal vez mañana el día sería igual de raro
¿Desde cuando todos piensan que quiero algo serio con Liza, por favor? —¿Entrenamos? —le pregunté a Yair—
—Oh Dios, esto se vuelve más melodramático a cada segundo —suspiré, poniéndome de pie. Me había quedado dormida y ahora, en vez de Mitsuki y Mizuki, estaban Rojo y Yair delante mío—. Escuchándolo todo... parecen personajes de una maldita telenovela más que entrenadores pokémon.
Me fuí a un lugar alejado de la ciudad pero sin salir de ella, tomé la Ball de Wartortle y me dispuse a entrenar con el, la lanzé y de ella salió Warto, me quité los zapatos y mi gorra, para entrenar más ligero y cómodo —Muy bien, veamos que tal luchas —me arrodillé frente al Pokémon y dicho esto me levanté— Wartortle me atacó con Puño Hielo y lo esquivé ágilmente, me atacó de nuevo con Puño Hielo, me dió y me hizo un daño considerable
Bostecé, mientras caminaba al centro pokemon, no era de mis temas favoritos el tratar con gente así, de una u otra forma era como las peleas verbales que llegué a tener con destiny cuando no me estaba atacando Heracross salió de su pokebola y se dirigió a un árbol para intentar obtener su sabia — Vamos amigo... que yo tengo comida, no hay necesidad que buscas sabia...— el pokemon me ignoró, ya se las había arreglado para poder chupar la sabia del árbol
Yair se dedicaba a ignorarme completamente, así que saqué a Skarmory y dejé el lugar... por supuesto, regresé a mi lugar favorito de la ciudad, en el límite de la misma, aunque no en las afueras, donde se encontraba esa solitaria roca en la que me gustaba sentarme. Solo que el lugar no estaba desierto. Rojo estaba allí, entrenando junto con su Wartortle. Le hice una seña, esperando que me viera, mientras descendía de los cielos y del lomo de mi Skarmory.
Aunque Wartortle me hizo un daño considerable, no era muy fuerte como para noquearme de un solo golpe, así que simulé una Patada Salto Alta, pero no le hize demasiado daño, luego activó su habilidad y me lanzó una fuerte Pistola Agua, la esquivé de un salto y el Pokémon me atacó con Puño Hielo en pleno salto, caí pesadamente al suelo, pero me levanté como si nada, y luego ataqué con un Placaje que le dió de lleno, Wartortle se levantó y dió un gran salto y con un Puño Hielo me fulminó
Rojo parecía estar con ganas de ignorarme también, ¿qué le pasaba a la gente hoy? Saqué a Cubone de su pokebola y éste lanzó un Huesomerang hacia el chico, interrumpiendo efectivamente su entrenamiento.
Terminé mi entrenamiento cuando sentí que Effy bajaba de su Skarmory, así que cuando me volteé a ver su Cubone me había tirado su hueso y me pegó fuertemente
—¿Ahora sí me escuchas? —reí, acercándome en cuanto el hueso regresó a Cubone como un fiel boomerang. Regresé a Skarmory a su pokebola y miré al Wartortle—. ¿Entrenando para el torneo?