Ya me estaba cansando de estar subido a un árbol, pero perdí el equilibrio y me caí, la tierra era tan suave que quedé con la cabeza enterrada en el suelo
—Eeeeeeeeeeh, sáquenme de aquí —exclamé, tenía la cabeza enterrada en el suelo, así que dudaba que alguien me escuchara—
Caminaba por la ciudad cuando un leve murmullo se hizo presente, era rojo con la cabeza enterrada en el suelo, ¿pero cómo había llegado ahí? Me puse frente a él y lo tomé de su camisa para poder jalarle — Me gustaría encontrarte de una forma normal tan siquiera una vez
— ¿Qué pasa? — le pregunté confuso, salir de la tierra y gritar el nombre de alguien no era tan común que digamos
—Pues, me comí un montón de manzanas en el árbol de arriba, y perdí el equilibrio —dije— Sylveon también resbaló y cayó sobre mí
— Ya veo...— dije desviando la mirada el árbol, no estaba tan grande así que no habría problemas — ¿No te dolió la caida? —le pregunté
— Entonces eres de cabeza dura...— murmuré, si no le dolia que un sylveon le cayera en la cabeza mi teoría sería cierta — Por cierto, ¿has visto a mas gente por aquí?
—¡Ains! —exclamé por que Sylveon cayó en mi cabeza— Qué va, de todos aquí solo está Liza, los demás, no lo sé
— Vale... gracias — dije levantandome del suelo — Entonces, me iré a pasear por allí hasta encontrar a alguien... tú trata de no caer de los árboles — le advertí antes de empezar a caminar
Dejé el centro pokémon y comencé a caminar en compañía de Cubone... Dios, estaba tan aburrida... ¿cuándo comenzaría el maldito torneo?
Me fuí al centro Pokémon, pedí una habitación y subí a la que se me asignó. Ya dentro, Wartortle salió de su ball y abrazó a Sylveon como saludo, yo me tiré en la cama un rato... —Agh, soy un entrenador debilucho y no tengo suerte con las mujeres, ¿Que podría ser peor —dije para mis adentros—
Me había sentando en una roca lejos de la ciudad, al no haber encontrado a nadie... ¿dónde estaban todos?. Suspiré — ¿Es aburrido no? — le pregunté a mi Floatzel que había salido de su pokebola para explorar ese lugar donde se encontraba
Vi un entrenador con un Floatzel un poco más adelante... sí, no me equivocaba, era Dante... —Hola —saludé, acercándome al chico junto con Cubone.