—si....—veo el árbol de antes—......pude usar el método de antes para llamar a doddy—empezamos a caminar
—Pues no se....—no, no tenia nada en mente que fuera tan especial—...creo que recordé escuchar sobre una cueva Tempera ¿como es?
Caminaba por la ciudad, no había gente conocida —Vamos, debe haber alguien por aquí —exclamé debido a que me encontraba solo en la ciudad—
Levanté la cabeza al sentir que unas patitas me tocaban y vi que era Togepi. —¿Me he quedado dormida..? ¿Y mitsuki? —pregunté confusa y me levanté para mirar a todos lados y me resfregué los ojos para espabilarme. —Buah, pues no se me quitó el sueño. Togepi rio y se subió a mi cabeza para comenzar a caminar y buscar algún lugar donde comprar alguna bebida, tenía sed.
Encontré una máquina dispensadora y no dudé en comprar un Refresco, y me quedé a la espera de que sucediese algo...
Caminé durante aproximadamente 10 minutos hasta que encontré una máquina dispensadora, casualmente se encontraba allí Rojo. —¿Podrias apartarte por favor? No puedo pedir si estas delante.—le pedí con una sonrisa y mis manos en la cintura.
—¿En serio? —me sorprendió que Rojo aparte de los peluches que me regaló me comprara un refresco pero antes de que echara la moneda le agarré la mano y la aparté con delicadeza para meter yo mi propia moneda. —Gracias pero no podria aceptar más cosas de tu parte, con los peluches ya fue suficiente. —le respondí con educación y tomé el refresco para beber un poco.
Sonreí y me di media vuelta para irme. Togepi se me puso en el hombro y le di un poco de la bebida, al parecer la pequeña también tenia sed. —Esta rico, ¿eh?
Me fuí de donde estaba y me subí a un árbol para comer manzanas, aunque intentaba mantenerme calmado, por dentro estaba llorando hasta no poder más
Comí tantas manzanas que con los restos podría construir una casa, en eso Sylveon salió de su Ball y se posó en mi hombro derecho —¿Qué pasa, quieres una? —le pregunté a la hada— Sylveon me asintió y le dí una manzana y se puso contenta, su felicidad se me contagió y no pude evitar sonreirle
—¡Ya me harté de caminar sin sentido! —exclamé de repente, y la gente que paseaba por ahí me lanzo miradas extrañas pero simplemente los ignoré. Suspiré; a este paso jamás encontraría a Mitsuki. Saqué a Skarmory y nos fuimos a dar una vuelta, aunque sea para relajarnos... la ciudad ya me tenía harta.
Regresé a Ciudad Témpera tras mi pequeña excursión por la Pradera Arte, y me dediqué a charlar y ponerme al día con Joy en el centro pokémon.