Ciudad Mkuu

Lucas Diamond

Vaya, ¿cuánta veces habría pasado hoy ya por la ciudad de Rahisi? Parecía muy lejano el momento en que la pisé por primera vez, ¡ahora ya era uno más! Los habitantes hasta me saludaban, a veces, acostumbrados a verme ir y venir.

Y, claramente, en el mercado igual. Ya estaban hartos de verme por allí...

 

Lucas Diamond

¡Bendita sea, la última gema apareció justo cuando el pico acabó de desensamblarse! El hueco que había formado era pequeño, pero el suficiente para poder meter mi mano y sacar la gema oculta, incrustada en la pared.

Bueno, traía tres gemas, lo cual me daría seis joyas... ¡Sublime! Con eso sería suficiente por el momento, probablemente.

 

Lucas Diamond

Bueeeeeeeno, pues otra vez aquí, ciudad de Mkuu. Qué bueno volver al mismo sitio de siempre, ya sentía la calidez de hogar cuando estaba en esta ciudad. Lamentándolo mucho, la visita era pasajera, pues debíamos irnos al sendero, a pasar frío...

¿Por qué no me habría podido traer un gorrito, jo?

... Ah, no, si siempre llevaba uno.

 

Lucas Diamond

¿Cuántas veces más tendría que pasar por Mkuu? Puaf, ya me aburría de ir y venir... Ojalá fuera verdad eso que decía Theluji, y que al derrotar a Nedge consiguiera un atajo entre las ciudades.

Fui de camino a ciudad Zamani, donde no solo incorporaría a Hoot-hoot a mi equipo, sino que además accedería a la nueva zona disponible.

 

Lucas Diamond

En el desierto encontramos un pequeño Hoothoot, que había salido momentáneamente a ojear qué ocurría. Supongo que las pisadas de nuestro caminar le resultarían algo molestas.

Pero ya se acababan: llegamos a Mkuu en unos minutos, y pronto fuimos al mercado. A ver, ¿cuántas joyas tenía para gastar?

 

Lucas Diamond

Volví a la ciudad más céntrica de Udan, para ir al mercado de allí. Cobraría por el trabajo y después me iría a Zamani. Por último, realizaría la prueba de Ndege para poder conseguir la siguiente marca.

Ya pronto las tendría todas y podría conseguir una audiencia con el gran Fikra.

 

Steve Stone

—Bueno, se supone que hemos llegado a la tal ciudad que mencionó Abeto. ¿Era Hummus, Kukui...? No—susurré, rascándome la cabeza—. Era un nombre cortito, pero muy extraño...

Boté aire, un poco perdido. Sentí como la gente de alrededor me miraba, lo que hizo que me abrazara, incómodo. ¿De verdad es tan extraño para ellos que vistiera de esta forma? Estoy usando shorts y gorra, ¡no es tan malo! Son cosas que se ocupan en la playa y los lugares tropicales, ¿no?

Suspiré nervioso y llamé a Abeto.

—¡Profesor! Ya estoy en ciudad Mu-Mu. ¿Dónde se supone que encuentro al Chusma? —dije, susurrando nuevamente. Sabía que estaba equivocándome con todos los nombres. Pero entre los nervios que sentía con toda la gente mirándome y sus nombres tan difíciles... era imposible no ponerme con mamá Stephanie con los nombres de todo el mundo.

Contenido oculto

Lucas Diamond Liza White

 

Al cabo de un tiempo perdido, Steve pudo notar una mano apoyándose en su hombro.

—Eres uno de ellos, ¿verdad? Ven conmigo, chico —le pidió Chuma al entrenador. No hizo falta que lo buscara, fue él quien lo encontró. Aunque cómo no, con esas pintas era fácil destacar en Udan.

Condujo Chuma a Steve a su casa, y una vez allí, le dio algunas de sus prendas, para que pasase desapercibido en la región. Desde luego, con todo lo que estaba pasando, un escándalo por la aparición de un extranjero era lo último que necesitaba.

—Veo que ya has conseguido algunos Pokémon... Deberías intentar realizar el desafío de las marcas, ¡es un reto para cualquier entrenador! Consiste en visitar a los diez capitanes de la región, superar su prueba y conseguir su marca correspondiente. Una vez conseguidas todos, ¡puedes tener una audiencia con el Gran Fikra y sus consejeros!

>>Hasta ahora, solo Nyota, Maji, Uchawi, Mlima y yo lo hemos conseguido. En cualquier caso, hagas lo que hagas, trata de no llamar mucho la atención, ¿vale?

 

Steve Stone.

Ahogué un grito. No, en serio. Literal lo ahogué. Es decir, me lo tragué... me lo aguanté. Con toda la gente mirándome no iba a gritar para llamar aún más su atención. Qué verguenza.

La mano de un hombre se posó en mi hombro, haciendo que me volteara con todo el sentido de alerta disparado.

—Eres uno de ellos, ¿verdad? —dijo el sujeto.
—¿Uno de ellos quiénes...? —pregunté, nervioso y desconfiado.
—Ven conmigo, chico.

Y sin más, el hombre me tomó del brazo y empezó a caminar. Yo no pude reaccionar. Estaba full confundido y desorientado. Y las miradas de la gente alrededor no ayudaba. ¡Por qué todo el mundo me mira tanto!

Pero la ansiedad me bajó de manera considerablemente al llegar a una casa y ver cómo abría un closet para ofrecerme ropa. ¡Este era el tal Chuma! Qué alivio, al final terminó encontrándome el a mí. Qué cosas, ¿no?

Esculcando el ropero, me encontré con la ropa perfecta: Una camisa blanca a botones, una bermuda verde y zapatos beige. Eran como colores inspirados en Rowlet, ahora que lo pienso. Y creo que eso era suficiente. La gente aquí vestía muy sencillo, así que no estoy muy seguro si pueda ocupar accesorios...

Cuando ya estaba listo con mi nuevo atuendo, salí nuevamente y el Chuma dijo:

—Veo que ya has conseguido algunos Pokémon...
—Así es —respondí sonriente, acariciando a Scraggy y Mankey. Rowlet... seguía dormido, ahora dentro de mi mochila.
—Deberías intentar realizar el desafío de las marcas, ¡es un reto para cualquier entrenador! Consiste en visitar a los diez capitanes de la región, superar su prueba y conseguir su marca correspondiente.

Pruebas, capitanes... esto sonaba tan Alolanio. Aunque era muchas menos pruebas, según recuerdo.

—Una vez conseguidas todos, ¡puedes tener una audiencia con el Gran Fikra y sus consejeros!

Asentí, con una expresión pensativa. Se escuchaba interesante, pero aún no lograba hacerme bien la idea de qué consistía eso. Estaba acostumbrado a los Torneos y todo eso... ¿cómo serán estas "pruebas"?

—Hasta ahora, solo Maji, Uchawi, Mlima y yo lo hemos conseguido.

Ladeé mi cabeza con una mueca torcida. ¿Cómo dice que dijo que se llamaban? Uff, Arceus... me va a costar adaptarme aquí, por lo que estoy viendo.

—En cualquier caso, hagas lo que hagas, trata de no llamar mucho la atención, ¿vale?
—¡Oh! Tenga por seguro que esa es la última de mis intenciones, señor Chamo. —Sacudí mi cabeza. ¡Iba tan bien diciendo su nombre en mi mente! Ay, Steve—. G-gracias por todo, creo que mejor me voy marchando para no hacerle quitar más el tiempo.

Menuda vergüenza, Steve. Menuda vergüenza.

 

Lucas Diamond

Fui hacia ciudad Mkuu para solicitar el trabajo en el mercado, y así conseguir más joyas. Quién me viera diría que soy un avaricioso... Pero no era así, ¡es que aquí las joyas se necesitaban para todo!

En fin, qué remedio... Desde luego en Udan paro no había.

 

Lucas Diamond

Bueno, es hora de ir pensando excusas. ¿Qué le digo a los del mercado? ¡Me ha atacado un pulpo gigante! No, no cuela. ¡Una amnesia, bingo! Me ha atacado un centollo, que seguía vivo, con la mala suerte de que me ha provocado una lesión en el lóbulo parietal, que es donde se guarda la dirección de la parienta, y por eso se me ha olvidado el...

Bueno, tampoco suena muy convincente. Supongo que diré la verdad, no creo que se quejen de mi desempeño y entusiasmo.

 

Lucas Diamond

Mientras volvía a ciudad de Mkuu, pensaba qué cosas podría hacer ahora. Medité largo y tendido, y llegué a la conclusión de que era mejor volver a Galeia y seguir haciendo tareas por allí.

¡Oh, pero si ya habíamos llegado! Qué rápido se me había pasado el tiempo.

 

Lucas Diamond

Uf. Viajé a través del portal y de nuevo aparecí en la céntrica ciudad de Mkuu, a las afueras del mercado. Recogí a mi equipo y nos dispusimos a irnos a ciudad Zamani.

Y, por supuesto, pronto haríamos frente a Ndege.

 

Liza White

Ahora que me paraba a pensarlo bien, había pasado muchísimas veces por aquella ciudad y su mercado pero nunca había tomado ninguno de los trabajos que se ofrecían allí. Y ya iba siendo hora de ir cambiando, seguro que con distintos métodos conseguía más rápido las joyas que necesitaba, desde luego. Así que ... ¡No se habla más! Era momento de coger el pico y buscar gemas en Kilima.

Con aquella idea en mente, nos pusimos manos a la obra.

 

Liza White

Bueno, había terminado la graaan mayoría de recados que tenía para ese día, y de hecho solo me faltaba conseguir un par de joyas para ir a enfrentar al capitán. ¡Estaba muy emocionada a decir verdad! El esfuerzo daría sus frutos, desde luego que sí. Y ahora que estábamos todos ya en Mkuu una vez más, les pedí que se adelantasen hacia la Colina Kilima, mientras iba al mercado a por otro pico más. No tardaríamos demasiado en encontrarnos, después de todo.

—¡Hasta ahora! —me despedí fugazmente, alzando la mano mientras daba la vuelta hacia el mercado. Sin darme cuenta de que Marshadow me acompañaba una vez más, oculto en mi sombra.

 

Lucas Diamond

Uh, la flauta era algo áspera, costaba tocarla, pero pude conseguir llamar al Pokémon. El viaje fue algo incómodo, pero sería cuestión de acostumbrarse. Ahora debía ir a la Colina Kilima y espera allí a las chicas.

Aprovechando que estaba en Mkuu, avisé a Chuma también, de que era el momento de comenzar la exploración.

 

Liza White

Finalmente, estábamos en Udan. Fue triste despedirme una vez más de mi equipo de Galeia, había estado tan poco tiempo junto a ellos... Pero sabía que lo comprenderían. Y estaban todos juntos, al menos se cuidaban entre ellos. Tenían nuevos compañeros a los que atender, y hacerles sentir cómodos como verdaderamente se merecían.

¡Y allí estaba mi equipo de Udan! Vaya, se sentía raro pasar de uno a otro, pero me emocionaba igual cada vez que veía a cada uno de ellos. ¡Estaba deseando que llegase el día en el que se conociesen todos! Tras contarles de camino a Mkuu lo que me había sucedido, que no era poco, nos dirigimos hacia donde nos esperaban Lucas y Emily. Quizás me retrasé demasiado contándoles todo, pero qué más daba.

Bueno, sí, Udan tenía problemas. ¡A-ay, a correr!

 

Steve Stone

Suspiré con desánimo. ¡Qué bajón! Una sola gema, y tanto trabajo invertido. ¿Me alcanzará para unos chicles al menos?

—Ahí está, el mercado... ¡andando, chicos!

El trío, con ánimos notoriamente más encendidos, me siguieron y hasta me tomaron la delantera. ¡Qué energía tienen...!