Ciudad Mkuu

Liza White

Y en efecto, en cuanto terminé con mi pedido, Emily entró a todo correr al mercado y finalizó las compras por su parte, regresando ambas a ciudad Mkuu una vez tuvimos todo hecho. Me alegraba ver a mi equipo cada vez más fuerte, pero sabía que Akili no sería un rival fácil, y tuve en mente el que sería mi siguiente plan a seguir.

—Respecto a la pregunta de antes, Emily, aún no me enfrenté a las dos capitanas mayores, Akili y Msita, así que estaba pensando en añadir al pokémon perfecto para que me ayude a ganar a Akili —di una palmada enérgica mientras la miraba con una sonrisa—. Pero para ello debo dejar a uno de mis pokémon al cuidado de un gurú, debido a que no podemos llevar infinitos pokémon con nosotros...

>>Eso me tendrá de un lado para el otro de nuevo, así que si de camino a Zamani tienes algo que hacer, avísame y nos desviamos —le aseguré, aguardando a una respuesta para comenzar a caminar.

 

Liza White

Mientras regresaba mis pasos, ahora sí hacia Zamani, me pregunté si Emily ya habría empezado su siguiente combate o prueba, y cuál habría ido a hacer. Había sido buena idea ir haciendo estos trámites mientras ella continuaba avanzando, a saber el tiempo que tendría que haber esperado la pobre o la de sitios a los que tendríamos que haber ido.

—Al final me aprenderé el mapa de Udan como la palma de mi mano, y será práctico, yo lo sé —me dije a mí misma para animarme, a pesar de que sabía que hasta que no tuviésemos cierta ventaja respecto a estos viajes, saberse el mapa de Udan tampoco me serviría de mucho.

 

Liza White

—Uaah~ —bostecé, estirando mis brazos una vez llegamos a la ya bien conocida ciudad Mkuu. El equipo parecía algo cansado de ver aquel lugar, y no les culpaba: a saber cuántas veces lo habíamos recorrido ya. Y las que quedaban—. Bien, sigamos hacia el sur, al paso sinuoso, allí es donde habitan los Snorunt. ¡Estamos muy cerca!

Recordaba la primera vez que llegué a la isla, y la de Snorunt que saltaron a nuestro paso. Probablemente sus evoluciones también fuesen desconocidas para mí, pero eso solo hacía que mi curiosidad aumentase.

 

Liza White

El paseo por ciudad Mkuu iba a ser rápido, como siempre. Sin embargo, esta vez decidí que lo mejor sería pasar un momento por el mercado, para sentir que estábamos lo suficientemente preparados como para enfrentarnos a Akili con todo. Por ello, indiqué a mi equipo que me esperase un segundo, pues Glalie y yo teníamos algo pendiente en el mercado.

—¡En seguida volvemos, portaos bien!

Los pokémon enfocaron su mirada en Roserade, quien había empezado a sonreír. Parece que ya tenían fichada a la traviesa del equipo.

 

Lucas Diamond

Ya habíamos recorrido la mitad del camino: nos encontrábamos en ciudad Mkuu. La ciudad hacía de punto de unión de los distintos caminos y rutas, por lo que todo el mundo pasaba por ahí; era fácil encontrarse con gente conocida.

Pero esta vez no era el caso... La travesía fue larga y aburrida, sin nadie con quien conversar. Al menos mis pokémon me acompañaban, por lo que no corría peligro. Aunque tampoco estaría mal cruzarse con alguien conocido, que fuera a la misma ciudad que yo.

 

Lucas Diamond

Entré en la ciudad de Mkuu satisfecho de todos mis avances en esta región. Toda esa gente... si descubriesen lo que hoy había encontrado, no quería ni imaginarme cómo reaccionarían. Probablemente, muchos no lo entenderían; otros, sin embargo, me tomarían por loco si se lo contase, al igual que hicieron con Maji. Esta región no dejaba de ser un misterio... Y para resolverlos, necesitaba ganar el desafío de las marcas.

Y por supuesto, para eso necesitaba ganar joyas y hacerme fuerte.

 

Lucas Diamond

Cabizbajo y con solo una gema, atravesé la ciudad de Mkuu, corriendo para que nadie me viera. ¡Qué vergüenza, venir con solo una pieza! Ojalá poder ocultar mi cabeza bajo tierra como un Noctowl de los de aquí. Al menos, me pagarían algo, por poco que fuera. ¡Y por supuesto, pensaba coger otro pico, esto no iba a quedar así! La colina me había ganado un asalto, pero no la partida.

 

Liza White

Ciudad Mkuu pareció captar la atención de Marshadow especialmente. Mientras nosotros charlábamos y comentábamos las diferentes zonas por las que pasábamos, recordando la de veces que lo habíamos hecho en ocasiones pasadas, el pequeño pokémon robasombra admiraba todo con cierto recelo mezclado con curiosidad. Sin salir del cobijo que le brindaba mi sombra, observó sus alrededores a medida que íbamos dirigiéndonos hacia las charcas.

Parece que viajar no estaba tan mal después de todo.

 

Liza White

Y... Otro mercado más. Al menos ese era el último. Solo faltaba pedir un par de zumos (para llevar, porque a saber si sacaría siquiera la cabeza) para Marshadow, y estaríamos listos para enfrentarnos a Msita. O eso esperaba.

—Venga chicos, ¡ya casi!

 

Liza White

Era complicado pasar por aquella urbe con pokémon de gran tamaño como lo eran mis dragones. En Galeia podía meterles en sus pokéballs, pero aquí era difícil. Eso sí, me encantaba que pudiesen estar siempre fuera, debería hacer lo mismo allí, aunque seamos muchísimos más... Y haya legendarios entre las filas... Y no podamos entrar en ciertos establecimientos...

Sí, todo parecía más fácil en Udan. Llevé ambas manos tras la cabeza en una postura relajada, y respiré hondo. Sí que se sentían como unas vacaciones extrañas donde no descansabas en ningún momento, pero te sentías bien.

 

Lucas Diamond

Ciudad de Mkuu... Uah, qué rollo... Ojalá Chatot pudiera llevarme en su lomo, pero por desgracia aquí no se tenía esa costumbre, y si me veían así, podría provocar cierto revuelo entre los habitantes.

Anda, revuelo... Jajaja.

Este narrador se quedó sin más ideas, siento el chiste malo.

 

Lucas Diamond

¿En serio tenía que repetir lo que iba a hacer ahora? ¡Ah, ah! Pues claro que sí, porque esta vez sería distinto. Iría al mercado de Mkuu, pero, ¿para qué? ¿Qué pretendía? Esa es la gran incógnita. No sé lo pierdan en el próximo post.

Bueno, tampoco tiene tanto misterio, solo iba a coger el trabajo de pesca, pero este narrador necesita sus líneas.

 

Lucas Diamond

Buaf, qué rollo de pesca. Me fui con las manos vacías y ganas de ver siquiera un Magikarp. ¡No era justo, allí siempre había peces! Seguro que algún entrenador codicioso los había pescado todos y por eso ya no quedaban.

Jo, pues nada. Compraría otro anzuelo, y repetiría el proceso.

 

Lucas Diamond

¡Otra vez en mkuu! El camino iba a memorizar mis huellas de tanto recorrerlo. Accedí al mercado algo apresurado, quería poder empezar a comprar cosas, ¡incluso coger algún otro trabajo! Sí, eso haría probablemente. Los zumos de Udan eran muy útiles, ¡seguro que a Magikarp le encantaban!

Y... Bueno, pues se había quedado una buena tarde. Menos mal que en Udan no llovía...

 

Lucas Diamond

Cargado con todas las gemas encontradas, regresé a Mkuu con una amplia sonrisa en la cara. ¡Menudo éxito, ojalá consiguiera siempre tan buen botín!

No me demoré mucho en ir al mercado a cobrar, y así poder seguir con mi entrenamiento. De nuevo, volvería a picar. ¡Las joyas eran demasiado útiles!