Cerré el libro. Otro más a mi lista de leídos. La Mitología Celta era fascinante. Le di una palmadas a Snivy para despertarlo y, una vez espabilado, caminamos por las calles de Ciudad Lienzo, dispuestos a reemprender el viaje. Es hora de agrandar el equipo.
Empece a caminar por la ciudad...necesitaba encontrar a Ukita, si lo encontraba a el de seguro encontraria a Dante..pero...¿donde? — a ver....por aqui pelee con el...— me dije mientras miraba al lugar que se habia ido..
(@LucarioErmitaño mándame a Pidgeotto aquí, que me voy la ruta 302 y luego a donde están ustedes. xD) Caminé tranquilamente por la ciudad, mirando por si había alguien nuevo con quien entablar una conversación. Después de la batalla con Rojo me sentía bastante cansada, pero aún así quería dar una última vuelta por la ciudad.
Sentí un ruido detrás mio y me volteé. A lo lejos, en el centro Pokémon, pude ver la figura de un pokémon. Parecía un Pidgeotto... ¿no era el de Yair? Me acerqué corriendo hasta él y éste se me acercó, mirándome. Lo acaricié un poco, con suavidad para no asustarlo. —¿Eres de Yair, no?—le pregunté. El pokémon asintió—. ¡Oh, te debe de haber enviado por mí! Es muy dulce de su parte. El pokémon me tomó entre sus garras y de repente me estaba elevando. ¡Volaríamos! —Bien, Pidgeotto, ya sé a dónde ir.
Nos estábamos elevando pero de repente, Pidgeotto me soltó. Caí de bruces en medio de la vereda, quedando toda adolorida. —¿Qué rayos?—Pregunté mirando a Pidgeotto. Él negó con la cabeza, yo era un tanto pesada para él. Suspiré pesadamente, tendría que irme caminando.
De repente, me di cuenta de algo. Noivern no estaba del todo listo. Cogí su superball, y la abrí para que saliera. Luego, le tocó a Charizard salí. --Eevee, tu mejor vuelve.-- dije devolviendo a Eevee a su ball. Me acerqué a mis dos pokémon voladores, pero más a Noivern. --Vale pequeño... Vamos a volar. Noivern negó, así que tuve que respetarlo. --Vale... Subí a su lomo, y me puse mis gafas. --Iremos a Témpera ¿vale? Charizard, tú síguenos ¿Vale? Charizard asintió, y a continuación, Noivern voló hacia Témpera.
— A Tempera a amigo— comente mientras liberaba a mi Skarmory y le pedia usar vuelo, este simplemente obedecio
Luego de la extraña batalla con Effy, estuve entrenando para arreglar ese detalle del descuido. Es que... no se puede perder así; o se gana con honor o se pierde con dignidad. Ahora que ya estaba lo suficientemente despierto, llamé a Effy desde mi Holomisor para ofrecerle una revancha.
—¿Hola? —dije al holomisor, el cual había recibido de regalo de la Joy de mi ciudad natal, a quien conocía hace tanto tiempo, en cuanto regresé tras la batalla con Entidad—. ¿Quién habla?
—Adivina adivinadora —dije con aires interesantes—. Lo único que necesitas saber es que... ¡soy un retador dispuesto a darte una gran batalla, aquí en ciudad Lienzo! Supuse que con esas palabras era más que suficiente para que Effy se animara a venir...
—No tengo tiempo para irme hasta Lienzo, si realmente quieres una batalla conmigo ven a Témpera —dije apurada, pues debía cortar para seguir hablando con Mitsuki de su locura de ayer—. Debo irme, adiós. Y corté la comunicación por holomisor.
Lancé un suspiro. De seguro esa chica estaba en algo en ese momento, así que no había necesidad real de molestarse ni aproblemarse. —Bien, Noivern... ¡Vamos a Témpera! El dragón volador salió de su pokébola y, luego de subirme a su lomo, tomamos rumbo a la ciudad mencionada.
Al llegar, Noivern se sacudió, pero cuando me bajé, volví a colocar mis gafas sobre mi cabeza de nuevo. --Bueno... Ya está... (@Gold-Kun )
Al llegar Skarmory me bajo en segundos para luego regresarlo a su ball — Bien, ¿donde seria entonces?
Miré hacia los lados. --La mansión está un poco apartada pero... Creo que.. por ahí -- dije señalando al noreste mientras devolvía a mi pokémon.
Se va sin apenas saber dónde queda... Decidí alcanzarlo y caminar a su lado. Empecé a intentar reconocer el terreno, hasta que estuve segura. --Sí, por aquí.