Suspiré. —Son cosas que pasan... Tal vez te sirva de experiencia, Rojo. Además, en el fondo ustedes eran amigos.
Me calmé para cambiar de tema —Supongo que tienes razón, pero me preocupa mucho el estado de Liza, no quiere comer ni tomar agua, es demasiado
Suspiré. —Es completamente natural. Yo creo que lo mejor es dejarla sola un rato... Y cuando esté mejor, acompañarla. Pero no es buena idea andarla asfixiando a cada rato, es mejor que se tome su tiempo, que viva el duelo... y poco a poco irle demostrando que no está sola.
Me leyó la mente —Ehm, sí, pero bueno, es completamente normal, será mejor que charlemos de otra cosa, me deprimo con facilidad (Me pasaré desde el móvil con Tapatalk xD, y sí, argumento inválido)
(Pues por eso sigue como está (?), ok no xD) Miré confuso a Rojo, él había puesto el tema y ahora quería cambiarlo... --En fin... ¿quieres un combate?
(No puedo, estoy en el movil) —Otro día —respondí— Warto y Sylveon se acercaron, la hada venía coqueteando a la sonrojada tortuga
Seguía caminando por las calles de la ciudad, preguntándome en dónde diablos se había metido Yair. Quizá ya se hubiese ido sin mí. Suspiré pesadamente, ¡ahora no tendría cómo regresar a ciudad Témpera! Rayos. Miré el cielo, deseando que una ayuda llegara. Era de esos momentos en los que hubiese deseado tener un pokémon con Vuelo.
Finalmente, me despedí de Steve y me fuí con Warto y Sylveon, con nuestras apariencias del juego y los fusiles de juguete, y nos encontramos a mitad de camino con Pauline (@Ashareen)
—¡Rooooooooojooooooooooo!—Exclamé abalanzándome sobre él en un gigantesco abrazo de oso. ¡Ya estaba sano y salvo! ¡Qué alegría! Sabía que quizá lo estuviese asfixiando con mi súper abrazo, pero no importaba, ¡me sentía feliz de verlo!—¡Santo cielo, estás bien! ¡Bien, bien bien!—Chillé apretujándolo fuertemente.
—Casi me muero —Dije correspondiendo el abrazo— Warto le alardeaba y enseñaba su M16 de juguete a Pau
—Lo siento mucho—dije separándome un poco sonrojada; no había querido incomodarlo—. ¿Estás mejor, Rojo?
(Ay, que me sonrojo. :3 [?]) Me tomó la mano, ¡me acaba de tomar la mano! Sentí que mi cara era un tomate a punto de estallar, ¡esto no me había pasado nunca antes. —Eh... bueno, yo... eh—balbuceé como una tonta. Me sentía demasiado nerviosa como para decir algo inteligente—. ¿Por qué me tomas la mano?—Le pregunté con timidez.
Liberé mi mano de la suya y lo miré con una ceja levantada. ¿Quién se creía el tipo este? Bufé enojada. —Pésima respuesta—le susurré. Me crucé de brazos y lo miré fijamente—. Hmph, ¿por casualidad sabrás si Yair sigue por aquí?—Pregunté.
Miré hacia abajo apenado —Está en el Volcán Barniz. Justo cuando creía que estaba a punto de reconstruir mi vida se jodió otra vez
¡¿En el Volcán Barniz?! ¿Era en serio? Lancé un gruñido de enojo. ¡Ni siquiera me había esperado! ¿Cómo había podido...? Desvié mi mirada. Mis ojos se encontraron con Rojo que estaba un poco apenado. Quizá fui un poco dura con él. Le codeé el brazo y le sonreí:—Vamos, no pongas esa cara. ¿Tienes algún poké que nos ayude a llegar hasta, por lo menos, la ruta 302? Yair me dijo que me ayudaría a llegar hasta allí—pregunté esperanzada.
(Mal pensados, no soy tan fácil. :B [?]) Me senté al lado de Rojo, mirando al cielo. ¡Atrapados, estábamos atrapados! Quería llegar a la ruta 302, o por lo menos a Ciudad Témpera, pero no podía. ¡Rayos! Estas cosas me pasaban sólo a mí. Me recosté sobre una pequeña parcela de pasto que había cerca y cerré los ojos, esperando que todo mejorara.