Una vez en Lienzo comencé a pasearme por las calles rápidamente, sabía moverme por esta ciudad fácilmente ya que me había criado en ella, así que me resultaba más rápido moverme de cierta forma, mismas personas, mismas rutinas... simplemente: agradable, hasta que a Deino se le ocurrió la gran idea de salir de su pokebola y salir corriendo rápidamente a ningun lado en específico — ¡Deino!, ¡Deino detente! — le grité corriendo tras el lo mas rapido que me permitían mis piernas, hasta que poco a poco logré divisar un entrenador que estaba en la dirección de mi pokemon — ¡Cuidado! — demasiado tarde, el pequeño pokemon ya había impactado con el pobre entrenador, lo que tendría que disculparme
Estaba pensando en mi próximo movimiento, el cual sería ir a la Isla Caballete. Mirando mi mapa en la dex y fijando una ruta, no podía escuchar nada fuera de la música que sonaba por mis auriculares. De pronto una cosa azul oscuro aparece de la nada y choca conmigo. — ¿¡Qué diab—Era un Deino, el cual se encontraba sobre mi observándome como si estuviéramos jugando. Un entrenador vino corriendo, al parecer era su dueño.
Por fin había llegado hacia el entrenador que ahora se encontraba debajo de mi pokemon, que al parecer la situación le parecía mas que divertida, realmente este pokemon tenía demasiada energía — Anda Deino, ven aquí — le pedí a mi pokemon que rápidamente saltó a mi lado enérgicamente y suspiré levemente viéndolo, luego encontraría algo que hacer con él — Lo lamento mucho, enserio.. ¿estas bien? — extendí una de mis manos hacia el etnrenador para ayudarlo a levantarse, no todos los días debía de ser arrollado por un pokemon
"Todos los días me pasaban accidentes con pokémon" pensé recordando todos los percances que sufrí en mi viaje. El entrenador del Deino me ofreció una mano y me puse de pie, limpiándome el polvo. Fósforo se reía a carcajadas de lo sucedido, a lo que solo respondí con una mirada de reproche. — No importa, sé lo que son los pokémon hiperactivos—reí para que no se preocupara—. Oye... ¿tú no eres Dante? ¿el de la tienda en el bosque pincel? Nos encontramos cuando mi inicial era un Combusken y tu amiga me hizo volar con una patada, ¿recuerdas?
De cierta forma me alivió que dijera que no le importaba y que incluso se había tomado la molestia de reir un poco pero cuando me reconoció no pude evitar pensar que sería algo malo, pero al parecer no.. fue el encuentro de hace mucho cuando Liza le había dado una patada, al parecer ya me había visto involucrado en algo con él y de la misma forma: un golpe — ¡Oh!, lamento eso también.... creo que deberíamos encontrarnos de otra forma, ¿no crees?
— Uno se acostumbra, lo que no te mata te deja moretones, ¿no? —bromeé y reí otro poco—. Por cierto, gracias por echarme una mano con la ubicación de los pokémon de mi lista, me ayudó mucho—le agradecí al entrenador—. ¿Qué tal te ha ido? Fósforo se acercó a la conversación y miró a Dante, al parecer se acordaba de él y le hizo una seña para que lo note.
"Lo que no te mata te deja moretones" buena frase, y de tantas veces vivida la muerte gracias a una persona lo máximo que había llegado a tener moretones y una que otra herida psicológica, nada relativamente grave — Entonces si te sirvió esa lista...— miré levemente al Cumbusken que no estaba tan lejos de nosotros, ya era todo un Blaziken y para devolverle el saludo le sonreí moviendo mi mano de lado a lado — Pues... he vuelto a reaparecer por tercera vez consecutiva, ¿a ti que tal te ha ido?
— Bueno, he estado agregando pokémon a mi equipo, entrenando y teniendo una que otra batalla. Pienso formar mi equipo y participar en el proximo torneo de la region —comenté ligeramente emocionado —. Tengo un amigo que esta peleando en el Torneo de acrílica y me dijo que tenía oportunidades. Fósforo se alegro de que lo reconociera y se dio por satisfecho, fue hasta las bolsas de comida y saco una brocheta de tentacruel. —¡Oye, eso no es para ahora! —le obserbé. No me hizo mucho caso, se limito a mirarme y prosiguio a comer. Ese pokémon tenia demasiada confianza. —¿Reaparecer dijiste? —pregunte confundido.
Aterrizamos en la Ciudad, mientras descendía de golpe (Literalmente) al estrellarme en una pared, por descuido de Aerodactyl —Weeeee.... —me levanté a duras penas, regresando al atontado volador prehistórico a si esférico— ....Auch, pero por lo menos sigo en una pieza...
— Espero que participes...son muy gratas experiencias — cuando no tenías a un Alpha enfadado de oponente claro esta, pero él no debía de enterarse de eso — Verás... soy un maestro de las desapariciones, la mayor desaparición que he tenido ha sido de un año...— me expliqué, no era ninguna buena fama, pero algo era algo
Pase una de mis manos por mi nuca, ¿cómo lograr explicarme en un tema tan complicado? — Digamos que.. la mala suerte me persigue, ¿esta bien? — dije como primer punto — Así que cada vez que intentaba dejar mi viaje me pasaba algo queme hacía desaparecer de la vista de todos mis amigos, siendo reclutado por los gammas aprovechando un accidente que tuve, siendo... ¿retenido? por la ley de cierta forma, y esa clase de cosas... — Lamento no poder explicarme del todo
— Oh, para nada, es complicado y lo entiendo —dije calmado. Dante parecia una persona interesante, pese a lo que cuenta, no me parece una mala persona —. ¿Y a donde vas ahora? —le pregunté finalmente.
Terminé sentándome en una banca, poniéndome hielos en la cabeza para amenizar el dolor —Ugh.... Duele mucho —me quejaba del dolor, había tenido un día patas para arriba, algún día de estos iba a terminar desnucado— Bueno, mientras esté vivo está bien..
— Ahora mismo.. creo que seré un guía para una amiga que hace como... un año o dos que no había vuelto a ver...— dije esbozando una sonrisa — Voy a mostrarle una que otra ruta para que atrape mas pokemon y siga con el entrenamiento que ella quiere — ¿Y tu a donde piensas ir?
— Genial, tendrá un buen guia entonces —reí dandole una palmada en el hombro —. Yo voy camino a Isla Caballete, tengo que atrapar unos pokémon por los alrededores.
Decidí irme, siguiente destino, qué se yo... —¡Andando! —me monté en Aerodactyl— Y por favor, no te estrelles contra las paredes Y así, nos elevamos por los azabaches cielos de la región, volando a toda pastilla a otro lugar
— Eso espero... no quiero que la mala suerte me impida guiarle por donde me pida — dije tomando una bocanada de aire — ¿Qué pokemon piensas atrapar?
— Quisiera un Floatzel, me gustan mucho. Pero cualquier tipo agua que se defienda bien estaría de lujo —sonreí optimista —. Bueno, me tengo que ir. Siento dejarte asi pero aqui tienes mi numero de holomisor, ¡mantengamonos en contacto, Dante! —le dije mientras tomaba mis bolsas y me despedía con Fósforo.
— Ya veo... espero que tengas suerte Chad — dije despidiendome de él y dirigirme por el camino a mi casa para asegurarme de que todo en mi casa estuviera en su respectivo lugar y volver a colocar mi camara en mi mochila y cerrar finalmente mi casa para volver a encaminarme a la ruta por la que vine, ojalá ninguna de ellas dos se hubiera movido de lugar