—Oh, entonces sí la encontraste… bueno, ya estamos listos entonces —comenté mientras salíamos del centro pokémon. Skarmory fue liberado y me subí al tipo acero, a la vez que Rojo hacía lo propio con su Aerodactyl. Una vez arriba, miré al joven. —Volvamos al complejo vacacional, seguro las chicas se encuentran allí —sugerí, pero antes de que pudiera decir algo más, Skarmory emprendió vuelo y nos alejamos de la ciudad.
—Muy bien Aerodactyl, ya has escuchado, al complejo vacacional —y así, nos elevamos por los cielos de Lienzo, siguiendo a Effy y su ave metálica, rumbo al Gran Parque Gioconda—
Era la primera vez que estaba de visita por la ciudad. Todos hablaban de ella debido a la Escuela pokémon. — ¿Recuerdas cuando nos graduamos de la escuela pokémon en Hoenn? —le pregunté a mi inicial. Este asintió con la cabeza y seguimos. Suspiré mientras me abría paso en las calles, viendo a la gente pasar, parecían estar tan ocupados en sus cosas, pero siempre encontraban tiempo para regalar una sonrisa a los jóvenes entrenadores.
Me levanté de la cama a la misma hora que siempre, pero ese día iba a ser diferente. -¡Buenos días, Shinx! ¡Espeon!-esos eran los únicos pokémon que se quedaban conmigo en la habitación durante la noche. Pidove dormía en un árbol y Emboar era demasiado grande así que lo dejaba en el jardín, a él le gustaba mucho. Bajé a la cocina, dónde saludé a toda la familia más alegre de lo normal. Me senté en la mesa y empecé a desayunar, mordiendo la tostada mientras cogía la taza con el café y miré la hora. Tenía que darme prisa, quería salir cuanto antes. -Cariño, te veo muy feliz hoy-dijo mi madre sirviéndose su zumo. -¡Siiii! ¡Ya está, mamá! ¡Ya he reflexionado y voy a volver!-dije sonriendo ampliamente tras tragarme el trozo de tostada. -Me alegro de que estés lista para que sigas con tu aventura-dijo mi padrastro apareciendo por la puerta con un periódico en la mano. Asentí con la cabeza y me terminé la comida en 5 minutos. Me bebí el café mientras pensaba en lo sucedido. Una noche, estando con mis compañeros de viaje en una tienda de campaña salí a mirar las estrellas porque no podía dormir. Me puse a reflexionar y de laguna manera acabé volviendo a casa sin decirle nada a nadie. Me sentí mal pero tuve un extraño sentimiento de no estar preparada. No quería alejarme más de mi familia y no me sentí bien, necesitaba pensarlo mejor. Pero ya había pasado mucho tiempo y ya lo tenía claro. Iba a volver, y aunque era consciente de que Dante me iba a echar la bronca de mi vida, estaba decidida a volver. Nada más tomar el último trago, subí a mi habitación y me preparé la mochila. Me vestí con una camiseta de tirantes blanca, unas mallas negras y las zapatillas deportivas. Guardé a todos mis pokémon en sus pokéballs, me recogí el pelo en una coleta alta y volví a bajar. -¡Ten cuidado, Onee-chan! ¡Y gana muchas medallas por mi!-dijo mi hermana pequeña desde la puerta. La abracé fuertemente y me despedí de todos. Fue difícil a pesar de ser la segunda vez ya. Una vez estuve fuera apreté fuertemente los tirantes de la mochila mientras me dirigía hacia la ruta 301. Estaba decidida pero a la vez estaba temblando de los nervios. -Otra vez aquí, ¿eh?-me dije a mi misma mirando el enorme camino que había delante de mi.
Caminé por las calles de la ciudad junto a Fósforo mientras hacíamos unas compras. Tenía mis auriculares puestos y tarareaba de vez en cuando. — ¿Tenemos todo? —le pregunté a mi inicial, a lo que éste asintió. Era un día bastante tranquilo, ojalá me encuentre con algún entrenador antes de salir.
Skarmory aterrizó en Ciudad Lienzo como quien no quiere la cosa, y se dedicó a comer uas bayas moradas en un árbol cercano de nuestro lugar de aterrizaje. Liberé a Clefairy para que me hiciera compañía; estabamos frente a unas pequeñas tiendas, cerca de la salida hacia la ruta 301. Me acerqué a una máquina expendedora y adquirí una lata de Coca Cola. Tras sentarme en un banco y arremangarme apropiadamente la manga derecha de mi camisa (este nuevo look era aún algo a lo que me estaba acostumbrando), procedí a abrirla y tomarla; estaba refrescante y exquisita. Me dediqué a mirar los rostros de la gente que pasaba por ahí mientras tomaba mi refresco. Contenido oculto @Hey Miguel @Gabriela Kagamine
-Aunque… ¿dónde estará Dante? Sin él no puedo hacer esto…-murmuré alejándome hacia atrás hasta quedarme cerca de unas tiendas. Vi un banco ocupado por una sola chica así que me acerqué. -¿Te importa…?-pregunté señalando el espacio vacío que había en el asiento.
Levanté la mirada para ver a una joven de aspecto, francamente, adorable; ella señalaba el espacio vacío en el banco que estaba siendo ocupado sólo por mi bolso. —Oh, claro, siéntate tranquila —asentí, tomando mi bolso y apoyándolo en el suelo delante mío. Clefairy, por su parte, saltó delante mío desde atrás del banco y me sonrió; se puso a saltar en el lugar, alegre sin ningún motivo, aunque como solía ser ella nunca necesitaba un motivo para estar alegre.
-Gracias-dije sonriendo y me senté en el banco. Saqué a todos mis pokémon y se alejaron por la zona cercana, felices de volver a pasar por estos sitios. Era gracioso ver como Shinx hacía de guía Espeon. Mi Emboar se quedó a mi lado y me miró curioso. -Te acuerdas de Dante ¿verdad?-le pregunté a mi pokémon-Pues tengo que pensar donde pude estar para buscarlo. Ese es i objetivo principal-le dije apoyando mi cabeza en las manos, las cuales estaban apoyados mediante lo codos en las rodillas-Vete a jugar, pequeñín, no te preocupes por mi-le dije sonriendo a lo que el pokémon (no tan pequeñín) obedeció. Giré la cabeza con aspecto cansado, encontrándome así con un adorable Clefairy. -Awwwwwwwwwww ¡Kawaii!-exclamé con los ojos brillantes-¿Es tuyo?-pregunté a la chica que me hacía compañía
Me volteé repentinamente cuando sentí que la desconocida me hablaba. Se encontraba mirando a mi tipo hada con ojos brillosos de admiración, aparentemente Clefairy siendo muy adorable para no notarse. Pero Clefairy estaba lejos de sentirse intimidada; feliz de recibir atención y ser vista como kawaii, la tipo hada dio un par de saltos de felicidad y su sonrisa se agrandó aún más. —Sí, es mío —admití con una sonrisa—. Di hola, Clefairy. —Fairy Cle-fairy —saludó el pokémon, alzando una manita para ondearla a modo de saludo a la joven. —Aunque veo que tú también eres una entrenadora pokémon… ese Emboar tuyo sí que se veía fuerte —comenté tras darle un sobro a mi Coca-Cola.
-¡Hola!-saludé al pokémon con la mano mientras me tapaba la nariz con la otra. Después miré a la chica sonriendo-¡Oh sí! Entreno pokémon pero hace mucho tiempo que no tengo un combate. El solo impone por ser tan grande. No he luchado con esta evolución aún-expliqué algo pensativa pero sin perder la sonrisa. Contenido oculto: Off Rol que se me olvido poner antes por la emoción xD Wooooo, pensó que so adorableee >/////////////<
—Pues, tiene pinta de que no será derrotado fácil en batalla —mencioné, guiñando un ojo, para luego proceder a terminar la lata de Coca-Cola con un sorbo final. Me puse de pie, cansada de haber estado sentada tanto tiempo, y extendí mis brazos en el aire para estirarme. Giré elegantemente sobre mis tobillos, dejando al viento mecer suavemente mis ahora-ligeramente-más-largos cabellos rubio, y quedé enfrente de la joven entrenadora del Emboar. —Mi nombre es Effy, entrenadora pokémon de Ciudad Témpera —me presenté con una sonrisa cálida—. ¿Quién eres tú, joven entrenadora del Emboar que hace mucho tiempo que no tiene un combate?
-¡Hombre! ¡Es mi pokémon! ¡Eso es obvio!-dije orgullosa dándome un golpecito en el pecho y después suspiré-¡Encantada Effy! ¡Yo soy Emily! ¡Entrenadora de aquí!-respondí sonriendo de igual manera que ella.
—Emily, Emily… ¿dónde he oído ese nombre antes? —murmuré, intentando recordar, pues me sonaba de algún lado. Luego me di cuenta que estaba sonando extraña, de modo que me rasqué la nuca y reí levemente—. Disculpa, es que me suena de haberte oído nombrar en algún momento, no se por qué… Clefairy saltó arriba de la banca, sentándose allí y mirando como, a la distancia, los pokémon de Emily se encontraban jugando. —Entonces, Emily… ¿hacia dónde te dirigías ahora? —miré la salida de la ciudad que se encontraba próxima a nosotras—. ¿Ruta 301?
-La verdad es que no tengo un destino fijo. Estoy buscando a alguien-respondí-¡A lo mejor tú lo conoces!-dije alegremente levantándome del banco.
—Vaya, pues en eso estamos iguales… yo estoy esperando que se reanude el Torneo Acrílica, de modo que por ahora estoy sin rumbo específico, sólo entrenando y entrenando —le sonreí, luego consideré el resto de lo que decía la joven—. Puede que sí, si se trata de un entrenador pokémon probablemente… ¿cómo se llama quien buscas?
-¡Dante!-respondí y me cuestioné si nombrar también a Ukita. “Dudo que se hayan separado pero…” pensé y después miré hacia Clefairy a su entrenadora-Si quieres podemos luchar. Así yo caliento un poco y tú sigues entrenando. Perderé pero bueh…-murmuré lo último mirando al suelo.
—Oh, Dante, claro que lo conozco —respondí con una sonrisa optimista—. Aunque no se por donde podrá andar ahora… le mandaré un mensaje por Holomisor... Claro, si mal no recordaba, Dante y Ukita eran originarios de Ciudad Lienzo también, había estado en la casa del primero y todo… Lienzo no era una urbe muy grande, no debió extrañarme que Emily y él se conocieran, me preguntaba si también conocía a Ukitashi… —¡Ey, Clefairy, espera! —exclamé de repente; la tipo hada había brincado fuera de la banca y había salido a toda velocidad hacia la ruta 301. Corrí tras de ella de inmediato, esperando no haber espantado a Emily al salir corriendo tras Clefairy, pero sin tiempo a ver si me seguía...
Me acerqué a un banco con las bolsas de compra en mano y tomé asiento aún con los audífonos puestos. Fósforo estiró la manga de mi chaqueta y me hizo un gesto. — ¿Qué suce—al voltear vi a una chica que estaba a mi lado, la cual no había notado. — Oh, lo siento. No te vi—le sonreí un poco apenado. Debió pensar que la estaba ignorando. No me gusta ser descortés ni con los extraños. Bueno, después de todo, así me enseñaron mis abuelos. Contenido oculto @Gabriela Kagamine
Por suerte la chica no me había notado, y se fué corriendo en dirección a la ruta 301. Di un pequeño suspiro y me puse los auriculares de nuevo. Contenido oculto @Nami Roronoa