Había descansado lo suficiente en lienzo, había tomado un café en una cafetería cercana, paseado por sus tranquilas y blancas calles hasta llegar a mi casa, donde pude dormir tranquilamente después de tanto tiempo, sabía que no iba a ver nadie que me despertara después de haber cerrado mis ojos por 5 segundos. Así que en pocas palabras fue un buen descanso, después de haber dormido mal por un maldito mes. No supe cuantas horas había dormido, pero no me importaba demasiado, si la casa estaba vacía no importaría a que hora me levantara después de tomar un "merecido" descanso. Una vez medio despierto tome un par de prendas para darme un baño rápido y frio, para estar 100% despierto y no sentirme totalmente adormilado, terminé de ducharme, me sequé y me coloqué la ropa que había traido. Sali del cuarto de baño relativamente listo, con la toalla mojada sobre mis hombros, caminé hasta la cocina donde tomé un pequeño frasco con pequeñas pastillas de diversos colores, "ventajas de tener cuerpo enfermizo..." pensé tratando de animarme un poco, tiempo en que no recurría a nada para mantenerme intacto y caminando, pero la situación lo requería así que, en un pequeño suspiro tome un par de pastillas junto con agua antes de irme de casa nuevamente — Algún día tenía que pasar pequeña... ahora deja de mirarme así y llama a Staraptor...— le pedí a mi pokemon inicial que me miraba de forma des-aprobadora por no haberle dicho eso antes, pero sin nada que pudiera hacer, soltó un rugido para llamar al pokemon volador
Descendí sobre Ciudad Lienzo a toda prisa, frente al centro pokémon; ya que no era una ciudad muy grande, sino pequeña, blanca y simple, no era difícil distinguir el centro pokémon desde el aire. Una vez dentro del establecimiento, llegué hasta el mostrador y le entregué las pokebolas de los tres pokémon que participaron de la reciente batalla contra Liza (Blastoise, Dragonite y Florges) a la enfermera Joy y su Chansey. Mientras esperaba, me senté en uno de los sillones del hall de entrada mientras Eevee, curiosa como siempre, correteaba de aquí para allá. En un momento, Eevee se calmó y regresó a mi lado, echándose sobre mi regazo. Luego se puso de pie otra vez y se metió dentro de mi bolso a husmear, y de un momento a otro dejó escapar un gritito de sorpresa y una luz blanca la envolvió… me puse de pie de un salto, entre emocionada y preocupada; había dos piedras elementales dentro del bolso, ¿cuál había tocado Eevee? ¿La Piedra Fuego o la Piedra Agua? Cuando la luz se extinguió y el bolso cayó al piso, se reveló la respuesta. —¡Flar! —exclamó el recién evolucionado Flareon, admirando su nuevo cuerpo, dando un par de vueltas en círculos persiguiendo su cola como para comprobar que seguía allí. No podía en mí misma de la emoción; llegué hasta el mostrador, retiré mis recuperados pokémon y salí afuera del centro de sanación pokémon, donde Skarmory esperaba a mi regreso. El ave de acero ni se inmutó ante el cambio que había sucedido, no pareció importarle que vio entrar a un Eevee y unos momentos después salir a un Flareon. —Hay que celebrar esto… ¡Skarmory, llévanos en busca de una batalla! —exclamé antes de emprender vuelo una vez la tipo fuego estuvo segura delante mío.
Bostecé mientras caminaba por la ciudad en compañía de Zoroark, quien no paraba de hacer alguna de las suyas por el camino, copiando a la gente y a los pokémon que veía en su camino. Así llevaba desde que salimos del Centro Pokémon después de curar a mi equipo de la batalla contra Effy, y un par de veces me fui llevando regañinas de parte de gente molesta por alguna de las bromas de mi pokémon siniestro. —¿Sabes? Creo que toda broma tiene un límite. A ese señor mayor casi le da un ataque cuando le copiaste, ten más cuidado por favor. —le repliqué con la cabeza gacha, no muy animada de recibir quejas. Zoroark simplemente rio y se transformó en mi por mero gusto. Suspiré. Controlar a ésta pokémon no era tarea fácil.
Y después de que typhlosion llamara máximo unas 3 veces a mi pokemon volador, simplemente no venía, tal vez era la primera vez en mucho tiempo que no respondía un llamado de uno de mis pokemon para venir por mi y llevarme a otra ruta, ¿disfrutará el estar siempre afuera de su pokebola y ahora que, después de mucho tiempo no había salido quiere aprovechar mas tiempo?, tal vez... sería lo mas probable, quería pensar eso. Pero que le iba a ser, acaricié la cabeza de mi pokemon inicial e inicie una nueva caminata por ciudad lienzo — ¿Y ahora que hacemos Typhlosion? — pregunté mirando a ningun lugar en específico pasando por sus calles — Y no, asustar a pequeños pokemon como a ese Snivy de antes, no cuenta como una buena actividad — añadí después de ver una pequeña cara suya que me indicaba que algo tenía planeado
Paseamos juntas por la ciudad sin nada mejor que hacer, mientras observaba en silencio todo a mi alrededor con una sonrisa en mi rostro. Esta ciudad me hacía sentir algo más relajada siempre, supongo que por lo tranquila que es. Dirigí una mirada a mi pokémon para ver qué hacía ésta vez (había demasiado silencio a mi parecer) y me encontré con la sorpresa de que ya no estaba a mi lado. Dirigí una rápida mirada a mi alrededor y llevé una mano a mi cabeza, exasperada. —Por favor, por favor, que no se meta en lios. —murmuré corriendo por las calles en búsqueda de la tipo siniestro. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué no podía ser una pokémon más tranquila? Desaparecí entre las callejuelas como alma que lleva el diablo. *** Cerca de Dante y Thyplosion, Zoroark paseaba por la zona aún transformada en Liza. Al ver a lo lejos la figura de pokémon y entrenador y al reconocer sus caras, se acercó sin dudarlo imitando mi sonrisa de siempre mientras les saludaba con la mano, miemtras internamente se reía muy divertida.
Al no tener nada mas "productivo" que hacer nos aventurábamos por las calles de lienzo, solo las que nunca habíamos visitado por X o Y causa, ya sea por el hecho que no tenía tanto tiempo libre antes por una causa relacionada con la angelical hermana de sangre y el estarla vigilando, cuidando, pidiéndole a Arceus que ella nunca se diera cuenta por lo que le sucedía siempre que me impedían visitar muchas zonas de lienzo-lo mas extraño es que solo visitaba la parte central, donde esta el centro pokemon-. Así que, como todavía conservo mi memoria, no me han secuestrado, no he visto a ninguna oficial jenny, no perseguía a un pequeño demonio con Friz! en su sangre y lo mejor de todo, no me había caído un pedazo de edificio en la cabeza, podría darme el lujo de pasear por estas calles nunca antes visitadas por mi. — Sabes... creo que deberíamos venir mas seguido por aquí — mi pokemon solo asintió, no es que ella no estuviese interesada en lo que le decía, si no que el ver a un par de pokemons bebes corriendo por las calles junto con pequeños niños le parecía mas divertido, ya que me imagino que le recordaría cuando todavía era una pequeña cyndaquil — Oye...¿me estas escuchando? — suspiré levemente dandole leves toques a mi pokemon en su espalda antes de que encendiera sus llamas y me obligara a parar ¡que humor!, en definitiva tenía mejor humor cuando era una pequeña cyndaquil, se le notaba bastante que había convivido con Ian con el tiempo que estuve fuera Y de la nada, algo le llamo su atención, o mejor dicho alguien: Liza, venía hacia acá con su típica sonrisa y saludándonos, Typhlosion no había tardado en correr hacia ella y rodearla entre pequeños saltos de bienvenida; yo por mi parte le devolví el saludo, caminando a mi paso hacia ella
Zoroark siguió con la mirada a Thyplosion mientras daba saltitos a su alrededor, y trató de aguantar sin delatar su característica risilla, esa que usaban aquellos pokémon ilusionistas y que algunas veces los delataban. Optó por sonreir simplemente y se llevó las manos a la espalda mientras ahora miraba atentamente a Dante acercarse. *** Llegué a un callejón sin salida y pateé una piedra con furia. Zoroark me las iba a pagar. Di media vuelta y volví sobre mis pasos para seguir a la pokémon bromista por las callejuelas. No podía escapárseme de nuevo.
Ladee la cabeza un poco confuso, me había extrañado el hecho de que Liza no me hubiera dicho algo más, o saludado a Typlosion como siempre lo hacía. — Liza... ¿cómo te fue en tu batalla con Effy? — pregunté mirándola fijamente, mientras acariciaba a Typhlosion con una de mis manos libres
La pokémon siniestro dudó por unos instantes, mientras pensaba en alguna forma para salir de aquella situación, y un brillito casi inexistente en sus ojos dio a entender que ya se le ocurrió alguna otra idea. Liza comenzó a llorar ante la pregunta que Dante hizo, demostrando que no le había ido muy bien que digamos. Pero algo en aquella actuación se le escapó a Zororark; Dante me conocía lo suficiente como para saber que sabía soportar las derrotas con buen humor, nunca llegando al extremo de llorar. La ilusión de Liza había cometido un error, pero ésta siguió llorando desconsoladamente, mirando hacia el suelo durante el proceso.
¿Liza estaba llorando?... ¿por una derrota? me acerqué un poco mas a ella colocando mi mano en su hombro para llamar su atención — Liza... tu nunca has llorado por una derrota... — dije apartando mi mano de su hombro, ¿por qué estaba llorando de esa forma? — ¿Qué pasa?...
A Zoroark le salió una pequeña gota de sudor en su cabeza. Su actuación no había colado. Dejó de llorar repentinamente, como si nunca lo hubiera hecho y miró a ambos lados con extrema atención, juraría sentir la presencia de...oh no... —¡Se acabó! ¡Ya me tienes cansada, Zoroark! ¡Vuelve aquí ahora mismo! —grité notablemente enojada cerrando los puños fuertemente, mientras aparecía en la calle con la gorra puesta hacia la derecha por la veloz carrera que me había montado y con algún que otro cabello despeinado, pero ahora esa no era mi prioridad. Eché a correr hacia mi doble a toda prisa y me lancé para atraparla de una vez, pero ésta agilmente dio un gran salto en el aire y tras dar una voltereta volvió a pisar el suelo con su aspecto de verdad, una Zoroark que no paraba de reír al ver que había aterrizado justo en mi espalda, y viendo que ahora mismo me encontraba tirada en el suelo con ella aplastándome de esa forma. Gemí sintiendo el peso en mi espalda y amenacé a la pokémon con quedarle sin salir de su pokéball en un mes. Ésta se sorprendió y tras dar un suspiro sin más remedio, volvió a su ball finalmente. Suspiré y permanecí en el suelo mientras cerraba los ojos por unos instantes y trataba de recuperar el aliento. Por hoy ya había hecho mi ejercicio diario. —A ver si adivino...Zoroark estaba haciendo una de las suyas, ¿verdad?
¡Dos lizas!, ¡Había dos lizas!, toque mi frente con la palma de mi mano por unos segundos, ¿qué tan enfermo me había puesto para alucinar algo asi? no sentía mi frente caliente y lo cercioré con Typhlosion que también estaba confundida por tal acto, pero... para mi suerte-y mi cordura- una de las lizas paso a convertirse en un Zoroak. Suspiré aliviado, ¡menos mal!, seguía un poco cuerdo, y no estaba alucinando nada o algo parecido, ahora lo importante... la verdadera liza estaba siendo aplastada por Zoroak y no creo que eso fuera lo mas cómodo del mundo, pero cuando fui a ayudarle el mismo pokemon ya había vuelto a su pokebola por su cuenta. Me acerqué a liza y le ayudé a pararse del suelo una vez que controló su respiración — Si... y dejame decirte que nunca me acostumbraré a verte llorar, aunque sea un pokemon el que lo haya hecho realmente— dije riendo levemente
Desperté en el Centro Pokémon, tomando las pokebolas, Hubert se había ido, al parecer fue mucho mi ausencia, ¡Que rayos! Estaba por sacar los audífonos, cuando solté un leve estornudo, esperaba no tener un resfriado...En menor importancia, me coloqué los audífonos, y me puse una bufanda negra que tenia por el frío, me la puse cruzada, no era un frío de invierno. —Espero no suceda nada...Ni tener un resfriado...—
Me levanté del suelo con ayuda de Dante mientras llevaba mis dos manos a la espalda y ponía una mueca de dolor. Que te aplaste un pokémon del tamaño de Zoroark no es divertido para nada. —Auch...—gemí en un murmullo y volví a mirar a Dante y a Thyplosion con una sonrisilla nerviosa, mientras acariciaba a la pokémon de Johto cariñosamente. —Siento las confusiones que os haya provocado Zoroark, aún no soy capaz de que me haga caso. Ya veis cómo acabé hoy...—reí levemente, llevando mi mano libre tras mi cabeza. Escuché lo último que dijo con una ceja levantada, ¿Zoroark me imitó llorando acaso? Suspiré. Vaya...sí que se aburren los pokémon de hoy en día...No quería pensar qué hubiera pasado si hubiera montado algún numerito por ahí con mi aspecto...huiría de la ciudad por patas.
— ¿Estas bien o necesito llevarte al centro a que te revise la enferma Joy para ver si es un daño grave? — pregunté, el centro no debía de estar lejos, considerando todo no debía de ser nada grave, pero si lo llegara a ser, Joy podría darle un par de pomadas o algo relacionado para el dolor. Pero como si no importara mucho el asunto volvimos al tema del Zoroak que se había divertido un poco conmigo el día de hoy — No, para nada... creo que yo debería aprender entre una ilusión y la realidad, así sería mas fácil, ¿no crees? — sonreí levemente mirando como Typhlosion seguía a su lado, tan siquiera si se llevaba bien con mis amigos-casi familia- si no, sería un verdadero problema — Poco a poco empezará a obedecerte, confió en eso...pero no aseguro nada, ya vez a mis pokemon...creo que son el doble de problemáticos que tu Zoroak en ciertos aspectos
Me estiré hacia abajo hasta tocar mis pies e hice unos rápidos estiramientos para comprobar si lo de la espalda era grave, pero no noté ningún dolor más, por lo que di un saltito y negué con la cabeza, sonriente. —Nah, estoy bien, no te preocupes. —dije y llevé mis manos a mi cabeza, quitándome la descolocada gorra y arreglándome un poco el pelo. —Y tampoco es eso, es un tanto complicado distinguir las ilusiones de Zoroark, al menos para mí. —me encogí de hombros levemente ante eso. Le sonreí a Thyplosion, quien seguía a mi lado, y le regalé un par de pocochos que llevaba guardados en en una bolsita y que me sobraron de hacia un ratito. Por lo menos a mis pokémon le gustaban mucho, esperaba que a ella también. Una vez me volví a colocar la gorra, volví a mirar a Dante. —Eso espero...un momento, ¿tus pokémon son problemáticos? ¿Quiénes? —pregunté sin saber. Yo creía que sus pokémon eran obedientes y eso...no se. Bueno, excepto aquella guerra de bolas de nieve que observé a lo lejos, yo siempre los veía tranquilos.
"Es un tanto complicado distinguir las ilusiones de Zoroark" sabía que lo era y también estaba el hecho de que era fácil de engañar, aunque siempre me las arreglaba para solucionar muchas cosas, y si tenía que aprender a distinguir ilusiones, encontraría alguna forma. — Podría intentar hablarte.... y si no me respondes, creo que sabré que no eres tu, ya que.. aunque este convertida en ti, ¿no puede hablar cierto? — aunque también cabía la posibilidad de que estuviera enfadada conmigo y no quisiera hablarme, pero después del problema que había tenido en mi casa no planeaba hacerla enojar otra vez — ¿Tranquilos?....— reí levemente antes de continuar — Typhlosion incluso ha ayudado a destruir mi casa, algunos de mis pokemon son tranquilos como Mawile, Staraptor o Chesnaught de buen humor... pero, los demás no tienden a llevarse muy bien por ciertas cosas, lo que causa peleas causando destrozos o problemas para mi. — Mis pokemon y yo somos muy distintos...
Me llevé una mano a mi labio inferior, pensativa, y asentí. —Mmm, pues sí, podrías hacer eso. Creo que es su único punto débil en cuanto a ilusiones. No puede hablar. —respondí, mirando la pokéball de Zoroark por unos instantes. Entonces oí como se reía y al escuchar lo último me sorprendí un poco. No me hubiera imaginado a Thyplosion destrozando la casa de Dante. —Vaya...eso no lo sabía. Supongo que cada pokémon es un mundo, cada uno tiene personalidades diferentes y no todos pueden ser tranquilos o pacifistas. —reí.
— Entonces ya se como lidiar con Zoroak, asunto resuelto — relativamente resuelto, con lo distraído que soy probablemente Zoroak lograra engañarme de una u otra forma para divertirse un poco. — Mi casa ha sido un lugar de batallas para ellos... pero siempre puedo arreglarla de alguna u otra forma, lo único que no he podido reparar son las fotos de los marcos, tuve que quitarlas todas...
Salí del Centro Pokémon bastante feliz, había descansado y estaba lista para cualquier desafío que se me presentara. Caminando vi de lejos a... No puede ser... —¿¡ Liza ?!— dije llevándome las manos a la boca. MI amiga de la infancia estaba tan cerca de mí... Las piernas me temblaban así que me acerqué hacía ella y la chica que estava a su lado a mi ritmo. Piplup, siempre pendiente de mi, me miraba algo preocupado y caminaba cogido de mi mano.