Ciudad Lienzo (Rol Base)

Sonreí y me senté a su lado, saqué el huevo y éste comenzó a moverse hasta eclosionar, hasta que salió un pequeño Bulbasaur
—Aw...¡Ternurita! —sonreí y le tomé en brazos, y éste comenzó a sonreir—

 

Lo primero que llamó mi atención apenas aterricé en Ciudad Lienzo, era que ni Maractus ni Cottonee habían salido de sus pokébolas, sólo Serperior. Entendía lo del primer pokémon debido a esa especie de miedo que tenía a lo nuevo que veía en el mundo, lejos de los dominios de su viejo hogar; no esperaba eso de Maractus, por lo que descorrí mi chaleco para tomar su pokébola de mi cinturón.

Dio la casualidad de que la suya estaba justo al lado de la de Cottonee. Observé pequeños movimientos en las dos pokébolas, como si entablando una conversación; agitados por parte de una, rítmicos en la otra. Bueno, tal parecía ser que el nopal le estaba dando ánimos desde su lugar. Los dejé así, parecer ser que a partir de ahora Serperior volvía a ser el único que se negaba rotundamente a la pokébola.

Al que sí saqué de su pokébola, porque todavía no lo había hecho, fue a Turtwig shiny. Quería que conociera el mundo también, y mostrarle qué tan fuertes eran quienes le acompañaban, para inspirarle a crecer.

 

De pronto, Maractus salió de su pokébola para completar el mensaje que había intentado transmitir con ciudad Acrílica. Hizo que Cottonee también lo hiciera, porque necesitaba algo de ella. Serperior, Turwig y yo nos detuvimos, curiosos.

Maractus comenzó por realizar un baile bastante gracioso alrededor de Cottonee (jamás había visto a un pokémon ruborizarse tanto), en el transcurso del cual la sacó un poco del algodón que la rodeaba. Con las piezas obtenidas armó, no sin dificultad, la figura de una cabeza de oso. Alcé una ceja.

En un movimiento que me recordó a Hamlet, el pequeño nopal sostuvo la cabeza en su mano, haciendo como que cruzaba una mirada con ella. Finalmente, señaló un cartel que rezaba "Bienvenidos a Ciudad Lienzo". No hacía falta decir más. Sonreí.

—¡Con que aquí era donde se encontraba Effy! —dije, pero después me quedé pensativo— Pero creo que no se encuentra. Ya estaríamos escuchando la explosión de una buena batalla, los rugidos de Dragonite y su voz impartiendo órdenes...

 

Bastó un rápido recorrido por algunas calles para confirmar mi conjetura: Ciudad Lienzo estaba bastante tranquila. Effy no estaba, pero no tardaría en encontrarla. Regresé a casi todos mis pokémon a sus pokébolas, menos a Pidgeotto, quien también nos acompañaba.

Me subí a él y le pedí si, por favor, podía recorrer Galeia. El asintió sin hacerse problemas por ello, y partimos juntos hacia un destino que desconocíamos por ahora.

 

—¿Alguno desea una batalla? —pregunté con una radiante sonrisa, apareciendo de repente entre el grupo de enamorados.

Todos se sobresaltaron ante la nada esperada presencia de Serperior, Maractus, Pidgeotto y yo.

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@Rojo FireRed @Dark-chan @Yellow green forest @LucarioErmitaño

 

Me quedé sin aire y me separé de Rojo y sonrei para despues dirigir mi mirada a Hubert
--Lo siento, pero ahora no, pero quizás mañana sí--Le dije sonriendo a Hubert

 

Miré a Hubert
—¡Anda que me asustaste! —sonreí nerviosamente— Lo siento, no por ahora

 

sonrei un poco sonrojada.

--Jaja, que lindo--le dije sonriendo a Yair mientras lo abrazaba, para luego voltear para ver a Hubert--L-lo siento, por ahora no tengo ganas de un combate--le dije sonriendo a Hubert.

 

--No gracias hubert, no estoy con ganas de eso--Le dije a hubert mientras veia a mitsuki--tu eres linda--Le dije sonriendo a mitsuki mientras la abrazaba--

 

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Por lo menos traten de poner más contenido a sus post, incluyan más narración y pónganle intensidad a sus escenas románticas ;D

—Ustedes se pierden la oportunidad de entrenar a sus pokémon —respondí con simpleza—, seguro que todos ellos ansían volverse cada día más fuertes, no lo olviden ¡Vamos, muchachos!

Dicho lo dicho, me alejé con mi propio grupo, en busca de entrenadores con los cuales seguir mejorando el rendimiento de mis luchadores.

 

Pidgeotto volvió a su pokébola tras acompañarnos por otro rato. Tanto vuelo lo había dejado agotado; como siempre, necesitaba descansar. Los despedí con una sonrisa, aunque en el fondo sentía algo de pena por él, ya que sólo se dedicaba a llevarnos de un lado a otro, nunca había participado en una batalla. Un día lo iba a entrenar muy bien, y sería un gran Pidgeot...

Caminaba por las blancas calles de Ciudad Lienzo. Además de Serperior y Maractus, venían conmigo Lucario y Gardevoir. Un poco de aire fresco les iba a venir bien, para relajarse antes de la gran batalla por el Bronce.

 

Ya que había dejado de llover, salí a la terraza a ver el cielo despejarse, me senté en la baranda, tras todo esta habitación estaba en la planta baja, con Gallade a mi lado, tras su evolución se le notaba mas calmado y sereno, típico de su especie, Lopunny escuchaba atentamente a Lucario, alzando las orejas mostrando interes

 

Noté por el rabillo del ojo un brillo llamativo. Se trataba de los lentes de un prismático, tras el cual estaban Rojo y... ¿Gallade?

¡Wow, genial! ¡Kirlia había evolucionado!

Maractus y yo levantamos una mano en ademán de saludo, esperando que el entrenador nos viese.

 

Bajé la mirada al escuchar un leve sacudido propio de un Maractus, eran Hubert y su simpático compañero morador de las arenas
--Hola de nuevo, Hubert --saludé al muchacho y a su Pokémon, Gallade hizo un ademán a modo de saludo, su semblante correcto le llevó a saludar con cortesía--
Lopunny quedó asombrada y corrió a abrazarle

 

—¿Cómo ha marchado el día? —pregunté, acercándome a ellos.

Cuando me faltaban pocos metros para estrechar la mano de Rojo, una Loppuny apareció de pronto para rodear con sus brazos al caballeresco Gallade. Eso subió a otro nivel mi sorpresa: de una día para el otro, el chico había hecho avances importantes.

—Felicidades por haber evolucionado, te ves fuerte —dije dirigiéndome a Gallade con una cortés sonrisa.

Lucario miró al luchador psíquico, y lo saludó con una inclinación de cabeza. El Hada Soñadora hizo lo propio, con menos frialdad y más gracia elegante.

 

Gallade hizo un pequeño ademán, a modo de agradecer, y al sentir la presencia de Lucario, saludó de la misma manera a su eterno amigo y rival a la vez
--Después de mucho tiempo... --recordé conseguir la Piedra Alba y proseguí a contestar su pregunta -- A pesar del mal clima, todo bien

 

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@Rojo FireRed ¿Qué día está haciendo? Digo, para entrar en clima (LOL)

—¿Y qué hay de Lopunny? Un placer, por cierto —dije en dirección al pokémon de largas orejas. Los míos también la saludaron, cada uno a su manera—. No sabía que tenías una en tu equipo.

 

(Llovizna y muy, muy mal clima xD)
Lopunny se acercó a saludar a todos moviendo una mano
--Bueno, hace unos pocos días que está conmigo --comenté-- Mi principal motivo era por su megaevolución, pero como me han dicho que no es muy buena, decidí dejar todo así
Lopunny también mostraba interés en conocer su megaevolución, pero decidió resignarse, pero dado a que en ese estado adquiría el tipo Lucha como secundario, era algo tentador pensar comprar la megapiedra

 

(A Maractus le va a gustar xD)

—Con Gallade y Heracross por el momento estarás bien, ya que su combinación de tipos reduce sus debilidades —contesté, sacando abriendo un paraguas sobre mi cabeza y acomodándome la bufanda—. De Loppuny puedes explotar su punto más fuerte mientras tanto, es decir, aumentar su resistencia y ponerle un par de ataques que hagan daño indirecto, como el envenenamiento. No sé qué tan buena sea su mega-evolución, pero yo opino que podrías usarla más adelante, y potenciar mientras tanto las estadísticas de tus compañeros actuales.