Samurott me llevo en su lomo a toda prisa, no hubo tiempo para visitas de nuevo, debia llegar en cuanto antes a la Llanura.
Con ayuda de Natu llegué a Ciudad Lienzo, pero estaba muy indignado con los breakdancers como para hacer una parada. --Rayos... ahora como cruzo el mar... quisiera tener a Samurott de nuevo.--al ver la orilla del agua me desanimé un poco, pero mi recien nacido Totodile se lanzó muy veloz hacia el agua, era muy confiado y fuerte el pequeño... guardé a todos en sus pokeballs y junto a él surfeamos hasta la isla.
Bajé de Sigiliph rápidamente y lo metí para mirar por donde quedaba la ruta 300. --Okay, todo recto, vale. --dije en voz alta llevando mis manos tras mi nuca.
En ese instante, mi videomisor sonó. Bruno me buscaba para un combate. --Anda, me servirá de entrenamiento antes del torneo. --sonreí y monté en Sigiliph para ir a Barniz. Lo siento por Des pero al ver que aun no llegaba no pude avisarla.
(Oh shit, D: Soy la peste...(?) Aunque estaba estudiando, que eso es lo primero >:( pero bueh, tengo una idea...) --¡Llegué!--exclamé alzando los brazos. Charizard se acostó en el suelo, conmigo encima de él. Decidí bajarme, y recostarme apoyada en su costado. --No recordaba que fueras tan cálido. --le dije a mi pokémon dragón. Este sólo sonrió, y con su ala me cubrió un poco. En serio... Lo más cálido que sentí en mi vida. Bueno... Después de otra cosa. La pregunta ahora era... ¿Liza?
--¡Menudo aburrimiento! --exclamé ante la desesperación --¿Dónde está Liza? Se supone que... Mira, da igual. Me rindo. Aparté la ala de Charizard de delante de mí, y poniéndome en pie rápidamente. --Charizard, nos vamos. Este se negó, y me agarró el chaleco para no dejarme ir. No pude hacer nada, así que simplemente me senté de nuevo apoyándome en el costado de mi pokémon. --Está bien, está bien. Pero sólo un poco más. Luego nos piramos con o sin ella...
(Sí, but I have a plan... VAMOS A HACER DRAMA!!! >:-D) —Se acabó...-- Me puse en pie, y monté en Charizard
Con Vuelo todo era más fácil, sólo era guardar a Venasaur en su pokeball y listo: Natu me elevaba hasta el lugar que yo quería. —Ya verás Dante... iré por tí.—El videomisor que anteriormente señala que Steve estaba en Barniz me había dicho que se encontraba por otros rumbos, era la oportunidad perfecta para aparecer. Sin más interrupciones liberé a Lapras y proseguí mi caminado por la ruta 300.
Por alguna razón mi corazón me decía que debía venir a Lienzo: El lugar donde comenzó todo. Sin duda era curioso que ya casi fuera el año desde que había iniciado mi viaje; sin embargo, no tenía tiempo para melodramas, debía curar mis pokémon y regresar a la ruta 310. —Buenos días —exclamé al entrar al centro—. Quisiera que curara a mis pokémon, señorita, pues han sufrido fuertes heridas después de su última batalla. —La enfermera Joey accedió, obviamente, por lo que en cuestión de minutos estuvieron como nuevos. —Muchas gracias. —dije, a modo de despedida, para después volar en Sigiliph rumbo a la batalla final.
Camine por las calles de la ciudad hasta llegar al centro pokemon. --Bien... hora de curar a todos...— me decia a mi mismo entregandole los pokemon a al enfermera Joy.
Ya listos todos los pokemon sali del centro pokemon y me dirigi hacia el norte, una ruta desconocida para mi, pero no por mucho.
Caminaba por la Ciudad observando todo, era una Ciudad muy bonita, con edificios pequeños y bonitos. —Hora de irnos no crees Plusle? o tu Minun?— dije sonriente y comence a caminar.
—Ah, así que esta es Ciudad Lienzo —murmuré en cuanto arribamos a la costa—. Se ve tan... blanca. Regresé a Blastoise a su pokebola con una sonrisa. No lo demostraba, pero se había cansado bastante... se lo daría a Joy para que lo curase también.
Llegue a lienzo con una sonrisa le había ganado a Ukita estaba emocionado de estar en casa otra vez — ¡Te he ganado! — grite al aire para que me escuchara
—Es bonita —comenté, asintiendo con la cabeza. Caminamos por un buen rato por la costa hasta que nos adentramos en la ciudad y dimos con el bendito Centro Pokémon. Le entregué todas mis pokebolas de inmediato a la enfermera Joy y ella se encargó de curarlos a todos.