Ciudad Libertad

Lucas Diamond

¡No, hombre, no! ¡¿Cómo era posible que hubiese salido de nuevo el mismo número en la lotería?! Quién sea que llevase el dorsal 466 era ahora mismo la persona más afortunada del mundo. Esperaba que en esta ocasión si hubiese dos sin tres, ¡porque era lo que me faltaba! Tuve que esperar hasta el próximo sorteo, a ver si tenía mejor suerte (por la cuenta que les trae, ¿eh?). Mi paciencia pronto se vería recompensada, yo lo sabía.

 

Lucas Diamond

¡Ah, tan cerquita que habíamos estado! ¡Esto era una estafa, una auténtica estafa! Aunque en realidad tampoco me cobraban nada por participar, así que supongo que no podía quedarme.... ¡Pero vamos, que ya iba siendo hora de que saliese algo bien, jo!

Volví a probar suerte para el próximo sorteo, esperando poder ganar algún premio en esta ocasión.

 

Lucas Diamond

¿Por qué la vida era tan cruel? ¿Por qué se empeñaba en jugar con mis sentimientos de esa manera, dándome casi un premio, pero dejándome a las puertas de esa forma tan dolorosa? Cuando vi salir los números, palidecí al ver aquel cero, colocado en una posición que no le correspondía. ¡Por Arceus, casi! Tuve que esperar hasta el próximo sorteo, que se realizó algún tiempo después. Vamos hombre, ya me tocaba, ¿no?

 

Lucas Diamond

¡Yuju, otro tercer premio! Ya era la segunda vez que conseguía ganar algo (aunque a qué precio, todo el día revisando los nuevos sorteos). Con el premio, pude conseguirle algunos artículos de lujo a Lapras, para que fuera mejor equipado y pudiera resistir mejor los golpes. Pronto estaríamos lo suficientemente preparados como para regresar a la torre batalla, pero ese día no era hoy. Hoy, en cambio, era el día de seguir viendo resultados de lotería y aspirar a algún premio mayor.

 

Lucas Diamond

Tirorí, nada por aquí, nada por allá, sale el número premiado, ¡y otro día con las manos vacías! Al menos, con la reciente adquisición de artículos de lujo por un tercer premio, me encontraba más seguro y contento. Tampoco es que fuera lo mejor, pero poco a poco, conseguiría ganar algún premio más. ¡Más me valía, porque estaba haciendo un gran esfuerzo yendo y viniendo al centro comercial! Ya casi que me podía quedar aquí a vivir.

Tras un tiempo, regresamos a probar suerte. Ya me conocían y todo, si es que a constante no me ganaba nadie.

Contenido oculto

I'm sorry for all this flood, pero no tengo nada mejor que hacer de momento (?

 

Lucas Diamond

¡Ah, de nuevo había salido el cero y el tres como números iniciales! Esto no era justo, ¿por qué unos tanto y otros tan poco? Empezaba a encontrar patrones, seguro que alguien manipulaba los resultados para que cierta gente privilegiada pudiese gozar de los mejores premios, mientras que los demás nos teníamos que conformar con las sobras. ¡Eso era, estaba claro! Y pensaba desenmascarar a los timadores. Por eso, me acerqué de nuevo en el próximo sorteo, tratando de sonsacar algo de información al lotero.

 

Lucas Diamond

Ajá, en el centro comercial había encontrado todo lo deseado. Con mi bigote postizo y esas gafas gigantescas, nadie podría reconocerme. Acudí de vuelta al lotero, a hablar con él. Esta vez obtendría información.

—Estimado, pasaba por aquí con la intención de probar fortuna en un divertido juego de azar, y su puesto ha captado toda mi atención. Me preguntaba si podían ofrecerme algún tipo de servicio privilegiado, no sé si me entiende —propuse, con un interés fingido, apoyando el brazo sobre el mostrador.

>>Ya sabe... Esos jugosos premios para los más azarosos, ¿cómo podría, digamos... "Aumentar mis posibilidades"?

Algo me decía que esto no iba a funcionar.

 

Lucas Diamond

¡Sería posible, me habían reconocido! Y encima, para que no sospechase me habían premiado con un tercer premio. ¡Pero no estaba nada de acuerdo, esto no funcionaba así, jum! No había conseguido información, y así no acabaría con esta corruptela. Al día siguiente, con una peluca rubia y unas gafas de sol, regresé al establecimiento, fingiendo una voz aguda, de mujer.

—Hola, guapetón. Acabo de llegar a esta ciudad, ¿hay algún sitio donde pudiera conseguir premios interesantes? —pregunté, jugando con un mechón entre mis dedos—. Ay, sería taaaan feliz si pudiera conseguir algo chuli, ¿quién sabe? Quizás si te digo mi número de dorsal se te ocurra algo que pueda hacer, ¿no?

En lo que preguntaba, di un tirón más fuerte de la cuenta al pelo, mientras jugaba con él, provocando que la peluca se descolocase y dejase al descubierto mi gorro (porque sí, llevaba la peluca sobre el gorro).

Bueno, nada, al menos ya que estaba preguntaría por el número premiado...

 

Lucas Diamond

Otra vez un tercer premio. ¡Estos de la lotería sabían que estaba detrás de ellos, y ahora solo querían contentarme, seguro! ¡Por eso me daban premios pequeños, para que no los destapase! Opté por la opción final para descubrirlo: me quité la gorra, dejando mi pelo suelto al aire, y me compré ropa nueva. ¡Incluso me intenté maquillar para que mi piel pareciese más oscura! Era el disfraz menos disparatado que había hecho, pero quizás el más eficaz. Una vez más, acudí al lotero.

—Hola, me gustaría conseguir el primer premio. Tengo arlines de sobra, ¿podríamos llegar a un acuerdo? —pedí, esta vez sin andarme con rodeos.

Por tercera vez, obtuve una respuesta negativa, incluso sin que me hubiesen reconocido. Diablos, ¿sería acaso verdad que ahí no trucaban los premios?

 

Lucas Diamond

El único consuelo que obtuve de aquel fútil intento de destapar una corruptela nacional fue un tercer premio. De nuevo. Desolado (aunque con unas botitas ideales para Rillaboom), me marché del puesto, a esperar al próximo sorteo, y confiar en el azar, ya que no parecía haber otra forma de obtener nada.

Diablos, ¿algún día tendría siquiera la suerte de tener dos números coincidentes? ¿¡Cómo iba a conseguir tres!?

 

Lucas Diamond

Seguía acudiendo a revisar los números premiados en la lotería con frecuencia, mientras ultimaba el equipo para mis Pokémon, con el fin de poder afrontar de nuevo la torre de Villa Cruce y poder prosperar en esta ocasión. Aún debía probar también el modo cooperativo, pero eso sería más tarde, ya que probablemente fuese hasta más difícil que el dobles (no en vano yo solo podía actuar en un cuarto del combate, dependiendo también de mi compañero).

¿Estaba empezando a divagar en pensamientos absurdos? Sí, podría ser. Esto a veces era un trabajo difícil.

 

Lucas Diamond

Comenzaba a sentir algo tedioso tener que ir y venir del centro Pokémon hasta el centro comercial todo el rato para revisar la lista de premios de la lotería. ¡Pero tampoco tenía todo el dinero del mundo, no podía comprar objetos indefinidamente! No estaba tan mal querer aprovecharse de los premios gratis, ¿verdad?

Aunque realmente no sabía cómo de rentable podía ser estar aquí todo el día, sin combatir. Quizás se estaban atrofiado nuestras cualidades, ¡debía volver pronto a los combates! Sin embargo, ese día no sería hoy. Hoy ya estaba, una vez más, camino del C.C. Freedom, más que dispuesto a poner a prueba mi suerte una vez más.

 

Lucas Diamond

Debido a un sueño puntual, fruto del agotamiento por no hacer nada (que aunque pareciese mentira, era algo que agotaba mucho, porque aperreaba el cuerpo), llegué tarde a uno de los sorteos de lotería. Antes de que comenzase el siguiente, fui corriendo a revisar los premios. Tanta fue la prisa que me dejé la mochila con las pokeballs en la habitación del Centro Pokémon. ¡Esperaba que nadie me retase a un combate mientras, o tendría que pelear con mis puños!

... Aunque en realidad, podría hasta ser interesante... Sin caer en el vandalismo, claro.

 

Lucas Diamond

Y fue entonces cuando uno de los premios de la lotería se manifestó al fin. No sé bien cómo ocurrió, pero con el tercer premio que había ganado, regresé al centro Pokémon, feliz. Estaba por subir a la segunda planta, para volver al cuarto a recoger mis balls, cuando la enfermera Joy me llamó para que me acercase. "Alguien ha dejado este regalo para ti", me dijo. ¿Cómo...? Me tendió entonces una ball, y la guardé con cuidado. ¿Alguien me había dejado ese Pokémon? ¿Como cuando alguien me quiso dar su Aipom?

Quedé unos minutos quieto, sin saber bien qué hacer. Momentos como este eran muy especiales en la vida de un entrenador, pues hacían que uno sintiese que alguien valoraba su trabajo, y quería confiarle una parte de su vida. Le pedí a la enfermera saber quién lo había dejado, y solo supo decirme que era uno de mis fans, que había descubierto recientemente que estaba allí. ¡Lo llevaba criando para mí hasta día de hoy!

Tuve que volver a por el resto de mis Pokémon, y ya en la habitación, abrí la ball para conocer a mi nuevo compañero: un Larvesta.

Le di la bienvenida al equipo, como ya había hecho con el resto en su momento, y lo tomé en brazos. Era cálido al tacto, esperable, pues era un Pokémon de tipo fuego. También suave, quizás por su piel de insecto, o por el pelo que lo cubría. Lo más sorprendente era que parecía estar en un excelente estado, y aún me atrevería a decir que a punto de evolucionar. Con mi nuevo amigo, ya tenía en qué gastar el premio recién obtenido, y eso sólo consiguió motivarme más a volver a ganar premios en la lotería. ¡Larvesta debía evolucionar pronto a Volcarona, y deseaba verlo!

 

Lucas Diamond

Con Larvesta en brazos, caminé de aquí para allá, yendo y viniendo del centro comercial, para ir viendo los premios de la lotería. No conseguimos nada la primera vez, pero como a cabezón no me ganaba nadie, volví a ir cuando me enteré de que el siguiente número había salido, esperando conseguir algún premio.

¡Vamos, bolitas! ¡Que Larvesta necesita comer para hacerse mayor y evolucionar a un Volcarona!

 

Lucas Diamond

Otro tercer premio. Otro más. No es que no los agradeciese, en realidad me sentía afortunado por poder conseguir esos objetos gratis, pero empezaba a aspirar a algo más. ¡Ya iba siendo hora, jo! No hacía más que conseguir coincidencias sueltas, si es que conseguía algo. Y pronto ya me habría agotado todos los productos canjeables posibles, porque a este paso... Solo me quedaba la paciencia, y seguir insistiendo. Una y otra vez, revisando los resultados de la lotería.

Vaya, ahora entendía por qué esto era tan adictivo para la gente...

 

Lucas Diamond

¡No podía ser! Me había vuelto a quedar cerca de conseguir algún premio. Jo, qué mala pata... El pobre Larvesta esperaba ansioso algo de comer, y aún no podía ofrecerle nada. ¡Y encima esto de la lotería empezaba a verse imposible! Quizás era hora de cambiar algunos hábitos y volver a la torre a probar un desafío.

Regresé al establecimiento de lotería, quizás por última vez en un tiempo, y tras revisar el número, me marché a lomos de Flygon.

 

Mimi Honda

Al fin, allí estábamos. Nada más cruzar Calle Victoria el camino asfaltado se abrió paso hacia una enorme macrópolis. La capital de Gérie, el centro de mayor actividad de toda la región y la sede de la inminente Liga Pokémon.

Ciudad Libertad.

A pesar de ser un centro urbano moderno conservaba como el resto de Gérie edificios y zonas de su pasado, como el castillo que se alzaba, majestuoso, muestra clara de su antigua gloria. Había empezado a anochecer y las luces del alumbrado público ya habían comenzado a prenderse. El afluente de gente—entre aficionados a la Liga, entrenadores y turistas era enorme—pero en medio de toda la marabunda sus luces se prendieron y mi mirada se dirigió hacia él.

Después de lo irritante que había sido el trayecto hacia allí, ver esas grandes letras luminosas hizo que en parte mereciera la pena.

"C. C. Freedom"

¡Un centro comercial! En el tiempo que la Liga empezaba podía tomarme el tiempo en recorrer sus tiendas en su totalidad. Quería renovar mi armario—por supuesto— y tal vez encontrar entre sus múltiples establecimientos algunos artículos útiles para mis Pokémon.

Sin embargo la prioridad en ese momento era descansar y sanar a nuestros equipos y así lo hicimos en el Centro Pokémon de la ciudad. Pedimos una habitación compartida y dejé mis cosas encima de la cama mientras me encaminaba hacia el baño.

—Liz, iré a darme una ducha—le dije mientras me soltaba el cabello—. Si necesitas cualquier cosa da dos golpes en la puerta. Luego podemos bajar a cenar.

En una hora y media.

Y a la mañana siguiente nos inscribiriamos en la Liga... ¡y tal vez podría hacer algo de turismo de verdad!

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