Emily Hodges —Puedes aguantar eso, ¿verdad? Seguid con Colmillo Ígneo y Lanzarrocas. INCINEROAR: Fuego/Siniestro (Balanceado) Mar llamas: x2 movimientos tipo fuego si los ps bajan de 1/4. Salud: 205/205 (15) Fuerza: 230 (35) Resistencia: 188 (8) 98 de Velocidad (38) Movimientos: -Ascuas (40 Potencia, Fuego (Base 30, +10 STAB)) (70) -Colmillo Ígneo (65 Potencia, Fuego (Base 50, +15)) (60) -Lariat Oscuro (65 Potencia, Siniestro, ignora cambios de estadísticas rivales (Base 50, +15 STAB)) (50) -Golpe Mordaza (75 Potencia, Siniestro, impide al rival usar movimientos de sonido (Base 60, +15 STAB)) (45) LYCANROC: Roca (Ágil) Ímpetu Arena: su prioridad aumenta en tormenta de arena. Salud: 36/176 (26) Fuerza: 199 (29) Resistencia: 146 (16) 132 de Velocidad (22) Movimientos: -Roca Veloz (40 Potencia, Roca, dos puntos de agilidad para esquivarse (Base 30, +10 STAB)) (Usos: 5/5) (90) -Trampa Rocas (Coloca una capa de trampa rocas) (Usos: 1/1) -Mordisco (30 Potencia, Siniestro) (80) -Lanzarrocas (50 Potencia, Roca (Base 40, +10 STAB)) (70)
Liza White Bueno, al final no había ido tan mal el día. Al menos, la recolección de frutas mejoró el resultado anterior con la pesca, y me llevaba un buen montón de joyas para volver a mis orígenes de compradora compulsiva. No podía evitarlo, ¿vale? Era superior a mí. ¡Era superior a mí! Decidimos que lo mejor ahora sería aprovechar para descansar un ratito, el tiempo que tuviésemos disponible, sentados en algún lugar próximo al escenario donde Emily estaba combatiendo, para que no nos perdiese de vista. Agotada, me dejé caer en un asiento no demasiado cómodo a decir verdad, tendiéndome boca arriba y colocando el antebrazo sobre mis ojos. Los cerré, sin intención de quedarme dormida, mientras escuchaba los comandos y choques provenientes del escenario. —Pobre Mankey —susurré, ocultando una sonrisilla.
Y el Mankey, sin poder hacer mucho, terminó también debilitado, ante los sollozos del otro gemelo. Fue Cheche la que, tras un breve aplauso, se aproximó a los dos niños, sonriente, y les dio algunos golpecitos en la cabeza. —Tranquilos, chicos, lo hicisteis bien —Luego, se dirigió a Emily, haciéndole entrega del Electrostal—. ¡Eso ha sido genial, chica! Ten, te mereces este Electrostal. >> Si lo deseas, ¡estaré esperando para desafiarte!
Emily Hodges Un pesado suspiró salió de mis labios en cuanto el ataque de Incineroar fue efectivo y terminó con el Mankey enemigo. Sonreí a mi equipo mientras recibía el Electrostal. —Es cierto, lo habéis hecho muy bien —dije a los pequeños con una sonrisa y después miré a Cheche—. ¡Gracias! Creo que entrenaré un poco más y volveré a retarte. ¡Nos vemos! Y con la determinación recuperada para seguir con el desafío, finalmente bajamos del escenario. Busqué con la mirada a Liza, dijo que estaría por ahí, ¿no? La encontré rápidamente en un banco y me acerqué con sigilo por detrás. Dejé caer mi cabeza hasta quedar sobre la suya, a centímetros, sonriente. —¡Hola, señorita! — me separé a los pocos segundos y me senté a su lado—. ¿Qué tal te ha ido?
Liza White "¡Hola, señorita!" —¡W-wah! —exclamé de súbito, abriendo los ojos al verme sorprendida por una voz demasiado cercana a mis oidos. Dos ojos morados me observaban de cerca, curiosos. De la impresión mi cuerpo se balanceó hacia delante de un brinco, a punto de chocar sin querer mi frente con la de la chica, pero por suerte me detuve a tiempo antes de que llegase el golpe. Tomé una bocanada de aire mal disimulada mientras Emily se sentaba a mi lado, quien ya parecía haber acabado su combate. ¿De verdad me había quedado quedado medio dormida por unos minutos? ¡Q-qué vergüenza! —Y-yo... ¡Yo no estaba dormida, lo juro! Es solo que... Ish, perdona por el susto —me disculpé, ladeando la cabeza con una pequeña sonrisa nerviosa. Algo más tranquila, respondí a su pregunta—. Me costó un poco acabar la prueba de la jungla, pero al final fue bien. Y uhm... Me dediqué a hacer el trabajo de la pesca y de la recolección de frutas, y creo... creo que acabé algo cansada —y no pude evitar reír por lo bajo, llevando una mano tras mi cabeza. >>¡Pero ya vuelvo a tener energía! Y dado que la campeona de la prueba de Kikabila del día de hoy ya ha llegado, dime, ¿tienes pensado hacer algo más por aquí?
Emily Hodges Reí levemente al ver como se asustaba y posteriormente disculpaba por haberse quedado dormida. También me explicó que había logrado superar la prueba de la Jungla, y a pesar de sus palabras, estaba segura que lo había hecho extremadamente bien. Le sonreí, comprensiva y orgullosa (¡era mi amiga!). Aunque tenía razón en que llevábamos bastante tiempo sin descansar, yo también sentí a veces que mis párpados querían caerse. —¿Eh? No es para tanto~ —dije finalmente, con un leve sonrojo—. ¡Felicidades, por cierto! Y... no sé, realmente solo hice esta prueba mientras te esperaba, no había pensado nada más. Quizás atrapar algún pokémon más para mi equipo, quizás alguno de planta o de agua. ¿Y tú? ¿Qué quieres hacer ahora?
Liza White Escuché atentamente los planes improvisados de Emily, cerrando los ojos y cruzando los brazos, planeando en mi cabeza distintas rutas y vías que seguir en base a lo que ambas queríamos hacer. Al instante deshice mi posición y me rasqué la mejilla con un deje de nerviosismo; íbamos a tener que recorrer muchas áreas, pero al menos contaba con su compañía y la de nuestros pokémon. ¡Sería divertido! —Uh-hum, así que de tipo agua y planta, ¿no? —asentí, confirmando haber entendido todo. Me levanté del banco entonces, admirando los alrededores, y extendí mis brazos a derecha e izquierda, en un intento por abarcar todo el terreno con mis manos—. Pues es tu día de suerte, ¡los tienes a ambos lados! Empezaremos contigo entonces, ya que estamos cerca. ¿Quieres empezar por la jungla la busqueda de tu nuevo compañero? Y mientras todos nuestros pokémon se ponían en pie tras el breve descanso, listos para iniciar una nueva caminata, me dirigí una vez más hacia Emily con un dedo en mis labios, pensativa. —Yo... Quisiera evolucionar a esta pequeñina de aquí, pero para eso tendremos que seguir una ruta algo más enrevesada —la budew aludida se asomó entre mis piernas, observando a la chica con fijeza. Entonces, sonreí con cierta timidez hacia mi amiga—. Espero que no te importe.
Emily Hodges Asentí con la cabeza, feliz, mientras me ponía en pie también. Miré a los dos lados que me señalaba con curiosidad, pensativa. —¡A la Jungla! —propuse finalmente—. Cuando vayamos por las Charcas, podremos seguir hacia otro lugar para que tú entrenes a la pequeñina... ¡y yo a los pokémon nuevos! —expliqué, juntando los dedos de mi mano detrás de la espalda—. ¡Por supuesto que no me importa, ¿qué tonterías dices?! Además, será divertido~ Y tras aquella discusión y planificación, finalmente ambas, acompañadas de nuestros equipos, nos dirigimos hacia la Jungla.
Liza White Emily había tenido mucha suerte, desde luego. Justo caminaba detrás de ella, buscando con la mirada por si podía ayudarla a encontrar el pokémon en la medida de lo posible, pero fue mencionarlo y apareció ante nosotras al instante. Curiosa, me mantuve cerca, admirando cómo con dos cebos el pequeño Fomantis acabó uniéndose a su equipo, y la chica cumplió su cometido con éxito. Iba a felicitarla acercándome a entrenadora y pokémon, pero justo Emi se giró hacia nosotros, irradiando energía tras su reciente éxito, y con una sonrisa correteó hacia mí, tomó mi mano y echó a correr hacia la salida con alegría, seguida de todos nuestros pokémon. Y a pesar de que al principio su acción me tomó por sorpresa, no dudé ni un segundo en imitarla; sujeté el agarre de su mano devolviéndole la sonrisa al alcanzarla, y al girarme hacia atrás les saqué la lengua al resto, burlona. —¡Quien llegue el último a las charcas es un Exeggcute podrido, avisados estáis! —exclamé entre risas, acelerando el paso, y me giré una vez más hacia Emily guiñándole el ojo con complicidad—. Esto está ganado, ¡vamos!
Emily Hodges Salimos de la Jungla con un paso rápido, llegando de nuevo a ciudad Kikabila. Mis pokémon se encargaron de presentarse y hacer que el pequeño Fomantis se sintiera más cómodo entre nosotros. Sonreí mientras los miraba, esperando poder entrenar adecuadamente al pequeño de tipo planta. —¡Oh! ¡Vamos chicos! ¡No queremos ser un Exeggcute podrido! —dije con energía antes de seguir a Liza corriendo, destino: Cahrcas Mabwawa. Contenido oculto ya posteo yo, wait a second(?
Lucas Diamond Kikabila listo. Siguiente parada: la jungla. Ya parecía quedar muy poco... solo un poco más... Al otro lado de esta ciudad se encontraban las arenas movedizas que me permitirían llegar a mi destino. Msita esperaba impaciente otro competidor, ¡seguro que sí! Y yo la pondría contra las cuerdas. Toqué la flauta arenas cuando fue necesario y Noctowl apareció desde el subsuelo. Con su movimiento vibración disipó las arenas movedizas para permitirme acceder a la siguiente prueba. ¡Qué pokémon más eficiente! Aún me daba pena haber tenido que acabar con el de Akili.
Emily Hodges Decidimos nuestros próximos pasos en las Charcas, y se trataban de ir a ciudad Vijijini a comprar lo necesario para la evolución de Hana. Asentí con la cabeza, pero entonces recordé qué podría aprovechar antes de irnos tan lejos. Le expliqué a Liza que podía ir rápidamente a Kikabila para preguntar sobre Growlithe, porque no sabía como podía evolucionarlo, y así podríamos ir a Vijijini sin problemas. Así que me di toda la prisa que pude en pasar la ciudad Kikabila hasta el mercado.
Emily Hodges ¡Genial! Ahora ya sabía que necesitaba una Piedra para evolucionar al Pokémon. Un momento... Liza también, ¿cierto? Ahora las dos compartíamos el mismo objetivo. ¡Tenía que decírselo! Tras agradecer al señor gurú, Growlithe y yo salimos del Mercado para volver a las Charcas. Algo más relajados tras la información conseguida pero sin olvidarnos de que Liza nos estaba esperando.
Lucas Diamond De vuelta a Kikabila. De tanto andar iba a acabar con las piernas hechas polvo, pero de momento era la única solución. Me pasaría por el mercado, compraría lo que fuera necesario y luego volvería a la jungla a trabajar buscando frutas. Síp, ese era el plan. ¿Qué más se supone que debo decir o pensar?
Liza White La buena noticia era que había llegado a la ciudad, vivita y coleando. La mala... pues no lo sé, la verdad. Pero siento que hay alguna mala. Como sea, no tardamos en visualizar el mercado de la zona, y allí fue a donde nos dirigimos, sin perder más tiempo. Sin embargo, seguía estando algo ansiosa. —Uhm... ¿Yo no debería estar estudiando? —murmuré de repente, sin pensarlo. Parpadeé, confusa, y me llevé un dedo a mi mentón—. ¿A qué ha venido eso? Seguro que ya estaba rompiendo la cuarta pared de nuevo. Un clásico.
Liza White Listo, una cosa menos. Ahora... ¿Ir a la jungla primero o a las charcas? Las charcas las había recorrido ya un montón de veces el día de hoy así que... ¡a cambiar de aires! Aunque igualmente había pasado un largo rato en la jungla. Dos veces. —Creo que necesito cambiar de trabajos —reí por lo bajo, aunque no lo decía en serio. Siempre me había ido bien con ambos trabajos, no podía quejarme.
Liza White Dado que no teníamos tiempo que perder, y tras la ayuda que nos brindó el Noctowl de la zona, partimos hacia las charcas con la caña en una mano y la cesta en la otra. Suponía que aún tenía tiempo suficiente para pescar, regresar a por la recompensa e ir a hacer las compras, pero por si acaso quizás debería pasarme a ver si Emily ya había terminado con lo suyo. Tras darnos ánimos, nos alejamos de la ciudad con aires resueltos.
Liza White Nada, al final fue un Dhelmise el último en aparecer. Pero hey, tres de cinco no estaba nada mal, mejor que antes al menos. Ahora sí, con mi cesta y los peces conmigo, nos dirigimos finalmente al mercado de la ciudad, expectantes del resultado. —¿Cuánto creéis que nos darán esta vez? ¡Ojalá tengamos suerte!
Liza White Estrujé mis mejillas, ilusionada, mientras caminábamos de vuelta sobre nuestros pasos tras la recogida de la recompensa. Nunca había tenido tal cantidad de joyas juntas, ¡nuestro trabajo había tenido sus frutos, y merecían totalmente la pena! Tomé en medio de la caminata a Hana entre mis brazos, sonriente, y la alcé sin dejar de caminar, tomándola por sorpresa. —¿Te das cuenta, Hana? ¡Estás a puntito de evolucionar, tenemos todo listo! ¿No te emociona, peque? —exclamé, girando sobre mis pasos para mirar al resto del equipo, quienes nos observaban con diferentes expresiones de entusiasmo y ternura. La pokémon entre mis brazos trató de no molestarse por el repentino movimiento, y se limitó a agitar su flor con emoción. Sonreí, al menos no era la única, ¿eh?—. Pues ya sabes, en marcha hacia nuestro próximo destino. La próxima vez que veamos a Emily estarás totalmente cambiada, ¡yay! Y entre charlas sobre los nuevos planes que teníamos entre manos, viendo que comenzábamos a salir de nuestra leve pausa de los combates, nos dirigimos de regreso hacia las charcas.
Lucas Diamond Cuando terminó la batalla pude ver la nueva forma de Riolu: había evolucionado. A diferencia de los Lucario que había en otras partes del mundo, este tenía un color más violáceo y unos vendajes propios de las momias. He de decir que este aspecto me resultaba de lo más llamativo, así como sus nuevas cualidades, al ser ahora de tipo planta. Decidí regresar a la civilización (o algo así) para desempeñar más trabajos y poder ganar más gemas y poder entrenar más a mi equipo. Pronto volveríamos a por Msita, ¡y esta vez no se escaparía!
