Emily Hodges Jadi... ¡era una ciudad muy bonita! No tenía nada que ver con ciudades como Mkuu o Vijijini, ¡era todo lo contrario! Seguía siendo una ciudad bastante rudimentaria pero todo estaba lleno de nieve. Mis ojos debían estar brillando por la emoción. ¡Hacía mucho que no nevaba en Galeia! Y aun si veía las ciudades de mi región llenas de nieve, no se sentía igual que aquí en Udan. En la isla era todo más mágico. En otro orden de cosas... ¿tendríamos que buscar a alguien para que nos ayudase con la prueba o algo? Contenido oculto hola bebé Lucas Diamond
Ante la llegada de Emily, un chico bien abrigado con ropajes y mantos se acercó a ella. —¿Oh? ¿Puede ser? ¿¡Eres Emily!? ¡Te recuerdo, tú nos ayudaste a luchar contra Fikra y salvaste nuestro mundo! No me puedo creer que te haya conocido al fin... —el chico, entusiasmado, agarró de las manos a Emily y comenzó a saltar y bailar con ella. >>¿Y estás haciendo el desafío de las marcas? Entonces necesitarás enfrentarte a Theluji... ¡Vaya, qué casualidad! Resulta que yo soy su ayudante! Fabrico trineos de última generación en una casita en esta ciudad, lo necesitarás para llegar hasta él. Se encuentra escondido en el sendero, en un refugio... ¡Solo los Buizel saben llegar, busca uno y te llevará! Agarrándola aún del brazo, arrastró a Emily hasta su casa; era grande para lo que acostumbraban en Udan, pero no mucho comparado con los edificios de Acuarela. Allí, había tablones de madera y metros y metros de cuerda almacenados. —Mira, mira este trineo. Con una placa de madera, traída de los árboles de la jungla, y agarrada por dos cuerdas, para que los Buizel tiren de ella. ¿¡No es revolucionario!? —En realidad, no lo era; solo se trataba de un tablón de madera y dos cuerdas, pero para la civilización udiense, debía ser un gran invento. >>Pues no tienes que decir nada, ¡es todo tuyo! A ver si puedes ganar a Theluji, es un tipo duro de roer. Si conoces a alguien más que necesite enfrentarse a Theluji, dile que venga a verme. Contenido oculto Deberás capturar un buizel para que te lleve <3 No tienes por qué incorporarlo a tu equipo (?
Emily Hodges Mientras caminábamos por la ciudad, después de haberme bajado de Arcanine pues ya podía andar con tranquilidad, un chico se interpuso en nuestro camino. No pude evitar sonrojarme al darme cuenta que me conocía por lo sucedido con Fikra y los Ultraentes. No pensé que llegaría a ser famosa por Udan... además, casi todo lo habían hecho mis amigos. Sin embargo, no rechacé al joven. Parecía entusiasmado y eso me sacó una sonrisa. Al menos ellos eran felices, y eso era lo más importante. Después de la alegría inicial, el chico me preguntó si estaba haciendo la prueba de las marcas y me explicó que para llegar a Theluji hacia falta un trineo y un Buizel. Vaya, no me lo habría imaginado... Resultaba que el chico era ayudante de Theluji así que me llevó hasta su cabaña, algo más grande que la del resto, para darme uno de los trineos. —Sí que lo es, sí —dije, asintiendo con una sonrisa. Al menos para ellos debía serlo, ¿quién era yo para quitarles la ilusión? Así que con el trineo y un Buizel del Sendero, podría llegar hasta el Capitán... Interesante. Agradecí al chico su ayuda y salí de la cabaña. Miré dentro de mi mochila... ¡sí, tenía cebos! Bien, tan solo quedaba volver al Sendero y buscar un Buizel. ¡Vamos allá!
Mimi Honda Terminé la sopa y dejé el cuenco de cerámica vacío sobre la mesa. Después me acurruqué contra las mantas que cubrían mis hombros. Mi cuerpo se sentía cálido gracias al caldo caliente y aquello me hacía sentir con sueño. Pero no era momento de dormir. Aún tenía que hacer demasiadas cosas. Me hacían falta tres marcas. Había dejado sola a Emily, otra vez... en aquel infierno helado. Acaricié la cabeza de Shinx que se encontraba hecho un ovillo a mi lado y entonces me incorporé, tomándolo de nuevo entre mis brazos. —Oh. ¿Ya te marchas?—preguntó la anciana con curiosidad, regresando a la sala con unas telas en las manos. —Sí—asentí—. Creo que ya he abusado de su amabilidad demasiado tiempo. —Espera muchacha... llévate esto—apresuró, tendiéndome una de aquellas mantas—. Es un abrigo de pelo de Buneary. Tranquila, el pelo fue cedido por propia voluntad... antaño esos pokémon sufrieron mucho y ahora viven aterrados. Por favor, tómalo. Te protegerá del frío mientras enfrentas a Theluji. Y sonrió con amabilidad, un gesto cálido lleno de arrugas. Me sorprendió. Era un abrigo suave y cálido de color crema. En cuando me lo puse sentí que sería un aislante térmico perfecto. Protegería mis brazos y mis muslos del frío gélido de fuera. Le agradecí a la mujer, contrariada, sintiéndome algo avasallada por tanta amabilidad. ¡Yo no había hecho nada! ¡D-daba igual que tuviese un corazón puro! Ni siquiera... era verdad que lo tuviese... Mukka se incorporó al verme acercarme a la puerta—me miró con una sonrisa que no pudo disimular y que yo le devolví, agradecida— y me eché la capucha del abrigo sobre el cabello. Seguía nevando. La nieve cubría el suelo, los árboles... las casas. Pero el frío ya no sería un problema para nosotros. Aunque... —Disculpe—dije entonces, volteándome—. ¿Tendría por casualidad otro abrigo?
Mimi Honda De eso modo regresé a Jadi. Seguía nevando copiosamente. De acuerdo... ¿dónde estaba ahora el chico de los trineos? ¿Quizás era esa casa enorme en el centro de la ciudad? Bueno, "enorme" para los estándares de Udan. Contenido oculto Lucas Diamond uvu
Efectivamente, ese era el sitio donde habitaba y trabajaba el creador de trineos. La puerta se abrió cuando Mimi llamó por tercera vez; estaba tan obnubilado en su trabajo que no había escuchado los golpes. —¿Ah? ¡Hola! ¿Vienes a por uno de mis trineos? —preguntó el fabricante, deseoso de escuchar un "sí". Pero no fue eso lo único que recibió por respuesta, sino que además pudo deducir que esa chica era amiga de Emily—. ¡Vaya, tú debes venir entonces de fuera! Claro, será un placerte regalarte uno, después de todo lo que habéis hecho por nosotros. Úsalo para llegar hasta Theluji, ¡los Buizel saben el camino! Y tras la indicación, el artesano volvió al trabajo, para reponer la pérdida de ejemplares.
Mimi Honda Las manos no las tenía cubiertas así que empecé a temer que se me congelasen mientras golpeaba con los nudillos la puerta del supuesto artesano. Una, dos... conté tres veces. Tres golpes secos y directos. —¿No hay nadie? Ya estaba empezando a molestarme realmente cuando un chico apareció, enérgico. Me saludó con alegría y me regaló uno de esos dichosos trineos. Estaba molesta de todas formas, pero conseguir al fin el trineo—si es que unas tablas atadas con cuerda se podían llamar así— fue todo un alivio. Pensaba que el clima frío amargaba el carácter de aquellos que vivían en un constante invierno, pero ese no parecía ser el caso de Jadi. Los ciudadanos eran amables e irradiaban alegría. La anciana, este chico... Yo por mi parte, ni siquiera di las gracias. ¡Qué cosa tan absurda! ¿Theluji no podía esperar a aquellos que fueran a desafiarle en algún lugar más visible? Ahora solo necesitaba un Buizel.
Lucas Diamond Brrr... ¡Qué frío hacia en esta ciudad! Recordaba las primeras veces que vine, siempre junto a Chandelure para calentarme. Pude notar como Chatot también lo pasaba algo mal; la última vez que vino por aquí acabó muy debilitado... Pero el tiempo lo había fortalecido. —Tranquilo amigo, no estaremos por aquí mucho tiempo, ¿vale?
Drake Orestes Al llegar a la ciudad me acerqué a los mercados como ya tenía por costumbre, paseandome entre las tiendas buscando cosas nuevas. Ciudad Jadi estaba muy lejos de gran parte de la isla, pero sin duda valía la pena la espera. Había cosas que solo se encontraban por aquí, y un mercader pareció complacido de ver a un Sandshrew en mi equipo y me regalaron un chal para el frío cuando les dije que no era de por aquí. No protegía mucho, pero comparado con mi situación anterior era un complemento genial. Un hombre se me acercó poco después a hablarme sobre el desafío de las marcas, y más concretamente, en qué consistía la prueba del capitán de esta zona. Al parecer tendría que volver al sendero y buscar a un Buizel que me guíe hacia el capitán para hacer la respectiva prueba, pero por el momento no creía estar listo para otra batalla. Cada capitán era más difícil que el anterior, y si no mejoraba la fuerza de mi equipo podría llegar a perder una batalla por la marca, y no quería eso. Luego de comprar algunas cosas en el mercado y asegurarme de que Sandshrew estuviera bien, use el Gurú de teletransporte. Volvería pronto a esta ciudad, listo para la prueba.
Drake Orestes Al llegar a Ciudad Jadi, busqué un hospedaje y pude pasar la noche en una cama caliente junto a mi equipo. Al día siguiente tendría que enfrentarme al siguiente capitán, y estaba emocionado por la oportunidad que tenía. Antes de dormir hablé con Sandshrew por varias horas, y aunque no podía responderme, pude notar su entusiasmo al final, al sentirse parte de algo. Éramos un equipo, y teníamos que enfrentarnos a los más fuertes de esta isla hasta el final en el desafío de las marcas. Al final de la noche, antes de irme a dormir, le di la piedra Hielo. Decidí que sería su decisión. Al día siguiente se había producido la magia, y donde había estado un pequeño roedor ahora había otra cosa muy diferente. Enormes picos de hielo sobresalían de su espalda, y garras afiladas habían salido de sus patas. Pero aún con todo seguía teniendo la belleza de su preevolucion. Le agradecí a Sandslash por estar decidido a estar con nosotros, y tuvimos un pequeño entrenamiento en la mañana, buscando acostumbrarlo a los comandos de combate. Al final de la mañana nos fuimos a desayunar, y una hora después nos íbamos de vuelta al sendero, con nuestro trineo en manos. Era hora de hacer la prueba, y para ello debíamos buscar un Buizel.
Drake Orestes Al llegar, no nos quedamos mucho tiempo en Ciudad Jadi. ¡El frío era horrible! Aún con el chal que había comprado en el mercado cada corriente de aire me hacía querer volver atrás, y la reciente tormenta de granizo que había tenido que aguantar en la batalla contra el capitán no ayudaba en nada. Así, decidí tocar el silbato que me había dado el capitán con mi victoria. Los primeros minutos siguieron sin ningún percance, y por un momento pensé que me habían dado una flauta defectuosa, hasta que vi a Floatzel haciéndome señas desde el mar. Por supuesto, su misión era llevarme hasta las charcas, tendría que haber tocado el silbato cuando estuviera en la orilla. Floatzel se encargó de congelar el agua a nuestro alrededor, y pasamos al otro lado con bastante prisa. No quería que el camino se derritiera, no creía sobrevivir a tal hipotermia.
Drake Orestes No nos podíamos quedar mucho tiempo en Ciudad Jadi con el enorme frío que hacía, así que me apresuré a ir al mercado a hacer mis compras. Era algo rápido, simplemente rutinario para proseguir. Luego de comprar lo necesario, volví a tocar la flauta y Lopunny nos llevó a Ciudad Mkuu.
Drake Orestes Solo estuve de paso en Ciudad Jadi. Tenía que comprar más cosas antes de seguir, así que pase por el mercado un momento mientras parte de mi equipo me esperaba en la salida. Únicamente Samurott me acompañaba, caminando detrás de mí como una suerte de guardaespaldas. Luego de comprar lo necesario, volví a la salida y toqué la flauta para regresar a Ciudad Mkuu.
Drake Orestes Llegué volando a la ciudad, solo por un poco tiempo. Compre un zumo helado para Octillery, y al terminar la compra decidí volver a tocar la flauta de los cielos para regresar. Si que era útil una flauta que te permitia volar por toda la región. Así pues, volví a Ciudad Mkuu en un pispas.
Drake Orestes Nuevamente, solo estaba de paso por la ciudad. Tenía que comprar unas cosas, y visitar a uno de los Gurú del lugar. Alguien en algún momento debería encargarse de que los servicios de las ciudades pudiera hacerse desde la distancia, pero de momento, tenía que venir personalmente. Luego de conseguir lo que buscaba, volví a Ciudad Mkuu con la Flauta de los Cielos.
Drake Orestes Llegué rápidamente a Ciudad Jadi, y busque la salida hacia el sendero helado. Mi verdadera intención era encontrarme con el capitán de tipo Hielo, pero Lopunny solo sabía moverse entre ciudades. Llevé a Sanslash conmigo hacia la zona indicada, esperando poder escapar de aquel frío lo más rápido posible.
Drake Orestes En Ciudad Jadi, me quedé solo lo suficiente para hacer un par de compras en el mercado. No me gustaba quedarme mucho tiempo, después de todo era sin duda la ciudad de Udan con el peor clima. Luego de terminar de hacer las compras necesarias, volví a Ciudad Mkuu con la flauta de los cielos.
Drake Orestes Luego de ir de compras a Ciudad Zanami, pasé por Ciudad Jadi para bajar hacia el Sendero Níveo. Necesitaba hablar nuevamente con el capitán, y esperaba estuviera por la zona.
Drake Orestes Mi viaje por Ciudad Jadi fue cuestión de minutos. Fui rápidamente al mercado e hice unas compras, para posteriormente dirigirme donde el Gurú que cuidaba al resto de mi equipo. Luego de dejarlo todo en orden, proseguí mi camino de vuelta a la Colina.
Drake Orestes Llegamos volando a Ciudad Jadi, literalmente. Era un poco extraño ver a Lopunny surcando las nubes con su aspecto libre y angelical, luego de ver en el otro tipo que podría llegar a tener, como la Lopunny del consejero de tipo fantasma. Sabía que habían sido torturadas por humanos tiempo antes, pero no habría imaginado que podían llegar a consumirse por el rencor de esa forma. Te daba mucho que pensar. Al llegar al mercado de Jadi, compre una comida tradicional y hice uso del servicio del Gurú del entrenamiento. Terminado eso, volví a tocar la flauta para dirigirme a Ciudad Mkuu.
