Ciudad Central Naosuke

Hmm... el lugar estaba bastante alborotado. No porque hubiese muchas personas ahí, sino todo lo contrario; no había ni un alma a la vista. Pero el lugar estaba destrozado, como si una horda de personas hubiese saqueado la cafetería. ¿Habría pasado una estampida por allí? ¡Que lástima que me lo perdí! Hubiese sido algo digno de ver... aunque probablemente no fuese lo que hubiese pasado. Pero sí habían habido saqueos, al menos. El lugar estaba patas para arriba.

¿Qué debería hacer ahora? No parecía que hubiese ninguno de mis objetivos escondiéndose por ahí, al menos no parecía así a simple vista. Di vuelta una mesa simplemente por intriga, pero no parecía que nadie se escondiese allí. ¿Dónde estaba todo el mundo? ¿Acaso Deus y MuruMuru los habían hecho desaparecer de la ciudad, dejándonos solos en la urbe para que nos matáramos los unos a los otros? Ey, eso simplificaba las cosas, pero... ¿pero qué? ¿Qué iba a decir? Lo olvidé. No se me ocurría ningún pero.

En cualquier caso, ¿qué había venido a buscar? Ah, sí, un arma. Veamos... miré alrededor del lugar en busca de algún objeto que pudiese serme útil...

 

Séptimo
​

Ruidosa, ruidosa y más ruidosa.

¿Qué importaba si la tomaba así y la guiaba al siguiente piso? ¿Por qué tenía que ser tan delicada y llamar la atención de esa forma por un simple y realmente leve jalón que estaba haciendo ahora?

—Me comportaría como caballero si realmente fueras una dama —gruñí para finalmente soltarla y que hiciera lo que se le diera la gana en este piso, estaba claro que ya tendríamos que ir saliendo de este lugar para poder buscar a los demás pero... ¡quería un arma! Ensuciarse las manos con los demás jugadores no lo veía tan necesario, además, sería muchisimo más diveritdo si tenía algo entre mis manos que me permitiera hacer las cosas más fáciles.

—Habrá visto muchas cosas que es probable que tú nunca notes, soy irresistible, por eso Deus ha dedicido que iniciarmos juntos, ¿qué otro jugador habrá tenido ese lindo detalle?

Ahora al igual que ella, me tocaría buscar algo de interés, esperando que cualquier cosa que hubiera provocado ese sonido, se atreviera dar la cara cuando tuviera disponible algo con lo cual defenderme más fácil.

Contenido oculto

2 + 2 = 4 :D

 

Decides dejar aquel pasillo atrás y regresar sobre tus pasos, llegando una vez más al ala contraria, donde se encontraban los ascensores y las escaleras. Si quieres marcharte, dirigete al piso de abajo y escoge una dirección a la que ir. Si quieres permanecer, puedes seguir explorando el hospital.

Decides adentrarte en la mansión, con tanto acierto que logras encontrar rápidamente el interruptor que mantenía el lugar a oscuras. Ahora puedes ver con claridad todo a tu alrededor, notando como aquellos muñecos estaban hechos de una forma que más que dar miedo, daban cierta lástima. Todo parecía estar abandonado.

Te percatas en ese instante de que, al fondo del pasillo, yace tirada en el suelo una cuerda que hacía las veces de soga en la atracción. ¿Quizás era buena idea tomarla?

La atracción se encendió entonces, y las puertas a tus espaldas se cerraron. Parece que caíste en la trampa de quien sea que está detrás de esto.

Si ni quieres tomar la cuerda, continúa avanzando por la atracción. Ya no puedes volver atrás.

¡+1 Acción realizada con éxito!

Y de un salto acabaste por abrir la ventana, golpeándola hacia un lado hasta que acabase corriéndose. Vuelves a impulsarte y esta vez, logras meter los codos, haciendo fuerza para inclinar tu cuerpo hacia dentro. ¡Lo conseguiste!

Hora de la tirada de (Vista Lince) para ver qué te encontrabas. Oh... Y también puedes abrirle la puerta a tu compañero, claro.

¡+1 Acción realizada con éxito!

¡Bingo, acertaste! La luz de la estancia se encendió, y gracias a ello pudiste ver que te encontrabas en un... ¡Un supermercado! ¡Perfecto!

Pero el ruido de una lata cayendo al suelo te alerta. ¿Qué harás? Buscar recursos (Vista Lince), (Sentir el peligro), (Huida).

¡+1 Acción realizada con éxito!

Pero la suerte no está de tu parte, y acabas regresando sobre tus pasos. Parece que estás más perdido que antes. ¿Qué harás? Escoge las opciones anteriores.

La niña no parece tranquilizarse con tus palabras, y se echa a llorar sin poder remediarlo. La ayudas con su vestido y eso logra calmarla un poco, pero parece que aprovechará la oportunidad para huir en cualquier momento.

-G-g-gracias... -murmura, con la vista en el suelo pero sin dejar de observarte, y parece que empieza a quitarse algo de su mano. Cuando quieres darte cuenta, la pequeña te colocó una pulserá amarilla en tu muñeca como gesto de agradecimiento.

Con eso, se marchó escaleras arriba. Ya no podías hacer mucho mád por ella, pero al menos la has salvado. ¿Qué harás ahora? Si quieres marcharte, escoge dirección tras bajar a la planta baja.

El pequeño Victor no parece muy contento al no decirle tu nombre, pero en seguida sonríe y tira un poco más de su agarre.

-¡Está bien, te llamaré hermanito! Yo tengo uno pero ahora mismo no está aquí... Y lo echo de menos... -intenta aguantarse las lágrimas como puede y sacude su cabeza, volviendo la atención hacia ti-. Hay gente mala que nos está persiguiendo, a todos los habitantes. Los hace desaparecer de alguna forma y yo... y-yo tengo mucho miedo.

>>N-no sé dónde están papá ni mamá, ni siquiera Manu. Tú me protegerás, ¿verdad que sí hermanito?

Mientras que Tercera encontró en uno de los estantes un paquete de pilas y una linterna, de lo más útil que pudo encontrar por allí, Séptimo encontró un par de monedas y... ¡una máquina expendedora!

Ambos podrían gastar una moneda en ella.

¡Bingo, entre las mesas había algo! Parecía ser una lata de refrescos algo bollada, pero útil al fin y al cabo. También encontraste una bolsa de snacks pisoteada, pero gracias al plástico que las envolvía prácticamente estaban intactas.

¡+1 acción realizada con éxito!


Sexta (Rein )

Al abrir los ojos, te encuentras sentada en lo que parecía ser un cómodo asiento. Miras a tu alrededor, y ante tu sorpresa, te encuentras en una especie de planetario a juzgar por las maquetas y la cúpula. La puerta de salida se encuentra abierta y oyes las pisadas de alguien pasar.

¿Qué harás? Asomarte (Sigilo), ir en su busqueda (destreza) o avanzar.

 

Quinto

Cargando con las nuevas herramientas obtenidas, regresé al punto de partida. Ya había tenido suficiente de este hospital y, aunque la idea no me atraía, lo mejor sería hacer una parada en casa.

—Deus no quiera que me encuentra a ninguno —murmuré, repentinamente cansado. Aquel golpe de adrenalina ya había pasado y de repente me sentía exhausto y hambriento—. Pero tomando en cuenta que tiene a esa niñata...

Me detuve frente a las puertas del ascensor, dudando. Tomando en cuenta el abandono total en el edificio, ¿estos aparatos seguirían funcionando? Prefería no arriesgarme e ir por las escaleras. Me tomaría su tiempo bajar los cinco pisos, pero mejor así. Tampoco tenía tantas prisas.

 

Treceavo

Dejé atrás al pelilargo junto con sus palabras. Poco me interesaba prestar oído a lo que tuviera que decirme, porque seguro sería algún reproche despectivo sobre mis modos de dirigirse a él. Es decir, yo me consideraba algo educado a pesar de mi tosquedad, pero un ademán brusco de este tipo (su dichoso modo de apartarme de la puerta) fue suficiente para que no se ganara mi aprobación.

Y como si quisiera ganar puntos (negativos) conmigo, el hombre se metió por la entrada alternativa que YO descubrí...

…

Aunque es cierto que hubiera hecho lo mismo porque estamos en un juego de supervivencia para ser el Dios del Espacio y el Tiempo… En realidad lo que hizo tiene sentido. ¡Pero…! ¡Qué sujeto más molesto!

Y más me valía seguirle el paso ahora mismo. No fuera cosa que saliera a perseguirme con una equipamiento de fútbol americano, listo para partirme en dos de una tackle.

De un ágil salto, alcancé la ventana y me introduje por ella.

—A juzgar por tus ansias de entrar, tú también debes ser un poseedor de diario —dije al aterrizar en el interior de la caseta—. Esperaba no encontrarme tan pronto con uno —bufé—. Qué remedio.

Disimuladamente, eché un vistazo a mi alrededor...

Contenido oculto

Habilidades

Armas blancas: 0
Armas improvisadas: 0
Armas de Fuego: 1
Corpulencia: 0
Destreza: 5
Robo: 0
Combate cuerpo a cuerpo: 1
Huida: 0
Constructor: 1
Ocultar: 0
Primeros Auxilios: 2
Psicoanálisis: 1
Sentir el Peligro: 1
Sigilo: 1
Ingenio: 2
Descanso: 0
Vista lince: 2
Recolector de alimentos: 3
Autocontrol: 0
Acierto: 5
Supervivencia: 3

 

Novena

—La mala suerte me ronda día y noche —suspiré devolviéndome de regreso a la zona rústica—

Solo había estado caminando en círculos por la zona, así que empecé a mirar el lugar detenidamente

Sin embargo, examinar el lugar me daba una leve impresión de estar en una zona boscosa, o tal vez un parque, no estaba del todo segura

—Creo que, si quiero salir de este lugar, debería examinarlo mas a fondo—

En efecto, de toda la ciudad, había parado a empezar aquí, tal vez podría haber algo interesante para que pudiera haber terminado en este lugar, así que debería empezar a mirar a mi alrededor con la vista aguda cual Lince

 

Séptimo ​

De nuevo nada interesante, solo un par de monedas y una muy útil máquina expendedora.

Tan siquiera podía tener algo más de comida que el simple dulce que había encontrado en el comedor.

—Oye Socut —le llamé, desde mi sitio introduciendo una de las monedas a la máquina —, ¿encontraste algo más útil que yo? Porque parece ser que Deus solo quiere que me alimente de una manera más sana. —"Mientras yo solo quiero una maldita arma" quise añadir, pero ella no tenía por qué enterarse sobre mi gran deseo de obtener un arma ya.

Más por el hecho de ese pequeño admirador que parecíamos tener aquí dentro.

 

Miro a mi alrededor, puedo distinguir a un montón de criaturas demoníacas: un surrealista karakasa, el esqueleto gigante de un gashadokuro, una rokurokubi cuyo cuello alargado estaba hecho de goma y parecía moverse mediante algún interruptor, un sangriento vampiro jiang shi, una noppera bo tan mal hecha que era evidente que solo habían vestido a un maniquí cualquiera, un kappa que intenta aparentar ser monstruoso y un montón de fantasmas que no conozco debido al desconocimiento de las leyendas de este lugar. Me hace gracia, cuando una ya está acostumbrada a vivir entre monstruos no dan ningún tipo de miedo. Al menos podrían haberse esforzado en hacerlos bien.

Mientras me río de estos monstruos de imitación barata, las puertas de la casa se cierran. ¿Así que ésta es tu supuesta trampa, depredador-chan?

— Muy bien, muéstrame qué es lo que tienes.

Avanzo por el único pasillo disponible. En mitad del trayecto me encuentro con una soga. Pf, demasiado evidente. ¿En serio? Solo se me ocurren dos cosas: o ya estaba aquí para el entretenimiento de los turistas o mi querido amigo tiene muy poca imaginación. En cualquiera de los dos casos, no ganaría nada tirando de la soga, pero me resulta tan infantilmente divertido que me gustaría ver qué tipo de estupidez tiene pensado. Observo la soga con detenimiento, buscando con Vista de lince qué podría activar. A menos que lo que encuentre sea puramente interesante, seguiré mi camino.

Contenido oculto: Tirada

No tengo claro si esto se tiraría con ingenio o con vista de lince, me parece más lógico con vista de lince, pero la master tiene la última palabra.

Vista de lince 0 + Tirada 5 = 5

Edito: Me acabo de dar cuenta de que está tirada en el suelo. Estupendo, Sherlock. En fin, lo escrito está escrito. XD

 

— un supermercado...

En cuanto la luz ilumino aquel lugar pude distinguir mejor, era algo oportuno ya que necesitaba comida para tener energía para seguir por acá. Pero en cuanto quise ir a tomar algo, mi intuición trataba de avisarme sobre algo.

—...

Sin más, cerré mis ojos dejando a mis sentidos fluir solos

 

Contenido oculto

Me siento atacado, Bruno EVF

Décimo

Con bastante esfuerzo logré, mediante dos saltos uno tras otro, entrar a la caseta del equipamiento: un lugar no muy amplio, rodeado de equipamiento, balones, ropas y demás objetos que no servirían mucho en un juego que consistía en matar al prójimo. ¿O sí? Me di prisa en ubicar algo útil (Vista Lince) solo por si acaso.

Pero la sorpresa interrumpió mi búsqueda.

"A juzgar por tus ansias de entrar, tú también debes ser un poseedor de diario. Esperaba no encontrarme tan pronto con uno. Qué remedio."

—Y no te equivocas, amigo, y no te equivocas—dije al darme cuenta de su presencia. Resultó que ahora él jugaba a los sustos. Lo miré fijamente. El muchacho no parecía muy fuerte; si no encontraba algo con qué defenderse, yo podría acabar con él cuerpo a cuerpo. Pero debía calmarme. Sin darme cuenta mi pulso se había acelerado. Yo no era un asesino a sangre fría y estar encerrado con un enemigo potencial era una idea que no me hacía da de gracia—. Soy Décimo, para servirte...

¿Los otros participantes tendrían la misma mala suerte que yo? Por segunda vez me encontraba solo y vulnerable frente a un poseedor de diario. Era un fastidio, pero seguro Deus Ex Machina no me sacaba la vista de encima; era un miserable realmente.

Contenido oculto

 

Sexta

Y la última había llegado, es decir, yo. Tenía tantas ganas de poder encontrar a alguna víctima pronto, tenía que acabar con todo esto y poder ser la próxima diosa que pudiese controlar todo esto... ¡y mucho más!

Abrí los ojos y rápidamente analicé el lugar. Un planetario, ¿eh? Parece que es el mismo de la ciudad... Segundos después, escuché sonidos... No, no. ¡Pisadas! ¡Sí! Lo que quería. Pues bien, manos a la obra.

Comenzaría por ver si realmente es otro portador de diario, podría ser cualquier otra cosa... ¿Sería que mi mente me estaba haciendo una mala jugada haciéndome imaginar sonidos...?

Me deslicé para poderme asomar con sigilo y verificar.

Contenido oculto

Comenzamos bien, ¿eh, daditos? :^) (?)

PD.: Creo que lo hice bien (?)

 

Octavo

Suspiré; tal parecía que este juego se había llevado parte d emi habilidad para tratar con las personas. La niña había huido, pero al menos me había dejado una pulsera.

—Supongo que me servirá para conservar algo de humanidad, en este juego donde tendré que convertirme en monstruo.
¿Qué haría ahora? Si todo el lugar estaba igual de saqueado, no podría conseguir mucho más por aquí.

Regresé a las escaleras y bajé al piso más bajo de todos. Luego me dirigí al este.

Contenido oculto

si se puede voy directo al centro comercial; si no,quedo a su disposición

 

Doceavo~

Escuché atentamente al pequeño Victor, tratando de comprender su situación. Cuando vi las lágrimas del muchacho rebusqué en mis bolsillos a ver si aún tenía conmigo los pañuelos y… ¡bingo! Le tendí uno amablemente.

“Hay gente mala que nos está persiguiendo, a todos los habitantes. Los hace desaparecer de alguna forma y yo... y-yo tengo mucho miedo.”

—¿Gente mala que hace desaparecer personas?—Pregunté incrédulo—. ¿Tú… has visto a esas personas? ¿Sabes por qué hacen eso?

“N-no sé dónde están papá ni mamá, ni siquiera Manu. Tú me protegerás, ¿verdad que sí hermanito?”

>>¡Por supuesto, por supuesto!—Exlamé con confianza, tratando de hacerle sentir seguro—. Te voy a ayudar a salir de aquí, pequeñajo.

 

¡Ey, había algo en el suelo! ¿Qué era eso? ¿Sería un arma? Quizás encontraría un arma de fuego con el cual disparar, o un cuchillo, o una lanza, o una espada, o algún arma improvisada que sirviera para defenderse. Quizás fuese un teléfono celular o algo por el estilo, o puede que incluso uno de los dichosos diarios... me agaché debajo de una de las mesas y...

¿Qué era esa mierda?

Una lata de refrescto abollada y una bolsita de snacks pisoteada. Ese era el tesoro que había hallado en este lugar. Menuda basura. ¿¡Para qué quería esas mierdas?! Para lo único que podían servirme ahora podía ser para permitir una última cena a mis futuras víctimas. Creo haber leído en algún lado que alguien solía hacer eso en algún lado del mundo, pero no estaba segura. ¿Jesús? ¿O habría sido Jack el Destripador? Me sonaba a que uno de los dos...

De todas formas, me guardé los dos objetos hallados. Tras ello, me dirigí a los baños, quizás tendría más suerte allí...

 

Llegas sano y salvo a la entrada del hospital que tantos dolores de cabeza te ha dado, saliendo finalmente al exterior. No sabes los peligros que te encontrarás a la vuelta de la esquina, pero estás decidido a llegar a casa. Y con esta idea en la cabeza, comienzas a encaminarte en la dirección que crees adecuada. Cuando doblaste la esquina que te dirigiría a la entrada del apartamento en el que vivías, el ruido de personas hablando entre ellas te sorprende. ¿Más jugadores? ¿No se supone que estabas solo?

¿Qué harás? Asomarte (Sigilo), acercarte a hablar, o huir (Huida).

Así fue como ambos empezaron una búsqueda inmediata entre los restos de equipamiento, balones de todas las clases y demás objetos utilizados en las clases de educación física. Treceavo se acercó al área de beisbol en busca de algún bate, pero por desgracia no parecía haber ninguno... Y los que habían, estaban inutilizados. Sin embargo, al darse la vuelta encontró un objeto de mayor longitud: un stick de hockey. ¡Bingo! ¡Había conseguido un arma improvisada!

Por su parte, Décimo no logró conseguir demasiado... Antes de marcharse, ambos decidieron echar una última mirada, a ver si había (suerte).

¡+1 Acción realizada con éxito!

Empiezas a fijarte mejor a tu alrededor. Te encontrabas en una especie de plaza bastante rústica, rodeada de árboles y casas de no más de una planta. Logras ver un cartelito en la entrada de la plaza, y al acercarte ves claramente:"Plaza de Pueblo Naota".

Pueblo Naota... Vuelves a escuchar otra vez ese crujido, pero esta vez ya está demasiado cerca de ti como para pararte a analizarlo. Quizás solo sea un animal, o una persona del pueblo o...

¿Qué harás? ¿Correrás? (Destreza). ¿Intentarás pensar en algo a pesar de la situación? (Ingenio).

¡+1 Acción realizada con éxito!

Y de la máquina expendedora, ambos obtuvieron un snack para cada uno. Al menos, comida no les faltaría por ahora.

Sin embargo, la tensión que sentíais al tener a alguien vigilándoos no era demasiado buena. Sabíais que, de alguna manera u otra, esa persona estaba dentro, escondida. Esperando el momento exacto para atacar.

Podéis tratar de pensar en un plan cuanto antes (Ingenio), escondeos (Constructor), o intentar forzar la puerta (Destreza).

Pero al observar atentamente, ves la cuerda en el suelo, sin ninguna clase de mecanismo oculto esperando a que sea accionado para enredarte. Decides llevártela por si acaso, y la cuerda se une a tu inventario. Sin embargo, en el tiempo que has perdido observando, quien sea que está controlando desde la sala de control la atracción ha empezado su espectáculo. Las luces se han apagado, y sonidos espeluznantes (o bueno, casi) empiezan a salir por cada altavoz.

Si tratas de pensar en un plan (Ingenio), si quieres aprovechar el tiempo para correr e intentar llegar a algún nuevo punto (Acierto). También puedes intentar avanzar a tientas (Suerte).

¡+1 Acción realizada con éxito!

En efecto, sentiste una presencia allí. O más bien, la oliste. Olía a... ¿¡polvora!? ¿¡Qué estaba pasando aquí!? Debías encontrar cuanto antes el origen de tal olor (acierto), o salir corriendo de allí, aunque nada te aseguraba que la explosión no acabaría con todo el centro (Huida).

Si no acertabas... Esto iba a acabar mal.

Pero, espera un momento... ¿Acaso tu diario estaba reaccionando?

¡+1 Acción realizada con éxito!

Al asomarte, te encuentras con una mujer bastante joven, quien parece estar buscando víveres por los alrededores. ¿Quieres acercarte a hablar? ¿Atacarla? (Arma improvisada) ¿Seguir avanzando?

¡+1 Acción realizada con éxito!

Tras una caminata sin muchos percances, llegas al centro comercial. Puedes ver como todo está totalmente abandonado, las tiendas cerradas excepto una... Un supermercado. La puerta se encontraba abierta, y la luz encendida. Puedes dirigirte a culquier tienda y entrar (sol supermercado), o buscar algo que te ayude a adentrarte en el resto de tiendas cerradas (suerte), (destreza) si decides ir a lo bruto (?).

El niño apretó un poco su agarre, negando con la cabeza entristecido por no servirte de mucha ayuda.

—No, lo siento... No sé nada. Solo lo sé porque una niña de cabello blanco y piel bronceada me dijo que huyera... Justo cuando unos chicos aparecieron y empezaron a hacer daño a la gente. No volví a ver a nadie desde que huí. Mamá... Papá... Manú... —y agachó la cabeza, sollozando en silencio.

¿Qué harás ahora? Continuar tu camino por el lugar (acierto), dirigirte a otra zona, buscar un refugio (constructor)...

No hubo suerte esta vez, los baños estaban cerrados... Tan solo quedaba revisar lo poco que te faltaba, aquella cafetería no parecía dar mucho más de sí.

¿Quién habrá provocado tal desastre y por qué?

 

Bueno, no había tenido suerte alguna con los baños. Sus puertas estaban firmemente cerradas. ¿Por qué estarían cerradas? Ah, claro, alguien debía estar cagando allí dentro. Quizás fuese uno de mis objetivos, pero no tenía forma de saberlo... y ni siquiera yo intentaría matar a alguien mientras estaba terminando de expulsar mierda de su cuerpo. De modo que decidí alejarme del baño y no insistir más con ello.

De regreso en la parte central de la cafetería, detecté al fondo lo que parecían ser las puertas de acceso a la cocina. Estaban un poco trabadas... bueno, no importaba, allí de seguro no habría gente cagando. O al menos eso esperaba. Había gente para todo, al fin y al cabo, ¿no? En cualquier caso, intenté abrir la puerta de la cocina por la fuerza...

 

Contenido oculto

Modo paranoia ON

Décimo

Controlar la tensión interior se hizo extremadamente complicado una vez que el muchacho tomó, de entre el equipo deportivo, un stick de hockey; mi pulso se aceleró y pude darme cuenta, como solo aspirante a dios se da cuenta, de que tenía miedo.

Miedo... aquella sensación tan humana. Solo el hombre, al menos de forma consciente, es capaz de sentir miedo. Solo el hombre sabe que va a morir.

—Oh, oh, ¿qué planeas hacer con eso, amigo mío?—dije divertido, aunque tal vez ya era imposible ocultar mi nerviosismo—. La temporada de hockey aún está muy lejos y nos acabamos de conocer, ¿no es así?

La suerte al parecer me había dejado de lado. No había nada útil que pudiese tomar para noquear y acabar de una vez con este chico que ni tenía la cortesía de revelar su identidad. Muy despacio, fui dando pasos hacia atrás, hacia la puerta. ¿Tal vez podría escapar? Una gota de sudor recorrió mi cara. Escalofríos. Algo de suerte me urgía. Siempre cabía la posibilidad de la no-violencia por parte del joven poseedor de diario.

Contenido oculto

ok dados... ok
Le di por error a tirar de nuevo asgdhj saqué un 2 por si las dudas

 

Séptimo ​

Nuevamente esa tensión que había sentido en el elevador se hacía presente, y dado los recientes acontecimientos vividos comenzaba a crecer que Murumuru no era quien nos había encerrado antes y que precisamente ahora, el que había entrado a esta sección de la torre era alguien más bien ajeno. ¿Un participante extra? Eso podía ser bastante interesante a mi parecer y a la vez no tanto, a menos claro... que pudiera quitarle el arma a tercera.

—Creo que debemos planear algo ahora—murmuré, guardando el snak con cuidado. Quien sea que fuera estaba por allí esperándonos y nosotros estábamos haciendo cosas como comprar cosas en la máquina expendedora, cómo si una competencia de asesinatos no estuviera existiendo en estos momentos.

Aunque bueno, siendo dos... quizás teníamos algo más de libertad que los demás participantes.

Contenido oculto

4 + 2 = 6 WUJU