Uno de mis impulsos no dudó en reacionar y le pegué un guantazo tumbándole al suelo de golpe a rojo, sin hacerle daño de gravedad ni nada. --¿Decías? --le respondí mirándolo.
Esta vez se llevó otro pero aún más fuerte. Bufé enfadada. Esto era una pérdida de tiempo. --Me largo de aquí. --dije caminando hasta alejarme de allí.
--¡El día de los inocentes no es hoy, imbécil! --grité ya a lo lejos hasta desaparecer entre unas calles.