--Blastoise... Blastoise... ¡BLASTOISE!, ¡cómo el de Ian! Ese muchacho, quien sabe donde estará por cierto... tiene un Blastoise ultraaaaaaaaaaaaaa megaaaaa archi suuuper genial--Reí recordando mi gran amor hacia su enorme y colosal pokémon, a quien siempre acosaba.
(Bueno, yo si tengo uno xD Pero Ukita no) --¿Un psp? pues... creo que no, yo he sido creado en una pequeña granja con mi padre jeje y bueno, aunque la mayoría del tiempo la pasaba en casa de Dante, no pienses que soy un ranchero ni nada de eso eh?--Dije entre risas.
Caminando por ciudad Barniz, muchos recuerdos se me vivieron a la cabeza, demasiados. Por cada lado que pasaba, todo me hacía recordar bastantes buenos momentos, y algún que otro, no muy buenos. Pikachu miraba una zona en concreto, un pequeño parque para que los pokémon se divirtieran un rato, y nos acercamos allí. --Vamos pikachu, treecko, id a jugar un poco. --les sonreí y saqué a mis demas pokes para apoyarme en una farola y vigilarlos de brazos cruzados.
Llegue algo decepsionado a la ciudad, me dirigi al centro pokemon para que mis pokemon descansaran, despues de ello solo Lucario me acompaño.
De repente, pikachu movió sus orejas y echó a correr fuera del parque, cosa que me alarmó. --¡Volved todos! --les dije a mis pokémon y eché a correr detrás del ratón eléctrico. Tras cruzar unas cuantas calles vi como pikachu doblaba la esquina de una de una de ellas pero le perdí de vista. --¿adonde se fue? --dije preocupada.
De pronto frente a mi Pikachu saltaba y caia en mis brazos. --Pikachu! Jaja hola amigo-- decia sonriendo.
--Oh dios, Bruno me va a matar por esto... --murmuraba buscando al ratoncito amarillo por todas partes. Por suerte, al girar la cabeza, vi como este se encontraba abrazando a Bruno, y solté un suspiro, aliviada. Me acerqué a ellos sonriente. --Bueno, ya ves que Pikachu te echó de menos. --sonreí mirándolos alegremente.
Pikachu subio a mi hombro y me dirigi a abrazar y darle un beso en la mejilla a Liza. --Te extrañe...--
Yo también le abracé. A veces, sentía que necesitaba de sus abrazos, como...si me hicieran sentir mejor. --Tampoco estuviste tanto tiempo fuera. --sonreí sin separarme de él. --Aunque...yo también te eché de menos.
--Estoo...yo acabo de terminar de comer. --sonreí mirando como tomaba mis manos y levanté la mirada. --No creo que me quepa nada más.
--Bien, ire por unos tacos, despues nos vemos entonces...-- sonrei y me fui caminando con Pikachu en el hombro y Lucario a mi lado.
Me había ido de donde estaban Ukita y Steve corriendo, a donde podría estar tranquilo, recordé que al llegar a Ciudad Barniz perdería lo que me quedaba, me sentí triste y desolado...
Mientras caminaba sola de vuelta, encontré sentado en un banco a Rojo. Parecia triste... Decidí acercarme y hablarle. --Rojo, ¿te ocurre algo? --le pregunté un tanto preocupada.