Rei cuando recibi el saludo de Staraptor. —¡Pues si!—respondi cuando el pokemon se alejo de mi—Y estoy muy contenta por ello~—me pase las manos por el pelo, intentando arreglar el desastre que el volador habia hecho en el.
— ¿Me das una pista del porque vamos a Aerosol? — pregunté cargándola para subirla a Staraptor para sentarme detrás de ella, una vez que estuvimos bien asegurados Staraptor inició un suave despegue por la seguridad del pequeño huevo que cargaba Emily en su mochila
Había pasado muchísimo tiempo desde que hice alguna cosa relevante. En estos últimos meses sentía que algo faltaba y de cierta manera repercutía no sólo en mi viaje, si no en el de muchos (se le extraña, gamemaster); y por ende, comenzaba a sentirme algo desencantado con todo esto. No sé, el torneo había quedado extrañamente paralizado durante un tiempo, y todos todos mis conocidos se perdieron de mi vista de un momento a otro (o quizá yo de la de ellos, aunque el efecto es más o menos el mismo). En estos recientes días mi rutina era ir a la cafetería para desayunar/almorzar/cenar, entrenar a mis pokémon sin llamar mucho la atención, y ver la tele o leer el diario (generalmente veía la tele, el diario me aburría un poco) para ver si había algún evento emocionante. Entre esos, vi algo de una "Torre desafío", algo que sin duda pintaba muy muy interesante, pero mi desmotivación y flojera era tan grande, que yo simplemente decía "Hmmm... quizá vaya ahí otro día", pero ese "otro día" nuuunca llegaba. Hoy, me encontraba mirando por la ventana con aburrimiento y solté un gran y larguísimo suspiro. Estaba a un pelo de tirar la toalla, sentía que este viaje no era lo que esperaba y comenzaba a pensar que sería mejor dedicarme a otra cosa. Y vaya que estuve cerca... Pero todo cambió cuando revisé el calendario... ¡14 de diciembre! Increíble...! Como habrá sido mi ausencia interna (y externa para algunos), que no me había percatado que hoy mismo se había cumplido un año completo desde que tomé el avión en ciudad Aerosol y llegué a Barniz, tan lleno de energía, entusiasmo, ilusión, alegría y muy buena disposición... Ese recuerdo que pasó como un flash por mi cabeza me hizo sonreír a una magnitud gigantesca, y sentí en el estomágo una sensación muy extraña... era como alegría mezclada con melancolía. Quizá era nostalgia. Esos días fueron realmente mágicos. Nada más al llegar me crucé con Dennis y Carol, toooodos unos personajes, muy divertidos y simpáticos. Me pregunto que será de ellos ahora... También me topé con Ian, con quien tuve mi primera batalla. Y si bien no eramos los "mejores amigos" por decirlo así, alguna que otra huella dejó en mí. Por muy frío que se mostrara por fuera, yo sentía que en el fondo era un buen chico; quizá su pasado haya influído en su actual forma de ser... Luego llegué al Bosque Helado, donde tuve un golpe grandísimo de suerte y capturé al Caballero Rojo. Sentí una inmensa felicidad ese día, eso no es algo que le pasaba a cualquiera... Sin duda eso le agregó mucha más chispa al viaje. Más adelante conocí a Destiny, la temperamental pero tierna amiga con quien nos enfrentamos a Iota (¡al fin dije bien ese nombre!) en el Monte Espejismo. A Liza, mi compñaera del torneo; que creo que tenía problemas amnésicos en ese tiempo, pero una vez se le pasaron pude conocerla mejor y descubrí a una gran amiga que me ayudó luego de aquella batalla en el torneo. ¡A Ukita! Ese tan leal y divertido amigo que ha estado en las buenas y en las malas, él hasta conoce mi casa, mamá Stephani y los Herdiers guardianes... Un excelente chico (al que le debo una batalla). Luego vino el rollo de Ho-Oh y conocí a Alpha, quien se presentó de una manera muuuy particular... "Hola, ¿tú tienes a Raikou? Soy ex-miembro del equipo Gamma" Y ahí es cuando el dicho, "la primera impresión no siempre es la correcta", es cuando tiene más significado que nunca... porque vaya que me dio una desconfianza alarmante al principio, pero después descucbrí que era alguien con buenas intenciones. En el transcurso de esa aventura también conocí al agradable Poké-Hippie de Dante, de quien ya había escuchado hablar al intercambiar a Mawile por Phanpy. Y bueno... aquí la memoria cronológica me falla un poco, pero sé que en otro punto de mi viaje (no sé si antes o después de lo de Ho-Oh), conocí a la directa Effy, una chica que no tiene pelos en la lengua, pero al final del día eso aprendí a apreciarlo, puesto que dice lo que piensa, y eso es mucho más valorable que alguien que te dice cosas buenas y piensa cosas malas de tí; además que similar Ian, estoy seguro que tiene un lado más suave... sino que por sus propias razones no lo ha mostrado aún. Y en una noche, estaba comiendo en un carrito que vendía barras de chocolates, y fue cuando conocí al intelectual Hubert, pero ojo, por ser inteligente no significa que es serio... tooooooooodo lo contrario, es un chico que tiene muy buen humor, y unos hábitos de lo más interesantes (como ese registro de entrenadores que tiene en su libreta). Ha sido alguien que ha dado gusto de conocer. Más entrenadores... creo que sí he conocido, pero los he visto muy pocas veces por lo que no tengo recuerdos muy claros de ellos, pero estoy seguro que dejaron una que otra marca que me sirvieron para avanzar en mi viaje. (...) Luego de todo ese viaje en el tiempo a través de mi mente, abrí la ventana y observé a Ciudad Barniz... la primera ciudad en la que inició toda esta travesía. Lancé una pokébola hacia mi lado, de la cual salió mi gran amigo Blaziken. Juntos, cerramos los ojos y sentimos como la brisa nos rozaba. El sol brillaba tan fuerte como ese día. Y ahí fue cuando me dije: ¿En qué estaba pensando? La desmotivación no era digna de un viaje tan increíble, lleno de tan gratas experiencias. Además, si han pasado cosas tan geniales en el pasado, de seguro se venían muchas más en el futuro. Sintiendo esa fiereza y convicción de vuelta, abrí los ojos con determinación y grité a través de la ventana: —¡¡Ya va un año gente!!, ¡Y Steve, Blaziken y su equipo van por más logros! —¡¡Zikeeeeeeeeeeeeeeeeennn!! —rugió el pokémon llama con mucha energía. Esbocé una sonrisa de oreja a oreja, y juntos salimos corriendo para ver que aventuras nos esperaban en el mundo exterior. Contenido oculto No estoy muy seguro si me olvidé de alguien... es que son muchos! De todas formas gracias a todos los compañeros roleros por la buena onda ! Ha sido genial ser parte de esto, aunque haya estado ausente estos últimos meses ^^U
Sentí un no sé qué, algo me decía que tenía que volver a casa así que saqué a Togekiss y volamos rumbo a Ciudad Aerosol. Contenido oculto Lo siento gente, mi creatividad anda de vacaciones así que no inventé un texto largo con desarrollo esta vez x'DD
Entre a la ciudad y me fui al centro pokemon, pedi una habitacion y me fui a la habitacion que me asignaron, entre, cerre la puerta y me fui a duchar ya que pues de tanto tiempo estaba sucio
Termine de ducharme, me puse ropa limpia y me sali de la habitacion para despues salirme del centro pokemon y irme a entrenar, puse a todos mis pokemon a romper rocas , queria ver si aun tenian fuerza
Despues de unos cuantas horas, mis pokemon se cansaron, se sentaron para descansar y yo les sonrei, para despues que estos empezaran a comer frutas
Llegamos a la ciudad en un santiamén —¡Vaya! —me asombré por la gran velocidad de vuelo de Arerodactyl, solo me bajé para regresarlo y caminar— Luego recordé algo que tenía pendiente y me encaminé a la Guardería
Después de tanto entrenamiento y descanso, decidí buscar a alguien con quien tener una batalla o poder hablar
—No, no no, Guardería aún no -retrocedí unos cuantos pasos antes de lograr entrar— Tras volver por donde vine me dispuse a vagar por la ciudad en busca de algún conocido.... Me daba aire de que había alguno aquí
Caminaba en busca del mismo objetivo mientras Eevee dormía en mi cabeza, este roncaba muy poco pero se escuchaba
Caminaba bastante, Barniz era algo grande para ser la más pequeña de las ciudades de Galeia —Me vendría genial algo de comida... -me dispuse a vagar por restaurantes y establecimientos de comida locales- Si bien habían bastantes opciones... La indecisión no dudó en atacarme —...¿Qué comeré hoy?
Caminaba en busca del mismo objetivo hasta que vi a alguien a lo lejos, se me hacia conocido pero no lograba recordarlo
Miraba el menú en una cafetería —Hmm... Creo que comeré... -pensé un momento, hasta que mi estómago soltó un rugido pidiendo comida urgentemente- Aw.... Canelones Entré a la cafetería e hice mi pedido, tras esperar recibí mi comida y me puse a comer en las mesas de afuera
Me acerque al chico a ver si lograba recordarlo aunque mi memoria era tan mala que no recordaba del todo a las personas
Noté a alguien acercarse, y miré a ver, por lo que mi mente se puso a trabajar recordando, al tratarse de quien pensaba me sorprendí, y una sonrisa se formó en mi cara —¡Yair, hermano!
—¿Donde estuviste metido todo este tiempo? —cuestioné mirando al chico, mientras lo invitaba a sentarse— Parece que te tragó la tierra...
--Bueno no lo recuerdo, tengo la memoria tan mala como para saber eso--me reí un poco mientras me sentaba--
Me reí un poco —No importa, amigo, lo importante es que sigas de una pieza -sonreí- Supongo que andarás hambriento... ¿Deseas comer algo? Yo pago