Nada más ver al pokémon, mi mirada empezó a cambiar a una un tanto asesina. --Será lo mejor para él... --Dije devolviéndolo lo antes posible--. Si me lo vuelve a coger le mato...
—Aún con ese carácter—Le dije.—. De todas formas dentro de poco tendré que volver a Tempera, le prometí a la chica que la ayudaría.
—¿Sabes que te prefiero como seas, no?—Le pregunté mientras salíamos del lugar a los campos de batalla.—¡Rayquaza, yo te elijo!—El gran pokémon protector de la Tierra se materializó frente a nosotros y agacho la cabeza para que yo subiera. Me subí en él y me senté en su cabeza.—¿Vienes conmigo o vuelas por tú cuenta?
—¿Celosa?—Reí mientras veía que ella subía.—¡Rayquaza, Vuela! En el momento que di la orden ascendimos hacía más allá de las nubes.
--No sabes con quien hablas...-- Le dije antes de que ordenara el vuelo No, en teoría no lo era, solo defiendo lo que es supuestamente mío, no creo que eso sea ser celosa... Creo...
"La verdad me da igual. Yo solo quiero ir por ahí y volver a ver a la gente que hace tiempo que no veo." —Bueno, pues entonces, ¿qué tal si vamos a...Destiny? —murmuré, dándome la vuelta para visualizarla. Pero no hubo respuesta alguna; estaba sola. Miré a ambos lados de la calle con confusión, ¿cuándo se había ido? O mejor, ¿cuánto tiempo había estado mirando hacia ningún lado perdida en mis pensamientos? Debió de ser un buen rato para no verla ya por aquí. Solté un suspiro y miré al cielo oscurecido con aire pensativo. La verdad es que no tenía mucho sueño y si no me había informado mal, la Torre Desafío esa también estaba abierta por la noche. Así que, ¿qué mejor que ir ahora y así no tener que esperar mañana la larga cola de entrenadores? Me di una palmada con las manos cada una en una mejilla para espabilarme por completo y saqué a Togekiss, quien me miró con su típica sonrisa inclinándose levemente hacia delante para dejarme subir, cosa que no dude ni un segundo. —Bien Togekiss, vamos a ciudad Témpera, ¡adelante! —alcé el brazo con ánimo e instantes después, la pokémon hada/volador despegó hasta desaparecer por completo de la vista de los habitantes de Barniz.
Después de nuestro recorrido por los cielos Staraptor localizó la ciudad deseada y lentamente fue aterrizando en esta quedando justo en el centro de una plaza cercana — Ya hemos llegado Emily — dije bajando de Staraptor para después ayudarla a bajar del pokemon volardor — ¿Cuál es la misión en Barniz?
—Ver si la Guarderia ha dado sus frutos—informe sonriente—Bueno, ya sabes, me quedan pocos puntos y haciendo calculos...—hice una mueca—Deberia pensar en recogerlos—acabe la frase con una sonrisilla nerviosa mientras rascaba mi nuca.
Ahora que lo recordaba era cierto había dejado a su Espeon y al Ditto de Liza para obtener a su eevee — Entonces te esperaré aquí, ¿esta bien?
—No, no—dije nada mas acabo su frase—Tu te vienes conmigo—y antes de que pudiera negarse lo cogi de la muñeca y arrastre de su cuerpo en direccion a la Guarderia.
Una vez saliendo de la guardería junto con Emily nos dirigimos a la misma plaza donde habíamos llegado con Staraptor, mi intención era ver si Ukita ya había llegado pero al parecer no era así — ¿Estas emocionada Emily? — pregunté dejando a Espeon en el suelo para que nuevamente estuviera cerca de su entrenadora
Seguí al chico hasta el destino que tuviera en mente mientras apretaba con fuerza el huevo contra mi pecho. —No sabes cuanto—respondí mirando a Espeon cálidamente al ver cómo intentaba acercarse al huevo subiéndose a mis piernas y después le devolví la mirada a Dante—¡Me siento súper mayor!—dije con emoción infantil.
Reí levemente al escuchar ese comentario por parte de Emily, tendría algo de sentido que se sintiera así ya que el pequeño Eevee crecería bajo su cuidado como si ella fuera su nueva madre — Ya verás que lo o la cuidarás muy bien — dije abrazandola por la espalda para evitar que el huevo sufriera algún daño, luego por una pequeña seguridad también sostuve el huevo por si acaso — Por cierto... ya estamos a mano — murmuré al inclinarme levemente para besar levemente su cuello, a diferencia de ella, no la había mordido para dejar marca, mis venganzas eran mas sutiles por así decirlo
Primero noté como me sonrojaba al sentir su contacto y cuando se separó inflé los mofletes y miré a otro lado. —T-te has ap-provechado de mi i-indefensión... t-tramposo—me quejé.
Lo único malo que encontraba a mi acción era que no había podido ver su rostro — No es trampa...— murmuré sonriendo un poco mientras la seguía abrazando — He hecho lo mismo que tú~
—N-no es lo mismo—dije en voz baja intentando defenderme aunque en el fondo sabía que tenía algo de razón—L-lo mío fue producto de la emoción... ¡Sí! ¡Eso es!—observé de reojo como Espeon se paseaba curioso alrededor de nosotros pero, por muy adorable que me pareciera su aspecto, no cambié mi semblante de indignación.