—Menos mal—dije con una leve sonrisa mientras dejaba que acariciase mi mejilla—Por cierto...—dije tras un rato de silencio—¡Tenemos muchas cosas que hacer!—exclame recordando la lista de objetivos que habia creado en mi mente momento antes.
Al escuchar aquello detuve mi acción, era cierto... había muchas cosas que hacer — Bueno, entonces... entonces será mejor que nos pongamos en marcha ¿no es así?
—¡Si!—asenti alegre con la cabeza—Bueno...—die girandome para ver a las cgicas que seguian abrazadas—¡Gracias por todo Liza espero volver a verte pronto y que lo pases bien con Des!—dije rapidamente antes de coger a Dante de la muñeca y salir corriendo para dejar a las amigas en paz—Bien...—murmure recuperando el aliento—¿Por donde queda el Lago Helado?—pregunte.
— Yo puedo llevarte al lago helado si lo deseas — dije sacando a Staraptor una vez que nos alejamos de la adorable reunión de Destiny y Liza después de que tuviera que indicarle a la princesita que mirara hacia el final de la banca donde se encontraba su amiga, ella realmente necesitaba buscar antes de pedir las respuestas obvias de una forma dañina para el corazón. —¿Te parece?
—Mmm... pero se supone que sigo enfadada con Staraptor por haberme traicionado...—murmure acaricando mi barbilla, pensativa—¡Bueno! ¡Un viaje no hara mal a nadie!—exclame dando una palamda para despues montarme sobre el pokemon.
Staraptor al escuchar el comentario de Emily soltó leves soniditos que indicaban que se estaba riendo un poco — Staraptor llévanos al Lago helado sino es mucha molestia — dije subiendo detrás de Emily para que este pudiera emprender vuelo hacia nuestro nuevo destino
—Bueno...supongo que tenéis razón. —murmuré a ambos chicos, levantándome del suelo y sacudiéndome las rodillas para quitarme un poco de tierra del suelo. —Quizás pueda ir ahora a... ¿D-Dante...? La escena que se acababa de montar ante mí fue de todo menos normal. Desde mi posición solo veía cómo el pobre chico era sacudido bruscamente por alguien detrás de él que no alcancé a ver, y ladeé la cabeza con confusión, tratando de ver de quién se trataba. Di un pasito inseguro pero al notar que Dante me señalaba de repente volví a mi posición anterior con rapidez, y observé con sorpresa de quién se trataba. Mi rostro esbozó una gran sonrisa nada más verla ahí. —¡Destiny, Destiny, Destiny! —exclamé con alegría mientras corría hacia ella y extendí mis brazos una vez se me lanzó, abrazándola con la misma efusividad que ella. —¡Yo también te eché mucho de menos, no sabes cuánto!
La abracé fuertemente, pero no tanto como para hacerle daño. --Siento no poder haber venido antes, pero no podía-- le dije sin separarme aún--. Pero da igual ¡Por fin te veo!
—No importa, no importa. —negué con la cabeza, comprendiendo su situación actual y lo ocupada que estaba. Sí, sabía con certeza el por qué de su desaparición y no me hacía falta preguntar o quejarme por ello, por lo que no indagué más en el tema. —¡Lo importante es que estás aquí otra vez! Incluso te noto algo más alta que antes. ¿Por qué todo el mundo crece menos yo? Es indignante. —me quejé con una leve risa, separándome de ella lentamente y colocando una mano en su frente y luego en la mía. Incluso Des me superaba en altura ahora, pobre de mí; Dante podría seguir quitándome mi gorra con total libertad.
Reí ante su acción. -- O tú que has encogido -- le dije dandole un toque con el dedo índice en la nariz--. igualmente dudo que haya crecido, he estado mas tiempo sentada que de pie. Llevé mis manos a la cintura, cambiando mi postura. -- me alegra ver que sigues siendo la misma en cuanto a actitud.
Me llevé un dedo a mi labio inferior y asentí ante lo primero sin meditar sus palabras. —Mmm, pues podría ser es...¡ey, noo! —exclamé inflando mis mofletes a modo de berrinche cuando lo entendí, pero al momento solté el aire volviendo a mi expresión anterior. —De todas formas se puede crecer sentada. Vamos, o eso creo. —me encojí de hombros despreocupada, y ladeé una sonrisita finalmente. —Cambiar no está entre mis planes, hermanita. A parte, tú tampoco has cambiado en absoluto, es más, creo que estar encerrada te aumentó la agresividad un poquito. —bromeé recordando lo de hace unos instantes. Que yo sepa ir zarandeando a la gente por la calle no es normal.
Dí una leve risa. --Te reto a estar sentada frente a cientos de papeles haciendo cálculos. Si aguantas lo que he aguantado yo, te dejo todas las riquezas que poseo en Galeia-- le dije colocándome las gafas de vuelo de nuevo--. Yo digo que siendo tú, no aguantas ni medio minuto. Por cierto, que detalle el "hermanita". Lo último lo dije en un tono cariñoso, mientras le agarraba la mejilla derecha como una tía a su sobrino/a.
Me crucé de brazos con aire pensativo, sopesando aquel reto por unos instantes. Bah, ¿a quién intento engañar? Para mí sería imposible hacerlo. —Es una buena oferta pero me temo que no podría aguantar, y lo sabes bien. —reí descruzándome de brazos, pero entonces sentí cómo Destiny me agarraba de la mejilla, estirando levemente con gesto cariñoso, y no pude evitar poner los ojos en blanco; me recordó a lo que me hacía mi abuela cuando iba a visitarla de pequeña. —Ay, que no soy una niña pequeña para que me hagas eso. —me quejé con cierto tono infantil en mi voz y aleteando los brazos con una falsa exasperación, haciendo notar que en realidad no me molestaba el gesto.
En el momento que dijo eso, una idea cruzó mi cabeza. De mi mochila agarré cierta cosa, y sonreí maliciosamente. --Entonces si no eres una niña... Esto me lo quedaré...-- le dije sacándo una caja negra con un lazo blanco sellando ambas tapas
—¿Ah? ¿Qué es eso? —pregunté con curiosidad observando la caja fijamente y me adelanté un pasito para intentar cogerla pero rápidamente Destiny se separó para que no pudiera conseguirlo. —Dime que hay ahí, porfaa.
--No te lo voy a decir. Lancé la cajita para cogerla con la otra. --Ya no eres una niña, como has dicho. Creo que se lo daré a alguna hija de algún trabajador de Kalos.
Hice un pequeño puchero mientras la miraba, más bien a aquella caja misteriosa. —Pero es que es según de lo que se trate lo que hay dentro...
--Pues algo que me ha costado encontrar porque no hay ni diez en este planeta-- dije aun con la caja en mano --.ero como no lo quieres me lo quedo para dárselo a otra. Llevé las manos tras la espalda junto a la cajita negra, mientras miraba a Liza. --No te preocupes, que no te consigo nada más.
—que cansancio, mis piernas no pueden mas— me queje mientras caminaba entra la gente. —ok, ya fui al lago y al volcán, solo me queda ir al desierto— dije con una sonrisa ante la mirada de Tails (vulpix) el cual estaba a mi lado acompañándome al centro pokémon. tras un rato recibí mis pokémon y me puse en marcha.
—¿Eeeh? ¡Pero si yo no he dicho nada de que no lo quie...! —no acabé la frase, simplemente me callé y solté un largo suspiro de exasperación. No sabía cómo lo hacía, pero cuando se lo proponía era capaz de hacerme sacar de mis casillas. Llevé mis dos manos tras la cabeza esta vez ya tranquila y miré breves segundos al cielo para luego volverme a enfocar en ella. —Te gusta mucho hacerme rabiar, ¿verdad? —comenté con una sonrisa despreocupada. —Lo único que dije es que no era una niña pequeña para que me agarraras la mejilla, no dije nada de que no lo fuera para recibir regalos. Además, para los regalos no hay edades que valgan, pero si lo quieres ver así... —finalicé, dejando la frase en el aire. —Creo que no me moriré si le das ese regalo a otra, si es lo que quieres.