—Ow—fue lo único que pude articular mientras acariciaba una de sus manos entre las mías. Eran aquellos momentos en los que me odiaba por haberme ido. Todo lo que le paso a Dante... no pude evitar sentirme culpable por ello.
Aprovechando que Flaaffy se había ido con Typhlosion y dejaba de vernos aproveché que tomaba una de mis manos y la atraje hacia a mi para abrazarla al notar su expresión — Tranquila... estoy segura que no me pasó nada grave — murmuré recargando mi frente en su hombro — No tienes que preocuparte
—Bueno...—dije rodeando su cuello con mis brazos para devolverle el abrazo (que me habia tomado por sorpresa)—Pero estoy segura que a partir de ahora ya no te pasara nada malo—murmuré.
— ¿Qué es lo peor que puede pasarme pequeña? — pregunté con una sonrisa en mi rostro mirandola — Lo único que se me viene a la mente es que te alejes de mi, pero no pienso permitir que suceda — besé su frente con cariño antes de acercarme a su oído con una pequeña sonrisa — Pronto estaremos a mano con la marca... — susurré antes de volver a mi posición anterior y sonreirle como si no hubiese dicho nada
(Que una horda de Haxorus furiosos te mate C: (?) Noté como me sonrojaba por la últimas palabras que dijo. —¡Dante! ¡No conocía ese lado tuyo!—dije sorprendida poniendo la palma de la mano derecha en mi mejilla, con claro tono de broma—¡Esto es la guerra, entonces!—exclamé señalándolo con dedo acusador.
-- No planeaba hacer algo de igual forma -- me explique entre suaves risas -- Era para ver como reaccionabas pero....al saber ahora que será un juego, o mejor dicho la guerra, creo que jugare un poco -- sonreí colocando una de mis manos sobre su cabeza con una sonrisa -- Así veremos como resulta la guerra...
—¡A las trincheras! ¡A las trincheras!—grité justo después de ver como todo mi equipo pokémon se materializaba a mi alrededor. Me escapé de la mano el chico y salí corriendo hacia el parquecillo con columpios, dónde me escondí detrás de un tobogán mientras algunos pokémon se unían al juego y hacían guardia.
Me senté en el suelo mirando a Emily desde mi lugar y luego miré a Liza para sonreirle un poco, estaba perdido en esta situación por así decirlo. No podría pasar a sus pokemon con facilidad y sacar a los mios para ayuda podría ocasionar un problema por eso no los sacaba al mismo tiempo a ellos. Pero, gracias a esto Emily no se esperaría lo que se encontraba justo arriba de ella: Mi fiel compañero Staraptor se había deslizado desde los cielos hasta quedar detrás de Emily, la cual subió rápidamente a su lomo para sacarla de su "trinchera" y aterrizar frente a mi. Me levanté del suelo y la abracé con una sonrisa divertida — Me las arreglo para hacer trampas pequeña — murmuré besando su mejilla un poco con una sonrisa — Pero ya te atrapé, ¿supongo que gano yo ¿verdad?
—¡Nos atacan! ¡Los enemigos nos atacan!—grite cuando senti como Staraptor me secuestraba. Los pokemons que montabam guardia se rieron ante la imagen. Al menos habia hecho que Cottonee riera. —Ganar con trampas no es de caballeros—lo recrimine inflando los mofletes.
"Ganar con trampas no es de caballeros" Reí levemente notando como inflaba sus mejillas para recriminarme aquello — Pero recuerda que... esto es una guerra y todo vale — le solté lentamente para sonreirle y apretar un poco sus mejillas con una de mis manos antes de reir — Y no lo consideraré trampa... supongamos que has sido la doncella en apuros que Staraptor ha ido a salvar para traerla de vuelta, ¿te parece?
—¡Yo no soy una doncella! ¡Yo soy una guerrera!—rabieta infantil in coming again—¡Stara-chan! ¡Ya no volvere a darte mimitos!—amenaze cerrando los ojos indignada.
"¡Yo no soy una doncella! ¡Yo soy una guerrera! ¡Stara-chan! ¡Ya no volvere a darte mimitos!" Staraptor estiró una de sus alas y acarició su cabeza con tranquilidad haciendo caso omiso a su pequeña amenaza de ahora mientras que yo volví a abrazarla nuevamente con una sonrisa en mi rostro — Anda pequeña~... no te enfades conmigo — dije besando su rostro pero en ningun momento besé sus labios, Emily estaba teniendo una rabieta
—¡Hmph!—fue mi única respuesta, sin embargo no aparté el rostro y tampoco me quité del abrazo—En fin, una victoria es una victoria...—dije tras un suspiro
Acaricie levemente a su cabello antes de soltarla, no haría nada realmente, pero ella me había marcado un punto así que al parecer iba ganando — ¿Ya fuiste con Liza a donde querían ir antes? — pregunté una vez que me había separado de ella, tenía entendido que todavía no habían logrado hacer la salida que me habían comentado
—He estado todo el tiempo contigo por lo que obviamente no—respondí aún con mi tono de dignidad y me giré hacia Liza —Ne~ ¿tienes tiempo ahora para hacer una visita a la Guardería?—pregunté acercándome a ella.
Durante todo el rato que había estado allí me entretuve sirviéndoles el almuerzo a mi equipo aprovechando de que Emily y Dante hablaban entre ellos y no quería meterme, y repartí cuencos con determinada comida para cada uno de sus gustos. A los pokémon como Lugia o Suicune le tuve que dar mayor ración al tener un estómago más grande, y ni qué decir tiene que con Slaking y Aagron hice lo mismo. (Aunque estos últimos comieron más de la cuenta al competir entre ellos por quién comía más y ahora estaban empachados) Les observaba sentada de piernas cruzadas mirando hacia ellos cuando Glaceon vino a mi lado quejándose de que Sylveon le había quitado su comida y viceversa, por lo que estuve un buen rato tratando de solucionar los diferentes conflictos que se habían formado. Entonces, cuando más o menos la cosa se había tranquilizado escuché la voz de Emily cerca mía y me giré a verla. "Ne~ ¿tienes tiempo ahora para hacer una visita a la Guardería?" —¿Ah? —murmuré algo desconcertada al no haber prestado mucha atención, y asentí al comprender, quitándome restos de pochocos del cabello por cortesía de mis queridos pokémon.—Oh, claro, claro, tengo tiempo de sobra. Cuándo quieras. —sonreí y me levanté del suelo de un saltito.
—Bien, tú guías—dije alegremente dando palmaditas felices y observé como la mayoría de mi equipo se había acercado a los pokémon de Liza, sobre todo a los dos Legendarios, los cuáles yo miré asombrada.
Instantes después de que Emily hablara, me acerqué a mi equipo y empecé a guardarlos en sus pokeballs a medida que iban acabando de almorzar. Slaking y Aagron fueron los primeros en entrar, y luego le siguieron el resto. Lugia se mantuvo impasible ante las miradas de asombro de todos, manteniendo un aura pacífica y misteriosa a la vez. Lo devolví también antes de que más gente de los alrededores se fijaran en él y coloqué todas las balls en mi mochila, acto seguido me giré hacia los chicos girando mis talones con agilidad. —Pues entonces vamonos. —propuse animada indicándoles con la cabeza el camino a seguir, en este caso era todo recto, y comencé a caminar a paso tranquilo.
Bueno, la Torre Desafío había sido un fiasco… me había quedado un rato viendo la batalla de Ian por la pantalla del centro pokémon de Ciudad Témpera, quien eventualmente sacó a su Ho-Oh y supuse que la batalla no tardaría mucho en concluirse… Eventualmente, me aburrí de esperar al próximo movimiento de Ian y abandoné el lugar para volar hasta aquí, a Ciudad Barniz. Sobrevolé el lugar y me pareció ver a Emily y Dante a lo lejos, dirigiéndose en la dirección general de la Guardería Pokémon y junto a ellos los acompañaba Liza; hace tiempo que no la veía, ya tendrían que ponerse al día pronto. Pero algo me detuvo de seguirlos; la sombra de un pokémon verde esmeralda, que pasó volando y descendió en Barniz para regresar junto a su entrenador. Brendan. El compañero de torneo de Hubert se encontraba allí, no muy lejos de nosotros… hace tiempo que no lo veía. Decidí dirigirme hacia él tras un momento de titubeo. —¡Brendan! —exclamé cuando Skarmory descendió justo frente a él. Contenido oculto @Arno Dorian
—Ah?— levante mi mirada y estaba ahi, Effy, una de mis rivales que no veia en mucho tiempo, que aunque nuestra relacion nunca fue la mejor realmente la echaba de menos. Me acerque a ella junto con Flygon y le extendi mi mano. —¿Que hay de nuevo vieja amiga?— exclame riendo mientras le extendia mi mano.